La siguiente historia tiene lugar entre el año 420 y el 751 d.C.
Hoy comenzamos la historia de la Francia Medieval. Sin embargo, antes de entrar en materia quizás sea bueno recapitular un poco.
De la Prehistoria hasta los galos
Se sabe de la presencia de homínidos en la zona desde hace al menos 1 millón y medio de años, siendo quizás el yacimiento más antiguo el de Lézignan-la-Cébe. Hace 300.000 años llegaron los Neandertales, y hace 43.000 los primeros Homo Sapiens, también llamados Cromañones. El nombre de cromañón viene de la cueva francesa de Cromagnon en Dordoña. Ellos fueron los artistas detrás de las pinturas rupestres de Chauvet o de Lascaux, entre otras.

Breve resumen de la Prehistoria francesa
En torno al año 5000 a.C. comenzó la transición del Paleolítico al Neolítico, y con este periodo llegó la revolución agraria y ganadera. Por un lado las gentes que allí vivían tuvieron influencias de la Cultura de la Cerámica de Bandas y de la Cerámica Cardial, que se cree que era proto-indoeuropea. Estas gentes empezaron a levantar piedras para ponerlas en sitios, arte llamado megalitismo. Un buen ejemplo son los Alineamientos de Carnac.
Hacia el año 2800 a.C. llegó la moda del vaso campaniforme, ya que gran parte de las culturas creaban sus botijos en forma de campana. Hacia el 2300 llegó la Cultura Unetice, que se transformó por el 1600 a.C. en la Cultura de los Túmulos y hacia el 1300 a.C. en la Cultura de los Campos de Urnas. Estos urneros comenzaron una transición entre los enterramientos de muertos hacia las cremaciones, y las cenizas se colocaban dentro de urnas bajo tierra.
Por el año 800 a.C. de las urnas pasamos a la Cultura Hallstatt, y aquí ya podemos hablar de Edad del Hierro y de proto-celtas. Su digi-evolución fue la Cultura de La Téne, cuyo epicentro estuvo por los Alpes suizos pero acabó expandiéndose por toda Francia. Estos primeros celtas fueron organizándose en aldeas y bueno, si queréis saber más sobre su cultura ya hice dos vídeos hablando de ellos.
En resumen, los celtas se fueron expandiendo por todas partes y formando diferentes tribus. Una de ellas, los Parisii crearon un fuertecito en la Isla de la Cité, y fue aquí donde más tarde se fundaría la ciudad de Lutecia, la futura París. Los celtas de la zona francesa serán llamados Galos, y su territorio la Galia, que es lo que nos interesa ahora. Como frontera con Germania estaría el río Rin. En aquellos años la República romana estaba creciendo y quería ampliar sus horizontes, vamos, conquistar cosas. Pero estos celtas se lo pusieron muy jodido, pues en el arte de tender emboscadas en bosques eran muy putos amos. Incluso un caudillo llamado Breno logró saquear la ciudad de Roma en el año 390 a.C.
Las Galias romanas
Entre los años 58 y 51 a.C. Julio César logró conquistar todo el territorio tras la Guerra de las Galias. Con ello, los galos fueron absorbidos por la República romana y latinizados a bloque. Luego llegó el Imperio y Octavio Augusto creó 4 provincias: la Galia Narbonensis (que incluía parte de Occitania y la Provenza y partes de Borgoña), con ciudades como Marsella; la Galia Aquitana (que era básicamente Aquitania hasta el río Loira y Auvernia), con Burdeos como capital; la Galia Lugdunensis (entre el Loira y el río Sena), donde estaba la ciudad de Lugdunum, actual Lyon, o Autun; y finalmente estaba la Galia Belga (entre el Sena y el río Rin más o menos), con su capital Durocortorum, futura Reims, y Tréveris, en la actual Alemania.
Los Francos Salios (250-511)
Fue hacia el año 250 d.C. cuando los romanos empezaron a conocer mejor a una serie de tribus asentadas en los actuales Países Bajos, en el valle del bajo Rin. Eran los usipetos, los camavos, los catuarios, los bructeros o los tencteros. Ante el avance romano decidieron unir sus fuerzas y se convirtieron en los Francos, los cuales se dividieron en dos, los Salios y los Ripuarios. Hablaban fráncico, una lengua germánica occidental que evolucionó hasta el actual neerlandés, también llamado flamenco en Flandes. Otros vecinos eran los frisios o frisones, que vivían en la parte norte de los Países Bajos.
Varios emperadores romanos como Constancio Cloro o como Juliano el Apóstata les dieron bien por culo, y los francos salios acabaron pactando tener su foedus a cambio de defender a Roma de otros invasores germanos. Pero hacia el año 400 empiezan a llegar más bárbaros en grandes oleadas: vándalos, suevos y alanos, que fueron para España, y después los visigodos y los burgundios liderados por Gondioc, quienes acabaron asentados al sur de la Galia, en el valle del Ródano, una zona todavía con bastante influencia romana, y se romanizaron bastante, no como los francos. Su capital sería Lyon.
Breve historia de los reyes francos desde Faramundo hasta Clodoveo I

Faramundo y Clodión el Cabelludo
Se habla de varios reyes francos mitológicos, como Faramundo, que atravesó con sus gentes el río Rin en el año 420. Le sucedió Clodión el Cabelludo, llamado así porque los merovingios decían que su mund, o poder divino, residía en tener pelazo. Pero no le sirvió de mucho pues se cuenta que el general romano y gobernador de la Galia Flavio Aecio le dio de hostias como tres veces y dejó a los francos hechos mierda.

Meroveo
El siguiente rey fue Meroveo, de ahí el nombre de merovingio. La leyenda dice que fue concebido por el Quinotauro, un monstruo marino. En el año 451 unió sus fuerzas al general Aecio contra su enemigo común: los hunos de Atila, derrotándole en los Campos Cataláunicos y cortando así su avance por la Galia.
Mientras los francos ripuarios ocupaban Xanten, Maguncia o Colonia y creaban su estado propio al otro lado del Rin, los salios fueron desplazándose hacia Bélgica tomando Tournai y partes del norte galo.
Childerico I
El nuevo rey Childerico I se casó con Basina, del Reino de Turingia, y de este matrimonio nació Clodoveo I, y este es el primero importante. Fue coronado como rex francorum en el año 481, adoptando algunas formas del Imperio Romano recién caído.
Clodoveo I
Clodoveo I era un guerrero salvaje y sin escrúpulos. A lo largo de sus 30 años de reinado se cargó sin dudarlo a cualquier rival de su tribu y fue haciéndose con el control de toda la Galia. Venció al general romano Afranio Siagrio y le arrebató su feudo en Soissons; y después en Tolbiac venció a la tribu de los alamanos.
Clodoveo se había casado con Clotilde, una princesa católica del reino burgundio, pero él prefería ser pagano. Sin embargo, a punto de perder contra los alamanos, rezó a Cristo. Milagrosamente una flecha o hacha mágica surgió el cielo y fulminó al rey alamán, y sus enemigos se retiraron. Lógicamente, tras este hecho, Clodoveo I fue bautizado por el obispo Remigio en la ciudad de Reims para convertirse al catolicismo y con ello se ganó el favor del clero galorromano, que no soportaba a los vecinos visigodos por ser arrianos, entre otras cosas.
Debido a esto, el siguiente objetivo de Clodoveo I fueron los herejes visigodos. Sus tropas atravesaron el río Loira en el año 507 y les dio de leches en la Batalla de Vouillé (507). El pobre rey Alarico II acabó hecho mortadela y los francos lograron conquistar el territorio al norte de los Pirineos con la excepción de la región narbonense.
La capital del reino se instalaría en París, y se empezaría la construcción de bellas iglesias por los alrededores. Éstas mantuvieron el estilo romano pero con toquecitos germánicos en los capiteles y sarcófagos. Para el siglo siguiente los francos se harían buenos artesanos del vidrio, y empezarían a crear esas cosas tan importantes llamadas ventanas.
Los reinos germanos y su evolución hasta la Edad Media
Los germanos nunca fueron muchos, estos francos en concreto no pasaron de 150.000. Aprovecharon el vacío de poder romano y tomaron el control de las villas más potentes; la gente les aceptó sin muchos problemas.
Organización política y militar durante la época galo-romana
Se adaptaron a la cultura galo-romana, aunque no se complicaron mucho la vida con los temas administrativos. El rey franco ejercía el poder supremo, y estaba rodeado por los leudes, una aristocracia que controlaba al funcionariado. De ellos surgieron los duques y condes, quienes gobernaban las provincias en nombre del rey de forma no hereditaria.
Todavía no existía un ejército permanente, pues era muy caro, y en caso de guerra los duques y condes tenían que reclutar soldados ya fuera entre sus propios guerreros francos o entre la población. Caballería apenas tenían, y su arma más típica fue el hacha francisca.
Cultura y arte y la influencia en las lenguas romances
Estos nuevos reinos germánicos supusieron una etapa de decadencia con respecto a la cultura clásica. Eran iletrados, algo salvajes, seminómadas, poco dados al arte y todavía no habían desarrollado la escritura, sin contar las runas, pero de eso hablaré en otro vídeo. Hablaban lenguas germánicas, pero en muchos de sus reinos se siguió usando el latín; pero el latín vulgar, diferente al clásico, que al mezclarse con otras lenguas dio origen, con el paso de los siglos, a variedades que es lo que llamamos lenguas románicas o romances: español, portugués, catalán, francés, italiano, rumano, sardo…

La Ley Sálica
La ley germana fue durante mucho tiempo consuetudinaria, pero gracias a la influencia de otros códigos romanos, empezaron a crear los suyos propios. A Clodoveo I se le atribuye haber redactado la Ley Sálica, que viene de los Salios, que regulaba la sucesión monárquica, las herencias, los robos y crímenes en general, y hasta los maleficios y mierdas de hechicería. Por estas cosas te condenaban a la horca o a la hoguera. También la venganza por ofensa era muy habitual, y la ordalía, que era una especie de juicio de Dios. Si te tiraban a un río y flotabas es que eras culpable porque obviamente un poder maligno que estaba salvando y empujando fuera del agua. En fin, cosas de la Edad Media.
Y ahora cuidado porque vienen curvas. Vais a ver muchos reyes, muchos reinos fragmentados y mucha mierda. La siguiente época es bastante compleja, oscura y densa, así que como digo siempre, no os agobiéis con estas cosas que se pasa rápido. Además, si estáis pensando qué nombre poner a vuestros hijos… de aquí podéis sacar muy buenas ideas.
Los hijos de Clodoveo I (511-561)
En el año 511 murió Clodoveo I e hizo lo que nunca hay que hacer: dividir el reino entre los hijos.
- Teodorico I recibió la región de Reims, o de Austrasia, la tierra de este, con capital en Metz.
- Clodomiro se hizo con Orleans, en el valle del Loira.
- Childeberto I con París y el valle del Sena, aunque poco después conquistó la parte de Clodomiro.
- Clotario I recibió Soissons y la zona belga, y gobernó la región de Neustria, la tierra del oeste.

Gentes del otro lado del Canal de la Mancha, los Bretones, colonizaron la península de Armórica, lo que ahora conocemos como Bretaña Francesa. La región de Borgoña todavía estaba bajo el control del Reino de los Burgundios, aunque por poco tiempo, y finalmente la muy romanizada Aquitania pasó a formar parte de Neustria, pero con bastante autonomía.
Las disputas territoriales entre los hijos de Clodoveo I
La ambición de Clotario I le hizo desear los territorios de sus hermanos. El primero en caer fue Clodomiro en el 524, pero el culpable fue el rey burgundio Gundemaro III, contra quien los hermanos empezaron la 1ª Guerra Burgundia. Los francos perdieron, y ahora el rico territorio de Orleans iba a ser fraccionado entre los hijos de muerto. ¡Nada de eso!, dijeron los hermanos, y se cargaron a todo dios, cualquiera que pudiera heredar, y cada uno se quedó con un trozico.
En el 531 llegó el rey de Turingia Hermanfredo y prometió a los hermanos parte de su reino si le ayudaban a luchar contra su hermano y rival Baderico. ¿Y qué pensáis que pasó? Teodorico I se aprovechó y se lo quedaron todo, y con ello una parte de Germania pasó a formar parte del Reino Franco. Algo parecido pasó con los Burgundios. Gundemaro III se quedó sin ayuda ostrogoda y los hermanos fueron a saco a por él en una 2ª Guerra Burgundia que acabó en la absorción de su territorio por parte de Clotario y Childeberto.

Éste último también luchó contra los visigodos y se hizo con Pamplona incluso (542), aunque cuando fue a por Zaragoza le dieron bien por culo. Se llevó como reliquia la túnica de San Vicente y empezó a levantar iglesias por todo París. Aquí otra cosa no, pero edificios religiosos… por un tubo. Y la Cité, donde vivía el rey, fortificada hasta el extremo.
Teodorico murió por enfermedad mientras él y su hijo Teodoberto I trataban de tomar Arlés. Clotario I le atacó para quedarse con la herencia, pero Childeberto I se unió a su sobrino y casi le derrotan en Ruan, pero tras un sitio con tormenta infernal incluida decidieron quedar en paz. Ahora Teodoberto se enfrentaría, apoyado por los bizantinos, a los ostrogodos, y aunque obtuvo buenas victorias la palmó pronto.

No sería hasta el año 555, con la muerte de su hijo Teodobaldo, cuando Clotario se presentó en la ciudad de Metz a reclamar el trono de Austrasia.

Childeberto murió enfermo 3 años después, y como no podía ser de otra manera, Clotario I se presentó en París y unificó toda «Frankia« al igual que su padre había hecho 50 años antes.

Había costado mucho, pero total ¿para qué? 3 años después Clotario la diñó y volvió la desunión.
La distribución del reino entre los hijos de Clotario I (561-639)
Año 561. Los hijos de Clotario I se reparten el reino.

- Gontrán se quedó con Orleans y Borgoña.
- Sigeberto I con Austrasia, y tuvo que cambiar su capital de Reims a Metz por el ataque de los ávaros.
- Chilperico I se quedó con una pequeña Neustria.
- Cariberto I con París y con Aquitania, aunque murió pronto por las juergas que se pegaba… y los demás se repartieron sus tierras.

París fue la ciudad sagrada, ninguno de los hermanos podía entrar en ella sin castigo.
La Guerra de las Dos Reinas
Sigeberto I y Chilperico I eran mala gente, y los dos querían apoderarse de todo el reino. Gontrán I, por el contrario, era buena gente, e intentó poner paz. Sin embargo, en el año 575 comenzó una querella o guerra civil que duró unos 40 años. Os cuento: Sigeberto se casó con Brunegilda, una princesa visigoda; y su hermana Galsuinda se casó con el rey Chilperico. Dos hermanas para dos hermanos, en resumen. Pero Chilperico aún se ponía palote con su antigua concubina Fredegunda, y ésta le chinchó para que se cargara a Galsuinda y la hiciera reina.
Días después la chavala aparece estrangulada y la hermana y su marido, el rey Sigeberto, juran venganza y le declaran la guerra. La Guerra de las Dos Reinas es llamada a veces, porque aunque los dos reyes murieron, el trono lo heredaron sus hijos menores de edad, y quienes tenían el poder de facto fueron tanto Brunegilda en Austrasia como Fredegunda en Neustria, y ellas se encargaron de perpetuar el conflicto.
Se estuvieron durante años mandando sicarios con puñales envenenados a ver si se cargaban los unos a los otros. Luego Meroveo II, hijo de Chilperico I, se casó en secreto con su tía Brunegilda en plan Romeo y Julieta incesto edition. Se escapan pero se cargan al chaval pronto, y la muchacha acaba pidiendo protección a Gontrán, a quien hace adoptar a su hijo Childeberto II en el 587. En Neustria, Chilperico I fue asesinado a cuchilladas por sicarios y heredó el trono su hijo con Fredegunda, Clotario II. No tenía más de un año, pero este rey será importantísimo, ya lo veréis.
El papel de la nobleza
Esta época fue un descontrol total, y con tantas divisiones los reyes tenían que fraccionar su riqueza entre los hijos. Cuanta menos riqueza menos lealtad de la aristocracia, y al final fueron estos quienes se beneficiaron de esta debilidad. La figura más relevante la encontramos en el cargo de Mayordomo de Palacio, quien actuaba prácticamente como un Primer Ministro, un segundo al mando.

Hacia el año 613 Clotario II estaba cerca de perder la guerra civil contra Brunegilda y sus dos nietos, pero estos se mataron entre ellos y después, el neustrés logró que la nobleza de Austrasia se pusiera de su parte, dando la patada a la ya anciana reina. Ese mismo año Clotario II logró unificar de nuevo el Reino Franco, y a los conspiradores les dio puestazos como mayordomos de palacio. Fueron Pipino de Landen y el obispo San Arnulfo de Metz en Austrasia, y Warnacario en Borgoña.
Estos mayordomos serían los que manejarían todos los hilos del gobierno franco durante el siguiente siglo y medio. Es importante el Concilio de París del año 614, donde eclesiásticos y nobles obtuvieron grandes beneficios. De hecho, antes de su muerte le obligaron a que el sucesor fuera su hijo Dagoberto I. Por otro lado, su hermano Cariberto II fue nombrado virrey de Aquitania para que luchara contra los vascones rebeldes de la zona.
El reinado de Dagoberto I y la construcción de la Abadía de San Denis
Dagoberto I trasladó la capital de Metz a París, y levantó la Abadía de San Denis, fundada por Santa Genoveva, donde serían enterrados muchos de sus sucesores… y también ordenó la construcción del castillo más antiguo de Alemania, el de Alten Schloss, en Merseburg.

Reorganizó la administración y la justicia del reino e hizo un montón de cosas buenas como tratados de paz y esas mierdas. Además, en estos años el obispo galo-romano Gregorio de Tours acabó su libro “Historia de los Francos”, que como su propio nombre indica, contaba la historia de los francos hasta casi el año 600.
También tuvo momentos bastante lamentables, como su derrota contra los eslavos por ejemplo. Pipino de Landen y otros nobles de Austrasia le tenían cogido por los huevos, y le obligaron a que nombrara rey del territorio a su hijo Sigeberto III, de poquitos años, para controlarlo ellos. Por su parte, Dagoberto nombró a su otro hijo, Clodoveo II, rey de Neustria, y el reino volvió a fragmentarse.

Con su muerte en el año 639 y con sus dos hijos menores de edad, los mayordomos de los dos reinos obtuvieron el control total de todo… y esto acabaría por destruir a la dinastía merovingia.
Los Reyes Holgazanes y la lucha por el poder en la Francia Merovingia (639-751)
Este periodo de poco más de un siglo se conoce popularmente como el de los reyes holgazanes porque estos reyes merovingios fueron todos una panda de vagos que se dedicaron más a vivir la vida que a gobernar. Bueno, tampoco es que tuvieran muchas opciones. Todas sus funciones fueron copadas por la nobleza y los mayordomos de palacio, especialmente los de una familia: los Pipínidas.

Pipino de Landen
El primero fue Pipino de Landen, cuyo hijo Grimoaldo heredó su cargo e hizo al rey Sigeberto III nombrar a su hijo, Childeberto el adoptado, como rey. Los nobles no vieron nada bien esto y tanto el mayordomo como su hijo acabaron condenados a muerte en el 662.
Teodorico III, Pipino de Heristal y la Batalla de Tertry
En esa época también hubo movida en Nuestria, pues el mayordomo Ebroino, partidario de los reyes, se enfrentó a la nobleza liderada por el obispo de Autun Leodegardo, pues tras la muerte de Clotario III sentó en el trono al hijo de éste, Teodorico III, pero los nobles hicieron rey al ya rey de Austrasia Childerico II. Tres años y a la tumba; Teodorico III y Ebroino volvían a controlar el cotarro.

Sin embargo, aquí aparece el sobrino de Grimoaldo, Pipino de Heristal, el mayordomo de Austrasia, y volvieron las hostias entre ambos reinos. Tras la Batalla de Tertry (687) venció a Bertar, mayordomo rival del reino de Neustria, y al rey Teodorico III, y Pipino pudo gobernar todo el Reino Franco menos Aquitania, que empezó a ser gobernada por el poderoso duque Odón el Grande.

Carlos Martel y la Batalla de Poitiers o Batalla de Tours
En el año 714 murió el Pipino este pero todos sus hijos la habían palmado. Bueno, quedaba uno que tuvo con una concubina, Carlos Martel, pero la reina viuda Plectruda lo encarceló en Colonia. Se escapó, conquistó Austrasia, colocó al títere Clotario IV… y después logró echar del poder a Chilperico II y a su mayordomo Rainfroi.

Gobernó cerca de 20 años bastante a su bola, emprendiendo grandes campañas bélicas. Peleó contra Sajonia, contra los bávaros de Baviera, e invadió el territorio que los Frisios mantenían en los actuales Países Bajos. Su último caudillo fue Redbad I, quien no pudo hacer nada para evitar la conquista.
Pero sin duda su mayor gesta fue la paliza que metió a los invasores árabes del Califato Omeya durante la Batalla de Poitiers o de Tours del año 732, aliado con el ya mencionado Odón de Aquitania. Algunos años antes estos tipos habían conquistado toda la península ibérica tras eliminar al último rey visigodo, Rodrigo, en la Batalla de Guadalete (711). Ahora querían más, pero a base de espadazos, Carlos “el Martillo” logró que dejaran de molestar durante un tiempo.
Martel murió en el 741 y como era costumbre repartió sus títulos entre sus hijos: Carlomán heredó el título de mayordomo de Austrasia y Pipino el Breve el de Neustria. Sin embargo, el primero no tardó mucho en aburrirse y retirarse a un monasterio, por lo que en el 747 Pipino el Breve se hizo con el control de todo.
Childerico III y el fin de la dinastía merovingia
El último rey merovingio fue Childerico III, que estaba ahí de pasmao, y Pipino maniobró con argucias legales con el Papa Zacarías para poder convertirse él en rey oficialmente. Y al final el papado, ante la amenaza lombarda y viendo que los francos eran sus únicos amigos, deciden que ok, que se haga rey.
Así, en el 751 Pipino el Breve fue coronado por San Bonifacio en Soissons. Con él llegó al poder del Reino Franco una nueva dinastía: la Carolingia.