Hoy empezamos con la historia de Inglaterra. Pero antes de entrar en ello, creo que sería bueno hablar un poco de geografía. ¿Qué es Gran Bretaña? Pues es la isla alargada situada sobre Francia. También conocida en la antigüedad como Britania o Albión. A su lado está la isla de Irlanda o de Eire o de Hibernia.
¿Y qué es Reino Unido? Pues un país, no una isla. Un país formado por Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte. Y sí, esta serie la titulo Inglaterra porque, aunque hable puntualmente del resto de lugares, voy a centrarme sobre todo en Inglaterra.
La mayor parte de Inglaterra es, por lo general, una enorme llanura sin apenas montañas. La parte norte es la excepción, y allí encontramos los montes Peninos. No confundir con los Apeninos que son los que atraviesan Italia. Es en Escocia donde encontramos un relieve más pronunciado, concretamente en los montes Grampianos. Aquí se encuentra la montaña más alta del Reino Unido, llamada Ben Nevis, con 1343 metros de altitud.
En cuanto a ríos, el más famoso es el río Thames, castellanizado como río Támesis. Este os sonará porque es el que atraviesa la ciudad de Londres, y también porque es el 2º río más largo de Reino Unido. Otros importantes son el Gran Ouse, el río Trent, que atraviesa Nottingham, y el río Ouse.
El río Severn, el más largo y caudaloso del país, nace en Gales, concretamente en los montes Cámbricos, llamados así porque el nombre antiguo de Gales era Cambria. Y cámbrico también es un periodo geológico del Paleozoico, y le pusieron ese nombre por haber sido identificado en Gales. Si os interesa conocer esa parte de la prehistoria, arriba os dejo un enlace.
Finalmente, en las Highlands, o tierras altas de Escocia, encontramos el famoso Lago Ness. El lugar se hizo famosísimo por la creencia de que bajo sus turbias agua se escondía un plesiosaurio apodado como Nessie.
PREHISTORIA EN LAS ISLAS BRITÁNICAS (Hace 500.000 años-43 d.C.)
Hace 500.000 años, Gran Bretaña no era una isla, sino que estaba unida al continente europeo gracias a un puente de tierra situado en lo que hoy es el Canal de La Mancha. Esto era debido a las varias glaciaciones que vivió la Tierra durante este Paleolítico.
Fue así como los Homo Heidelbergensis empezaron a poblar este lugar. Se dedicaron mayormente a la caza de diferentes criaturas, como elefantes, rinocerontes e hipopótamos prehistóricos. Porque sí, antes estos enormes bicharracos habitaban en esta zona.
Hace 230.000 años llegaron los Homo Neandertalensis, quienes sustituyeron a los anteriores, y se hicieron los amos del lugar. A pesar de que por esos años ya existía el Homo Sapiens, éste no pisó Gran Bretaña hasta hace 40.000 años más o menos.
Sin embargo, el número de humanos modernos no empezó a ser numeroso hasta el final de la última glaciación hace 13.000 años. El hielo se derritió, el nivel del mar se elevó, y Gran Bretaña se convirtió en la isla que todos conocemos. Eso sí que es un brexit. Más o menos hacia el 5000 a.C. ya estaba la costa prácticamente igual que ahora. Sin embargo, eso no significó un aislamiento del resto del mundo.
En los siguientes siglos, hubo muchas oleadas de inmigrantes venidos de Europa que llevaron a la isla la ganadería, el cultivo del trigo, la cebada o la fabricación de cerámica. Fue así como, hacia el 4000 a.C., comenzó el Neolítico. Diferentes grupos humanos se instalaron en colinas y construyeron empalizadas y fosos. Destaca el asentamiento de Windmill Hill, construido en torno al 3700 a.C. También se realizaron enterramientos en los llamados túmulos largos, o Long Barrows, que son sepulcros de inhumación colectiva que podían alcanzar los 100 metros de largo.
Quizás uno de los más antiguos sea el Túmulo de West Kennet. Se trata de una tumba en Wiltshire donde se hicieron diversos enterramientos. Este fue el primer gran ejemplo de megalitismo en las islas británicas.
A partir del año 2500 a.C., mientras en Egipto se levantaban las Pirámides de Guiza, un poco al norte de la actual Salisbury, se comenzó a construir el famoso Stonehenge. Este monumental crómlech parece que se usaba como observatorio astronómico para predecir las estaciones, aunque es sólo una teoría. Una teoría de las muchas que hay. En realidad, nadie se pone de acuerdo sobre la finalidad de estos lugares. Posiblemente las gentes que construyeron Stonehenge se dedicaran a hacer rituales cada solsticio de verano, y también se han hallado enterramientos en sus inmediaciones. Y no, ni son portales interdimensionales, ni son obra del mago Merlín ni tampoco lo hicieron los extraterrestres.
Conocemos las técnicas de construcción, algo que parece que llevó más de mil años, y también se han hallado restos de las casas donde vivían sus constructores.
Otro lugar famoso que está muy cerca de Stonehenge es el yacimiento de Durrington Walls. En el interior de ese círculo se han encontrado restos de una aldea neolítica del año 2500 más o menos, con gran cantidad de viviendas hechas con barro y madera. Finalmente, una gran avenida conectaba el lugar con el río Avon. Y justo al ladito se levantó una estructura circular hecha con postes de madera, de ahí que reciba el nombre de Woodhenge. No se conoce tampoco la función de este lugar, y tampoco se sabe exactamente si estaba al descubierto o si tenía algún tipo de tejado. Por último, también muy cerca, podemos encontrar el círculo de West Amesbury… y el Cursus, un antiguo foso alargado. ¿Para qué servían?
Hacia el año 2500 a.C. empezaría la Edad del Bronce, un poco después de la llegada de una nueva cultura: la Cultura del Vaso Campaniforme, que aparte de ser famosa por crear vasos de cerámica con forma de campana, también tenía el conocimiento para fabricar armas de bronce. Este bronce se obtenía mezclando cobre con estaño, y da la casualidad de que en Cornualles y en Devon existían grandes yacimientos de estaño, por lo que el sur inglés experimentó un auge comercial. Es famosa la ruta del estaño, que atravesaba la Galia y llegaba hasta diferentes puntos del Mediterráneo.
A esta cultura también se la conoce como Cultura de Beaker, y se piensa que sus gentes reemplazaron con el tiempo al 90% de habitantes del sur de Inglaterra. Posterior a ésta es la Cultura Wessex, quienes levantaron necrópolis formadas por grandes túmulos donde enterraban a las élites guerreras.
De esta época destaca el Caballo Blanco de Uffington, una figura de 110 metros de largo… esculpida en una colina de Oxfordshire rica en creta. La creta es una roca caliza bastante común al sur de Inglaterra, de color muy blanco. Destacan los famosos acantilados de Dover. También está el Hombre Alto de Wilmington y el gigante de Cerne Abbas, en Dorset, pero parece estos los hicieron a modo de cachondeo hace 300 años o así.
Finalmente, la última etapa prehistórica fue la Edad del Hierro, que comenzó hacia el año 800 a.C. El hierro era la leche porque era más fuerte y más abundante que el bronce, y con este material se hicieron desde arados hasta armas de guerra.
Esta tecnología llegó a Britania de mano de los Celtas, quienes ocuparon gran parte del sur inglés durante prácticamente los siguientes mil años. Ya hice un vídeo hablando en detalle sobre ellos. En resumidas cuentas, estas gentes eran muy buenos artesanos del hierro y de otros materiales, y estaban bastante bien organizados.
Se agrupaban en tribus lideradas por un rey, y existía una nobleza formada por los guerreros más fieros. También destacaba una clase compuesta por sacerdotes, los famosos druidas. Las clases más bajas de los celtas estaban compuestas por trabajadores del campo, ganaderos y esclavos.
Tuvieron bastante movida con los nativos de la isla, especialmente con otros fieros guerreros preceltas que vivían en el norte y que se llamaban Pictos. Debido a esto, los celtas comenzaron a levantar fortalezas de madera por todo su territorio. Destacan los Hillforts, o fuertes de colina, con complejos sistemas de murallas, fosos y terraplenes. En su interior se encontraban las viviendas, generalmente de madera y planta circular. Y luego estaban los graneros, que estaban elevados sobre pilotes de madera. Algunos famosos son, por ejemplo, el castro de Maiden, en Dorset… el Castillo Chun, en Cornualles… el de Eddisbury, en Cheshire… y el de East Lomond, en Escocia.
Hacia el año 350 a.C. tenemos al explorador griego Piteas de Masalia explorando el litoral británico. Él fue el 1º en poner por escrito un poco de la historia y costumbres del lugar. Aquí conocemos el nombre de muchos de estos pueblos britanos celtas: icenos, brigantes, coritanos, dumnones, demetas, siluros, ordovicos, trinovantes, cantiacis, regnenses etc.
A éstos habría que añadir nuevos inmigrantes como los belgas, que como su propio nombre indica, venían de lo que hoy es Bélgica. Destacan los atrebates, y puede que también los catuvelaunos. Poco a poco, estos belgas se fusionaron con los britanos, y los pequeños poblados fueron creciendo y expandiendo su influencia, e incluso el comercio mejoró una barbaridad. También los Parisi de la Galia acabaron asentándose en lo que hoy es Yorkshire.
Algunas lenguas celtas han sobrevivido hasta la actualidad, como las goidélicas, compuestas por el gaélico escocés, el gaélico irlandés y el gaélico manés, hablado en la isla de Man. Este gaélico se originó en Irlanda, pero los escotos lo expandieron a Escocia a partir del siglo V. Luego están las lenguas britónicas: el galés, hablado en Gales…, el cúmbrico de Cumbria… el bretón, hablado por los britones, cuyos hablantes acabarían emigrando a la Bretaña francesa después de las invasiones anglosajonas… Y finalmente estaría el córnico de Cornualles, que actualmente es hablado por 3000 personas.
La prosperidad de Britania atrajo las miradas de la República Romana. Julio César estaba en plena Guerra de las Galias cuando se le ocurrió que sería una muy buena idea visitar a los celtas que habitaban Britania. Hubo dos expediciones, una del año 55 a.C. y otra al año siguiente.
En esta última, César se enfrentó con la tribu britana de los Catuvelaunos, dirigidos por Casivelono. Este es el primer britano histórico del que tenemos constancia. Casivelono perdió, pero César tuvo que regresar a la Galia por la traición de Comio, el líder de los atrebates, una tribu belga de la Galia que se pasó al bando de Vercingétorix.
Si habéis visto los vídeos de Roma ya sabéis lo que pasa, César venció, pero pasó de Britania, y tuvo que volver a Roma para empezar una guerra civil contra Pompeyo. Sin embargo, Comio y sus atrebates migraron y se instalaron en Britania, formando un reinito. Pasaría un siglo para que los romanos se tomaran en serio una invasión de Britania.
BRITANIA ROMANA (43-410 d.C.)
En el año 27 a.C., Augusto se convirtió en el primer emperador del Imperio Romano, y planeó hasta en 3 ocasiones invadir Britania, pero por diversos motivos no pudo ni empezar.
Roma se había aliado con la tribu de los trinovantes, pero en el año 9 d.C., aprovechando lo de Teutoburgo, los catuvelaunos, dirigidos por el rey Cunobelino, empezaron una guerra contra ellos hasta arrinconarlos. A Cunobelino le sucedió su hijo Togodumno, y bajo su mando, los catuvelaunos se convirtieron en el reino más poderoso del sur de Britania.
Britania pasó a ser el nombre del territorio ocupado por los romanos, en oposición al irreductible norte, Caledonia, luego llamada Escocia. A los celtas que allí vivían se les llamó Britanos. Los romanos también llamaban a Gran Bretaña Albión, y a la isla de Irlanda Hibernia, por la tribu de los iverni. Ambas islas formarían las islas Brites o Británicas.
En el año 43 d.C., los romanos seguían aliados con los trinovantes, y luego también hicieron amistad con Verica, rey de los atrebates. Verica se enfrentó con Togodumno y su hermano Carataco, pero tras ser derrotado tuvo que largarse de Gran Bretaña.
Parece que reinstaurar como rey a Verica fue el pretexto usado por el emperador romano Claudio para comenzar la Invasión a Britania. El general romano Aulo Plaucio, primero aseguró el control del territorio de los trinovantes, y después fueron a por los catuvelaunos. Togodumno comenzó una resistencia antiromana, pero acabó muerto durante la batalla del Támesis. Tras eso, le sucedió como rey su hermano Carataco.
La batalla final contra los catuvelaunos tuvo lugar en la capital catuvelauna, Camulodunum, actual Colchester. Tras la victoria romana, muchas tribus britanas aceptaron la soberanía romana, pero no fue el caso de Carataco, que huyó y organizó otra resistencia más al oeste. Mientras tanto, los romanos instalaron su capital en Camulodunum y reinstauraron a Verica como rey de los atrebates, pero jurando lealtad a Roma, por supuesto.
Durante los siguientes años, el avance romano por la isla fue imparable. En el año 47 tenemos al general y gobernador de Britania Ostorio Escápula, quien dirigió varios ataques en Gales contra las tribus más potentes del lugar: los siluros y los ordovicos, las cuales estaban dirigidas por Carataco. En el año 50 fueron vencidas en la Batalla de Caer Caradoc, y Carataco volvió a huir, y esta vez se refugió con la tribu de los Brigantes. Sin embargo, su reina Cartimandua no quería movidas, y se lo entregó a los romanos. Se cuenta que fue llevado encadenado ante el emperador y éste terminó perdonándole la vida.
Sin embargo, otra reina de la zona no tenía ganas de llevarse bien con los romanos. Hablo de Boudica, o Boadicea, la reina de los Icenos. Entre el año 60 y el 61 se levantó en armas contra los invasores. Al parecer su cabreo venía porque cuando falleció su marido, el rey Prasutago, dejó en testamento la mitad de su territorio al emperador Nerón, pensando así que estarían en paz. Sin embargo, el procurador romano de Britania, Cato Deciano, lo confiscó todo y puso unos impuestos jodidamente altos. Además, mandó azotar a Boudica y permitió que algunos romanos violaran a sus hijas.
La rebelión de Boudica tuvo enorme éxito. Muchas tribus rebeldes se le unieron, no sólo por ser la esposa del rey, sino porque también era la sacerdotisa de la diosa de la guerra Andraste. Con un enorme ejército de guerreros, Boudica logró saquear varios asentamientos romanos, como Camulodunum y Londinium.
Sin embargo, unos meses después, el general romano Cayo Suetonio Paulino logró vencerla en la Batalla de Watling Street. Y Boudica se hizo un seppuku. Bueno, en realidad nadie sabe qué pasó con ella. Unos dicen que fue herida, otros que se auto-envenenó, otros que enfermó y otros que se clavó su espada.
Tras esta victoria, la situación en el sur de Britania estuvo más tranquila. Los romanos empezaron a romanizar a la población y los reinitos celta-britanos fueron absorbidos por la administración romana. Britania se convirtió en una provincia del Imperio romano con capital en Camulodunum. Aquí se empezaron a fundar nuevas ciudades y se realizaron grandes obras arquitectónicas como acueductos, calzadas, puentes, sistemas de alcantarillado, baños públicos o anfiteatros.
La principal ciudad romana de la que podemos hablar es la ya mencionada Londinium, que en el futuro sería llamada Lunden y después Londres. Sin duda, esta fue la ciudad más grande y el centro del comercio britano-romano. Tanto fue así que pronto los romanos la convirtieron en la capital de la provincia.
Otra famosa es Caleva, actual Silchester. Camulodunum, futura Colchester, continuó siendo importante, pero perdió la capitalidad. Más importante fue Lindum, actual Lincoln. Y también Glevum, actual Gloucester. Aquae Sulis fue llamada así por sus aguas termales, un lugar cojonudo para levantar unos baños molones. Ahora es conocida como Bath, por los baños estos. Finalmente, la ciudad situada más al norte fue Eboracum, que más tarde pasaría a llamarse York.
Un gobernador a destacar fue Julio Agrícola. Conquistó muchas nuevas tierras, hasta que, en el año 80, llegó hasta Caledonia. Allí se enfrentó con los feroces Pictos, destacando la victoria en la Batalla del Monte Graupio, ocurrida en el año 84. Aun así, este lugar fue bastante inestable y chungo de controlar.
En 115, los pictos conquistaron la guarnición romana de Eboracum, y por ello, el emperador Adriano ordenó la construcción de una enorme muralla, el famoso Muro de Adriano. Son 118 kilómetros de muralla, fue una construcción de la leche. Esta fue la inspiración para el muro de Juego de Tronos, por cierto. La cosa no quedó ahí, pues el sucesor de Adriano, Antonino Pío, ordenó la construcción de otra muralla más al norte, a la altura del fiordo de Forth. De todas formas, ésta tuvo que ser abandonada, y sería la muralla de Adriano la auténtica frontera entre la Britania romana y Caledonia.
En el siguiente siglo no pasó nada importante a destacar. Bueno, sí, en el año 211, el emperador Septimio Severo fue a conquistar el norte y acabó palmando en Eboracum. En el 260, la Galia se independizó de Roma, incluyendo Britania, pero esto sólo duró 14 años.
Entre los años 286 y 296 tenemos la Revuelta de Carausio. Este jefe naval romano se declaró emperador de Britania y del norte de la Galia. Fue independiente por una década, hasta que acabó siendo vencido por el emperador y tetrarca Constancio Cloro, el papaíto de Constantino I. Tras eso, se reorganizaron las provincias: Britania Prima, Britania Secunda, Flavia Caesariensis y Maxima Caesariensis. Luego habría que añadirle la provincia de Valentia.
En los siguientes años, otros militares romanos también intentaron hacerse con el control de Britania. Por ejemplo, en el año 367, ocurrió la Gran Conspiración, en la que una guarnición del muro de Adriano se rebeló y dejó entrar a pictos, attacotti y escotos. Los attacotti y los escotos, por cierto, eran dos pueblos gaélicos de Irlanda que empezaron a migrar a Caledonia y a pelear contra los pictos. De los escotos vendrá el nombre de Escocia.
Llegamos al siglo V. Año 407. El Imperio Romano estaba bastante jodido debido a las invasiones bárbaras de los pueblos germánicos. El emperador Constantino III sacó de Britania a gran parte de las tropas para llevárselas a luchar a la Galia. Esto fue aprovechado por otros invasores germánicos. Estos fueron tres, principalmente: anglos, sajones y jutos. Estos tres pueblos germánicos procedían del norte alemán y de la península de Jutlandia, lo que hoy es Dinamarca. Estos hechos son conocidos como las invasiones anglosajonas.
En el año 410, los britano-romanos pidieron ayuda al emperador Honorio, pero éste dijo que se las apañaran como pudiesen. Esa fecha marca el fin de la Britania romana y el comienzo del dominio anglosajón. Éstos fueron formando siete reinos, conocidos como la Heptarquía Anglosajona. Aquí ya empezaría la historia medieval de Inglaterra, pero para conocer esa historia, ve a la sección de Edad Media.
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