Arte Renacentista: El Cinquecento

Si en el capítulo anterior conocimos el Renacimiento del periodo Quattrocento, ahora toca hablar del Cinquecento, o Alto Renacimiento, que se desarrolló entre los años 1500 al 1600, es decir, el siglo XVI.

El Cinquecento por Europa

La principal característica de este Cinquecento es que en Italia se va a desarrollar un Renacimiento pleno, y también va a aparecer el manierismo, que luego explicaré qué es. Mientras tanto, el resto de Europa ya asimila por completo este clasicismo, pero de forma tardía y un tanto imperfecta, ya que quedó bastante mezclado con la tradición gótica, la cual estaba muy arraigada.

Aún así, el Humanismo fue calando en diferentes lugares de Europa gracias a diferentes filósofos y escritores, como el holandés Erasmo de Rotterdam, los españoles Antonio de Nebrija, Luis Vives o el Cardenal Cisneros… el francés Jacques Lefevre d’Etaples (lefré detaplés), o los ingleses John Colet y Tomás Moro.

El Cinquecento alemán: Alberto Durero, la técnica del grabado y otros artístas célebres

Al Sacro Imperio Romano Germánico, o Alemania, también llegó este aire renacentista, y de allí es famoso Alberto Durero, quien hacia 1494 se trasladó a Venecia para estudiar arte. Cuando volvió a su tierra se convirtió en el exponente más célebre del renacimiento alemán. Una de sus obras es un Autorretrato, una pintura llena de realismo, de detalle y de colorido, y con un paisaje de fondo. Otras de sus obras son Adoración de los Reyes, Fiesta del Rosario, Los Cuatro Apóstoles, Martirio de los 10.000 cristianos, Adán y Eva, Lamentación por Cristo, Grabados del Apocalipsis…

Autorretrato de Alberto Durero

De hecho, Alberto Durero es considerado uno de los que popularizó el arte del grabado. El grabado es una técnica de impresión en la cual se dibuja sobre una superficial sólida llamada matriz, donde se pone tinta. Luego, como si fuera una estampa, se presiona sobre un papel o tela y ya tienes la imagen. Si esta técnica se realiza sobre madera se llama xilografía, y si es sobre una piedra: litografía.

Otros artistas importantes serían Matias Grunewald, famoso por escenas religiosas llenas de dolor…

Lucas Cranaj, retratista que retrató a muchos príncipes alemanes y también a Martín Lutero…

Y Yoakim Pátinir, un autor de origen flamenco famoso por sus paisajes, como Caronte cruzando la Laguna Estigia, de 1524.

Otro alemán a destacar es Hans Holbein el Joven, con su obra Los Embajadores del rey de Francia Francisco I, de 1533, que presenta un retrato doble. También retrató al rey Enrique VIII de Inglaterra y a Tomás Moro.

Mientras que Pieter Brueghel el Viejo pintó Los Proverbios Flamencos, de 1559, y con mucha influencia de El Bosco. Otra obra alegórica suyas es El Triunfo de la Muerte. También le dio fuerte por el naturalismo y la cotidianeidad con La Boda Campesina, Cazadores en la Nieve, La Cosecha… Pero quizás su obra más famosa es La Torre de Babel, de 1563.

La Torre de Babel por Pieter Brueghel el Viejo en 1563

La Reforma Protestante de Martín Lutero

De todas formas, en Alemania no todo era arte y alegría. Ahora tenemos que hablar de la Reforma Protestante comenzada por Martín Lutero hacia 1517. Lutero veía que la Iglesia de Roma se había llenado de corrupción y pecado, y propuso una reforma. Sin embargo, todo acabó en un cisma brutal entre el catolicismo y el protestantismo, sin que el emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio pudiera hacer nada.

Más tarde, de este protestantismo surgieron nuevos cismas, como el Calvinismo de Juan Calvino o el Anglicanismo, creado por el rey Enrique VIII de Inglaterra porque no le dejaban divorciarse. Si queréis saber más del tema del protestantismo puedes ver mi vídeo sobre Carlos V y la reforma protestante.

El Cinquecento francés: Jean Cousin, Jean Clouet y François Clouet

En Francia, el Renacimiento estuvo ligado casi exclusivamente a la monarquía. En arquitectura destaca el Palacio de Chambord, en cuyos diseños participó Leonardo da Vinci, y también destaca el Palacio de Fontainebleau, que introdujo el manierismo en Francia.

Palacio de Chambord
Palacio de Fontainebleau

Los artistas franceses más importantes de este periodo son Jean Cousin, con su cuadro Eva prima Pandora y el tapiz de San Mamés y el duque Alejandro…

Jean Clouet, con su retrato al rey Franscico I de Francia. Y su hijo François Clouet, quien heredó de su padre ser el pintor oficial de la corte francesa, y pintó a su amigo boticario Pierre Quthe y a la Dama en el baño, que era la duquesa Diana de Poitiers.

El incompleto Cinquecento inglés

El caso de Inglaterra es especial, y el estilo renacentista fue adoptado parcialmente. En general siguieron siendo bastante góticos tras romper con la Iglesia Católica. Un ejemplo famoso es el Palacio real de Hampton Court, cerca de Londres, una de las residencias de Enrique VIII desde 1536. Dicen que por sus pasillos todavía habita el espíritu de una de sus esposas, Catalina Howard.

Palacio real de Hampton Court

Introducción al Cinquecento italiano

Pero bueno, ahora lo que nos interesa es Italia. Este Cinquecento comenzó en 1492, con la muerte de Lorenzo el Magnífico y la llegada al poder de Roma del papa Alejandro VI, o Rodrigo Borgia. Y es que el centro cultural renacentista se trasladó de Florencia a Roma, concretamente el Vaticano.

Y continuaría con enérgicos papas como Julio II, el papa terrible, o León X, el papa Médici. Estos estuvieron muy interesados en renovar el arte de la milenaria ciudad y devolverla a su antiguo esplendor.

La arquitectura del Cinquecento

Para seguir el orden tradicional, hablemos primero de la arquitectura.

Bramante, el primer gran arquitecto del Cinquecento

El primer arquitecto importante de este Cinquecento fue Bramante. Aunque en un principio trabajó en Milán, pronto fue reclutado por el papado para construir el Patio del Belvedere, en 1505. Luego construyó el Templete de San Pietro in Montorio, también en Roma, inspirado en antiguos templos romanos y levantado en el mismo lugar donde se dice que crucificaron a San Pedro.

Pero su gran obra sería sin duda sus diseños para la nueva Basílica de San Pedro del Vaticano, de planta de cruz griega inscrita en un cuadrado y cubierta por una gran cúpula octogonal. De todas formas, la construcción de tan descomunal basílica tardaría más de un siglo en concluirse, y fue modificada en muchísimas ocasiones, especialmente por Miguel Ángel, al que luego conoceremos. Para construir y decorar la nueva basílica y otras nuevas construcciones en sus alrededores, muchísimos artistas llegaron a Roma y se convirtió en la nueva capital del arte renacentista.

Andrea Palladio y el orden paladiano

El veneciano Andrea Palladio creó su propio estilo arquitectónico, el orden paladiano, donde destacan fachadas de grandes columnas rematadas por frontones. Podemos verlo en la Villa Barbaro o en la Villa Foscari, en Venecia. A las afueras de Vicenza, construyó la Villa Capra, inspirada en los templos romanos. Es llamada también “la Rotonda” por su gran sala central circular.

En Venecia es famosa la Basílica de San Giorgio Maggiore, en la cual Paladio usó frontones partidos más bajos para las naves laterales.

Otras de sus obras famosas, en la ciudad de Vicenza, son el Palacio Valmarana, el Palacio Chiericati, y la Basílica Paladiana, con sus arcos de medio punto flanqueados por vanos adintelados.

Parece que su obra teórica “Los 4 libros de arquitectura” acabó influenciando a muchas mansiones de estilo neoclásico del sur de los Estados Unidos. Su última gran obra fue la Iglesia del Redentor en Venecia, que Paladio nunca llegó a ver terminada.

El célebre Giorgio Vasari y el origen de las palabras «renacimiento» y «gótico»

Quizás el arquitecto más célebre de esta época sea Giorgio Vasari, el arquitecto oficial de Cosme I de Médici, quien sería el primer Gran Duque de Toscana, un gran estado que gobernaría este territorio durante la Edad Moderna.

En 1550, Giorgio Vasari escribió «Vida de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos», obra que podríamos considerar el primer libro sobre historia del arte. Fue este Vasari quien acuñó el término “Renacimiento”, y estableció la diferenciación entre el mundo clásico, la Edad Media, y este nuevo renacer del clasicismo. También acuñó el término “gótico” para referirse al arte medieval como algo despectivo, algo propio de bárbaros y de tiempos oscuros. Sin embargo, esta mentalidad renacentista de despreciar lo medieval no se corresponde con la realidad. La Edad Media ni era oscura ni el arte gótico era de gente bárbara; esas eran percepciones de la mentalidad de aquella época.

Diez años después, Vasari construyó el Palacio de los Uffizi en Florencia, que serían las oficinas burocráticas del Ducado, y que conectaba con el Palacio Pitti, la residencia del duque, a través del Corredor Vasariano, también diseñado por él como así lo indica su nombre.

Giacomo Vignola y el manierismo

Por último, Giacomo Vignola fue un discípulo de Miguel Ángel, que diseñó el Palacio o Villa Farnesio, en Caprarola, de 1559, de forma pentagonal y con grandes jardines que fusionaban vegetación y arquitectura. Otra fue la Villa Julia, para el papa Julio III.

La principal obra de Vignola es la Iglesia del Gesú, en Roma, de 1568. Su estilo es manierista y algunos la consideran la primera iglesia del Barroco temprano, o al menos una precursora de este estilo.

¿Y qué es el manierismo, os preguntaréis? Pues fue la última fase del arte renacentista. Fue un nuevo estilo, o “manieras”, que buscaba alejarse de lo más clásico para experimentar y crear un estilo más refinado. Ese refinamiento y exceso de ornamentación acabaría dando origen al estilo Barroco, pero eso ya lo veremos más adelante.

Escultura del Cinquecento

Ahora pasemos a la escultura. En esa época se redescubrió el Laocoonte, una obra antigua de gran intensidad expresiva, y muchos artistas decidieron imitarla. Aquí se intentó potenciar la armonía de las formas, la grandiosidad y la monumentalidad.

El Laocoonte

Miguel Ángel

Michelangelo Buonarroti, mejor conocido como Miguel Ángel, fue el mejor escultor de su tiempo, aparte de pintor y arquitecto, y aunque ahora estemos en la parte de escultura, voy a hablar de todas sus obras en general porque si tengo que separarlas es un follón.

Miguel Ángel nació en Caprese, un pueblecito de la Toscana, en 1475. Tras pasar un tiempo bajo el servicio de Lorenzo el Magnífico en Florencia, para quien esculpió La Batalla de los Centauros o La Virgen de la Escalera, en la que vemos su dominio del skiachato, Miguelito volvió Roma y esculpió La Piedad del Vaticano, en 1495. En 1972 un australiano loco rompió uno de sus brazos con un martillo al grito de “yo soy Jesucristo”.

Hacia el año 1501 Miguel regresó a Florencia y esculpió su David con un bloque de mármol. La obra, colocada frente al Palazzo Vecchio, dejó a los florentinos boquiabiertos porque era enorme y muy realista, con mucha tensión y mucha expresión. Es que le hizo hasta las venitas. A Leonardo da Vinci le parecía una puta mierda, y hubo bastante rivalidad entre estos dos artistas.

Otro con el que se llevó mal nuestro querido Miguelito fue con Bramante. A este el papa Julio II le encargó construir la Basílica de San Pedro en Roma, mientras que Miguel se encargaría de un sepulcro gigantesco para el papa, pero Bramante convenció a Julio II para que hiciera a Miguel pintar varios frescos de la Capilla Sixtina. Esto lo hizo para joderle, ya que Miguel Ángel no era tan buen pintor como escultor, y aún así menudas obras de arte que hizo. Miguel Ángel acabó aceptando bajo pena de excomunión.

En estas escenas muestra varias escenas del Génesis, con figuras colosales y musculosas, con un estilo dramático y con mucha fuerza. Destaca La Creación de Adán, pintada sobre una de las bóvedas de la capilla. Prácticamente todo el techo de esta capilla lo pintó él, un trabajo del que acabó hasta los huevos. Sufrió un montón.

Al final sí que hizo una tumba para Julio II, pero nada que ver con el proyecto original. Fue mucho más modesto, pero esculpió un Moisés increíblemente realista. A esa mirada tan expresiva se la llamó “terribilitá”.

Entre 1520 y 1530, estuvo mucho en Florencia porque el nuevo papa, Clemente VII, el papa Médici, le encargó esculpir las tumbas de los Medici, entre las que destacan El Día y La Noche, sobre la tumba de Juliano de Medici. También levantó la Biblioteca Laurenciana, en Florencia, cuyas escaleras sirvieron de modelo en el Barroco.

En 1534, Miguelito volvió a Roma porque el papa Paulo III le encargó pintar más escenas en la Capilla Sixtina, concretamente en el ábside de la capilla. Ese mural fue El Juicio Final, en la cual se observa más dramatismo y oscurantismo, y dicen que Miguel Ángel se autorretrató en el pellejo de San Bartolomé, un santo al que despellejaron vivo. Aquí aparecen Cristo afeitao y la Virgen, y los que van al cielo y los que van al infierno.

También la obra contaba con varios desnudos, que no gustaron mucho al papa Pio V, y éste ordenó luego a otro pintor, Daniele da Volterra, tapar algunos de ellos. Por esto, la gente le apodó «bragetone», porque les puso a todos bragas.

También Miguel Ángel levantó el Palacio de los Conservadores en Roma, donde destaca el orden gigante, un orden de columnas que atravesaba varios pisos.

Hacia 1550, Miguel Ángel fue nombrado nuevo arquitecto de la Basílica de San Pedro del Vaticano. Él proyectó la gran cúpula, inspirada en la florentina de Brunelleschi.

Ya de viejo, esculpió la Piedad Florentina, una escultura de dos metros de altura en la que se retrata a él mismo sujetando a Jesucristo. Dicen que en uno de sus muchos arrebatos de ira empezó a darle martillazos y la jodió un poco.

Miguel Ángel murió en 1564, a la edad de 88 años, dejando sin acabar la Piedad Rondanini.

Benvenuto Cellini

Ahora pasemos a hablar de un escultor manierista llamado Benvenuto Cellini, un alumno de Miguel Ángel. Se cuenta que participó en el Saqueo de Roma de 1527 y que logró cargarse de un tiro al duque de Borbón, jefe de los ejércitos del emperador Carlos.

Estuvo un tiempo trabajando en la corte del rey francés Francisco I, y para él realizó el relieve en bronce de la Ninfa de Fontainebleau, y también un salero de oro y esmalte.

Luego pasó a trabajar para el duque Cosme I y realizó la estatua de Perseo con la cabeza de Medusa, que representaba cosas complicadas de plasmar como contorsiones corpóreas, expresión y psicología. Una de sus últimas obras fue el Crucifijo, que se conserva hoy día en el Escorial.

En el estilo manierista destaca sobre todo Giambologna, o Juan de Bolonia, con obras como la Venus de la Petraia, la estatua ecuestre de Cosme I, la Venus de los Jardines de Dobobli, El Rapto de las Sabinas y el Mercurio de bronce, o el Neptuno, también de bronce.

Para acabar con la escultura sería interesante mencionar el Bosque de los Monstruos, o Jardín de Bomarzo, un jardín diseñado hacia 1550 por Pirro Ligorio, y con esculturas monstruosas de Simone Moschino. Se encuentra cercano al Castillo de los Orsini en Umbría, ya que fue encargado por el condotiero Pier Francesco Orsini para sobrellevar su dolor por la muerte de su esposa.

Pintura del Cinquecento

Ahora toca hablar de la pintura del Alto Renacimiento. En esta época Leonardo da Vinci tuvo bastante fama por la ya mencionada técnica del Sfumato, que jugaba con la difuminación, y también por sus juegos con el color y la luz. Muchos artistas de este periodo van a seguir con su rollo, y la pintura se vuelve cada vez más naturalista y más realista.

Rafael Sanzio

Tenemos que empezar por un grande de la pintura: Rafael Sanzio, conocido simplemente como Rafael. El chaval tuvo una vida corta, vivió 37 años, de 1483 a 1520, pero fue muy crack.

Rafael empezó como alumno de Pietro Perugino, el maestro de la pintura umbra. Entre sus primeras obras importantes están Las tres Gracias y Los Desposorios de la Virgen, de 1504, que imita al cuadro homónimo de su maestro. También destaca la Madonna del Jilguero, de composición piramidal y con fondos con sfumato, técnica que aprendió de Da Vinci. Otra famosa es La Bella Jardinera, de composición piramidal, algo que haría bastante.

Su fama, y también su amistad con Bramante, hizo que el papa Julio II le encargarse pintar varios frescos en algunas estancias del Palacio Vaticano, las famosas Estancias de Rafael. La más célebre es la Escuela de Atenas, de 1509, donde representa a los filósofos clásicos más conocidos, y también se autorretrató.

Luego hay otros frescos como La Expulsión de Heliodoro del Templo, Encuentro de León Magno con Atila, El Incendio del Borgo, la Coronación de Carlomagno o la Visión de la Cruz. Un fresco famoso es el del Triunfo de Galatea, pintado para la Villa Farnesina, en el barrio de Trastévere en Roma. Esta obra representa el triunfo del amor platónico frente al carnal. Vemos a la nereida Galatea en pose “serpentinata”, es decir, sinuosa, un poco retorcida, algo inspirado en el Laocoonte y otras esculturas del periodo helenístico griego. Esta postura se puso muy de moda sobre todo en época manierista. 

Rafael también hizo algunos retratos como El Cardenal y el del papa Julio II. Otra obra interesante es La Transfiguración, donde representa a Jesús y a un tipo sufriendo un ataque epiléptico.

Entre sus obras arquitectónicas destaca la Villa Madama, de 1516, construida para el cardenal Julio de Medici, quien sería el nuevo papa Clemente VII. La villa tenía un patio central circular, baños, un ninfeo, un teatro al aire libre, jardines y un hipódromo. De todas formas, su prematura muerte por una insuficiencia cardiaca le impidió acabar con la obra.

La Escuela Venenciana

Ahora hay que hablar de la Escuela Veneciana. Los artistas de esta escuela estaban interesados en exaltar la riqueza de la República de Venecia. Aquí destacan elementos como el paisaje como tema en sí mismo, el color, los brillos metálicos y cosas de esas… en contraposición de los pintores florentinos, que priorizaban más el dibujo que el color y que usaban el paisaje solo como fondo. En Venecia se retrataba la opulencia de la ciudad de los canales, los trajes bonitos, las joyas, los placeres mundanos, los ambientes palaciegos, el desnudo, la sensualidad y también temas mitológicos.

Giorgione el fundador

El fundador de esta escuela fue Giorgione. Igual que Rafael no vivió mucho. Estudió en el taller de Giovanni Bellini y allí conoció a otro artista llamado Tiziano Vecellio. De Giorgione solo hay 6 obras, siendo la más famosa La Tempestad. Su significado es un auténtico misterio, y cada uno lo interpreta a su manera. Otras son Venus Dormida, Los Tres Filósofos y El Concierto Campestre.

Lorenzo Lotto

De Lorenzo Lotto tenemos el Retrato de Cassotti y su esposa o el Retrato de Lucrecia Valier.

Tiziano Vecellio

El ya mencionado Tiziano es nuestro siguiente pintor a destacar. Si por algo destaca Tiziano es por sus pinturas con espectacular colorido y mucha riqueza de matices. Su obra transmite vitalidad, lujo, alegría y sensualidad, especialmente si hay un desnudo femenino de por medio.

Con 20 años, Tiziano fue nombrado pintor oficial de la República de Venencia, y le encargaron varios retratos de los duques, y diferentes decoraciones para la Sala del Gran Consejo del Palacio Ducal.

De 1518 es La Asunción de la Virgen, situada en el altar mayor de la Basílica de Santa María Gloriosa dei Frari, en Venencia. El colorido de la obra volvió locos a sus contemporáneos. Gracias a esto empezó a recibir multitud de encargos, entre los que podríamos destacar El Martirio de San Pedro de Verona, de 1530, de la cual solo queda una copia ya que el cuadro original explotó por un proyectil austriaco.

Luego pintó algunos cuadros de temática mitológica, como La Bacanal, o Baco y Ariadna… y también retratos femeninos, como Flora, o Mujer mirándose al espejo.

Tras la muerte de su esposa, Tiziano se deprimió y su arte se volvió más dramático y un poco emo. De aquí destacan La Batalla de Cadore, obra perdida; Alocución del Marqués del Vasto; el Ecce Homo, la Presentación de María en el Templo y tres frescos para la cúpula de la Basílica de Santa María della Salute, en Venecia.

Gracias a todo esto, Tiziano se convirtió en el pintor con mayor fama del momento en Italia, y acabó trabajando para los príncipes y monarcas más poderosos, como el emperador Carlos, a quien le hizo varios retratos. Se cuenta que a Tiziano se le cayó un pincel y el emperador se agachó a recogerlo, dejando flipando a todos los cortesanos al ver que se arrodillaba ante un plebeyo. Carlos dijo: “dios puede hacer muchos emperadores, pero Tiziano solo hay uno”.

Para los duques de Urbino también realizó algunas obras, como La Venus de Urbino, de 1538, con bastante influencia de Giorgione, y tras esta hizo varias venus más. Para la Reina María de Hungría pintó a Sísifo y a Ticio, y hacia 1540 se trasladó a Roma, donde el papa Paulo III le encargó que le hiciera un retrato.

Durante sus últimos 20 años de carrera, Tiziano se volvió muy perfeccionista, y eso le impidió acabar muchas de sus obras. Algunas que sí acabó fueron La Coronación de Espinas o La Trinidad. Otras a destacar son Dánae recibiendo la lluvia de oro, Antíope o El Rapto de Europa, relacionadas con la mitología griega.

En El Martirio de San Lorenzo, Tiziano experimentó con el claroscuro y efectos nocturnos. La Religión Socorrida por España fue un tributo de Tiziano al rey Felipe II por su victoria en la Batalla de Lepanto, de 1571. Su última obra fue La Piedad, de 1576, donde supuestamente Tiziano se autorretrató junto a Cristo.

Paolo Caliari

Paolo Caliari, apodado el Veronés, siguió la línea de Tiziano y pintó obras muy coloridas como Moisés Salvado de las Aguas o Cena en casa de Leví. De 1560 es Jesús entre los Doctores, de 1568 es famoso Las Bodas de Caná, y de 1578 destaca El Triunfo de Venecia, que formó parte de la decoración del palacio ducal.

El manierismo pictórico

Ahora pasemos a hablar sobre el manierismo pictórico. Este manierismo se caracterizó por:

  • Colores fríos, apagados y metálicos.
  • Iluminación arbitraria.
  • Ausencia de equilibrio compositivo.
  • Dramatismo.
  • Búsqueda de lo desconcertante.
  • La importancia del movimiento de las figuras, a poder ser de forma antinatural, sinuoso y artificioso.
  • Líneas de fuga muy acusadas.
  • Cuerpos alargados y retorcidos.
  • Paisajes oscuros.
  • Cielos tormentosos…

Hay que entender el contexto histórico. Italia llevaba muchos años metida en diferentes guerras y todo eso generó cierto pesimismo en muchos artistas, que empezaron a cuestionar el ideal renacentista. Algunos ven el inicio del manierismo en 1527, con el saqueo de Roma por parte del emperador Carlos.

Agnolo Torri

Un pintor manierista fue Agnolo Torri, mejor conocido como Bronzino. Al tipo se le daban muy bien los retratos, y fue el retratista oficial del duque Cosme I de la Toscana. Le retrató a él y a su esposa Leonor de Toledo y a su segundo hijo en la Dama y el Niño. Otras de sus obra famosas son el Retrato de Lucrezia Panciatichi y Alegoría del triunfo de Venus.

Pontormo

Otro manierista famoso fue Pontormo, con dos de sus obras más famosas: Retrato de un Alabardero, y el Descendimiento de la Cruz. De Parmigianino destaca Cupido tallando su arco. También es famoso por la Esclava Turca y la Madona o Virgen del Cuello Largo.

Jácopo Comín

Y finalmente tenemos a Jácopo Comín, llamado generalmente Tintoretto. Tintoretto fue muy fan de Miguel Ángel, y siempre fue su modelo a seguir.

Tintoretto, aparte de manierista, también perteneció a la Escuela Veneciana, y también era fan de su maestro Tiziano, aunque parece que éste no veía con buenos ojos al chaval y terminó dándole la espalda.

Sus obras destacan por profundas perspectivas y efectos lumínicos originales, acompañados por personajes de gran expresividad y teatralidad. Destacan obras como El Lavatorio de los Pies, con arquitecturas fugadas hacia el infinito y composición descentrada. También destacan El Bautismo de Cristo y La Crucifixión.

Una de sus últimas obras fue La Última Cena, de 1594, con una perspectiva oblicua muy original para la época, y brutales claroscuros que ya anticipan el arte barroco.