SACRO IMPERIO: El Regreso de los Habsburgo – Federico III y Maximiliano I

La siguiente historia tiene lugar entre el año 1437 y el 1515

SACRO IMPERIO ROMANO GERMÁNICO 6: El Regreso de los Habsburgo: Federico III y Maximiliano I

ALBERTO II Y FEDERICO III (1437-1493)

Tras todo el movidón de las Guerras Husitas, Segismundo murió sin descendencia, por lo que dejó el Sacro Imperio en manos de su amigo y yerno Alberto II de Habsburgo, duque de Austria en aquel momento, y así fue cómo esta dinastía volvió a regir Alemania. El tío heredó el Reino de Bohemia y el Reino de Hungría, que se integraron dentro del Sacro Imperio. Eso sí, el pobre no duró ni dos años en el trono, pues la palmó de disentería mientras combatía a los turcos en Serbia.

Tras su muerte en 1439, su esposa Isabel daría a luz a Ladislao el Póstumo, quien sería nombrado rey de Hungría, Bohemia y duque de Austria. Por otro lado, el elegido para ser rey de romanos fue Federico III, hijo del duque de Austria Interior Ernesto el Férreo, también de los Habsburgo; y al contrario que su antecesor, su primo, éste fue el rey alemán que duró más en el trono: 53 años nada menos.

Aún así, el imperio seguía siendo un auténtico desbarajuste, formado por unos 1600 territorios donde a veces mandaba más que el rey un noble o una asamblea de burgueses. Y cada territorio iba bastante a su puta bola, es decir, que a diferencia de otros estados europeos que se encaminaban a la modernidad, aquí no había instituciones centralizadas ni por asomo. Para el colmo, la peña había talado tantos árboles para construir casas y para roturar tierras que se tuvo que prohibir la tala indiscriminada.

El primer gran problema de Federico fue Suiza. Zurich se había enemistado con otros siete cantones por unas tierras y pidió ayuda a Federico III, aunque tras varias batallas tuvieron que hacer las paces y quedarse como estaban. En 1452 Federico fue coronado en Roma como emperador del Sacro Imperio y también, en el mismo viaje, se casó con Leonor de Portugal. Con ella tuvo a su hijo Maximiliano I, que luego será importante. Se llevó bien con el papado, sobre todo porque años antes firmó con Nicolás V el Concordato de Viena (1448), para regular un poco lo que podía hacer cada uno.

Federico III dedicó sus primeros años de reinado a expandir su poder por toda Austria. Aquí cobra importancia la ciudad de Wiener Neustadt, la Nueva Ciudad Vienesa, que se convirtió en su residencia oficial. También volvió a convertir parte del territorio en Archiducado en 1453, poniendo como excusa el privilegium maius. Y es que los Habsburgo fueron poco a poco retirándose a sus patrimonios austriacos, lo que en el futuro supondría su separación de Alemania. Y nadie echaría a estos Habsburgo de Austria hasta 1918, con el final de la 1ª Guerra Mundial.

Justo en esos años tuvo lugar la invención en Maguncia de algo que lo cambiaría todo: la Imprenta de tipos móviles por parte de Johannes Gutenberg. Sí, ya conté en el vídeo que hice sobre la historia de Corea, que ellos ya tenían una imprenta dos siglos antes, pero quedó un poco difuminada por la invasión de los mongoles. Y hasta los chinos debieron de tener una de cerámica. En fin… este invento fue la hostia, porque hizo que ya no hiciera falta tener a los monjes ahí copiando a mano todos los libros.

Ahora se podían hacer copias muchísimo más rápido y se consiguió que mucha más gente tuviera acceso a literatura o que conociera la nuevas ideas científicas o filosóficas que iban surgiendo. O noticias, de donde siglos después salieron los primeros periódicos. Incluso publicaciones relacionadas con derechos y libertades, lo que más adelante sería conocido como la Ilustración, pero no nos adelantemos. Una de las primeras obras en ser impresa fue la Biblia de Mazarino, o Biblia de 42 líneas. Años después, en Estrasburgo, Johann Mentel imprimiría la primera Biblia en alemán.

Otra obra que tuvo éxito fue Germania, de romano Tácito. Se podría decir que esta obra contribuyó al sentimiento nacional alemán. La peña se flipaba al leer textos de hacía mil años que les decían que eran descendientes de tribus legendarias y esa mierda. De hecho, es por estos años cuando surge el término Deutschland (doich-lant), el territorio alemán. Así, en singular. También el título de rey de romanos fue siendo poco a poco abandonado en favor de Rex Germaniae o Rex Alemanniae. El rey de romanos pasó a designar a los herederos o a los elegidos por los emperadores.

Además, en Amberes, en Flandes, por el 1460, se fundó la primera Bolsa Internacional del Comercio. Su creador fue el noble Van Der Buërse, y de este apellido se piensa que vendría lo de “bolsa”. Era un edificio público para facilitar encuentros de carácter mercantil y negocios.

Como ya vimos en los episodios de Bizancio, la capital bizantina, Constantinopla, terminó por caer ante el otomano Mehmed II en 1453. Esto fue demoledor para el mundo cristiano, aunque tampoco se habían preocupado mucho por ayudar. Ahora los turcos dominaban todo el sur de los Balcanes, y eso era un problemón de la hostia. A partir de esta fecha hasta el 1471, durante casi 20 años, Federico III estuvo un poco desaparecido del gobierno alemán para vivir en plan de retiro en su hogar, Estiria.

Por suerte tuvo la ayuda de su canciller Schlick y de su secretario real y consejero Eneas Silvio Piccolomini, que en el futuro llegaría a ser el papa Pío II. Un poco entre todos fueron resolviendo los problemas que surgieron esos años. El primero tuvo que ver con el rey de Polonia Casimiro IV. En 1454 comenzó la Guerra de los 13 años, en la cual muchos nobles polacos residentes en la Pomerania, tomada por la Orden Teutónica, se revelaron y formaron la Confederación de Ciudades Prusianas. Los Caballeros Teutones acabaron firmando la Paz de Torun en 1466, y cedieron al Reino de Polonia la Prusia Occidental. Aunque eso sí, estos prusianos acabaron en guerra con Polonia porque ahora estos querían quitarles sus derechos.

Por otro lado, en Hungría, fue coronado rey Matías Hunyadi, mejor conocido como Matías Corvino. Invirtió mucha pasta en grandes proyectos de construcción en la capital, Buda, como la ampliación del Palacio Real de la ciudad. Pero donde más invertiría sería en convertirse en el tocahuevos oficial del Sacro Imperio durante los siguientes años. Y es que su plan último era ser coronado rey de romanos y emperador del Sacro, así, a lo loco, y lo primero que hizo fue invadir Bohemia, gobernada en aquel momento por el husita Jiri Podebrady, que murió y le sucedió Ladislao II. Corvino logró tomar el control de gran parte de Bohemia en el año 1469, y se autocoronó rey, quedando Hungría y media Bohemia unidas. El siguiente paso era conquistar Austria.

Aunque eso sí, hubo alguien que se le adelantó. Resulta que el hermano del emperador Federico, Alberto VI, se rebeló contra él y le asedió en su Palacio de Hofburg en Viena, por el año 1462. Federico prometió que a cambio de ayuda se pondría las pilas y haría cosas. Y otros príncipes alemanes le ayudaron, y Alberto acabó rindiéndose, muriendo poco después. De esta promesa, el rey alemán fundó la Orden de San Jorge, para defenderse de los turcos.

Durante su retiro, Federico III había maquinado un plan de la leche para convertir a los Habsburgo en los putos amos y dominar toda Europa. No a través de guerras, sino a través de matrimonios. Lo cierto es que le saldría todo de puta madre. Ya Matías Corvino le había pedido la mano de su hija Cunegunda, pero Federico rehusó; tenía otros planes, como casarla con el duque de Baviera. Fue por 1473 cuando se reunió en Tréveris con el duque de Borgoña Carlos el Temerario para concertar una boda entre su hija María de Borgoña y Maximiliano.

Este ambicioso duque había logrado reunir bajo su control el Ducado de Borgoña, el Condado de Borgoña o Franco-Condado, Flandes (incluyendo Países Bajos), y también el Ducado de Luxemburgo. Y más cosas. Ya conté su vida y la de sus ancestros en los episodios de Francia Medieval, id allí para más info. Pero en resumen, Borgoña era la polla y toda Europa quería meter sus zarpas ahí. Administrativamente ya era un estado moderno, había mucha riqueza, especialmente por el comercio de las ciudades flamencas, y también se consideraba el último refugio de la cultura caballeresca. Precisamente de Borgoña viene la Orden del Toisón de Oro, una de las órdenes de caballería más prestigiosas de Europa, fundada por Felipe el Bueno, el padre del Temerario.

Carlos el Temerario era eso, un temerario. Sus posesiones estaban un poco dispersas, y el soñaba con restaurar Lotaringia, pero cometió el error de irse a la montañosa Suiza a guerrear. Durante la Batalla de Nancy de 1477, Carlos acabó muerto. Es entonces cuando el Reino de Borgoña pasó a manos de su hija, María de Borgoña, convirtiéndose así en la muchacha más codiciada por las familias aristócratas de media Europa.

La burguesía flamenca de Gante, dirigida por Jan van Coppenholle, hizo a María firmar el Gran Privilegio, que garantizaba gran autonomía para Flandes. A cambio, éstos financiarían un ejército con el que defenderse del rey francés, que estaba invadiendo el ducado.  

Maximiliano, de 18 años, y María de Borgoña, de 20, no tardaron mucho en casarse en la ciudad de Gante, y las posesiones de la borgoñona pasaron a la familia Habsburgo. La parejita tuvo varios hijos, pero el más importante sería Felipe el Hermoso.  El control de esos territorios por parte de los Habsburgo no hizo ni puñetera gracia a la Francia de Luis XI, que fue a darse de leches contra Maxi. En la Batalla de Guinegate (1479), Francia fue derrotada por un ejército flamenco-borgoñón dirigido por Maximiliano I.

Todo parecía genial y muy bonito, pero entonces, en 1482, llegó la desgracia. María estaba montando a caballo cuando se cayó y se desnucó. Los Estados Generales de Flandes se negaron a reconocer a Felipe el Hermoso como gobernador y se rebelaron, y con ellos el rey francés Luis XI. Maxi entonces reclutó al gran ejército de Landsknecht (o lansquenetes), mercenarios piqueros básicamente, y tras un par de batallas, se firmó el Tratado de Arrás en 1482. En él Francia se quedaba con el Ducado de Borgoña y otros condados como Artois y el Sacro Imperio con el Franco-Condado, Flandes y Luxemburgo. Aunque hubo más combates hasta 1485 y luego ya hubo paz definitiva.  

A la vez que pasaba todo esto, Matías Corvino no paraba de intentar penetrar en Austria. Con bastante éxito, por cierto. Ocupó Baja Austria, Estiria… y finalmente, en 1485, se hizo con el control tanto de Viena como con Wiener Neustadt. El pobre Federico III tuvo que largarse de allí, aunque no por mucho tiempo.

MAXIMILIANO I (1486-1519)

Parece que el pobre Fede estaba ya pachucho, y sabía que no le quedaba mucho tiempo de vida. Por ello hizo que se nombrara a su hijo Maximiliano rey de romanos en 1486. Fue nombrado en Fráncfort por todos los electores. Bueno, menos por el rey de Bohemia Matías Corvino que estaba a malas con el resto y no fue. El cabrón se había apoderado de parte de Austria, y fue Maximiliano el encargado de enfrentarse con él. Sólo pudo recuperar el territorio robado a la muerte de rey húngaro 4 años después, en 1490.

El conflicto con Francia y luego con Hungría hizo que las arcas del Imperio Germánico se quedaran vacías. Maximiliano tuvo que subir los impuestos, algo que no gustó a la burguesía flamenca, y esta peña acabó rebelándose contra Maxi y en 1488 le enchironaron durante varios meses.

Tuvo que ir para allá el viejales de Federico III con un ejército para que le soltaran. Funcionó, pero acabaron endeudados con un banquero de Augsburgo, Jakob Fugger. Se dice que era la persona más rica de Europa en aquellos años. 

También, para llenar sus arcas, tuvo que buscar casarse con una muchacha con pasta. Lo intentó con Ana de Bretaña, la heredera de ese territorio, pero al final se la quedó Carlos VIII de Francia y Maxi se agarró un cabreo de cojones.

El alemán tuvo que conformarse con su matrimonio con Bianca María de Sforza, pero no tuvieron hijos. Su hijo Felipe el Hermoso fue nombrado gobernador de los Países Bajos, y dos años después le casó con la infanta Juana la Loca, la hija de los Reyes Católicos.

Fruto de este matrimonio nacería Carlos V, quien se convertiría en el emperador más poderoso de toda la cristiandad. Bueno, a su hija Margarita también la casaron con un hijo de los Reyes Católicos, con el príncipe Juan, pero murió prematuramente y si hubiera sobrevivido, Austria jamás se hubiera unido con Castilla y Aragón, y por lo tanto, la Dinastía de los Habsburgo jamás hubieran gobernado en España.

Federico III murió en 1493 a la edad de 77 años, debido a una infección en su pierna y a su posterior amputación. Fue enterrado junto con su pierna amputada en una tumba de la hostia dentro de la Catedral de San Esteban de Viena. Tras eso, Maximiliano I reunió bajo su poder todas las tierras de los Habsburgo.

Del reinado de Maximiliano I podríamos destacar la Dieta de Worms de 1495, que trajo consigo la reforma imperial que las arcaicas instituciones alemanas necesitaban. La idea era ir poco a poco centralizando Alemania, y para ello agrupó todos los estaditos en 10 Círculos Imperiales. Fueron el Círculo de Franconia, el de Baviera, el de Suabia, el del Alto Rin, el del Bajo Rin-Westfalia, el de Baja Sajonia, el de Austria, el de Borgoña, el del Electorado del Rin y el de Alta Sajonia. Cada demarcación tendría su propia asamblea, en la que podían participar príncipes, caballeros y ciudades libres. Cada formación estatal tenía un voto, y cada círculo adquirió una centralización propia, con su ejército y fiscalidad común.

La Dieta propuso la creación Tribunal de la Cámara Imperial o Cámara de la Corte Imperial, la autoridad judicial máxima del Sacro Imperio, creada como contrapeso al poder del emperador. Eso sí, era un tribunal lento de cojones, y cuando el Sacro Imperio se fue a la mierda en 1806, algunas disputas entre principados llevaban sin resolución desde hacía 400 años. Para contrarrestar el poder de esta Cámara, Maximiliano creó el Consejo Áulico, que se dio competencias en gestión territorial y política entre otras. Hubo como una pugna entre una y otra.

Fue aquí cuando los Hoftages o Dietas de la Corte pasaron a llamarse Reichstag, o Dieta Imperial, una asamblea del rey con los grandes del reino, y empezaron a tener periodicidad fija. Allí no sólo se reunían los príncipes electores, sino también prelados, condes, representantes de ciudades imperiales y mucha más peña.

Se creó un impuesto imperial común y se declaró una Paz Perpetua para todos los territorios del Sacro Imperio. Pero que se cumpliera todo esto ya es otra historia.

Maximiliano se metió en una nueva guerra, esta vez contra la Confederación Helvética. Quería obligar a los suizos a que reconocieran la supremacía imperial de los Habsburgo, y para ello se alió con la Liga de Suabia y fue para allá. Sin embargo, Maxi fue derrotado en Dornach y tuvo que firmar el Tratado de Paz de Basilea (1499), donde quedó confirmada la virtual independencia de la Confederación Suiza. Unos pocos años después se unió a la confederación los cantones de Basilea, de Schaffhausen y de Appenzell, y con ello estos 13 cantones dieron origen al Estado Suizo.

En 1508, Maximiliano fue a Roma a ser coronado emperador, pero los venecianos controlaban las rutas hacia el sur y no le dejaron pasar. Al final el papa Julio II le dejó ser emperador electo sin necesidad de coronación, y muchos de sus sucesores acabarían siendo emperadores sin ser coronados. La agresividad de la República de Venecia llevó al papa y al rey de Francia a crear la Liga de Cambrai, a la que se unió Maxi. Las campañas del alemán fueron un fracaso y al final, todo el norte de Italia cayó bajo la influencia francesa.

En 1506, el hijo de Maximiliano Felipe el Hermoso la palmó de repente. Debido a esto, la regencia de Borgoña, Luxemburgo y Flandes pasó a su tía Margarita. En 1515, con 15 años, Carlos V, el hijo de Felipe y nieto de Maximiliano, llegó a su mayoría de edad y justo meses después murió su abuelo el rey católico Fernando. Maximiliano también se fue al hoyo tres años después. Con esto, todos los territorios españoles pasaron a sus manos, América incluida. Carlos V tendría poder sobre un imperio enorme, pero lo cierto es que su vida no iba a ser nada fácil, lo veremos en el siguiente capítulo.