SACRO IMPERIO: La Dinastía Salia y la Querella de las Investiduras

La siguiente historia tiene lugar entre el año 1024 y el 1137

CONRADO II (1024-1039)

Tras la muerte de Enrique II el Santo, los duques y arzobispos eligieron como nuevo rey de Germania a Conrado II, bisnieto del duque de Lotaringia Conrado el Rojo. Con él empezó la Dinastía Salia, naturales de Franconia. La administración germana seguía siendo rudimentaria y sin capital fija, pero una ciudad importante para estos emperadores sería Espira, situada por el sur alemán, donde este monarca empezó a construir una gran catedral románica de arenisca roja que acabaría su nieto.

En el año 1027 se fue de viaje a Roma junto a su esposa Gisela de Suabia, y allí fue coronado Emperador del Sacro Imperio por el papa Juan XIX. Mientras esto ocurría, sufrió varias rebeliones, como la de su hijastro Ernesto II de Suabia, la del duque Federico II de Alta Lorena y la del duque Adalberto de Carintia. Lo que pasa siempre, vamos, nada fuera de lo normal. Al parecer se aliaron con Boleslao I, autoproclamado primer rey de Polonia, aunque murió y fue sucedido por su hijo Miecislao II.

Conrado II se tomó esto como un insulto, y se dio de leches contra todos. Encontró un gran aliado en el norte: Canuto el Grande. Este rey vikingo de Dinamarca e Inglaterra, se unió a él, a cambio de cederle la Marca de Schleswig. Conrado II pudo pacificarlo todo, pero la alianza del monarca con la aristocracia ducal acabaría completamente rota.También intentó conquistar Hungría, pero el rey San Esteban le venció en la Batalla de Gyor (1030).

Como emperador, este Conrado II haría algo que causaría bastantes tensiones con los duques. Nada más morir el duque Enrique V de Baviera, en vez de pasarle el ducado a un miembro de la familia ducal bávara, no, se lo dejo a su hijo de 10 años, el futuro Enrique III. Además lo casó con la hija de Canuto, Gunhilda, no con ninguna familia noble de la zona. El primer rey salio estaba lanzando gasolina al fuego.

Finalmente tenemos que hablar de Borgoña, o como era conocida por aquel entonces, Reino de Arlés, pues era en esa ciudad donde estaba la capital. Allí gobernaba de forma independiente Rodolfo III de Borgoña, que no tenía hijos, y Enrique II el Santo acabó siendo su heredero. Ahora Conrado II decía que él sería el sucesor, y Rodolfo, aunque no quería, acabó cediendo. A su muerte en 1032, y tras la derrota del conde Odo II de Blois, el único rival, Borgoña pasó a ser parte del Sacro Imperio.

ENRIQUE III (1039-1056)

A partir de aquí el resto de esta dinastía va a consistir en 3 Heimrich, o enriques en su versión castellanizada. Enrique III el Negro, a la muerte de su padre en 1039, acabó siendo triple rey (de Alemania, Borgoña e Italia) y triple duque (de Baviera, Suabia y Carintia). Quizás lo que más destaca de su reinado fueron sus pretensiones sobre el Reino de Hungría, que en aquella época era vasallo, al igual que el Principado de Bohemia. El rey San Esteban de Hungría la palmó, y le sucedió su sobrino veneciano, Pedro Orseolo, quien pidió ayuda a Enrique III para controlar el lugar.

No sirvió de ayuda, pues en 1046, el rey húngaro rival Andrés I le derrotó, y tras la Batalla de Vértes (1051), el ejército del germano fue repelido. Enrique III decidió asediar la ciudad de Pressburg, actual Bratislava, pero los húngaros acabaron hundiendo furtivamente todos sus barcos durante la noche, y el rey se volvió y pasó del tema.

ENRIQUE IV (1056-1105)

Ahora hay que hablar de Enrique IV. Éste es el más importante. Fue un rey que estuvo en el poder durante más de 50 años, y bajo cuyo gobierno comenzó una época bastante próspera, pero no libre de conflictos. En el momento de su coronación, el año 1053, su padre estaba acabadísimo y él era menor de edad. Los duques le juraron fidelidad y pusieron como regente a su madre Inés de Poitou.

Lo que nadie se esperaba es que después acabaría siendo secuestradopor los obispos Anón de Colonia y Adalberto de Bremen, quienes le llevaron a Colonia para supuestamente mantenerle a salvo. La idea era básicamente educarle para ser un rey que apoyase a los duques, en contra de sus predecesores. Estos señores feudales, obviamente, fueron amasando más y más poder. En 1065 ya por fin le dejan gobernar a su bola y, entre otras cosas, acabó la construcción de la Catedral de Espira, la iglesia más grande del mundo occidental en aquella época.

Trató de llevarse lo mejor posible con los duques y el papa, pero pronto empezó a hacerse manitas con la baja nobleza y con la incipiente clase de la burguesía, compuesta por comerciantes y artesanos de las ciudades. Como protector de la Iglesia, siguió la línea de los otónidas. El rey germano podía nombrar obispos en su territorio imperial, lo que se conoce como investiduras.

Esto estaba guay, porque el rey se aseguraba de poner a los que le eran fieles, y a cambio de control sobre tierras, éstos le cedían algunas tropas en casos de conflicto. Además el rey garantizaba su inmunidad sobre los nobles seculares. Eso sí, para que no acumularan poder en grandes familias, se impuso con fuerza el celibato, y así cuando muriesen, el emperador podría seleccionar a dedo al sucesor.

La idea era simple: para que los grandes duques no acumularan demasiado poder territorial, estos reyes fueron troceando sus territorios todo lo que pudieron para repartirlo entre gente con menos poder que él y más fieles, y de alguna manera, tener más control. Si no, mirad Lotaringia, dividida entre Alta Lorena, Baja Lorena y el Condado Palatino.

¿Qué va a pasar? Pues que al Papa, eso de que el rey nombre obispos a dedo… no. No le molaba una mierda. En Roma aprovecharon la minoría de edad del rey para alejarse poco a poco de la influencia germana. 20 años después, en el 1075, comenzó un conflicto con la Iglesia de Roma por ver quien la tenía más grande. La corona, me refiero. ¿Quién era el más jefe de todos? ¿El que elegía emperador o el que elegía papa? Esta fue la Querella de las Investiduras, que duró medio siglo.

Toda la movida comenzó cuando el papa Gregorio VII trató de reformar el sistema eclesiástico con su Dictatus Papae para hacerlo más independiente, lo que conocemos como Reforma Gregoriana. Básicamente se decía que el Papa era la autoridad suprema y hasta podía deponer emperadores. Era casi como una declaración de guerra a Alemania. Enrique IV se enteró y durante el Sínodo de Worms de 1076, depuso a Gregorio.

Sin embargo, éste recuperó el poder y excomulgó al emperador, liberando a sus súbditos del juramento de fidelidad. Así, los duques germanos acordaron, en la Dieta de Tribur, deponer al emperador si el papa no le levantaba la excomunión en el plazo de un año.

A Enrique IV se le estaba complicando demasiado el asunto, y al final optó por un movimiento que nadie se esperaba. El emperador atravesó los Alpes para ir a donde estaba el papa, al Castillo de Canossa, situado en el norte italiano. Este castillo era propiedad de Matilde de Toscana, la llamada Gran Condesa, una poderosa señora feudal italiana. Frente a sus puertas, en mitad de una nevada, el rey alemán pasó 3 días de penitencia sin comer,descalzo y con ropas harapientas. Todo súper humillante. Enrique se estaba sometiendo al poder espiritual. Al final, Gregorio VII cedió y le retiró la excomunión.

Pero claro, los príncipes alemanes ya habían hecho sus planes, y liderados por su cuñado el duquede Suabia Rodolfo Rheinfelden, comenzaron una rebelión: la Gran Revuelta Sajona (1077-1088). Rodolfo de Suabia no le veía como un buen rey, pues era un putero y le hacía poco casito, así que se postuló como el nuevo soberano.

Rodolfo era considerado uno de los mejores guerreros de Germania. Sin embargo, este anti-rey la palmó durante la Batalla de Elster en 1080, y el territorio de Suabia fue para Federico I, primer gobernante ducal de la casa de los Hohenstaufen, también conocidos como Gibelinos por tener un castillaco en Waiblingen. Esta familia sería un gran apoyo para Enrique IV, y pronto acabarían en el trono germano; en el próximo vídeo lo veremos. Por otro lado, entre sus enemigos estaba Güelfo I, el nuevo duque de Baviera. Esta casa Welf, de orígenes lombardos, también será importante próximamente. El conflicto sajón duró unos pocos años más, pero sin tanta virulencia.  

Como el papa Gregorio VII había apoyado al loser de Rodolfo de Suabia, el rey germano le echó de una patada y puso como anti-papa a Clemente III en 1080. Además confiscó las tierras a la condesa Matilde, entró en Pavía, fue coronado rey de Italia, tomó Roma en 1084 y finalmente se hizo coronar emperador. Gregorio VII, desesperado en el Castillo de Sant Angelo, pidió ayuda a unos incómodos aliados, los normandos del sur de Italia liderados por Roberto Guiscardo, duque de Apulia y de Calabria. Estos echaron a los germanos de Roma y… también saquearon la ciudad pero bien. En el fondo seguían siendo un poco vikingos. Ante el malestar de los romanos, Gregorio tuvo que irse con los normandos y acabó palmando en el destierro. (adiós)

En 1088 fue elegido como papa Urbano II. Aliado con los normandos se enfrentó a los alemanes y al antipapa Clemente III, y logró tomar Roma y la Basílica de San Pedro. Excomulgó al emperador y casó a la viuda Matilde de Toscana con el conde de Baviera Güelfo II, para que unieran sus fuerzas contra las tropas alemanas apostadas en el norte de Italia. Aparte de todo eso, sancionó que no se pudiera obligar a los eclesiásticos a jurar fidelidad a autoridades laicas.

Clemente III contraatacó y le echó de Roma al año siguiente, pero Urbano se alió entonces con una Liga Lombarda anti-imperial, formada por diversas ciudades del norte italiano. No sólo recuperaron Roma otra vez, sino que entre él y Matilde, comieron el coco al hijo pequeño de Enrique IV, Conrado, para que fuera en contra de su padre. A cambio fue coronado rey de romanos y rey de Italia.

Fue en esos años cuando el papa proclamó la 1ª Cruzada a Tierra Santa en Clermont (1095). Después llegó el papa Pascual II, quien intentó llegar a acuerdos con Enrique IV pero nada. El inmovilismo de ambas posiciones era brutal.

El emperador entonces coronó rey de romanos a su hijo menor, Enrique V, pero éste, viendo que la movida le podía salir cara, se cambió de bando al igual que su hermanito, aliándose con el papa Pascual II y los nobles. La cosa no pintaba nada bien para Enrique IV. Durante la Dieta de Maguncia de 1105 todos le obligaron a abdicar y acabó palmando al año siguiente.

ENRIQUE V (1105-1125)

El último rey salio fue el traidor de Enrique V. Invadió la Hungría del rey Colomán el Bibliófilo y su hijo Esteban II en 1108. No salió nada bien y estuvieron dándose de leches una década hasta que se vieron obligados a firmar la paz.

Pero lo importante es que la Querella de las Investiduras aún perduraba. Los papas querían ser independientes y los reyes germanos querían poner papas y obispos a dedo. Al principio este rey parecía que iba a darle el gustico a los papas, pero cuando fue a Roma a que le hicieran emperador en 1111… se lio parda. Pascual II le dijo: “Si dejas de nombrarnos a dedo yo renuncio a todo el patrimonio donado por Germania”. Enrique V aceptó, pero durante la ceremonia, al leer las clausulas a la peña, se formó tal tumulto y caos que el germano acabó apresando al pontífice para que le coronara emperador rapidito y aceptara todo también. Pascual II lo hizo, pero nadie se puso de su lado y no se llegó a nada. El emperador se ganó, como no, una excomunión como una catedral de grande.

Para el colmo, el duque de Sajonia Lotario de Supplinburg, se alzó en armas contra Enrique V, así como la ciudad de Colonia. Se pelearon un poco y luego el emperador tuvo que volver a Italia por segunda vez a poner un nuevo antipapa, Gregorio VIII, porque se estaba liando. En fin, había que poner fin al conflicto con la Iglesia ya, y en el año 1122, durante el Concordato de Worms, Enrique V y el papa Calixto II hicieron las paces y acordaron una separación entre la potestad papal y la imperial, poniendo así fin al sistema cesaropapista iniciado por los otones. Cada uno iría a su puta bola, y santas pascuas. Justo después se celebró el 1º Concilio de Letrán, donde se ratificó esta decisión y se condenó la simonía y la posibilidad de los religiosos de casarse o tener concubinas.

LOTARIO II (1125-1137)

Tras la muerte sin hijos de Enrique V en 1125, la idea era que le sucediera su sobrino Federico II el Tuerto, duque de Suabia, de la casa de los Hohenstaufen, pero claro, la nobleza quería impedir que el cargo de rey y emperador fueran hereditarios, porque eso reduciría su poder. Es por ello por lo que el poderoso terrateniente y ya anciano duque de Sajonia Lotario II fue nombrado rey de Germania. Aquí se acabó la dinastía Salia y llegó la de Supplinburg, pero no duró una mierda.

Los Hohenstaufen no aceptaron esta elección, y Suabia y muchos condados de la extinta Franconia se metieron en guerra contra Sajonia y Baviera. Los Hohenstaufen acabaron sometidos y Lotario tuvo unos años de calma. Bueno calma, tuvo que ir al sur de Italia a luchar contra los normandos de Roger II de Sicilia. Se tuvo que retirar y acabó palmando por el camino, en los Alpes, en 1137. Ahora sí que llegarían los Hohenstaufen al poder del Imperio Germánico.