Resumen Historia de España: Tartessos, Íberos, Celtas y Romanización

PREHISTORIA EN ESPAÑA

Para conocer el inicio de esta historia tenemos que remontarnos 1.000.000 de años en el pasado, a cuando llegaron a la península los primeros homínidos. Hace unos 800.000 años un homínido llamado Homo Antecessor colonizó la península. Hace unos 400.000 años llegaron los Homo Heidelbergensis y de ellos, hace 200.000 años, salieron los Homo Neandertalensis. Los Neadertales, vamos. De todos ellos se pueden encontrar huesos en el yacimiento de Atapuerca, en Burgos.

Y diréis. ¿Y los Sapiens dónde coño estamos? Paciencia. Por la misma época en la que los Neandertales se hicieron los dueños de la península, hace 200.000 años, los Sapiens aún estaban en África. Se cree que evolucionaron a partir de un Homo Heidelbergensis que había en la zona de Etiopía, se adaptaron muy bien al mundo en general y empezaron a colonizarlo. 

Últimamente se han anunciado muchos descubrimientos nuevos sobre los Homo Sapiens. Han encontrado restos muy antiguos de estos homínidos en Marruecos, en Jebel Irhoud, datados de hace 300.000, cuando se supone que todavía deberían estar en proyecto. Todavía no eran 100% Homo Sapiens pero esto desplazaría nuestra cuna de la humanidad. También un Sapien aventurero fue hallado en Israel, con una antigüedad de 180.000 años, el más antiguo hallado fuera de África. 

De alguna forma, hace unos 40.000, estos Homo Sapiens llegaron a la península y se dieron de hostias con los Neandertales. Otros Sapiens más pacíficos se dedicaron a seducirles y a mantener affairs, y de ahí parece que salimos prácticamente todos los humanos del mundo. Menos los subsaharianos, esos son los Homo Sapiens más puros, y parece que su sangre no se mezcló.  

Durante el paleolítico estas gentes vivían en cuevas, se dedicaban a la caza y a la recolección, y a pintar mucho en las paredes. Quizás las pinturas rupestres más conocidas en España sean las de Altamira, en Cantabria. Cuando llegaron al Neolítico hacia el año 5000 a.C. empezaron a formar los primeros poblados fijos y las primeras culturas del lugar. Aquí lo típico, comenzaron a cultivar, a domesticar animales, a pastorear por las montañas…  

Las dos más famosas fueron la Cultura de los Millares (3200-2200 a.C.) en la edad del cobre, y el Yacimiento del Argar, en la edad del bronce, ambas en Almería. Como ya digo, estos del Argar fueron los primeros en usar el bronce para construir sus cosicas. Bueno, y tampoco habría que olvidar al Cultura Talayótica de las islas Baleares, quienes levantaron los famosos Talayots, unos templos megalíticos con cierto misterio. 

Todo apunta a que la primera gran cultura de la península fue la de Tartessos (1200-500 a.C.). Y no sólo de la península, parece que también fue la primera de todo Occidente. Una monarquía con poderosos recursos metalúrgicos que se cree que ya poseía la escritura, grabada en la Estela de Bensafrim.

El problema es que todavía hay demasiadas lagunas sobre esta gente. Existen muchos rangos de opiniones, desde unos que dicen que no existieron y solo eran íberos más adelantaos… hasta otros que dicen que no sólo sí existieron, sino que fueron los famosos fundadores de la Atlántida que se menciona en los relatos griegos. Si queréis saber más de estas teorías saldrá el enlace a otro vídeo arriba. 

LA HISPANIA PRERROMANA (1000-218 a.C.)

Hacia el año 1000 a.C. llegaron las primeras invasiones de pueblos indoeuropeos. También hay mucho debate sobre si fueron invasiones a base de garrotazos y conquistas o si fue algo más pacífico y paulatino. Estos migrantes que llegaron fueron los celtas. Se expandieron por prácticamente toda la península, solo dejando libre la zona de Levante, la parte este y sur. 

Ellos otorgaron a los habitantes autóctonos costumbres como la metalurgia del hierro, la ganadería (ya que todavía había tribus que no la conocían) y también lo típico que hacía la gente de los campos de urnas: incinerar a sus muertos. En general estos celtas vivieron en Castros, poblados de casas redondas a veces amurallados. Tanto su cerámica como agricultura dejaban algo que desear, y destacaron más como ganaderos y pastores. Su organización fue tribal, semi-nómada y no desarrollaron la escritura. 

Por la zona de Navarra había un grupo de pueblos pre-indoeuropeos, es decir, anterior a estas invasiones, llamados los Vascones. Eran pastores de las montañas, y se dice que hablaban una lengua llamada pre-proto-euskera, que sería el germen del euskera actual, y podría estar relacionado con el aquitano. Ya lo comenté en otro vídeo: su origen es incierto. Pudieron ser emigrantes neolíticos procedentes del Cáucaso, del Norte de África o incluso se dice que lo que hablaban era el Íbero. De hecho se piensa que los vascones eran una tribu íbera como cualquier otra, pero que tuvieron la suerte de sobrevivir a las diferentes conquistas en las montañas.

¿Y quienes eran esos Íberos?, os preguntaréis. Ahora voy a ello. Los íberos fueron un pueblo también pre-indoeuropeo, cuyo origen se pierde en las tinieblas de la antigüedad. Es posible que fueran autóctonos, y vivían fundamentalmente en la zona levantina. La organización de los íberos evolucionó hasta llegar a una jerarquía social liderada por una casta guerrera y aristocrática, y vivían en poblados situados en cerros y bien amurallados. Le dieron bien a la artesanía, a la agricultura y hasta a la metalurgia. 

En cierto momento, quizás por el año 1100 a.C., los Fenicios hicieron su aparición, montaron sus primeros top manta y en unos añitos ya tenían ciudades fundadas en la costa, en lo que ahora es Andalucía y Murcia. La más antigua fue sin duda Gadir, la actual Cádiz, considerada la primera gran ciudad de Europa Occidental. Luego llegarían Malaka, Abdera y Sexi. Tiempo después los griegos también llegaron a la zona y fundaron varias ciudades en lo que ahora es Cataluña, donde fundaron Emporion y Rhodes.

Y parece que gracias al contacto con otros pueblos, los íberos se convirtieron en muy buenos artesanos y artistas, como se ve en la Dama de Elche, la Dama de Baza o la Bicha de Balazote. También destacaba la Dama de Ibiza, que se cree que era una representación de la diosa cartaginesa Tanit. Hasta desarrollaron un sistema de escritura basado en el alfabeto fenicio. Ya sabéis, ese que dio origen al arameo, al griego, al etrusco, al latino… Los fenicios también enseñaron a estos íberos avanzados sistemas de cultivo, como la irrigación, algo de industria metalúrgica y también técnicas de navegación y construcción de barcos. Los griegos también nos dejaron cosas, como la moneda.

En el centro peninsular, las tribus eran generalmente más ganaderas, y construyeron los famosos verracos. Eran estatuas de piedra representando diferentes animales: cerdos, toros, jabalíes, vacas… y se piensa que o bien eran por alguna movida religiosa o que simplemente servían para delimitar terrenos de pastoreo. Se pueden encontrar desde por Ávila, pasando por Salamanca y Zamora hasta Cáceres y Portugal. 

Fue por el año 572 a.C. cuando la fenicia Tiro cayó en manos de Nabucodonosor II. Una de sus colonias, en la actual Túnez, era Cartago, que se quedó sin metrópolis, se quedó solica. Pero eso no fue malo. Cartago comenzó a despuntar de lo lindo y llegaría a sobrepasar a fenicios y griegos. Se volvieron muy poderosos. 

Los Tartessos también tuvieron mucho contacto con Fenicios, Cartagineses y sobre todo con Griegos de Focea, hasta que tras el reinado de su misterioso rey Argantonio desaparecieron de la Historia dejando poco rastro tras de sí. El Tesoro de Carambolo, el Bronce de Carriazo y poco más. Parece que la derrota griega en Alalia (537 a.C.) tuvo algo que ver, y los cartagineses dejaron a los Tartesicos sin suministros ni ayudas griegas, y fueron pasto de los Cartagineses. 

Ahora que hemos llegado a esta parte hablemos de la palabra España. ¿De dónde viene? No se sabe cómo llamaban los íberos o celtas a la tierra donde vivían, pero sí sabemos cómo la llamaron los fenicios: Spania, que en su lengua parece que significaba “tierra de conejos”, porque había muchos. Los griegos la llamaron Iberia, mientras que los romanos la conocieron como Hispania, adaptando al latín el vocablo que usaban los fenicios. 

Este sería el mapa de todas las tribus prerromanas de la península ibérica. Lo importante aquí es saber que los indoeuropeos controlaban mayormente la zona norte y oeste mientras que los íberos y los colonizadores la zona sur y este. Además algunos celtas se hicieron amiguitos de los íberos y su cultura se hibridó, dando origen a los celtíberos en parte del centro. 

En el año 264 a.C. empieza la 1ª Guerra Púnica (264-241 a.C.), que enfrentan a Cartago con la República Romana. Tiene lugar mayormente en Sicilia, y Cartago perdió, y tuvo que pagar una indemnización tremenda a Roma, por lo que Amílcar Barca decidió conquistar más Península Ibérica para conseguir recursos y recuperarse de la crisis en la que se habían metido. 

En el 238 a.C. Amílcar Barca comenzó la conquista. 10 años después, su sucesor Asdrúbal el Bello fundó Qart Hadasht, llamada por los romanos Cartago Nova, actual Cartagena, y otros 10 años después el hijo de Amílcar, Aníbal Barca tomaría Sagunto, ciudad bajo la protección de Roma, y esto desembocaría en la 2ª Guerra Púnica (218-201 a.C.). Ya la he contado en detalle en el canal, Aníbal quería tomar Roma por sus cojones pero acabó perdiendo contra Publio Cornelio Escipión el Africano, y sin él… Hispania quedó despejadita para sus nuevos conquistadores. 

LA HISPANIA ROMANA (218 a.C.-411 d.C.)

Durante la 2ª Guerra Púnica, los romanos empezaron a tomar las ciudades íberas bajo control cartaginés. Para el final de la guerra en el 202 a.C. los tíos ya se habían hecho con el control de toda la parte este y sur. Pero conquistar el resto les llevaría cerca de dos siglos, pues se tuvieron que enfrentar a una feroz resistencia de tribus. 

Fue entonces cuando Marco Porcio Catón dividió la península en Hispania Citerior y Ulterior. Hispania pasaría hora a estar gobernada por un pretor. Hubo muchos, aunque uno de los más importantes fue Tiberio Sempronio Graco, que desempeñó ese cargo en el año 180 a.C. Venció a los Carpetanos y fundó Gracurris, la actual Alfaro, en La Rioja. Fue un tío pacífico, apañao, y logró una paz en la zona, llamada Pax Sempronia, que duró casi 30 años. Pero la avaricia de otros gobernadores romanos condujo a nuevas revueltas por el año 154 a.C.

Las Guerras Lusitanas (155-139 a.C.) fueron dirigidas primero por Púnico y más tarde por Viriato, quien empezó una guerra de guerrillas por las montañas contra los romanos. Pero el pobre acabó traicionado por sus lugartenientes y fue asesinado. 

Otra gran guerra fue la Guerra Celtíbera (181-133 a.C.), que en realidad fueron tres. En el año 153 a.C. los habitantes de Segeda, en Zaragoza, fueron derrotados por Roma y se refugiaron en la ciudad amurallada de Numancia. Los romanos intentaron tomarla muchísimas veces pero no lo lograban nunca. Así durante 20 putos años, hasta que llegó el flipao de Escipión Emiliano y rodeó la ciudad con fosos, torres y 7 campamentos, y hasta cortó el Duero para evitar que les llegase agua. Los numantinos tenían un hambre de cojones, pero decidieron incendiarlo todo antes que rendirse al romano, y así acabó la guerra en el 133 a.C. 

Sin embargo los romanos eran unos yonkis de los espadazos, y surgieron nuevos conflictos, muchos de ellos con Hispania ocupando un lugar importante, pues era una buena base estratégica y también una gran cantera de duros soldados. La 1ª Guerra Civil Romana (88-81 a.C.) enfrentó a los partidarios de Cayo Mario y de Lucio Cornelio Sila. En aquel tiempo, uno de los gobernadores de Hispania era Quinto Sertorio, quien para apoyar a Mario comenzó la Guerra Sertoriana (83-72 a.C.). La guerra civil la ganó Sila, y tras eso envió a sus generales a por el rebelde de Hispania.

Sertorio fue un gran guerrero, pero también le interesaba la cultura, y creó un gran centro de estudios en Osca, la actual Huesca, donde se educó la élite aristocrática. Se cuenta que pasó un tiempo en las Islas Canarias, llamadas antes las Afortunadas. En aquella época el archipiélago estaba habitado por unas tribus llamada los Guanches, relacionados con los bereberes. Los menceyes eran los reyes aborígenes de las islas, y existe polémica sobre si construyeron o no las Pirámides de Güímar, aunque todo apunta a que fueron construidas en el siglo XIX. 

Sertorio acabó siendo derrotado por el general Cneo Pompeyo, quien tras ganar fundó la ciudad de Pompaelo, lo que ahora conocemos como Pamplona. Además se convirtió en su gobernador tras el pacto del Primer Triunvirato junto a Craso y a Julio César, quien por cierto, durante el año 69 a.C. fue Cuestor en Hispania Ulterior y propretor en el 61, aunque se volvió rápido a Roma. Volvería pronto, pues durante la 2ª Guerra Civil Romana (49-45 a.C.) se daría de leches con los partidarios de Pompeyo en Batallas como la de Ilerda o la de Munda (45 a.C.)

La parte más jodida de conquistar fue Cantabria y Asturias, donde tuvieron lugar las Guerras Cántabras (29-19 a.C.). El mismo emperador Augusto, el sobrinito de Julio César, tuvo que ir allí en persona a darse de leches contra los celtillas rebeldes. Uno de sus líderes fue Caracota

Tras conquistarlo todo fundó Cesar Augusta, la ciudad que más tarde se llamaría Zaragoza. Hispania quedó dividida en tres provincias: Tarraconensis, que ocupaba la mayor parte del centro-norte, con ciudades como Tarraco, Barcino, actual Barcelona, o Toletum, Toledo; Bética, compuesto mayormente por Andalucía, con ciudades como Corduba o Hispalis, actual Sevilla; y Lusitania, que ocupaba Portugal y parte de Extremadura, donde destaca Emérita Augusta, actual Mérida. 

Tras esta conquista, los hispanos se desvincularon de la cultura oriental y norteafricana que venía de estos cartagineses para pasar a estar controlados por los romanos, unos tipos que habían absorbido la cultura griega. Aquí empieza la Romanización, que lo cambió todo. 

¿Cómo fue esta romanización de la península ibérica? Desde luego los romanos se hicieron con el control de las tierras hispanas, y algunas fueron devueltas a sus antiguos propietarios, los más fieles. Otras en cambio fueron repartidas entre colonos romanos y soldados licenciados. Roma también se hizo con el control de la minería, el sector clave, aunque lo arrendaban a particulares, gente con poder económico y político casi siempre. 

En cada provincia mandaba un propretor o procónsul, y estaban asistidos por un Concilium Provinciae o asamblea urbana. La sociedad se dividió en dos clases: los Honestiores, la clase dominante, quienes podían votar y ser propietarios; y los Humiliores, la gente normal, sometida, donde también estaban los esclavos, que labraban las tierras de los primeros. Otra cosa importante de los romanos fue su famoso Derecho, el Derecho Romano.

Los romanos impusieron su alfabeto y lengua, el latín, de donde saldrían las diferentes lenguas romances cuando se mezclaron con las lenguas autóctonas y germánicas tras las invasiones: español, catalán, gallego, francés, italiano, portugués… La única lengua pre-indoeuropea que sobrevivió fue el euskera de los vascones. 

Y finalmente, pero no por ello menos importante, están las infraestructuras. Durante estos años se construyeron obras como el Acueducto de Segovia, el Puente de Alcántara, el Teatro romano de Emérita Augusta, el Puente de Córdoba o la Torre de Hércules en Galicia, el faro romano más antiguo que sigue en funcionamiento 2000 años después. Y luego están las calzadas, que ayudaron muchísimo al transporte. Destacan la Vía de la Plata y más tarde la Vía Augusta

Algunos de los grandes intelectuales salieron de aquí, de Hispania, como Séneca, el filósofo consejero de Nerón, y Quintiliano, un retórico y pedagogo de Calagurris, la actual Calahorra. Y también emperadores como Trajano, Adriano o Teodosio I, que fue quien puso al Cristianismo como religión oficial del Imperio. En la península el cristianismo tuvo éxito, aunque hubo un obispo de Ávila llamado Prisciliano que se desvió de la doctrina principal y fue acusado de hechicero y mierdas de esas. 

Cuando Caracalla llegó al poder de Roma, por el año 212 d.C., concedió a todo el mundo la ciudadanía romana. Ahora en Hispania todos serían romanos de pleno derecho. La esclavitud se empezó a reducir, pero a cambio aparecieron campesinos libres pero ligados a la misma tierra, que no podían abandonar. Es decir, hubo una transición paulatina entre un modo de producción esclavista a otra feudal, lo característico de la Edad Media. También fueron comunes las Bagaudas, revueltas campesinas, que hicieron que muchas villas apostaran por la autosuficiencia, y más con la llegada de invasores germanos. 

Se creó en estos años una nueva provincia, Gallaecia, que en futuro sería Galicia. Casi un siglo después, con Diocleciano, se creó la provincia de Cartaginense, con capital en Cartago Nova y que llegaba hasta Numancia. Y más adelante se añadió Mauritania Tingitana, que viene a ser Marruecos, y la Baleárica, que agrupaba el archipiélago de las islas Baleares. 

Y entonces llega el año 411 y con él las invasiones bárbaras. Eran una horda de pueblos germanos procedentes del norte que se harían los dueños y señores de la península durante casi 3 siglos.