La siguiente historia tiene lugar entre hace 2 millones de años y el 1600 d.C.
OCEANÍA 1: Australia y Polinesia precoloniales
En este post os voy a contar toda la historia de Oceanía desde la llegada de los primeros homínidos hasta la llegada de los primeros colonos europeos.
Antes de meternos en lo que es la historia, primero sería bueno saber qué es lo que entendemos por Oceanía. Se considera a Oceanía un continente, aunque más bien es un conjunto de islas repartidas por todo el Océano Pacífico. Tenemos a Australia, la isla más grande, y bajo ella a la isla de Tasmania. Luego está la isla de Nueva Guinea, que actualmente se divide en dos países. La parte oeste pertenece a Indonesia y la parte este es Papúa-Nueva Guinea. Nueva Guinea y un montón de islas de la zona forman parte de lo que se llama Melanesia. Aquí también encontramos las islas Salomón, Vanuatu o las islas Fiyi. La unión de Melanesia, Australia y Nueva Zelanda forma lo que se conoce como Australasia.
Al norte encontramos otro conjunto de islas conocidas como Micronesia. Ahí tenemos los Estados Federados de Micronesia, las islas Marshall, Palaos o la isla de Guam, que pertenece a Estados Unidos.
Finalmente quedaría el grupo de islas más grande: la Polinesia. Dentro de la Polinesia podemos encontrar a las dos islas grandes que componen Nueva Zelanda, a la Polinesia Francesa (que forma parte de Francia), Tonga, las islas Cook, Samoa, Tuvalu, Kiribati, las islas de Hawaii (que pertenecen a Estados Unidos), y finalmente estaría la isla de Pascua, o Rapa Nui, que pertenece a Chile.
Y antes de empezar con el tema que nos toca, una advertencia. No veáis este vídeo si tenéis problemas relacionados con astigmatismo. No, es broma. Simplemente advertir que a lo largo del vídeo voy a decir unas fechas y en los diferentes mapas van a aparecer otras. No son errores per se, sino falta de consenso entre investigadores y arqueólogos. Es complicadísimo datar con precisión cuándo hubo tal migración o cuándo la tribu x llegó a tal sitio. Los números varían mucho de una fuente a otra, así que tampoco os volváis locos. Dicho esto, disfrutad del vídeo.
LA LLEGADA A AUSTRALASIA
Empecemos por el principio de todo. Hace unos dos millones de años, el Homo Erectus fue el primer homínido en salir de África y habitar por Asia. Se extendió por gran parte del continente hasta poblar también lo que conocemos como el Sudeste Asiático.
Parece que en este lugar evolucionó durante miles de años dando lugar a otras especies humanas diferentes. Una de ellas sería el Homo Floresiensis, que habitó en la isla de Flores, en Indonesia. Se le conoce como el Hobbit, pues estos homos apenas sobrepasaban el metro de estatura.
Hace unos 200.000 años aparecieron los Homo Sapiens, salieron de África y se hicieron con el control de todo. Para entonces ya no había Erectus, y los Floresiensis se extinguieron hace unos 50.000 años. Coincidiría más o menos con la llegada de los Sapiens a esta zona.
Generalmente se estima que, en esas fechas, hace 50.000 años, fue cuando los Homo Sapiens llegaron a la isla de Nueva Guinea y, a través del Estrecho de Torres, habrían llegado a lo que hoy es Australia. Unos dicen que toda la migración fue por tierra, aprovechando el bajo nivel del mar, y otros que construyeron barcas, lo que les convertiría en los primeros marineros del mundo.
Estos primeros habitantes de Australia, conocidos como Sahulianos, eran cazadores-recolectores. Los restos del Lago Mungo son famosos por ser los restos humanos más antiguos del continente, y están situados en la región australiana de Nueva Gales del Sur.
Estos Sahulianos se dispersaron por toda Australia y por Tasmania. Desarrollaron embarcaciones de fibras y cuerdas, hachas con mangos de madera y también, las diferentes tribus, crearon redes comerciales.
Hace unos 30.000 años, los Sahulianos se dividieron en dos: los aborígenes australianos (que vivieron en Australia) y los papúes, que vivieron en la isla de Nueva Guinea.
Las pinturas rupestres más famosas de Australia serían las de Nawarla Gabarnmang, en el norte del país. Unos dicen que tendrían 35.000 años, y otros que es mucho más reciente. También tenemos pictografías aborígenes en Wunnamurra Gorge, en el río Barnett, en la región de Kimberley, y del mismo lugar también son conocidas las figuras de Bradshaw Rock.
Hace 30.000 años el planeta comenzó a sufrir un cambio climático bastante brusco que provocó una glaciación de la leche en Europa. El nivel del mar subió por todo el planeta y Australia se desertificó muchísimo, especialmente toda la zona central.
Justo en el centro de Australia encontramos el Uluru, o la Roca de Ayers, un lugar sagrado para los aborígenes, concretamente para el pueblo de los Anangu o Pitjantjara. Se trata de una montaña de arenisca de 350 metros de altura. Cerca de allí también encontramos otra formación rocosa parecida, la Kata Tjuta, o monte Olga.
Como ya conté en los primeros vídeos del canal, Australia tenía una megafauna de criaturas de todo tipo, pero gran parte de ellas acabaron extinguidas por la caza y el cambio climático alrededor del año 10.000 a.C. La fauna más famosa que sobrevivió fueron los canguros, los dingos y los koalas, entre otras muchas especies.
Con todas las movidas climáticas, las tribus aborígenes empezaron a vivir más comúnmente en las zonas costeras. Una peculiaridad de los aborígenes australianos es que, aunque sí que tuvieron algo de contacto con pueblos vecinos, han mantenido su cultura prácticamente intacta durante milenios.
Aunque los aborígenes tenían una cultura más o menos común, existían diferencias entre una tribu y otra. A la llegada de los europeos se estima que existían 600 grupos tribales y unas 300 lenguas diferentes. La gran mayoría de estas lenguas se enmarcarían dentro de una familia lingüística conocida como Pama-Ñunganas. Y es que fue hacia el año 5000 a.C. cuando el pueblo de los Proto-Pama-Ñungan migraron desde el norte hasta dominar toda la isla gracias a su superioridad tecnológica. De las lenguas anteriores sólo sobrevivieron unas pocas en la zona norte.
En general eran sociedades tribales seminómadas, pues en estos 40.000 años no desarrollaron ni la agricultura compleja ni crearon asentamientos fijos. La autoridad de cada clan estaba en manos de los más ancianos. Un consejo de estos ancianos tomaba las decisiones que afectaban a la comunidad. Los hombres se dedicaban a la caza y las mujeres a recolectar frutos, vegetales, mariscos, semillas etc.
Entre las armas de los aborígenes encontramos jabalinas de madera, arpones para la pesca, y los famosos bumerangs. Con esto cazaban o se defendían de la peligrosa fauna de Australia: cocodrilos, canguros, serpientes venenosas, pitones, wombats, dingos, koalas, ornitorrincos o emúes. Que son unas aves parecidas a los avestruces.
Dicen que la palabra canguro surgió porque los ingleses preguntaron a los nativos cómo se llamaba aquel animal. Los aborígenes respondieron “kan gu ru”, y así se quedó, pero lo que ellos estaban diciendo era “no te entiendo”. Bueno, pues parece que la historia es falsa, y que los aborígenes de la zona de Queensland llamaban a los canguros algo así como gangurru.
La religión aborigen era animista. Para ellos, antes del mundo existía el Tiempo de Sueño, habitado por seres espirituales. Un día estos espíritus crearon la tierra, los animales y sus gentes. Algunas tribus ponen nombre a este ser: Altjeringa, Altjira, Baiamé, Mura-Mura, Bunjil… Él también estableció las leyes de la sociedad y los rituales y ceremonias para que el ciclo de vida pudiese continuar. En estos rituales se solían tocar instrumentos de música, como el Direyidú.
Una criatura mítica del folckore australiano es la Serpiente Arco Iris, una serpiente gigantesca que también habitaba en los pantanos y que era anterior a la humanidad. También los aborígenes creían en un monstruo llamado Bunyip, una especie de demonio que habitaba en los lagos o estanques y que, si te descuidabas, te comía.
Y también tenemos a los Wondjina, espíritus de la lluvia y las nubes que tenían grandes cabezas y grandes ojos. Si alguien les enfadaba podían causar tormentas e inundaciones.
Para acabar con este apartado, hay que destacar a los indígenas del Estrecho de Torres. Se asentaron en estas islas entre Australia y Nueva Guinea, y desarrollaron la agricultura, pero mayormente fueron cazadores-recolectores. Sus presas solían ser tortugas, cangrejos, dugongos, marismos varios y cualquier pez.
Aunque no son del mismo grupo étnico que los aborígenes australianos, pues son austronesios, sí que comparten con los primeros muchas tradiciones culturales.
Son conocidos por fabricar máscaras con caparazones de tortugas, las Krar, y figuras hechas de hilo llamadas wame. Las danzas y la música eran muy importantes en sus rituales, dedicados a sus dioses totémicos. Y otra cosa que les caracterizaba era su gran belicosidad, y se pasaban gran parte de tiempo guerreando entre ellos.
LAS PRIMERAS MIGRACIONES AUSTRONESIAS
Ahora hay que hablar de las migraciones de los pueblos austronesios. Los austranesios son un conjunto de pueblos de lengua austronesia, un grupo lingüístico que se expandiría por Taiwán, Filipinas, el Sudeste Asiático, la Micronesia, la Polinesia y hasta Madagascar. En total son casi 1300 lenguas, siendo la subfamilia más importante la malayo-polinesia.
¿De dónde son originarios estos austronesios? Pues todo apunta a que vendrían de la isla de Formosa, mejor conocida actualmente como Taiwan. Estos primeros taiwaneses, llamados Cultura Dapenkeng, habrían llegado allí hace miles de años desde China continental, y conocerían la cerámica, la domesticación del cerdo y el cultivo de arroz y mijo. Resulta que hacia el año 3000 a.C., estas gentes comenzaron una migración que los llevó a expandirse por Filipinas primero y después por todo el archipiélago malayo. Las islas Célebes, Borneo, Java, Sumatra y las Molucas. La antigua gente que ya vivía en estos sitios fue asimilada, masacrada o expulsada, y sus lenguas acabaron borradas por la llegada de estos austronesios.
Esto lo consiguieron debido a que los tipos eran muy buenos navegantes, y lograron crear barcas de madera capaces de cruzar aquellos mares. Parece que sus primeras embarcaciones eran canoas y piraguas de tronco, y más tarde se desarrollaron los catamaranes, de doble casco o doble balancín, que eran mucho más estables y permitían la navegación en alta mar. Aparte de que desarrollaron velas. Y también se guiaron gracias al sol y a las estrellas del firmamento.
Entre los años 1500 y 1000 a.C., estos austronesios volvieron a migrar. Pasaron de la montañosa isla de Nueva Guinea, habitada por indígenas papúes, y se establecieron en el Archipiélago Bismark, y de ahí colonizaron toda la Melanesia: es decir, las islas Salomón, Vanuatu, Nueva Caledonia y las islas Fiyi. A esta cultura neolítica que se impuso en la zona se la llamó Cultura Lapita, y fue la precursora de los actuales polinesios.
Esta cultura lapita empezó a instalarse en aldeas cercanas a la costa, de ella destaca su alfarería de barro rojizo. Mucha de esta cerámica parece que era lisa, pero algunas contaban con motivos geométricos.
Aunque eran cazadores-recolectores, también desarrollaron una primitiva agricultura de hortalizas y frutas. La fruta del árbol del pan, los plátanos y los cocos era lo que más abundaba en la zona. También domesticaron algunos animales como cerdos, pollos y perros. Y por supuesto, la pesca era la actividad más importante. También se han encontrado herramientas hechas de sílex y de obsidiana.
Una cosa curiosa de los melanesios es que un porcentaje de ellos son rubios, algo raro fuera de Europa. Esto también pasa con algunos aborígenes australianos. De todas formas, entre estas poblaciones el cabello tiende a oscurecerse conforme la persona crece.
LA LLEGADA A LA POLINESIA
Hacia el año 1000 a.C., estos austronesios colonizaron las primeras islas de lo que hoy llamamos la Polinesia, un lugar que hasta entonces jamás había pisado el ser humano. Fueron Samoa, que son dos islas, y el archipiélago de Tonga, compuesto por casi 200 islitas. Algunos consideran al triángulo formado por Fiyi, Samoa y Tonga como la cuna de la cultura polinésica.
Todo parecía genial, porque estas gentes vivían sin preocupaciones en lo que muchos considerarían el paraíso. Pero no penséis que la vida era sencilla. Nunca lo es. Las islas eran pequeñas y, debido a la sobrepoblación, empezaron las guerras y las hambrunas. Por ello, muchos grupos volvieron a lanzarse a la mar en busca de nuevas tierras. Se piensa que esta nueva migración ocurrió hacia el año 200 d.C.
La gran mayoría de estos exploradores acabaron muertos debido a la inclemencia del Océano Pacífico, que, aunque se llame Pacífico solía ser un poco cabrón.
Sin embargo, otros tuvieron suerte y lograron llegar a diferentes islas de la Polinesia como las islas Cook, cuya isla principal fue Rarotonga, o la Polinesia Francesa, con las Islas de la Sociedad (como la isla Raiatea y Bora Bora) o las Islas Marquesas.
Es estos archipiélagos vivieron varias culturas con cierta estratificación social y que creaban petroglifos y también tikis, o esculturas de forma humanoide que representaban a los antepasados convertidos en dioses. Este sería el atuendo típico de un señor de la guerra de las Marquesas.
La isla más grande de la Polinesia Francesa fue Tahití, conocida antiguamente como Otaheite, que forma parte de las Islas de Barlovento del archipiélago de la Sociedad. La sociedad tahitiana estaba dividida en tres castas: los Ari eran los jefes de tribu, y solían llevar un cinturón de plumas rojos como símbolo de poder. Los Raatira, la nobleza, y los Manahune, la gente común.
Destacan los marae, que eran lugares de culto al aire libre, el corazón de la vida social y religiosa de cada clan. Allí se hacían rituales, coronaciones y celebraciones como nacimientos y funerales. Estos lugares estaban protegidos por un ser llamado Tapu, que simbolizaba lo prohibido, y te podía caer una maldición si trasgredías sus normas. La palabra “tabú” viene de este ser.
Hacia el año 300 d.C. hubo nuevas migraciones. Por ejemplo, parece que estos polinesios llegaron a Rapa Nui, la isla de Pascua, una isla famosa por sus moais, estatuas monolíticas con forma humana que se encuentran repartidas por toda la isla. Se calcula que hubo en torno a 900. Según la leyenda local, el lugar fue colonizado por un jefe polinesio llamado Hotu Matu’a, que llegó a la isla con dos canoas junto con su esposa y demás familia. El mito cuenta que vinieron de un lugar mítico llamado Hiva, una isla que se hundió en el océano.
Cuando los neerlandeses llegaron a Rapa Nui por el año 1722 solo quedaban unos pocos nativos y el lugar estaba prácticamente deforestado. No tenían madera ni para poder hacerse barcas. Se piensa que hubo una guerra gordísima entre tribus debido a la sobrepoblación y a la falta de recursos, y la cosa acabó bastante mal.
También parece que hacia el año 300 d.C., austranesios que habitaban en la zona de Indonesia lograron atravesar el Océano Índico y llegaron a la isla de Madagascar, al lado de África. Estos colonizaron toda la isla y dieron lugar a la Cultura Malgache. En Madagascar introdujeron animales asiáticos como el cebú, pero también extinguieron a mucha de la fauna local como al lémur gigante, a las aves-elefante, al cerdo hormiguero autóctono y al hipopótamo pigmeo. Si queréis saber más, id al vídeo dedicado a la Historia de África Subsahariana.
Volviendo a los polinesios, entre los años 400 y 500 d.C., hubo más migraciones, esta vez hacia el norte. Allí algunos encontraron unas nuevas islas que habitar: las islas Hawaii. Este conjunto de islas se agruparía en un reino en 1810, y su primer rey fue Kamehameha I el Grande, también conocido como Onda Vital I.
Según la mitología hawaiana, el dios principal era Kane, quien creó al primer hombre: Kumuhonua. También se cuenta que le puso a vivir en un paraíso y que de su costilla salió la primera mujer, por lo que mucha gente piensa que este mito de creación se fue mezclando con el cristianismo desde bastante temprano.
En el año 600 d.C., nuevas migraciones polinesias pusieron rumbo al sur. Las nuevas islas colonizadas fueron las Islas de Barlovento, entre las que encontramos Tahití o Bora Bora… y por último las Islas Australes.
Hacia el año 950, en la isla de Tongatapu, en el archipiélago de Tonga, comenzó a formarse el llamado Imperio Tui Tonga. Parece ser que este imperio isleño surgió de una guerra tribal de la que salió un rey llamado Aho-eitu, quien llegó a ser considerado como un dios. Pronto se creó una flota potente. Algunos de los barcos tonga podían llevar hasta 100 guerreros.
Hacia el año 1200 comenzó la expansión de este Imperio Tui Tonga. Bajo los reinados de Momo y su hijo Tui-ta-Tui, el imperio se expandió por Samoa, las islas Cook, las islas Salomón, Fiyi, las islas Marquesas, Tuvalu y muchos más lugares. Lugares que se vieron obligados a tener que pagar tributos al rey tonga.
Este rey Tui-ta-Tui parece que ordenó la construcción del llamado Stonehenge del Pacífico, llamado en lengua local Ha’amonga `a Maui. Se cree que era la puerta de entrada al recinto palaciego.
Por cierto, Maui es una especie de semidios para los polinesios, aunque sus leyendas varían de isla en isla. En general tenía fama de embustero y engañaba a sus hermanos con lo que pescaba. Un día recibió un anzuelo mágico y se propuso pescar un gran pez, pero tiró tanto que hizo que un trozo de tierra saliera del mar, dando origen a las islas de Hawaii.
Mientras los tonga prosperaban con su comercio e imperio marítimo, los habitantes de las islas de Fiyi acabaron en guerra constante e incluso cayeron en el canibalismo. De hecho, Fiyi fue llamado por los europeos como Islas Caníbales.
MICRONESIA Y LOS SAUDELEUR
La Micronesia también ha sufrido distintas migraciones en varios periodos históricos. Pero lo que me parece interesante es la historia de la isla de Pohnpei o Ponapé, una de las islas Carolina. Su historia precolonial se divide en 3 periodos.
Uno es el periodo de poblamiento que duró hasta el año 1100, con tribus de cazadores recolectores de origen lapita viviendo una vida de anarquía. Sin embargo, el 2º periodo es el que nos interesa ahora. Se le conoce como Periodo Saudeleur (sodelur), y duró de 1100 a 1628.
El mito cuenta que los Saudeleur fueron dos gemelos hechiceros llamados Olisihpa y Olosohpa. Estos formaron el primer gobierno fuerte y centralizado de la isla. Llegaron desde algún lugar lejano en una canoa, buscando un lugar para construir un templo a su dios de la agricultura Nahnisohn Sahpw.
Esto se tradujo en un complejo megalítico conocido como Nan Madol, que está construido sobre un arrecife de coral. Se estima que su construcción comenzó hacia el año 1200 d.C., y consiste en una serie de pequeñas islas artificiales unidas por una red de canales. Algunos la llaman la Venecia del Pacífico. Se supone que funcionaba como sede ceremonial y política de la Dinastía Saudeleur.
La leyenda cuenta que los hermanos pudieron construir aquel lugar gracias a que tenían la ayuda de un dragón volador. En Nan Madol también se hicieron ofrendas al dios del trueno Nahn Sapwe, que era autóctono y al que reverenciaba la mayoría de la población local. El lugar fue abandonado hacia el año 1500.
Por cierto, cerquita de allí, también en las islas Carolinas, encontramos la isla de Yap. De aquí son famosas las Piedras Rai, o Piedras Ballena, discos circulares de caliza que parece que eran usados como moneda. Dicen que fueron extraídas en las islas de Palaos, y transportadas a Yap en balsas por un tipo llamado Anagumang. Se usaban para intercambiarlas por comida, para pagar alianzas, como dote matrimonial etc.
En las islas Marianas, otros austronesios conocidos como la Cultura Chamorro, también levantaron megalitos. Destacan las Piedras Latte. Se piensa que funcionaba como pilares de construcciones antiguas que han desaparecido.
Pero volviendo a Ponapé, los siguientes reyes Saudeleur se convirtieron en tiranos que esclavizaban a la población, ofendían constantemente a los dioses de los autóctonos, y no paraban de pedir más tributos. Estos tributos eran frutas de pan, ñames o marisco. A veces también tortugas y perros. Se cuenta que uno de estos reyes, Raipwenlake, pedía que le trajeran a los habitantes más gordos de la isla para comérselos.
El gobierno Saudeleur acabó en 1628 con la invasión de un personaje mítico también venido de fuera, un tal Isokeleken, y con él comenzó el periodo Nahnmwarki, muchísimo más descentralizado, que duró hasta 1885, cuando Micronesia acabó en manos europeas.
LOS MAORÍES, LOS ÚLTIMOS POLINESIOS
La última gran migración de austranesios tuvo lugar en el año 1200 aproximadamente. Y es que en esas fechas lograron llegar hasta un grupo de islas conocidas como Aotearoa, y que nosotros conocemos actualmente como Nueva Zelanda. Los polinesios que vivieron en estas islas conformaron una cultura nueva conocida como la Cultura Maorí.
Según las leyendas maoríes, sus antepasados vinieron de una isla legendaria llamada Hawaiki, que no sabemos si tiene relación con la actual Hawaii. Según algunas teorías, se trataría de la isla de Raiatea, en las Islas de la Sociedad de la Polinesia Francesa. El caso es que llegaron en 7 barcas, y de cada una saldrían las 7 tribus originarias.
Nada más llegar a Nueva Zelanda, los maoríes se dedicaron a la caza de moas, y esto provocó que esta ave se extinguiera alrededor de 1500. Se trataba de una especie de avestruces que podían llegar a medir 3 metros de altura. Ahora lo que queda de esta familia de aves son los kiwis. Por cierto, si un kiwi se come un kiwi… ¿sería canibalismo? Yo ahí lo dejo.
Hablando de canibalismo, los maoríes tenían bastante afición por comer carne humana, especialmente cuando se acabaron los moas. Luego se introdujo una agricultura básica y se levantaron poblados fortificados. De todas formas, siguieron siendo caníbales durante mucho tiempo. Por ejemplo, en 1809, ocurrió la Masacre de Boyd, en la cual una de estas tribus se zampó a los 66 pasajeros de un barco australiano.
Las siete tribus maoríes se organizaban así. El jefe de la tribu era el Ariki Rangi. Los Tohunga eran los sacerdotes, encargados de los rituales, y parece ser que tenían incluso más poder que el jefe tribal. Existía una clase noble llamada Nga Tutua, compuesta sobre todo por guerreros. Finalmente estaban los esclavos, los Nga Taure Kareka.
Algo característico de los maoríes son sus tatuajes, casi siempre de motivos geométricos. Destacan los tatuajes en la cara, los moko, que indicaban el clan al que pertenecían. También son famosos por sus esculturas, muchas de ellas de figuras humanas. Se conocen como Tikis, pues Tiki fue el primer hombre de la Tierra, creado por el dios maorí Tumatauenga. Tiki se casó con la primera mujer, Marikoriko, y juntos tuvieron una hija: Hine-kau-attata.
Finalmente hay que destacar la música maorí tocada con flautas y tambores, así como diferentes tipos de cantos y bailes. Uno famoso es la haka, el baile que hacen cuando juegan a rugby. Básicamente consiste en acojonar al personal.
Volvamos ahora al Imperio Tonga, que estaba viviendo años de guerra civil entre tribus. Se creó el cargo de Falefa como consejero de gobierno, para evitar problemas e intentos de golpe de estado, pero todo fracasó y los siguientes reyes se convirtieron en tiranos. Alrededor del año 1470 fue asesinado el último rey tunga, y la dinastía Tui Tonga acabaron ejerciendo solo el rol de sacerdotes, mientras que la dinastía Tui Ha’atakalau gobernó el imperio de facto.
Hacia 1600, el Imperio Tonga comenzó a desmembrarse. Por ejemplo, en Samoa, la familia Malietoa se hizo con el control del lugar y se independizó. Además, una familia de origen samoano, la Tui Kanokupolu, comenzó a rivalizar con la dinastía reinante por el poder. En estas fechas fue cuando los europeos, neerlandeses concretamente, empezaron a llegar a estas islas. Pero del periodo colonial ya hablaré más adelante.