Mitología Griega: Mitos, dioses y héroes griegos, y Atlántida

EL ORIGEN: LA COSMOGONÍA GRIEGA

Como diría Ian Malcolm en Parque Jurásico, todo es caos. Y por caos me refiero a vacío. Un vacío infinito era lo único que había en el principio de los tiempos para los griegos. Pero de pronto, un buen día, de ese vacío emanó algo, la diosa Gea, también llamada Gaia y conocida por los romanos como Terra. Sí, era la Tierra. Y no vino sola, pues del caos también surgió Eros (Cupido), el dios del deseo, y de ahí viene el erotismo. Ese deseo era muy importante, pues era imprescindible para encender la maquinaría cósmica y poner en marcha lo que estaba por venir, representa la voluntad de hacer cosas. Gea hizo cosas, y de ella salió Urano (Caelus), que rodeó a Gea y se transformó en el cielo.

Con la formación del cielo ahora era el turno de la creación del inframundo, el Tártaro. Y al igual que Gea tiene a Urano, el Tártaro va a tener al Érebo, la oscuridad. Y los últimos dioses primordiales que nacieron del caos fueron la diosa Nix (Nox), la noche exterior; Hemera (Dies), el día; y Éter, el aire básicamente. De Nix salieron un montón de dioses relacionados con sentimientos, y otros dioses que salieron de Gea fueron Tifón, las tormentas, Pontus, el mar, y Ourea, las montañas.

De estos dioses primordiales nació la 2ª generación de dioses. Gea y Urano tuvieron muchos hijos, los llamados Titanes (Océano, Hiperión, Ceo, Crío, Japeto y Cronos); y las Titánides (Tetis, Teia/Tía, Febe/Phoebe, Temis, Mnemósine y Rea). También tuvieron otros hijos, los tres Cíclopes (Brontes, Estéropes y Arges), gigantes de un solo ojo; y los últimos tres hijos fueron los Hecatónquiros [Hekatón = Cien / Quiros = Brazo](Coto, Briareo y Giges), seres de 100 brazos y 50 cabezas. Pero a Urano se ve que sus hijos no le gustaron una mierda, y les confinó a todos en el Tártaro, en las entrañas de Gea. Y claro, Gea se pilló un gran rebote, e instó a los titanes a rebelarse contra su padre. Pero todos pasaron del tema menos uno: Cronos.

Un buen día, mientras Urano se tiraba a Gea, Cronos aprovechó para castrarle. Los huevos de Urano salieron volando entre sangre y semen y todo eso cayó en la tierra. De esa sangre derramada en la Tierra surgieron nuevos dioses, como las Erinias/Euménides (Furias), las tres diosas de la venganza (Alecto, Megera, Tisífone), también los Gigantes y finalmente las Ninfas de los bosques, las Melíades, siendo la más importante Melia. Pero no toda la mierda de Urano cayó en la Tierra, hubo parte que cayó al mar, donde formó espuma y de ahí salió la diosa Afrodita, diosa de la belleza, amor y reproducción.

Tras la castración, Cronos liberó a sus hermanos y recluyó a su padre en el Tártaro, pero el dios gobernó el mundo de forma despótica. Decidió casarse con su hermana Rea, también llamada Cibeles en Frigia, y de esta unión nació la 3ª Generación de dioses. Sus hijos fueron naciendo, pero entonces los padres de Cronos le contaron que uno de sus hijos le quitaría el puesto como dios supremo, como él había hecho con su padre. Y según los bebés fueron naciendo, Cronos se los fue comiendo. Primero Hestia (Vesta), diosa del hogar y la arquitectura; y luego Deméter (Ceres), diosa de la agricultura; Hera (Juno), la diosa del matrimonio; Hades, dios del inframundo y Poseidón (Neptuno), dios de los mares.

Pero entonces Rea dio a luz a un sexto hijo, Zeus (Júpiter), y decidió esconderle y dar a Cronos una piedra envuelta en mantas para que se lo comiese. Y lo hizo, creyendo que se había comido al nene. Esa piedra en el futuro sería el Ónfalo. Rea escondió a Zeus en las cuevas de la isla de Creta y allí el chaval creció cuidado por  las Ninfas de los bosques y una cabra llamada Amaltea. Además también le protegieron los Curetes, seres que danzaban ruidosamente para que Cronos no oyese los llantos del niño Zeus.

En esta época hubo muchas relaciones entre estos titanes. Por ejemplo, Océano y Tetis se casaron y tuvieron mucha descendencia, los ríos, las conocidas como Oceánidas, algunas famosas fueron Metis, Asia, Electra, Clímene o Estigia. De Hiperión y Teia nació Eos, el dios del sol Helios, y la diosa luna Selene. Es algo que conté en el primerísimo episodio de esta serie, en el origen del planeta Tierra. De Ceo y Febe nacieron Leto, que sería madre de Apolo y Artemisa después de tirarse a Zeus, y Asteria, que como no quería que este la tocase se convirtió en isla. De la unión entre Japeto y Asia nacieron Prometeo, Epimeteo y Atlas o Atlante. Y de este Atlas nacerían Calipso y Ninfas varias como las Pléyades ylas Hespérides, que cuidarían el famoso Jardín de las Hespérides.

Por otro lado, Gea y Ponto tuvieron más hijos, como Forcis, Ceto, una ballena monstruosa, de ahí la palabra cetáceo, Euribia y también salieron los llamados ancianos del mar: Nereo, que tuvo 50 hijas llamadas Nereidas, ninfas del mar, y Taumante, que con Electra tuvieron a Iris, diosa del arco iris, Arce y las Harpías, unas mujeres aladas no muy amigables.

De la unión entre el titán Crío y la póntide Euribia salió Astreo, dios de la astrología. De aquí es interesante quedarse con su hijo, Bóreas (Aquilo), dios del viento del norte, y los hijos de este, los hiperbóreos. Se decía que la tierra de Hiperbórea donde vivían era un lugar desconocido más al norte de Tracia. De ellos se decían que eran inmortales. Y otros hermanos que se casaron fueron Frocis con Ceto, y de ahí salieron los monstruosos Fórcides: Escila, otro monstruo marino, Ladón, un dragón de 100 cabezas, Toosa, una ninfa parecida a una sirena que junto a Poseidón parió al cíclope Polifemo, las Grayas, tres ancianas que sólo tenían un ojo y un diente para compartir entre ellas, y las Gorgonas, mujeres monstruosas que si las mirabas te convertían en piedra. Pude que también fueran padres de las sirenas.

LOS PRIMEROS HOMBRES

*Durante el reinado de Cronos apareció una raza de hombres inmortales. A esa época se la llamó Edad de Oro, ya que estos hombres eran inmortales, eran casi como los dioses, siempre fuertes, sin preocupaciones. Parece que esta gente vivió en la región del Peloponeso llamada la Arcadia, que era como el Paraíso en la tierra.

Pero Cronos reinaba con tiranía y pronto su hijo se alzaría contra él. Una vez que Zeus se hizo mayorcete consiguió arrebatar el poder a su padre Cronos y le obligó a beber una pócima que le había dado Metis para que vomitase a sus hermanos. Además también liberó a los Titanes, a los Cíclopes y a los Hecatónquiros del Tártaro. Como recompensa por haberles liberado crearon armas para ellos: para Zeus forjaron el rayo y el trueno; para Hades un casco de oscuridad que le volvía invisible; y para Poseidón un tridente. Todo parecía ir bien hasta que los Titanes, liderados por Atlas, decidieron rebelarse contra Zeus. Se ve que no les molaba recibir órdenes de un dios de tercera y comenzaron la Titanomaquia, la Guerra de los Titanes. Zeus, con el apoyo de todos los demás, logró vencer a estos Titanes en las planicies de Tesalia, encerrarlos en el Tártaro de nuevo custodiados por los Hecatónquiros y establecer un nuevo orden cósmico.

Parece ser que en este nuevo plan no entraban los hombres inmortales, por lo que les convirtió a todos en démones, unos espíritus protectores que guiarían a los siguientes humanos al Tártaro. Estos nuevos humanos dieron lugar a la Edad de Plata.

ZEUS Y EL GOBIERNO OLÍMPICO

Con todo esto, la paz volvió al mundo, pero no fue duradera. Zeus tuvo que enfrentarse a dos rebeliones. La primera fue la de Tifón, un ser surgido de la unión entre Gea y el Tártaro. Este ser compuesto por 100 cabezas de serpiente y de dragón y que escupía fuego, fue un rival complicado para Zeus, pero pudo vencerle. La arrojó el monte Etna y por eso escupía fuego de vez en cuando, no sabían qué era un volcán. Tras él llegó la 2ª sublevación, la de los Gigantes. La llamada Gigantomaquia. El dios del rayo volvió a ganar y fue entonces cuando pudo fundar el Olimpo en el Monte homónimo ubicado en Tesalia.

Zeus reinaría el mundo desde ahí, desde los cielos, mientras que a su hermano Poseidón le dio poder sobre el mar y a Hades sobre el Inframundo, el lugar donde iban los muertos. Junto a ellos estaban Hera, su esposa legítima, Atenea, Deméter, Hestia, Apolo, Artemisa, Ares, Hermes y Hefesto, siendo conocidos como los 12 dioses olímpicos. Y diréis: ¿De dónde han salido tantos dioses? Bueno, resulta que Zeus era un pichabrava de mucho cuidao, y no paraba de tirarse a otras diosas.

Oficialmente, su esposa legítima era su hermana Hera, diosa del matrimonio. Ella era de la región de Arcadia, y el dios la sedujo disfrazado de cuco. Fruto de su relación nacieron dioses como Ares (Marte), dios de la Guerra y de la fuerza bruta; Hebe (Juventas), diosa de la juventud; Ilitia, diosa de los nacimientos y Hefesto (Vulcano), dios de la forja y de la metalurgia.

Pero aquí empezaron los folleteos extramatrimoniales de Zeus. Con Metis fue a tener un bebé, pero el oráculo le dijo a Zeus que cuidadín, porque uno de los hijos de Metis le destronaría. Así que Zeus, viendo que la historia se iba a repetir, decidió comerse a Metis. Ahí empezaron los dolores de cabeza, y Hefesto, para ayudarle, decidió abrirle la cabeza de un hachazo, tiene sentido. Pues bien, de la abertura salió con un grito de guerra una ya crecida Atenea (Minerva), diosa de la sabiduría, de la guerra, de la estrategia y de la civilización, e hija favorita de su padre. Se convertiría en patrona de Atenas, de ahí el nombre de la ciudad.

Zeus también se tiró a Leto (Latona) y de ahí salió Apolo (Apolo/Febo), el dios más guaperas del Olimpo, dios del sol, de la música y también de la medicina, cuyos conocimientos se los pasaría a su hijo Asclepio (Esculapio). Nació en la isla de Delos y llegó a Delfos para fundar el Oráculo, porque le iban las artes adivinatorias. Allí tuvo que matar a la serpiente Pitón e instauró el Oráculo de Delfos. Y también de Leto salió Artemisa (Diana), diosa de la caza y de la naturaleza. Estuvo casada con Hefesto, aunque tuvo muchos líos amorosos, que el hombre le perdonó. De hecho, era él quien construía a ambos hermanos, Apolo y Artemisa, las flechas de sus arcos.

El dios Hermes (Mercurio), mensajero de los dioses y dios del comercio y de los ladrones, salió de la unión de Zeus y Maya, la mayor de las Pléyades. Inventó la flauta y además tenía un cayado. Un día separó a dos serpientes que se peleaban y se le enroscaron en él, y eso dio origen al caduceo, símbolo de los heraldos y del comercio. No hay que confundirla con la vara de Asclepio o Esculapio, símbolo de la medicina. Además Hermes y Afrodita tendrían un hijo juntos llamado Hermafrodita, que tenía doble sexo.     

También se lió con Deméter (Ceres), y tuvo a Yaco y a Perséfone (Proserpina), que fue raptada por Hades y se convirtió en la reina del inframundo. Esta trinidad dio origen al rito más importante de la religión griega: los misterios de Eleusis. En ellos se celebraban el regreso de Perséfone del Hades durante la primavera, para después volver al inframundo, el invierno.

Otras relaciones fueron con Temis (Iustitia), una titánide de la justicia, y juntos concibieron a las Horas, diosas de las estaciones (Eunomia, Dice e Irene), y puede que también a las tres Moiras (Parcas), diosas del destino. Cuando se tiró a la titánide Mnemósine, diosa de la memoria, dio lugar a las 9 Musas, que representaban diferentes aspectos de la creación.

Incluso se apareó con mortales como Sémele (Stimula), con quien Zeus tuvo a Dionisio (Baco), dios del vino, de la diversión y de teatro. Y por supuesto, con Alcmena daría origen a Heracles, el mayor héroe de Grecia. Con Dánae tuvo a Perseo, con Electra a Jasón, con Europa a Minos…

Hera estaba hasta los ovarios de los escarceos amorosos de Zeus. Era celosa y vengativa y con razón. Un día decidió tener un hijo sola, y salió Hefesto, que era deforme, y lo tiró del Olimpo. Hefesto, como venganza, le construyó un trono de oro magnífico, que flipó a su madre, y cuando Hera se sentó en él quedó apresada. Tuvo que ir Dionisio a emborrachar a Hefesto para que la liberase. Luego hicieron las paces, pero hablando de Dionisio… Hera casi siempre pagaba sus celos con las tías a las que se tiraba su marido, pero muchas otras veces con sus hijos. Por ejemplo, hizo que los titanes descuartizaran a Dionisio y le hirvieran en una caldera. Al final su abuela Rea le resucitó y Zeus le escondió un tiempo transformado en cabra.

El momento más crítico fue cuando intentó dar un golpe de estado con los demás dioses del Olimpo. Ataron a Zeus mientras dormía. Pero los Hecatónquiros acudieron en su ayuda y le liberaron. Como venganza por la rebelión colgó a Hera del cielo un tiempo y Apolo y Poseidón fueron condenados a trabajos forzados contrayendo las murallas de Troya y más cosas.

Ínaco, un oceánida hijo de Tetis y Océano, 1º rey de Argos, tuvo varios hijos con la ninfa Melia: Foroneo, Fegeo, Egialeo, Micene e Io. Esta última hija acabó teniendo un rollete con Zeus, y su esposa Hera lo vio y convirtió a Io en vaca y la dejó en custodia del gigante Argo Panoptes, que tenía 100 ojos. Zeus envió a Hermes a recuperarla, durmió al gigante con su música y mató a Argo, y cuando Hera se enteró, envió un insecto, un tábano, a picar a la vaca Io. La chavala salió corriendo atravesando el Bósforo, que significa paso de vaca, y llegó a Egipto, donde Zeus la reconvirtió en humana y tuvieron a su hijo Épafo, que más tarde se convirtió en Apis e Io en Isis.

PROMETEO, EL FUEGO DE LOS HOMBRES Y LA CAJA DE PANDORA

Después de que Zeus hubiese convertido en espíritus protectores a los humanos de la Edad de Oro, creó a los humanos de la Edad de Plata, que no molaban tanto. Les tenía un poco como apestados, pero tenían un amigo en el cielo. Ese era el titán Prometeo, que como había ayudado a Zeus en su lucha contra los demás titanes era libre, pero su hobby nº1 era vacilar al dios supremo.

Su primer trolling fue cuando Zeus decidió que los humanos tenían que hacer sacrificio a los humanos, y Prometeo le dio a elegir que parte del buey prefería. Le dio a elegir dos partes: todo lo rico lo ocultó en el vientre del animal, que era asqueroso, y los huesos, lo incomible, lo escondió sobre apetitosa grasa. Zeus escogió la segunda opción y cuando vio lo que en realidad había elegido se enfureció tanto que quitó el fuego a los humanos por joder al titán.

Pero Prometeo decidió robar el fuego que escondía Hefesto y devolvérselo a los humanos. Estos lo aceptaron y aquí Zeus entró en cólera y mandó como castigo a los humanos a la primera mujer Pandora, acompañada por una cajita. La chica la abrió y liberó todos los males de la humanidad: vejez, enfermedades, dolor, demencia, pobreza, pasiones, vicios… Lo último que salió fue la Esperanza. La humanidad quedó así condenada y llegó la 3º Edad de los hombres, la Edad de Bronce, donde fueron exterminándose poco a poco dejándose llevar por sus pasiones y ansias de guerra.

Ahora, cuando un ser humano moría iba al inframundo. Tras su muerte, Hermes acompañaba al difunto hasta la Laguna Estigia, donde era recogido por el barquero Caronte, al que había que dar unas moneditas. De ahí que se soliese poner monedas debajo de la lengua o sobre los ojos de los difuntos. Tras atravesar el Érebo, al final del camino estaba Cerbero, un monstruo que impedía que entrase ningún vivo. En el inframundo eran juzgados por el Rey Minos, su hermano Radamantis y por Éaco, rey de Egina(Aunque no en esta parte del relato porque aún no habían nacido). Si habías sido bueno, ibas a los Campos Elíseos; si habías sido malo al Tártaro; y si habías sido un mediocre a los Prados Asfódelos.

Por su parte, Zeus condenó a Prometeo a ser encadenado en el Cáucaso, donde un águila le comería el hígado por el día, y por la noche se regeneraría, en un ciclo de dolor continuo.

Foroneo, hijo del dios-río Ínaco, tomó el poder de Feronea, luego llamada Argos. Fue él quien volvió a civilizar a los hombres y les enseñó cómo hacer fuego tras haberlo perdido después de la movida de Prometeo. Se dice que fue el primer hombre en construir una ciudad y que fue durante su reinado cuando Hermes enseñó a la gente a hablar diferentes lenguas. Otro hijo de Ínaco fue Egialeo, fundador de la ciudad-estado de Sición. Níobe fue una de sus hijas y parece que fue la primera mortal a la que se tiró Zeus, y de ahí salieron Argos y Pelasgo. Tuvo dos hijos más, Apis, que reinó sobre Egipto, y Car, que fundó Mégara.

Pandora acabó liada con Epimeteo, hermano de Prometeo. Ambos tuvieron a Pirra. Y además, Prometeo y la oceánide Clímene habían tenido a Deucalión, rey de Ftía. Acteo se convirtió en rey de Ática y su sucesor, Cécrope, también conocido como Erecteo, fundó Atenas. Pelasgo, por su parte, reinó en la Arcadia.

Con el hijo de Pelasgo, Licaón, comenzaron de nuevo los problemas para la humanidad. Era el nuevo rey de Arcadia, que quería mucho a Zeus, pero se le fue la olla y acabó haciendo sacrificios humanos en su honor. Y sus hijos no fueron mejores. Por todo esto Zeus decidió enviar un gran diluvio para destruir a los hombres de la Edad de Bronce.

Deucalión estaba visitando a su padre encadenado cuando este le advirtió sobre el plan de Zeus, así que Deucalión y Pirra, su esposa, construyeron un arca y se salvaron. Otra vez el mito del arca de Noe repetido, ya van tres. El diluvio no lo destruyó todo, mucha más gente sobrevivió, pero Deucalión y Pirra hicieron sacrificios a Zeus y este les perdonó, y les concedió un deseo, restituir a la raza humana. Y los dos supervivientes comenzaron a arrojar piedras por encima de sus hombros y de ahí surgieron nuevos hombres y mujeres. Esa fue la última raza de los Hombres, la de Hierro. Seríamos nosotros. Además, entre ellos dos tendrían a Melantea, Anfictión y Helén, que como ya vimos, daría origen al epónimo griego, helénico, y también a las diferentes tribus griegas: dorios, jonios, eolios…

Mientras tanto, Zeus había raptado transformado en toro a una princesa fenicia llamada Europa. De esta relación saldría el rey Minos, Radamantis y Sarpedón. El hermano de Europa, Cadmo, viajó a Grecia para buscarla y llegó a la región de Beocia, donde fundó una fortaleza que más tarde sería la ciudad de Tebas. Por haber matado a su dragón, Ares le dio la mano de su hija Harmonía.

Tiempo después del diluvio de Deucalión comienzan a aparecer los héroes griegos, fruto de relaciones entre mortales y dioses, sobre todo por parte de Zeus. Veamos las historias de los más conocidos.

PERSEO Y LA CABEZA DE MEDUSA

Acrisio era el Rey de Argos, y tuvo una niña con Eurídice, pero quería un niño. El oráculo le dijo que lo tendría si se tiraba a su hija Dánae, pero su nieto le quitaría el poder. Sabiendo esto, Acrisio encerró a la niña, pero acabó preñada por Zeus. Acrisio escuchó los llantos de un bebé en la celda y les cogió, les metió en un arcón y les arrojó al mar. Sin embargo, el cofre llegó a las redes del pescador Dictis y encontró a la madre y al bebé, Perseo, y acogió a ambos, ya que su hermano era Polidectes, rey de Sérifos.

Pero el soberano no paraba de acosar a Dánae y Perseo la protegía siempre. Polidectes quería quitárselo de encima, así que organizó un banquete para anunciar que se iba a casar con Hipodamía, y necesitaba una dote por parte de todos. Y todos dieron obsequios menos Perseo, que no tenía mucho, y quedó muy mal. Pero el tío se vino arriba y, feliz de que hubiese dejado de acosar a su madre, le prometió la cabeza de Medusa. Polidectes sabía que Perseo moriría así que aceptó. Pero el semidios no murió.

Atenea decidió ayudarle, y le explicó que Medusa era una de las tres gorgonas, a las que no había que mirar a los ojos o le convertiría en piedra. Le dio un escudo reflectante para poder ver al bicho sin mirarla fijamente, y Hermes le dio una hoz. Además le recomendaron encontrar unos objetos que custodiaban las Ninfas de Estigia, pero ese lugar solo lo conocían las Grayas, 3 hermanas con un solo diente y ojo para todas, y Perseo se los robó y las chantajeó a cambio de info. Gracias a eso llegó a donde estaban las ninfas y le dieron unas sandalias voladoras, un zurrón mágico y el casco de Hades, que le hacía invisible.

Ya preparado fue al País de los Hiperbóreos, donde vivían las Gorgonas, y consiguió cortarle la cabeza a Medusa gracias a todos los consejos de los dioses. De su cuerpo salieron Pegaso, el caballo volador, y el guerrero Crisaor. Perseo metió la cabeza de Medusa en su zurrón y huyó de allí usando el casco y las sandalias, ya que las otras dos hermanas andaban buscándole. Atlas se negó a darle alojamiento durante su vuelta y Perseo le enseñó la cabeza y le convirtió en la Cordillera del Atlas, en Marruecos.

Sobrevolando Etiopía vio a una joven encadenada a un acantilado, a la que salvó del monstruo marino Ceto, porque su madre, Casiopea, había ofendido a las Nereidas diciendo que su hija era la más guapa. Era Andrómeda, princesa de Yope, un reino de ese país. Perseo mató al monstro a cambio de la mano de Andrómena, y así lo hizo, pero algunos familiares se opusieron y les convirtió a todos en piedra. A los que también convirtió en piedra fue a Polidectes y sus amigos, y puso en el trono de Sérifos a Dictis.

La cabeza de Medusa se la regaló a Atenea por su ayuda y decidió reconciliarse con su abuelo, el Rey de Argos. Pero como bien dijo la profecía, Perseo acabó matando a su abuelo Acrisio, aunque fuera sin querer. Fue durante unos juegos deportivos de lanzamiento de discos, y Perseo le acertó al rey en la cocorota. Perseo, desolado, decidió tomar el trono de Tirinto antes que el de Argos, cambiándose con su primo Megapentes.

TESEO Y EL LABERINTO DEL MINOTAURO

Poseidón, al igual que Zeus, también se tiró a algunas humanas. Con la gorgona Euríale tuvo a Orión, que ahora es una famosa constelación, aunque su relación más famosa fue con Etra, mujer del Rey Egeo de Atenas, tuvo a Teseo. El chaval tuvo que vivir  en Trecén, alejado de la corte por intrigas palaciegas. A los 16 años su madre le contó su origen y movió una piedra donde estaba una espada y unas sandalias de su padre. Entonces comenzó a marchar hacia Atenas para ser reconocido hijo del rey.

De camino venció a un tipo con una maza llamado Perifetes. Lo mató y le robó su arma. Mató a más gente, como a Esciro, hijo de Pélope, que arrojaba a los viajeros al mar, o al Rey de Eleusis y forajido, Cerción. Tras eso llegó a Atenas, y vio que su padre estaba casado con la mujer de Jasón, Medea, una hechicera. Aunque esta intentó matarle, Teseo venció al Toro de Maratón y fue reconocido por Egeo como su legítimo hijo, y Medea se tuvo que pirar.

Pero Atenas tenía un problema: el Rey Minos, que les obligaba cada 9 años a enviar a Creta 14 jóvenes para que los devorase el Minotauro. Ya conté la historia en otro episodio. Se metió entre los tributos y ayudado por Ariadna, hija de Minos, logró matar al monstruo en el laberinto y huir. Lo que no conté es que el Rey Egeo le dijo que si la misión había salido bien su barco llevaría unas velas blancas, pero a Teseo se le olvidó; y Egeo se arrojó al mar, suicidándose de pena y dando nombre a ese mar. Tras eso, Teseo se convirtió en Rey de Atenas.

HERACLES Y LOS 12 TRABAJOS

El más famoso de todos fue sin duda Heracles, al que más tarde los romanos llamaron Hércules, aunque de momento se llamaba Alcides. Según la leyenda, nació en Tebas, pero consideraba Argos como su segunda casa, pues su familia venía de allí. Se dice que era bisnieto de Perseo. Anfitrión se encontraba ausente y Zeus aprovechó eso para tirarse a su mujer, Alcmena. De ahí salió este semidios al que Zeus quería volver inmortal, por lo que puso al niño en el regazo de Hera mientras dormía para que tomase leche de su teta mágica. Sin embargo, Hera se levantó sobresaltada y la leche se le escapó, y formó la Vía Láctea, por eso tiene ese nombre.

Heracles y Hera nunca se llevaron bien. Envió dos serpientes a su cuna pero el héroe se las cargó. A los 18 se dio de leches contra un león mientras vivía con el Rey Tespio, que tenía 50 hijas. El rey hizo que cada día una diferente se acostase con el héroe, y así obtener nietecitos fuertes, fueron llamados los 50 tespíadas.

Heracles se casó con Mégara, la hija del Rey Creonte de Tebas. Pero Hera decidió volver a joderle, le provocó locura transitoria y mató a sus hijos y a los hijos de su hermanastro Íficles. Buscando purificarse de esta mierda, fue al oráculo de Delfos y cambió su nombre por Heracles, gloria de Hera. Tras eso tuvo que ponerse al servicio de Euristeo, Rey de la Argólida, y completar 12 trabajos para hallar el perdón y la inmortalidad.

Las hazañas a las que se tuvo que enfrentar fueron cazar al León de Nemea, matar a la Hidra de Lerna y a un cangrejo gigante; Luego se enfrentó a los centauros y capturó al Jabalí de Erimanto. El 4º trabajo fue capturar a la Cierva de Cerinia en el País de los Hiperbóreos. Tuvo que espantar con unas castañuelas mágicas a una plaga de aves en el Lago Estínfalo. También limpió los establos jamás limpiados de Augías, ya que como sus animales no enfermaban nunca el hedor se la sudaba.

El 7º trabajo consistía en atrapar al toro de Creta, el que se había tirado la mujer de Minos, Pasifae, y había dado origen al Minotauro. El toro estaba venga a destruirlo todo y Heracles lo cogió y lo llevó a Micenas, aunque luego lo liberaron y acabó en Ática, matando al hijo de Minos y provocando la invasión de Creta a Atenas. El resto ya lo sabéis, los tributos al Minotauro. En Tracia el héroe se enfrentó con las yeguas caníbales de Diomedes, pero se curaron después de comerse a su dueño. La siguiente prueba fue recuperar, acompañado por Teseo, el cinturón de la reina del Amazonas, Hipólita, hija de Ares. La chica le hacía ojitos al semidios, y le fue a dar el cinturón pero Hera la lió haciéndose pasar por amazona y Heracles acabó matando a Hipólita.

Para liar aún más las cosas, Teseo acabó raptando a la hermana de Hipólita, Antíope, con la que tuvo un hijo: Hipólito. Pero la abandonó y fue a casarse con la hermana de Ariadna, Fedra, y las amazonas acabaron invadiendo Ática e impidiendo la boda. Pero las vencieron y se acabó el problema.

Las últimas pruebas de Heracles fueron las más peligrosas. Tenía que robar los bueyes de Geríones en Eritia, que era un humano 3 en 1, el hombre más fuerte del mundo, custodiados por Euritión, hijo de Ares, y su perro bicéfalo Ortro. Los mató a todos y metió a los bueyes en su barco camino a casa. El regreso fue chungo, se peleó con monstruos marinos, tribus raras e incluso creó las famosas columnas de Heracles o de Hércules, una en Gibraltar y otra en Ceuta.

La penúltima prueba fue la de robar las manzanas de oro que daban la inmortalidad del árbol del Jardín de las Hespérides, custodiadas por estas ninfas y por el dragón Ladón. Para encontrar la ubicación del árbol tuvo que preguntar a Nereo, dios de las olas del mar, que acabó diciéndole donde tenía que ir: al Atlas. Por el camino mató a Busiris, a Ematión, y liberó a Prometeo, quien le dijo que no arrancase las manzanas con sus manos, que lo hiciera Atlas mejor. Cuando llegó al Jardín de las Hespérides tomó el consejo y sustituyó a Atlas sosteniendo la bóveda. Atlas le dijo que él llevaría las manzanas a Micenas, que no quería sostener más el cielo. Heracles le dijo que vale pero que le ayudase a colocarse un cojín para estar más cómodo. Pero le timó y Atlas volvió a quedase sosteniendo el cielo.  

Finalmente, la prueba más jodida, fue la de llevar a Micenas a Cerbero, el perro de tres cabezas y cola de serpiente que custodiaba el Hades. Heracles tuvo que ser iniciado en los misterios de Eleusis para poder adentrarse en el Tártaro junto con Hermes y Atenea. Se enfrentó con Medusa y Meleagro, liberó a Teseo, que había quedado preso intentando raptar a Perséfone para su mejor amigo, y finalmente llegó a donde Hades y le dijo que podía llevase al perrete. Pero al final le dejó en el inframundo. Libre de pruebas, vivió una vida tranquila, se casó con Deyanira, la hermana de Meleagro, como le prometió en el averno, y tuvo un hijo: Hillos. Luego la mujer acabaría matando al héroe sin querer con veneno de Hidra, que pensaba que era un filtro de amor y se suicidó.

JASÓN Y LOS ARGONAUTAS

Uno de los hijos de Deucalión y Pirra, Atamante, acabó como rey de Tebas o de Coronea, no se sabe bien. Tuvo una esposa, Néfele, y dos hijos: Frixo y Hele. Pero la repudió y se casó con Ino, que odiaba a los chavales, y conspiró con el oráculo para hacer que el rey les tuviera que sacrificar. Cuando Atamante fue a hacerlo Zeus salvó a los dos chavales in extremis enviando un carnero con pelaje de oro. Los chavales se subieron y desaparecieron. Frixo se salvó, pero Hele se cayó y murió ahogado. Ese lugar ahora se llama Helesponto por él. Frixo llegó a la Cólquida del Rey Eetes y este le ofreció a su hija Calcíope como esposa. Frixo, agradecido, sacrificó al carnero dorado y regaló el vellocino de oro al rey, que lo colgó de un roble custodiado por un dragón.

Y ahora llega el pequeño Jasón, cuyo hermanastro Pelias le había echado del trono de Yolco. Una vez crecido, Jasón retornó a la ciudad a reclamar su trono, y como Pelias no quería pelea le retó a que si recuperaba el vellocino de oro le daría el trono. Tras esto, Jasón reclutó a los mejores guerreros de toda Grecia. Los 50 elegidos embarcaron en la nave llamada Argo y al mando de Jasón se convirtieron en Jasón y los Argonautas. Algunos de estos valientes fueron Heracles, Meleagro, Orfeo, Argos y Asterio.

Su viaje fue largo y lleno de aventuras. Tuvieron que acostarse con mujeres que olían muy mal en Lemos; tuvieron que huir del País de los Doliones porque les confundieron con enemigos pelasgos; Heracles se perdió en Misia y se piraron sin él; En el País de los Bébrices Pólux fue retado a un combate de pugilato y ganó; En Salmideso liberaron a Fineo, rey de Tracia, un tipo sometido a las Harpías, unas mujeres con alas que robaban comida; y finalmente los argonautas llegaron a la Cólquida.

El Rey Eetes prometió entregárselo a Jasón si superaba unas pruebas imposibles: enyugar unos toros locos y sembrar los dientes del dragón que protegía el vellocino, donde saldrían los espartoi. Con la ayuda de la hija del rey, la bruja Medea, fueron superándolas y lograron huir con el vellocino de oro. El rey fue a por ellos pero no pudo alcanzarles. Pero ahí no acabó el viaje, pues tuvieron que purificarse por la Ninfa Cirse para evitar las tempestades de Zeus; también lograron evitar estrellarse contra las rocas atraídos por los cantos de las sirenas. Orfeo tocó con su lira una melodía más hermosa y les cortó el rollo. Jasón y Medea se casaron; luego en Creta se enfrentaron al Gigante Talos, el autómata del Rey Minos; y por fin todos regresaron a Yolco, pero el rey Pelias no se esperaba su vuelta y Medea tuvo que usar su magia para que las hijas del rey lo mataran. Al final, Jasón recuperó su trono, pero decidió irse con Medea a vivir a Corinto.

BELEROFONTE CONTRA LA QUIMERA

El héroe Belerofonte vivía una vida mendigante, y encima fue acusado falsamente de haber intentado violar a la esposa del Rey de Tirinto Preto. Nadie se atrevía a matarle por posibles represalias de dioses, así que le mandaron matar a la Quimera, un monstro híbrido. De camino se encontró a Pegaso y juntos llenaron de flechas al monstro y lo mataron. Finalmente pudo demostrar su inocencia, y ahora todos le querían. Pero se flipó demasiado, y trató de llegar al Olimpo a lomos de Pegaso, y Zeus le hizo caer y acabó bastante jodidete.

ORFEO Y EURÍDICE

Orfeo y Eurídice vivían felices, pero un día, el hijo de Apolo, Aristeo, trató de violar a la mujer. Esta huyó pero una serpiente la mordió y murió. Orfeo se llenó de valor y fue al Tártaro a rescatarla. Con su música adormeció a Cerbero y convenció a Hades de poder llevársela, pero con una condición, que no mirase atrás hasta que Eurídice estuviese a salvo bajo la luz del sol. Orfeo acabó mirando antes de tiempo y la perdió para siempre.

EDIPO REY Y LOS 7 CONTRA TEBAS

Layo era rey de Tebas, y junto a Yocasta tuvieron a Edipo. Pero el rey le jodió los pies y lo abandonó porque el oráculo le había dicho que su hijo le destronaría. El rey pensaba que el chaval no sobreviviría, pero acabó siendo rescatado y criado por los reyes de Corinto. Muchos años después, Edipo consultó al oráculo, que le dijo que mataría a su padre y desposaría a su madre. Edipo flipó y pensando que se refería a sus padres de ahora se piró de Corinto, y por el camino se cruzó con la comitiva de Layo, hubo movida, y acabó matando al rey, su padre.

En aquel tiempo, Tebas estaba siendo atormentada por la Esfinge, un monstruo enviado por Hera que te lanzaba acertijos y si no acertabas te mataba. Edipo acertó sus dos preguntas y el monstruo murió. Tras eso, Edipo fue nombrado rey de Tebas y acabó casándose con su madre como habían profetizado. Al final, investigando quién había asesinado a Layo averiguó toda la verdad, Yocasta se ahorcó y él se sacó los ojos y maldijo a sus hijos-hermanos.

Pero esta historia no acababa aquí. Continua con estos hijos malditos: Polinices y Eteocles, que decidieron turnarse en el poder. Pero Eteocles decidió echar a su hermano y este buscó apoyos en otras ciudades para echarle a él. Uno que se unió a la causa de Polinices fue el Rey de Argos Adrasto, que reunió a siete paladines y juntos fueron a tomar Tebas. Tras un largo asedio, los tebanos ganaron, y los dos hermanos contendientes se mataron el uno al otro.

En fin, un dramón, que tampoco acabó ahí. 10 años después, los hijos de los héroes argivos que lucharon en Tebas comenzaron la Guerra de los Epígonos como venganza contra los tebanos, y ganaron.

LOS ÁTRIDAS Y LA GUERRA DE TROYA

Todo comienza con un hijo de Zeus, Tántalo, que era un rico rey de Frigia. Tenía mucha amistad con los dioses y le invitaban a comer al Olimpo. Pero el tipo se vino muy arriba entre la gente y comenzó a presumir de ello, a revelar secretos de los dioses y a robar néctares y mierdas. Y la gota que colmó el vaso fue cuando decidió hacer un banquete para los dioses cuyo menú era su hijo Pélope descuartizado. Los dioses le resucitaron y al rey lo mandaron al Tártaro.

El hijo de Pélope, Atreo, da nombre a la saga de los Átridas. Él y su hermano Tiestes mataron al otro hermano, Crisipo, y cuando Pélope se enteró les desterró. Llegaron a la Micenas del rey Estémelo, pero justo murió y el oráculo dijo que el sucesor sería el que llevase el vellocino de oro, símbolo de la realeza. Ese era Atreo, pero su esposa Aérope se lo dio a su amante Tiestes. Este fue coronado. Pero Zeus le dijo al pobre Atreo que le iba a ayudar. Atreo fue a donde Tiestes y le dijo que si al día siguiente el sol se ponía por donde siempre, bien; pero si lo hacía por el este, él tomaría el poder. Y eso pasó y Tiestes tuvo que dejar el trono de Micenas. Este rey, antes de lanzar al mar a su mujer, había tenido 3 hijos que os sonarán bastante: Agamenón, Menelao y Anaxibia.

Pero Tiestes acabaría siendo rey de nuevo gracias a Egisto, un hijo que tuvo con su hermana Pelopia. Este joven mató a Atreo, hizo rey a su padre y expulsó a los átridas. Agamenón y Menelao tuvieron que huir a la Esparta del rey Tindáreo. Este rey, según el mito, hizo un trio con Leda, su esposa, y Zeus transformado en cisne. De esto nacieron dos huevos, de los que salieron Helena y Clitemestra; y Cástor y Pólux. Estos últimos serían conocidos como los Dioscuros.

Tindáreo dio un ejército a Agamenón y a Menelao, con el que derrocaron a su tío. Agamenón fue nombrado Rey de Micenas y se casó con Clitemestra, la hija del derrocado, después de haber matado a toda su familia. Clitemestra le odiaba por ello, y juró vengarse aunque tuvo varios hijos con Agamenón, como Electra, Ifigenia, Orestes… El otro hermano, Menelao, eligió a otra hija de Tindáreo como esposa: la bella Helena. Y acabaría como Rey de Esparta.

Tetis es la Nereida más famosa. Acabó casada por conveniencia con el Rey de Ftía, Peleo. Su boda ya de por si fue un poco locura, pues Éride lanzó una manzana diciendo “para la más bella”, y Hera, Afrodita y Atenea se dieron de hostias por la manzanita. Zeus le dijo a Paris, el joven príncipe de Troya, que eligiera él a la más bella. El juicio de Paris sería lo que acabaría liando la Guerra de Troya, pues Paris escogió a Afrodita, diosa del amor, que le prometió el amor de la mujer más bella de la tierra, Helena.

Tras la boda, Peleo y Tetis no eran una familia feliz porque cada vez que tenían un hijo, iba Tetis y lo quemaba. Peleo logró salvar al último hijo, Aquiles, cuyo único punto débil sería su talón, lo único que quemó su madre. De este mito hay muchas versiones, como que al parecer Tetis lo había sumergido en la Laguna Estigia para que Aquiles tuviera invulnerabilidad, pero se olvidó de mojar esa parte del cuerpo porque era por donde le sujetaba.

En fin, llegamos a cuando Paris raptó a Helena de la corte del Rey de Esparta Menelao, haciendo enfurecer al hermano de Aquiles y desembocando todo en la mítica Guerra de Troya. Este episodio ya lo conté en el primer episodio de Grecia. Aquiles mató a Héctor, Paris mató a Aquiles, Filoctetes mató a Paris, Troya cayó porque Odiseo les coló un caballo de madera petado de griegos, y Menelao rescató a Helena.

Tras la guerra Agamenón volvió pronto a su tierra y Clitemestra aprovechó para ejecutar su venganza. Junto con su amante Egisto se lo cargaron mientras dormía en sus alcobas. Electra fue bastante maltratada por esta pareja, así que ocultó a su hermano Orestes en la corte de su tío el Rey de Fócida, Estrofio. Ambos hermanos se reencontraron tiempo después frente a la tumba de Agamenón y decidieron vengarse, y acabaron matando a Clitemestra y a Egisto. Sin embargo, las Erinias persiguieron a Orestes hasta hacerle enloquecer, y ambos fueron juzgados en el Areópago por parricidio.

Al parecer, Menelao y Helena, hicieron una parada cerquita y se encontraron con el juicio a sus sobrinos. Orestes le pidió ayuda pero Menelao el dijo que no podía, por lo que Orestes se enfadó tanto que mató a Helena y fue a matar a Hermíone, hija de ambos. Por suerte llegó Apolo y la salvó, haciéndoles casarse como símbolo de paz entre las partes. Y además, en plan Perry Mason, logró ganar el juicio.

Hubo dos personajes que vivieron muchas aventuras tras la famosa guerra. Uno fue Odiseo, mejor conocido por los romanos como Ulises, que tardó 10 años en volver a Ítaca y su historia es contada en la Odisea. El otro fue Eneas, y en su Eneida se cuenta cómo este caudillo troyano llegó a Italia; y sus descendientes, Rómulo y Remo, fundarían la ciudad de Roma.

La Guerra de Troya marcó el fin de la edad de los héroes y de la mitología griega. Todos los semidioses acabaron diñándola y sus almas fueron a las Islas de los Bienaventurados. Los humanos de la Edad del Hierro heredamos la Tierra. A partir de esta época, los dorios, los llamados a sí mismos descendientes de Heracles, bajaron al sur con intención de hacerse con toda la Hélade. Tras eso, alrededor del año 1200 a.C., llegó la Edad Oscura griega, donde la escritura se perdió y no sabemos qué ocurrió ahí. Casi 500 años de oscuridad después, en el siglo VIII a.C. llegaron nuevos registros, ahora escritos en griego. Eran Homero y Hesíodo, y gracias a ellos hemos podido conocer estas fantásticas aventuras, los blockbusters de aquella época.

EL MITO DE LA ATLÁNTIDA

El origen de la leyenda de la Atlántida comienza cuando el famoso legislador Solón visitó Sais, en Egipto, y unos sacerdotes le hablaron de una muy antigua historia que concernía a su nación. A su vuelta a Atenas, mucha gente se hizo eco de la leyenda, uno de ellos el abuelo de Critias, y este se la contó a su nieto. Por el año 360 a.C. Critias, el futuro tirano, un general de Siracusa llamado Hermócrates, y tres filósofos, TimeoSócrates y Platón se reunieron para hablar y filosofar, y durante la conversación salió el tema de la Atlántida. Esto está recogido en dos diálogos muy conocidos de Platón, el Timeo y el Critias. 

Según estos textos, y según Critias y el relato de su abuelo, la Atlántida había sido una gran potencia militar que tuvo su auge 9.000 años atrás. Tenían muchos recursos naturales, como animales de todo tipo, sobre todo elefantes y toros, madera ilimitada y el famoso oricalco (orichalcum), cobre de montaña, una supuesta aleación natural entre el cobre y el oro, que al parecer brillaba mucho. Su ubicación es inexacta, pero durante el diálogo la ubicaban más allá de las Columnas de Hércules, es decir, el estrecho de Gibraltar, y al parecer era más grande que Libia y Asia juntas. También es cierto que para ellos Asia llegaba hasta la India, porque no conocían más. Incluso puede que con Asia se refirieran solo a Anatolia. Pero aún así parece que el continente perdido era gigantesco. 

Cuenta el mito que el primero de los habitantes de la Atlántida fue Evenor, nacido de la tierra, y junto a su mujer Leucipe tuvieron a su hija Clito o Clitoé, madre de la estirpe de reyes atlantes junto a Poseidón. De esta pareja salieron diez hijos, y dividieron la isla en diez reinos. Uno de sus hijos daría nombre a todo el lugar: Atlas, de donde viene el nombre de Atlántida y también del mar circundante, Atlántico. Su gemelo fue llamado Gadiro, y su nombre daría origen a la Gadíria, Gadir, la actual Cádiz. Mientras que Poseidón creó varios canales en forma de anillo, estos diez reyes levantaron templos en honor a Clito y a Poseidón. Y también una estela de oricalco con todas las leyes del país escritas. Una especie de Código de Hammurabi atlante.

Los atlantes fueron una gran civilización, pero con el paso del tiempo sus reyes comenzaron a ser soberbios, y buscaron expandirse. Y lo hicieron, por Europa hasta Etruria y por África hasta Libia. Intentaron tomar Egipto y Grecia, pero los atenienses lucharon contra ellos y vencieron. Y entonces, una gran catástrofe indeterminada, parece que un diluvio, hizo desaparecer el continente con su civilización al completo de la noche a la mañana. Luego el relato de Critias se interrumpe y no se sabe nada más. Parece ser que Platón tenía planeado un tercer diálogo, llamado Hermócrates, a quien le correspondía tomar la palabra tras Critias, pero Platón no llegó a escribirlo. Al parecer, tras la victoria ateniense contra los atlantes, la leyenda quedó olvidada por los griegos durante muchísimo tiempo, hasta que finalmente llegó a conocimiento de Solón.

Siempre se tuvo a esta historia por un mito, pero fue a partir del Renacimiento cuando comenzaron a proliferar teorías de que esta leyenda podía tener parte de verdad. Se dice incluso que la gran motivación de Cristóbal Colón para viajar por el Atlántico fue encontrar esta ignota civilización. Pero cuando realmente comenzó a hacerse más conocida entre la gente de a pie fue cuando se metió en la cultura popular. 

La Atlántida apareció en ‘20.000 leguas de viaje submarino’ (1869), la famosa novela de Julio Verne. 15 años después, el escritor y político estadounidense Ignatius Donnelly publicó ‘El Mundo Antediluviano’ (1883), y dijo que la Atlántida sí existió y que estuvo ubicada por las Azores. Según su teoría, esta civilización fue el origen de toda cultura humana. Eran una raza primigenia muy avanzada que se dedicó a difundir sus conocimientos al este y al oeste, a Egipto y a América del Sur. De ahí que ambas culturas tengan pirámides y símbolos muy similares, afirmaba. Y serpientes, el culto o temor a la serpiente se repite en todas. Venga va, rescatemos el vídeo de Mitología Sumeria y los Annunaki. A ver, es probable que gracias a Donnelly este mito sea tan famoso hoy día, aunque también le debemos que haya mucha magufada al respecto. 

También durante el siglo XIX se barajó la posibilidad de que la civilización de la Atlántida podría haber sido la de los misteriosos Tartessos, ubicados en el sur de España. Y las pruebas de su gigantescas ciudades aún podría descansar bajo tierra, enterradas por un gran maremoto. Desde el 2005 hay investigadores del CSIC trabajando en el Parque Natural de Doñana con georadares, fotografías por satélite y… y parece que algo han encontrado. Estructuras enterradas que podrían ser artificiales. Por si no fuera poco, algunos relacionan este dibujo de un guerrero junto a círculos concéntricos encontrado en el yacimiento de Cancho Roano (Badajoz) como una prueba de la existencia la ciudad perdida.  

Y es que esa zona estaba petada de oro, plata y sobre todo cobre. ¿Sería el orichalcum? Y además existen referencias bíblicas a una ciudad con la que comerciaban mucho con metales, la llamada Tarsis (Tarshish). Las fuentes hebreas dejaron de mencionarla alrededor de la fecha en la que supuestamente colapsó la cultura tartésica. Y es que alrededor del año 500 a.C., tras la muerte del mítico rey Argantonio, toda referencia a esta cultura se corta misteriosamente. Es probable que Cartago se adueñara de muchas de sus ciudades. ¿O quizás hubo un maremoto?

Como ya conté en otro episodio, en el año 1900, Arthur Evans descubrió el palacio de Cnosos y se comenzó a hablar de Civilización Minoica o Cretense. Años después comenzaron a aparecer teorías de que este reino prehelénico pudo haber sido el origen del mito, ya que era una isla, había lujosos palacios y su cultura estaba bastante avanzada. Y además había muchos toros, aunque no elefantes. Finalmente la última prueba era la erupción del volcán de la isla de Thera entre los años 1600 y 1400 a.C., que pudo haber sido ese terrible castigo que mandó a los Atlantes a comer plancton. Aunque bueno, esta erupción no supuso el fin de los minoicos, aunque sí quedaron bastante fastidiados.  

Hasta los nazis recorrieron diversas partes del mundo buscando el origen de la raza aria, la cual vinculaban con los atlantes con el fin de justificar su superioridad sobre Europa. Uno de esos sitios fue el Tíbet, un lugar relativamente desconocido en la época, aislado por las montañas del Himalaya. Según los nazis, allí vivieron sin ningún contacto externo los supervivientes atlantes durante milenios. Además, el Partido de Hitler y la Sociedad Thule se inspiraron mucho en los símbolos del hinduismo. Y también creían en la Hiperbórea, de la que ya hablé en la Mitología Griega, una especie de tierra mítica situada al norte de Europa y cuya capital era llamada Última Thule. Decían que los hiperbóreos serían los habitantes primigenios del mundo, y que cuando su civilización colapsó se escondieron bajo tierra en una ciudad subterránea conocida como Agartha, situada supuestamente bajo el Himalaya y el desierto de Gobi, y cuya capital sería la mítica ciudad de Shambala.

En 1999, el investigador Jim Allen afirmó que la Atlántida estaría en Bolivia, en concreto en el Altiplano boliviano, en una planicie rectangular junto al lago Poopó y Pampa Aullagas. Y es que para acrecentar el misterio resulta que en idioma azteca, la palabra Atl significa agua, y la inca Antis es cobre. Mucha coincidencia. Y bueno, realmente hay muchos más misterios en la zona, como ruinas desconocidas en el Lago Titicaca o la ciudad de Tiahuanaco, de la que hablaré en profundidad en futuros episodios. 

La Atlántida no es el único caso de continente perdido. A finales del siglo XIX apareció la teoría de Lemuria, un continente perdido en el Océano Índico que trataba de dar respuestas a por qué había fósiles de lémures y otros animales muy parecidos en Madagascar y en la India. 

Y como no, también tenemos el continente perdido de Mu, que viene a ser la misma historia pero en el Océano Pacífico. Fue un oficial del ejército británico en la India, James Churchward quien propuso la existencia de este continente perdido de Mu después de supuestamente haber descifrado junto a sacerdotes hindúes, relatos antiguos de una civilización madre que había caído en desgracia. Con esto buscaba explicar similitudes artísticas, religiosas y lingüísticas entre la Civilización del Valle del Indo, Egipto, Mesopotamia, culturas precolombinas de América del Sur y la isla de Pascua. 

Y es que los pascuenses, los habitantes de Rapa Nui como ellos la llaman, también tenían la historia de una isla mítica de la que provenían, Hiva se llamaba. Curiosamente los maoríes tienen una leyenda similar, la de Hawaiki. El caso es que 60 años después de todas estas teorías de continentes gigantes en océanos fueron completamente descartadas por la confirmación de la tectónica de placas. Sin embargo, hay gente que quiere ver las misteriosas estructuras submarinas de Yonaguni como una prueba de que una vez hubo allí una civilización anterior a la humanidad.

Es probable que todo lo relacionado con la Atlántida sea un mito, un cuento, pero a veces muchos cuentos tienen mucho de verdad. Y si no que se lo digan a Heinrich Schliemann, un apasionado de la mitología griega que dijo que por sus cojones iba a encontrar la mítica ciudad de Troya. Muchos se rieron de él, pero siguiendo meticulosamente el relato de la Ilíada dio con la desaparecida ciudad en 1871. Troya ya no es mitología, es realidad. ¿Será la Atlántida la siguiente?