Mesopotamia: La Neobabilonia de Nabucodonosor II

MESOPOTAMIA 6: Neobabilonia. Los caldeos y Nabucodonosor II

La siguiente historia tiene lugar entre el 626 y el 539 antes de cristo

La nueva Babilonia es el último periodo de la Historia de esta región. Es aquí donde esta ciudad se convierte en un lugar mítico para muchos personajes de la antigüedad, como el historiador griego Heródoto o el macedonio Alejandro Magno. Durante la prehistoria se conoció el lugar como El Obeid, y durante sus diferentes dinastías fue cambiando de nombre: Ka-Dingir-Ra en sumerio, Babilim en acadio o Karduniash en casita.

Tras la época oscura de Babilonia llegaron los caldeos. Los caldeos eran unos nómadas semitas de la familia de los arameos. Estos se establecieron al sur de Sumer alrededor del año 1000 ac, fundando varios principados pequeños. Su idioma era el caldeo, pero el auge del idioma arameo, especialmente por su alfabeto, mucho más sencillo, con 22 caracteres, iría poco a poco calando entre esta gente. Hasta los persas comenzaron a usarlo y se convertiría en lengua franca tiempo después.

En el año 627 ac murió el gobernador asirio de Babilonia Kandalanu. Asiria estaba débil de cojones, así que arameos y caldeos, se metieron a saco en ella para aprovecharse de sus cojonudas tierras de cultivo, del dominio de las rutas comerciales y para encontrar algo de unidad política. 

Nabopolasar (625-605 ac), jefe del País del Mar, fue el primer rey caldeo de Babilonia. Se alió con Elam y tomó Uruk y Nippur. Como ya vimos, también se alió con Ciaxares de Media casando a su hijo con una de las hijas del medo, y ambos contribuyeron a la caída de imperio asirio en el año 609 ac. A los medos no les interesaba el territorio tras la conquista y se volvió a Irán, con lo que en Mesopotamia quedaron dos fuerzas tochas: Babilonia y Egipto. 

Y entonces llega Nabucodonosor II (605-562 ac), fue el rey con más prestigio de Babilonia desde Hammurabi. Egipto comenzó a pillar territorio del Levante, pero el nuevo rey le frenó en la batalla de Karkemish, en la actual Siria, y toda la región de Canaan pasó a ser caldea. 

En esta sociedad, el rey no era un dios, pues ese era Marduk y otros muchos de menor categoría. Él era un intermediario, junto con sus nobles y sacerdotes, que formaban la clase alta. Luego estaban los hombres libres y finalmente los esclavos, que podían llegar a comprar su libertad. 

Lo más importante de su reinado fue lo que hizo con la ciudad de Babilonia. La convirtió en la urbe más moderna y alucinante del mundo antiguo. Hubo grandes obras de ingeniería, como la famosa puerta de Ishtar, en la entrada norte de la fortificada ciudad, que daba a la vía procesional que conducía al santuario de Marduk, en el centro de la urbe. En las paredes de ladrillo esmaltado de estas puertas se ven toros, leones y hasta dragones, llamados mushusu.

Dentro de la ciudad se alzaba también el gran zigurat Etemenanki, de unos  100 metros de altura y en cuya cúspide había un santuario al dios Marduk, en el cual los sacerdotes caldeos podían observar las estrellas y hacer predicciones.

Es importante también el templo de Marduk, llamado Esagila, donde terminaba todos los años la procesión del Akitu, o fiesta de año nuevo, en la cual llevaban, como si de la Semana Santa se tratase, la estatua de Marduk del templo, por toda la vía procesional, hasta un santuario a las afueras.

Nabucodonosor II ambién se construyó un suntuoso palacio, pero lo más jodidamente alucinante eran los jardines colgantes de Babilonia, considerada una de las maravillas del mundo antiguo pero de la que no hay demasiadas pruebas de su existencia. Se cree que estos jardines dispuestos en terrazas fueron construidos por Nabucodonosor como una demostración de amor hacia su esposa Amytis, hija del rey medo Ciáxares, por la nostalgia que sentía por su tierra.

Como ya digo, nunca se ha podido demostrar su existencia, pero hay una teoría que sitúa estos jardines no en Babilonia, sino en Nínive, y que habrían sido construidos no por babilonios sino por asirios. Concretamente por Senaquerib 100 años antes o incluso por Sammuramat.  Ojalá algún día se resuelva el misterio.

La organización de la sociedad neobabilónica era bastante compleja, destacando cancilleres varios, que actuaban como ministros; o gobernadores locales, siendo el más importante el del País del mar, por ser la cuna de la dinastía caldea. 

Los egipcios comenzaron a provocar revueltas por los Reinos de Israel y de Judá. Por ello, Babilonia tomó Jerusalén (597 ac) por la fuerza y destruyó el Templo de Salomón. Diez años después (587 ac), el gobernador que habían puesto, Sedecías, se reveló contra los babilonios. Según la Biblia, el profeta Jeremías pidió la rendición de su pueblo, o de lo contrario los caldeos volverían a destruir Jerusalén y eso no molaba nada. Sedecías ni puto caso le hizo y los babilonios acabaron matando a su familia y a él sacándole los ojos. Eso es lo que pasa por no hacerle caso a un profeta (estamos tontos o que).

Y aquí comienza el famoso Destierro a Babilonia (586 ac). Los babilonios cogieron a todos los hebreos que pudieron y les deportaron en condición de esclavos hasta la monumental urbe, donde vivieron hasta que Ciro el grande, rey de la persa aqueménida, les liberó casi medio siglo después. 

Los judíos pasaron a llamar a Babilonia como La Ramera, por la depravación que allí vieron. Y es que ya lo decía el historiador Heródoto cuando fue. Hablaba de subasta de mujeres, ferias de enfermos, idolatría, prostitución por doquier… Se cree que fue en esa ciudad donde se comenzó a escribir la Biblia, uniendo las tradiciones de estos pueblos hebreos para evitar que cayesen en el olvido. En Babilonia hubo algo que les dejó muy marcados, el gran zigurat de esta ciudad, al que muy probablemente ellos conocieron como Torre de Babel.

Pero todo este “esplendor” en el fondo disimulaba una inestabilidad interna que se haría notable con el paso de otros reyes caldeos.

Nabónido (555-539 ac) fue el último rey de la Babilonia caldea. Fue un rey controvertido, pues parece que no era de ascendencia real. Era hijo de un gobernador arameo y de una sacerdotisa del dios Sin (Addagruppi). Es por esta influencia materna por lo que le tiraba más ese dios antes que Marduk. Al clero, lógicamente, no le molaba esto. Además el tipo era bastante paradete. Mientras dejaba que su hijo Baltasar guerreará por él, Nabónido prefirió vivir la buena vida y se fue a Teima, un oasis árabe, para dedicarse a la lectura. Al dejar tan desatendido a su pueblo, las rebeliones comenzaron a hacerse palpable.

Los Medos estaban pasándolas putas internamente también. Astiages (584-549 ac), su último rey medo, luchó contra un tipo llamado Ciro, que pertenecía a una pequeña región vasalla de Media llamada Anshan, de gran tradición elamita. Al ganar, gobernó toda la región con el nombre de Ciro el Grande y levantó un imperio llamado Persia (550 ac).

Nabónido estaba acojonado por el crecimiento tan rápido de este Imperio Persa Aqueménida, y llamó a su colega Creso, monarca de Lidia, para ver qué hacían. Creso le dijo que lo mejor era atacar antes de que se hicieran más grande. Eso hicieron pero la jugada no salió muy bien.

Sobre Lidia hablaré más adelante, pero como dato curioso decir que fue en este reino donde se empezaron a emitir las primeras monedas de oro. (640 ac)

En el 539 ac Babilonia cayó en poder de Ciro el grande. Sin embargo, lejos de ser tirano y cruel, Ciro fue buena gente y se mostró benevolente con los pueblos sometidos, perdonando a muchos de los reyes enemigos. Incluso protegió sus cultos y restauró muchos de sus templos. Con esto se ganó el favor de la clase sacerdotal. Además liberó a los hebreos de Babilonia, que pudieron volver a su tierra, Israel, después de casi medio siglo de exilio.

Babilonia, a partir de aquí, se convirtió en provincia persa, o satrapía, y nunca más volvería a ser independiente. Pero los persas es otra Historia. Podéis leer sus respectivos artículos en esta misma web.