FENICIOS Y PÚNICOS: Los Mercaderes de la Antigüedad

La siguiente historia tiene lugar entre el año 5000 y el 146 a.C.

Los cananeos fueron muy versátiles. Esta etnia semita que habitaba mayormente en las tierras de Canaán dieron origen a multitud de pueblos diferentes, como los acadios, los arameos, los hebreos, los árabes y los fenicios. Los fenicios no eran más que un grupo de estos cananeos afincados hace más de 7000 años en la franja costera de lo que ahora es el Líbano. Ellos se consideraban a sí mismos “chanani”, es decir, cananeos. La distinción de fenicios la crearon los griegos, que les llamaron así, Phoinikes, porque significa púrpura. Los fenicios fueron famosos por un colorante o tinte de este color que extraían de unos moluscos llamados múrices. Con él teñían ropas y objetos decorativos como vidrios y joyas. En tiempos romanos ese nombre derivaría en púnicos, más para referirse a su colonia más famosa: Cartago. Pero no vayamos tan rápido. 

Empecemos por el año 5000 a.C., cuando un grupo de estos cananeos pescadores decidió crear una pequeña aldea en las costas mediterráneas: Gebal (o Gubla). El lugar estaba situado en una estrecha franja entre el mar y las montañas y el desierto, con poco espacio para cultivar, así que se vieron obligados a adaptarse al medio marino y desarrollar buenos sistemas de navegación. Aún así cultivaban mucho, como trigo, vid, olivos, higueras y hasta tenían palmeras datileras. También pastoreaban cabras o ovejas. Pero con lo que de verdad comenzaron a hacer buen negocio era con algo que no tenían ni los egipcios del sur ni los sumerios del este: madera. Una madera de cedro muy buena. 

Con el tiempo fundaron algunas ciudades más, como Ugarit, y comenzaron a comerciar con pueblos de Chipre y Creta, y sobre todo con los faraones egipcios, que eran sus clientes predilectos.  A cambio de su madera, los egipcios les daban algo que a los fenicios les encantaba: la hoja de papiro. Gebal se convirtió en una especie de centro comercial donde comprar este medio para la escritura, y fue llamada Biblos por los griegos. Biblion es libro en griego antiguo y de ahí derivaron palabras como biblioteca o la Biblia. De hecho, fue en Biblos donde se escribió la primera Biblia en papiro. También se podía encontrar metales, telas, el famoso tinte púrpura, incienso, aceites, resinas, vasijas, arte, vino, pescado… Los fenicios eran listos, y copiaban todo lo que veían en sus viajes, así aprendieron diferentes técnicas para hacer productos muy originales y nunca vistos. 

Y estos viajecitos tuvieron lugar gracias a sus modernos barcos birremes y a su conocimiento del cielo. Como aún no se había inventado la brújula, se guiaban usando la estrella polar de aquella época, Alfa Draconis, a la que llamaron estrella fenicia. Crearon rutas marítimas, casi siempre bordeando la costa,  y construyeron puertos allá donde llegaban, con lo que se convirtieron en los grandes mercaderes de la época. Todavía no estaban en posición de empezar una colonización intensa, de momento se conformaban con establecer a su gente en barrios de ciudades para montar chiringuitos, bazares o almacenes. También crearon factorías bien protegidas, especialmente en países bárbaros, para realizar trueques. Tiempo después el trueque evolucionaría y el pago sería en base a lingotes de oro o plata, pesos fijos, y ya alrededor del 600 a.C. se afianzaría el uso de la moneda

Tanto Biblos como Ugarit, y otras ciudades que aparecieron después como Sidón o Tiro, eran ciudades-estado independientes. Nunca hubo un estado fenicio unificado. En cada ciudad había un rey, que no tenía el poder absoluto, pues estaba bastante controlado por una oligarquía de comerciantes en un Consejo de Ancianos que representaba a las familias más poderosas de la ciudad. También había sacerdotes, que veneraban a los dioses fenicios en templos. Dioses había muchos. El principal era El, y también Baal o Astarté. Muchos cambiaban dependiendo de la ciudad como Melkart, dios de Tiro, o Eshmún, de Sidón. Parece ser que había que hacerles sacrificios humanos o ritos de prostitución. 

Los acadios les dejaron más o menos en paz cuando Sargón llegó al poder en el 2334 a.C. y pronto consiguieron ser los protegidos de los egipcios, que les defendieron de los hititas y de las tribus amorreas. Estas causarían bastantes problemas durante un tiempo. En torno al 1500 a.C. llegaron los hicsos al delta egipcio, que no se sabe si eran cananeos y fenicios u otros pueblos, pero tras su paso por la tierra de los faraones, la nueva dinastía decidió controlar más fuertemente la zona de Levante. A los fenicios no les pareció mal y se limitaron a agachar la cabeza mientras los faraones del Reino Nuevo se daban de hostias contra hititas y mitanos. Los fenicios estaban en el puto medio. 

Muchas de las ciudades fenicias acabaron en ruinas, como Ugarit, Biblos, Tiro o Arvad. Sidón se salvó y se convirtió en la ciudad más importante de la zona. Sidón reconstruyó muchas de estas ciudades y creó otras como Beritus, actual Beirut, o Acre. Un centro de actividad importante fue Kition, en Chipre, Ciprus, cobre en griego, por la abundancia de este metal. Rodas y Cilicia también tuvieron su importancia en el comercio. Y hasta montaron una colonia en Menfis

Nuevos enemigos fueron surgiendo, aunque también oportunidades de comercio. Por un lado estaban los asirios y por otro el reino de Yamhad, con capital en Alepo, que succionó al reino de Ebla y el de Alalakh. Mediante el uso de caravanas, los fenicios importaron de estos sitios productos como especias, vinos, aceites, perfumes y telas. De África metales, sobre todo oro, papiros, esclavos, pieles, plumas de avestruz, incienso o marfil. El comercio con Europa fue mayoritariamente marítimo, y conseguían metales varios, como estaño, plata o hierro, lana, ganado y muchos tipos diferentes de cereales. Y descubrieron que la sal era magnífica para conservar los alimentos durante sus largos viajes en barco, y de ahí salió un manjar llamado Garo. 

El gran problema llegó en el 1200 a.C. con los Pueblos del Mar, que trastocaron todo. Los Filisteos se instalaron en Gaza y, tras la caída de los Hititas, tribus arameas se aprovecharon y se asentaron en Siria. Sidón fue arrasada y su hegemonía pasó a la ciudad de Tiro. Es aquí, bajo el reinado del rey Hiram I (969-939), cuando comienza el mayor esplendor de Fenicia. El comercio se expandió a otros mercados gracias a las colonizaciones de territorios más lejanos y el invento de algo tan guay como el alfabeto fenicio, que daría origen al latino, al griego, al hebreo, al arameo o al árabe. Los fenicios vieron necesario simplificar la escritura, porque tanto el cuneiforme como el jeroglífico o hierático eran demasiado complejos. 22 símbolos fonéticos y a tomar por culo, sin complicaciones. Eso les dio una fama sin igual por el mediterráneo. Entre sus colonias del Mediterráneo occidental más célebres estaban Gadir, actual Cádiz, Malaka, Málaga o Hispalis, Sevilla, fundadas por el mítico navegante Melkart

Además, Hiram I fue muy amigo del rey de Israel, Salomón, a quien ayudó a construir el Templo de Jerusalén y también se esforzaron en abrir una ruta marítima por el Mar Rojo, para tener contacto con los lejanos reinos de Saba y Ofir (Puerto de Esyon-Gueber). 

Estas buenas relaciones se mantuvieron incluso durante el reinado de Itobaal I (878-847 a.C.), que casó a su hija Jezabel con Acab, hecho que introdujo ritos paganos en Israel, algo que cabreó al profeta Elías. Tiempo después, su sobrina Atalía ocuparía el trono de Judá y, como ya vimos en anteriores episodios, la liaría parda. Y como también vimos, en el 853 a.C. llegarían los asirios de Salmanasar III a tocar las pelotas. Tiro se mantuvo al margen durante la batalla de Qarqar (853 a.C.), pero eso no impidió que acabase teniendo que pagar tributo al asirio (841 a.C.). 

El rey Matán de Tiro (840-832 a.C.) tuvo dos hijos importantes: Pigmalión y Elisa. El codicioso Pigmalión I (831-785 a.C.) se alzó como rey en el año 831 a.C. Quería conseguir los tesoros de un rico comerciante llamado Siqueo, así que obligó a su hermana Elisa a casarse con él y sonsacarle dónde estaba escondida su riqueza. Elisa lo supo pero engaño a su hermano, este mató a Siqueo y ella huyó con todo lo que pudo acompañada por su séquito y su hermana Ana en el año 825 a.C. La mujer llegaría a la costa africana de la actual Túnez, donde vivía la tribu libia de los Gétulos, gobernados por el rey Jarbas. Según la leyenda, Elisa le pidió un trozo de tierra para asentarse, y el rey le dijo que le daría tanta tierra como pudiera abarcar con un trozo pequeño de piel de buey. Entonces Elisa cortó la piel en tiras y con ella formó el perímetro circular más grande que pudo, y dejó al libio flipando. Fue allí donde levantó la Fortaleza de Birsa y fundó la ciudad de Cartago en el año 814 a.C. Los indígenas comenzaron a llamar a esta reina Elisa como Dido

Estos cartagineses nunca renegaron de su ciudad de origen, Tiro, ya que tenían las mismas tradiciones y veneraban a los mismos dioses, aunque fueron mejor conocidos como los púnicos. Levantaron templos a Melkart, pero acabaron venerando más a Baal y a Tanit. Su expansión por el mediterráneo comenzó desde el oeste. Primero la zona tunecina, donde fundaron Útica y consolidando su poder en Mauritania (que no es la Mauritania que conocemos sino Marruecos), y la región de Numidia, la zona norte de Argenia. El puerto que construyeron en Cartago era la leche de grande, con un puerto civil rectangular y uno militar circular, en cuyo centro estaba la isla del almirantazgo. Ellos elaboraban alimentos varios, vidrio, artículos decorativos de alfarería y cerámica, ropas teñidas, perfumes o cosméticos; y su comercio se basaba en metales, piedras preciosas, marfil, esclavos y animales como elefantes. 

Entorno al año 700 los griegos colonizaron Sicilia y unos aldeanos fundaron una pequeña aldea llamada Roma en Lacia, una región italiana. Otra región, Etruria, la cuna de los etruscos, estaba más avanzada, y comenzó a comerciar con los Cartagineses. En el año 653 a.C. colonizaron una isla a la que llamaron Eibshim, la actual Ibiza, y también fundaron Motia en Sicilia. Esto chocaba contra los intereses griegos, que tenían la colonia de Siracusa al lado, y comenzaron a luchar contra los cartagineses, que se aliaron con los etruscos. 

Volviendo a Levante, el rey Luli de Tiro (Elulayo), se rindió tras 5 años de asedio por parte del asirio Senaquerib y huyó a Kition. Los asirios acabaron con el poderío fenicio en la zona. Y por si no fuera poco, en el 589 a.C. Nabucodosonor II asedió la Tiro de Itobaal III (591-573 a.C.) durante 13 años y quitó del poder a los fenicios. Cartago se había quedado sola. 

El general Magón I de Cartago (550-530 a.C.) fundó la dinastía magónida en el año 550 a.C., y bajo su mandato la colonia se hizo la reina de los mares. Eso sí, unos griegos llamados foceos se habían instalado en Córcega para dedicarse a la piratería, y en la batalla de Alalia (535 a.C.), los cartagineses y etruscos les echaron. Con esto evitaron el avance griego por el Mediterráneo occidental, los etruscos se hicieron con el control de Córcega y Cartago de Cerdeña, llamada Sardinia. Luego probaron suerte con la colonia griega de Masalia, actual Marsella, pero los griegos acabaron rechazándoles. Cartago se alió también con la colonia fenicia de Gadir y juntos hicieron caer el reino de los Tartessos (530 a.C.). A todo este territorio lo llamaron Hispania.

Se cree que por esta época las aspiraciones coloniales de Cartago eran máximas, y se atrevieron a algo que parecía imposible: atravesar las columnas de Hércules, antes llamada columnas de Melkart, situadas en Gadir y que forman parte del escudo de España. Estas columnas marcaban el fin del mundo conocido, y aventurarse más allá era peligroso. Pero no para estos navegantes. Parece ser que Hannón llegó hasta el Golfo de Guinea pasando por las Canarias e Himilcón hasta las islas británicas Casitérides (Sorlingas).

En el año 490 a.C. estallaron las Guerras Médicas entre los griegos y los medopersas. El rey Amílcar Magón, de la rica familia de los Giscónidas, se aprovechó de la situación para tomar posiciones en Sicilia y de paso hacer amistad con los Persas. Pero Gelón, gobernador de Siracusa unió a todos los helenos de la isla contra los invasores y en la batalla de Hímera (480 a.C.) les dieron la patada de casi toda la isla. 

Casi un siglo después los griegos sicilianos dirigidos por Dionisio I de Siracusa se levantaron contra Aníbal Magón y ni él ni su sucesor, Himilcón II, pudieron detenerle. En el año 387 a.C. la colonia de Motia cayó. Magón II no consiguió avances pero sí Magón III, que logró vencer por fin a Dionisio en la batalla de Cronium. 

Fenicia había recuperado mucha de su prosperidad perdida bajo el gobierno persa. El comercio se había reactivado y las cosas iban muy bien, los persas no eran tan hijo putas como los asirios, pero en el 332 a.C. llegó Alejandro Magno, que también asedió Tiro, y Fenicia se fue a la mierda para siempre. 

En Cartago, los Hannónidas habían tomado el poder, pero las guerras con Sicilia continuaban. En el 308 a.C. el rey Bomilcar I intentó dar un golpe de Estado derrocando al Consejo de Ancianos, pero le salió el tiro por la culata, le crucificaron y la monarquía quedó abolida. Con la caída de esta dinastía se instauró una especie de oligarquía aristocrática inspirada en sus nuevos aliados: los romanos, que habían mandado a los etruscos a tomar por culo alrededor del 300 a.C. Pusieron un Senado regido por dos sufetes, o jueces, elegidos anualmente. Proponían leyes y la asamblea las ratificaban con votos. También se creó un Consejo de los Cien como sistema de control, y también había una Asamblea Popular, que básicamente estaba controlada por los ricos. 

La alianza entre Roma y Cartago tenía sentido mientras su enemigo común estuviera vivo: Grecia. El último enfrentamiento con esta potencia tuvo lugar entre el 280 y el 275 a.C. cuando Pirro de Epiro trató de arrebatar a Cartago sus posesiones en Sicilia. Roma fue a por él y perdió en las batallas de Heraclea (280 a.C.) y Asculum (279 a.C.), pero con un coste importante para las tropas del griego. Una victoria pírrica, como se le llama. Al final acabaron con él en la batalla de Benevento (275 a.C.) y los griegos, aunque seguían por ahí, dejaron de ser un problema. Ahora sólo quedaban en el Mediterráneo Cartago y Roma. Chan chan. 

Roma lo quería todo para ella. Fue en el año 265 a.C. cuando los mamertinos, unos mercenarios latinos renegados que habían asaltado Mesana (actual Mesina) por la fuerza, empezaron a molestar al rey de Siracusa, el griego Hierón II, que decidió echarles. Pero estos se aliaron con Roma, así que el griego se alió con la Cartago de Hannón el Grande. La excusa que los romanos necesitaban. Comenzó la 1ª Guerra Púnica (264-241 a.C.). En ella, Hierón II se sometió a los romanos y estos dieron de leches a los cartagineses en batallas como la del Cabo Ecnomo (256 a.C.), la mayor batalla naval de la Antigüedad, o en la batalla de las Islas Egadas, tras la cual Cartago se rindió. Su castigo fue abandonar Sicilia, respetar a Hierón de Siracusa y una buena indemnización. 

Además a Cartago le salió una guerra interna llamada la Guerra de los Mercenarios, que se le habían rebelao porque con tanto castigo no les habían pagado. A ellos se les unieron esclavos y campesinos descontentos. Amílcar Barca fue el elegido para sofocar una revuelta que les superaba por mucho en número. Y el tío lo consiguió y fue nombrado puto amo oficial. Roma se aprovechó del revuelo y tomó Sardinia (Cerdeña). Amílcar Barca no pudo hacer nada, bastante tenía con los mercenarios, así que se tuvo que olvidar de sus colonias mediterráneas. Ahora centraría sus esfuerzos en Hispania, lejos del dominio romano. Allí fundaría ciudades como Barcelona en el 230 a.C., cuyo nombre viene de este tipo. Su yerno Asdrúbal Barca (el Bello) creó la colonia de Qart Hadasht, que los romanos llamaron Cartago Nova, la actual Cartagena, petada de minas de plata, y también Akra Leuke, Alicante. 

En el año 226 a.C., las ciudades de influencia griega, Ampurias y Sagunto, pidieron ayuda a Roma ante la expansión púnica por Hispania. Ambos contendientes se repartieron el territorio dividido por el río Iberus, el Ebro.  

Fue el famoso Aníbal Barca, hijo de Amílcar, quien asedió la ciudad de Sagunto, y aquí se lió otra vez, y estalló la 2ª Guerra Púnica (218-201 a.C.). Aníbal comenzó a bordear la costa mediterránea con dirección a los Alpes, camino a Roma con un ejército de elefantes. Ganó a los romanos en la Batalla de Cannas en el 216, pero Aníbal acabó inmovilizado a las puertas de Roma. Además, Publio Cornelio Escipión tomó Cartago Nova e hizo que Gadir cambiase de bando. Además llegó a Numidia e instigó revueltas entre tribus libias contra Cartago. Aníbal no tuvo más remedio que dejarlo todo y volver a la colonia, perdiendo todo en la Batalla de Zama (202 a.C.). Nuevamente, las condiciones de paz fueron muy duras, como la reducción de todo su territorio, la independencia de Numidia y la imposibilidad de atacarles a estos últimos. 

Cartago ya no tenía ninguna importancia. Aún así, había un sector en Roma que no veía con buenos ojos dejarlos con vida. Este era el grupo de Marco Porcio Catón (el censor), que insistía que había que destruir lo que quedaba de ella. Y en cierto momento, en el año 150 a.C., los númidas atacaron Cartago. Estos en teoría no podían defenderse, pero lo hicieron, y Roma entró a la lucha en una 3ª Guerra Púnica (149-146 a.C.), y redujo la colonia a cenizas y los supervivientes fueron vendidos como esclavos. Y con esto, Cartago desapareció y Roma se hizo con el poder de todo el Mediterráneo.