Los primeros reyes ingleses: Athelstan, Canuto, Eduardo el Confesor

La siguiente historia tiene lugar entre el año 927 y el 1066

INGLATERRA MEDIEVAL 3: LOS PRIMEROS REYES INGLESES

DE ATHELSTAN A ETELREDO EL INDECISO (927-1013)

El Rey Athelstan se había convertido en el rey de toda Inglaterra en el año 927. Esto lo logró tras someter el reino de Jorvik. Tras eso logró la sumisión de los reyes de Escocia, de Strathclyde y del señor anglosajón de Bamburgh. Y hasta los reyes galeses le pagaron tributo anual y reconocieron a Athelstan como su señor.

Este primer rey de los ingleses dedicó gran parte de su reinado a mejorar la administración y las leyes que regían el país. Reorganizó todo el territorio en comarcas (los Shires) al mando de sendos ealdorman (o magistrados, o regidores, como queráis llamarlos). Y a su vez, estos condados estaban divididos en distritos (o hundreds), y estos en villas o ciudades.

Todo parecía ir bien para los anglosajones, pero claro, todavía quedaban nórdicos por la zona con ganas de recuperar tierras. Los nórdicos asentados en Dublín, liderados por Olaf Guthfrithson, se aliaron con los britones del reino de Strathclyde y con el rey Constantino II de Escocia, o Reino de Alba… y se lio pero bien.

Destaca la Batalla de Brunanburh, ocurrida en el año 937, en la cual Athelstan y su hermano Edmundo se enfrentaron a esta coalición y la aniquilaron, recuperando el control sobre Northumbria. Además, esta batalla supuso la unión de la nobleza de Wessex con la merciana contra un enemigo común.

Tras la muerte de Athelstan 2 años después, llegó al trono su hermano Edmundo el Magnífico. Durante su reinado, los daneses dirigidos por Olaf Guthfrithson recuperaron el reino de Jorvik. Por fortuna para los anglosajones, este control no duró mucho, y para el año 944, Edmundo logró reconquistarlo.

Tras él, reinó el último hermano, Edred. Es famoso su enfrentamiento con el rey noruego Erik Hacha Sangrienta. Bueno, en realidad ya no era rey. Fue tan violento y sanguinario que le echaron de Noruega, y el cabrón acabó en Northumbria y pasó a controlar el territorio a partir del año 947.  

Edred fue a darse de leches con él, le expulsó y todo parecía guay, pero Erik luego volvió y retomó el control del norte inglés en el año 952. Reinó dos años y después los northumbrios le expulsaron de allí y Erik acabó palmando en una batalla. Con ello, todo el territorio de Northumbria, dentro del cual estaba Jorvik, se incorporó a Inglaterra.  

Los siguientes reyes ingleses fueron Edwy el Bello, que no duró nada, y Edgar el Pacífico. Este último comenzó a reinar en el 959. Invirtió mucha pasta en reconstruir monasterios, y también fundó otros nuevos. Para todos ellos instauró la regla benedictina. Se interesó por que estos religiosos tuvieran una buena formación, y muchos obispos y monjes pasaron a formar parte del Witan, o Consejo Real de los reyes ingleses.

La figura religiosa más destacable de esta época fue Dunstan, abad de Glastonbury. Cuenta la leyenda, que este Dunstan estuvo en la coronación del rey Edwy, y aquí pasó una movida muy loca. Resulta que el rey desapareció y Dunstan lo buscó por todas partes. Y lo encontró en la cama con la noble Elfgifu y la madre de esta, Ethelgiva.

Dunstan le echó una bronca de tres pares de cojones y le obligó a recoger la corona del suelo e ir al banquete. Y se dice, que la madre de Elfgifu le cogió tanto odio al abad que éste tuvo que exiliarse del reino un par de años, hasta la muerte del rey.

El reinado de Edgar el Pacífico fue así, muy pacífico. Murió en el 975. Sus dos hijos serían reyes. Primero estuvo Eduardo el Mártir, que duró 3 años en el trono. Al parecer era un tío muy violento, levantó mucho odio, y fue asesinado por partidarios de su hermanastro de 10 años, Etelredo II el Indeciso, quien fue nombrado nuevo rey.

Reinó durante más de 30 años, pero por su apodo ya podemos intuir que muy bien no le fue. De hecho, está considerado como uno de los reyes más desastrosos de Inglaterra.

Para que entendáis por qué ésta fue una época bastante mala para los anglosajones… debemos viajar primero a Dinamarca. Allí tenemos al rey Harald Diente Azul intentando imponer el cristianismo en sus dominios. A su hijo Svend I Barbapartida no le gustó eso una mierda, así que lo mató en el año 986 y se hizo con el trono. Los partidarios del difunto rey tuvieron que huir a Inglaterra y se enfrentaron al rey Etelredo II con gran éxito. Svend se enteró y dijo: “joder, pues me apunto a la fiesta”.

En el año 991 tuvo lugar la Batalla de Maldon (991), con una gran victoria para los vikingos noruegos liderados por Olaf Tryggvason, futuro rey de Noruega y aliado de Svend. A partir de aquí, todas las fuerzas de Inglaterra cayeron. El sistema de burhs fracasó por la ineptitud del rey sajón, el cual se limitó básicamente a esconderse cual ratilla asustada.

Etelredo decidió pagar a estos escandinavos para que le dejaran en paz. Pero con esta estrategia consiguió precisamente lo contrario. Los vikingos querían más oro, y empezaron de nuevo los espadazos. Además, estos daneses contaban con el apoyo de los normandos, que les dejaban operar desde sus puertos del norte francés.

En un intento de romper estas alianzas, Etelredo II se casó en el año 1001 con la princesa Emma, la hermana de Ricardo II, duque de Normandía. Este sería el inicio de las relaciones entre la corona inglesa y Normandía, que como ya dije, va a ser importante en el devenir de los acontecimientos.

El 13 de noviembre de 1002, el día de San Bricio, el rey Etelredo II fue informado de que los daneses iban a asesinarle a traición, y por ello, el rey ordenó cargarse a cualquier danés que viviese en Inglaterra. Aquella fue una matanza total, en la cual, por cierto, murió la hermana de Svend Barbapartida. Esto provocó la ira del rey danés, quien organizó una nueva invasión.

En 1003 llegaron a Anglia Oriental, pero allí fueron derrotados ante las murallas de Thetford. Aun así, durante los siguientes años, los ataques daneses continuaron. Los ingleses crearon una flota, pero la mitad desertó al mando de un comandante llamado Wulfnoth Cild, se puso a saquear pueblos costeros y destruyó la otra mitad de barcos. En fin, un puto desastre.

En el año 1013, una nueva flota danesa desembarcó en Kent. Svend sabía que Inglaterra estaba muy débil, aquel era el mejor momento para conquistarla. Y efectivamente, todas las ciudades y territorios fueron cayendo y rindiéndose a su paso. Northumbria, los 5 burgos, Oxford, Winchester y finalmente llegaron a Londres. Allí se enfrentó a su antiguo aliado Thorkell el Alto, que ahora se había pasado al bando del rey Etelredo II.

Sin embargo, los londineses acabaron riendiendo la ciudad y el cagao de Etelredo II huyó a Normandía junto con sus hijos Eduardo y Alfredo. Y así fue como los daneses pasaron a controlar toda Inglaterra durante los siguientes 30 años.

BAJO EL CONTROL DANÉS (1013-1066)

El rey Svend I Barbapartida no pudo disfrutar mucho de su gran hazaña, pues murió en 1014 en su campamento de Gainsborough, y su hijo Harald II heredó todas sus conquistas, aunque su hermano pequeño Canuto II el Grande fue proclamado como rey inglés por las tropas danesas que vivían en Northumbria. De este rey es famoso su cuerpo de Huscarles, que era como su milicia personal, unos 2000 tipos armados con hachas.

Etelredo II intentó retomar lo que era suyo, y fue nombrado rey otra vez, lo que obligó a Canuto a liarse a espadazos con él. Muchos nobles ingleses decidieron pasarse al bando del danés, y el rey inglés acabó muriendo en Londres casi sin apoyos y fue enterrado en la antigua Catedral de San Pablo.

Su hijo Edmundo II Costilla de Hierro continuó con la movida. Uno de sus aliados fue Uhtred el Audaz, eldorman de Bamburg. Como curiosidad, el protagonista de la serie The Last Kingdom está basado en él. Se dice que Uhtred viajó a donde estaba Canuto para someterse a él pero se lo cargaron por el camino, no se sabe quién.

Los ingleses no lograron frenar a los daneses, quienes rodearon la ciudad de Londres. Edmundo II logró escapar, pero terminó por ser vencido en la Batalla de Assandun (1016). De todas formas, Edmundo y Canuto acordaron repartirse el país: Wessex para el primero, y el resto para el segundo.

Pero, ¿qué pasó? Que Edmundo apareció muerto misteriosamente semanas después, y el Witan nombró a Canuto el Grande rey de toda Inglaterra. Se convirtió al cristianismo, y además, no perdió el tiempo y se casó con Emma de Normandía, la viuda de Etelredo II.

Además, cuando su hermano murió en 1018, heredó tanto Dinamarca como Inglaterra. Se ve que al chaval le molaba más su tierra natal, y fue desentendiéndose cada vez más de Inglaterra; la cual fue dividida en 4 condados: Wessex, Mercia, Northumbria y Anglia. Los condes, o eldorman, ahora serían llamados Earl, que viene de los Jarl escandinavos. Estos puestos fueron entregados a nobles de ascendencia danesa, pero no en el caso de Wessex, que fue para un sajón: Godwin. ¿Recordáis al comandante que se amotinó con una flota años antes? Pues este era su hijo. Se volvió un tipo muy poderoso y va a tener mucha importancia.

En el año 1027, Canuto se metió en guerra contra Noruega y Suecia y conquistó gran parte de estos reinos. Es decir, que los dominios de este tipo fueron gigantescos. Para tener nombre de porreta la de cosas que hizo el muchacho. Incluso visitó Roma en 1027 para asistir a la coronación de Conrado II como emperador del Sacro Imperio. El tío quería codearse con la nobleza europea y hacer contactillos.  

Canuto murió en 1035, y aquí empezaron los problemas sucesorios. Se había casado con Emma y había tenido un hijo con ella, llamado Canuto II o Hardeknut. Pero resulta que Canuto ya tenía otro hijo con una danesa llamada Elfgifu, Harold Pies de Libre. Fue este último quien empezó a cargarse a los familiares de Emma.

Uno que murió fue Alfredo, hijo exiliado de Emma con Etelredo II, que llegó de Normandía para visitar a su madre. Parece que fue asesinado por orden de Godwin, porque pensaba que quería reclamar el trono o alguna movida así.

Harold Pies de Libre murió enfermo poco después y Hardeknut ocupó su lugar. Pero fue un rey muy poco querido porque parece ser que subió los impuestos un montón. Pero no duró mucho, pues murió en 1042 por emborracharse to the limit en un banquete.

A modo de curiosidad, en el reino de Alba comenzó a reinar un tipo llamado MacBeth. En él se inspiraría Shakespeare para su famosa obra homónima, aunque bastante inexacta históricamente. Este tipo asesinó a su predecesor Duncan I para hacerse con el trono, y también se dio de leches contra Siward, conde de Northumbria, quien intentó invadir Escocia.

Por otro lado, tenemos el Ducado de Normandía en el norte de Francia. El duque Roberto I vivía felizmente en el Castillo de Falaise. Parece ser que mantuvo una relación amorosa con una chavala del servicio doméstico llamada Arlette, y de ahí nació su primer hijo: Guillom, o Guillermo el Conquistador. En 1035, Roberto se fue de viaje a Jerusalén pero murió durante el viaje de vuelta, y el pobre chavalín de Guillermo, se convirtió en el nuevo duque normando.

Sus primeros años estuvieron llenos de intrigas y asesinatos, y es importante la conspiración urdida por su primo-hermano Guido de Borgoña, conde de Brionne. Guillermo tuvo que huir de Normandía, para acabar en la corte del rey francés Enrique I, quien se convirtió en su tutor. Fue éste quien lucho junto a él y, tras la victoria en la Batalla de Val-es-Dunes, Guille recuperó su ducado. Se instaló en una población llamada Caen, donde se construyó un castillico y vivió más o menos en paz con su esposa Matilde de Flandes.

Pero volvamos a Inglaterra. El nuevo rey iba a ser Eduardo el Confesor, quien llevaba unos años exiliado en Normandía con la familia de su madre. Llegó a Inglaterra en el año 1042 y fue coronado rey, y sería el último rey de la casa de Wessex.

En esta reinstauración, el rey siguió teniendo el máximo poder, y siguió estando rodeando del Witan, o Consejo Real. Dejaron el sistema de condados y se crearon otros nuevos. Destaca la figura del Shire-Reeve, o representante del rey en estos condados, que recaudaba impuestos, impartía justicia, comprobaba el estado de los caminos, se encargaban de la seguridad y hacía las levas militares. Este puesto de Shire-Reeve evolucionaría en la palabra “Sheriff”.

Durante el reinado de Eduardo el Confesor tenemos que hablar de su relación de amor-odio con el conde Godwin. La razón del mal rollo era que Godwin, como ya conté, participó en la muerte del hermano del rey, Alfredo. Aun así, el rey se casó con una de las hijas del conde, Edith. Sin embargo, por un antiguo voto de castidad, el rey no podía tener hijos. Y claro, eso era un problema. También, otra movida entre ellos era que Edu era pro-normando, y Godwin todo lo contrario.

En fin, en 1051 el rey Edu ordenó a Godwin atacar una aldea díscola en Kent. Éste se negó y se rebeló contra el rey. Godwin perdió y fue exiliado a Brujas. Pero poco después desembarcó en Inglaterra apoyado por más peña y al final el rey hizo las paces con él y Godwin fue reinstaurado como conde. Murió dos años después, y sus hijos fueron también condes importantes. El más importante, y quien heredó el condado de Wessex, fue su hijo Harold Godwinson.

Una de las cosas que hizo Eduardo el Confesor fue reconstruir la Abadía de San Pedro en Westminster, cerquita de Londres. Esta fue la primera iglesia de Inglaterra construida en estilo románico. Fue acabada alrededor de 1060, seis años antes de la muerte del monarca. Éste fue enterrado allí, y 9 años después le acompañaría su esposa Edith.

En fin, que en 1066, Eduardo el Confesor la palma y desencadena un problema sucesorio bastante grave. El heredero iba a ser Eduardo el Exiliado, hijo de Edmundo II y que llevaba años en Hungría. Pero cuando llegó a Inglaterra 3 años antes de la muerte del rey, murió en extrañas circunstancias.

Por todo ello, el Witan nombró nuevo rey a Harold II Godwinson, hijo de Godwin, aunque no todos estaban de acuerdo con que él fuese el rey. El monarca noruego Harald Hardrada reivindicaba su derecho al trono inglés. Por otro lado, estaba Guillermo el Conquistador, duque de Normandía, quien decía que Eduardo le prometió la corona tras desterrar a Godwin.

Así fue como empezó esta pugna a tres bandas por el poder. Harald Hardrada desembarcó en Northumbria y se dirigió hacia York. Varios condes ingleses trataron de detener su avance, pero Harald venció en la Batalla de Fulford y ocupó la capital northumbria.

El rey de Inglaterra Harold II salió de Londres para ir a por él. Y sus ejércitos se enfrentaron en la Batalla de Stamford Bridge, que como bien dice el nombre, gran parte del combate sucedió en un puente. Los noruegos iban a ganar, pero fueron rodeados y Hardrada recibió un flechazo en la garganta y murió. Esta batalla es célebre pues representa el fin de las invasiones vikingas en Inglaterra y más en general, es considerada el final de la era vikinga.

Con esto, los ingleses ya tenían un frente menos. Quedaba Guillermo I el Conquistador, que venía desde Normandía por el sur. Parece ser que Guillermo estaba motivadísimo, ya que antes de partir vio el Cometa Halley, y lo interpretó como que todo iba a ir sobre ruedas. Y razón no le faltaba.

Bueno, pues Guille llegó con una flota de la hostia y se puso a destruirlo todo. Harold II se enfrentó con él en la Batalla de Hastings, considerada una de las batallas más importantes de la historia de Inglaterra.

El desarrollo de la batalla está narrado en varias fuentes, pero tienen contradicciones. Parece ser que los ingleses formaron un muro de escudos en lo alto de una colina, y los normandos trataron de romper su formación, pero no lo logaron y fingieron una retirada. Fue entonces cuando los ingleses se pusieron a perseguirlos y ese fue su gran error. La caballería normanda apareció por sorpresa, les rodeó y aniquiló a la gran mayoría. Se cuenta que la batalla duró un día entero. Y también llegaron arqueros y cagaron a flechazos a la mayoría de ingleses. Según se cuenta, una de estas flechas acabó incrustada en el ojo del rey Harold II y se quedó moñeco.

Tras esto, las tropas normandas de Guillermo I lo tuvieron facilísimo para llegar a Londres. Allí, el clero y la nobleza inglesa nombraron como rey a Edgar Aetheling, pero sus apoyos fueron mínimos. Guillermo llegó, conquistó la ciudad y fue nombrado rey de Inglaterra el 25 de diciembre del año 1066, en la abadía de Westminster. Guille se convirtió así en el primer monarca inglés de la Dinastía Normanda.