Periodo Clásico: Shunga, el Imperio Gupta y la invasión de los Hunos

La siguiente historia tiene lugar entre el año el 187 a.C. y el 490 d.C.

EL PERIODO PRE-CLÁSICO  (187 a.C.-340 d.C.)

En el año 187 a.C. el gran imperio construido por los Maurya cayó, y la India quedó dividida en diversos estados. La parte norte pasó a estar gobernada por la Dinastía Shunga (187-73 a.C.), una familia brahmánica, después de que su líder Pushia-mitra asesinara al último rey maurya. Este “shungo” general y ferviente brahmán ortodoxo se dedicó a perseguir a la herejía budista. Con el paso de los siguientes reyes parece que esto se fue relajando y al parecer levantaron la famosa estupa de Bharhut, en el estado de Madhya Pradesh

Los Shungas no podían permitir que los otros reinos les robasen territorios, así que el rey Agnimitra pasó del karma y esa mierda y se dio de leches contra los Indogriegos del rey Menandro I Sóter por el oeste; contra los Kalinga del rey Kharavela en la zona este; y contra el Reino Satavahana de Satakarni I, cuya capital estaba en Pratishthana, a orillas del río Godavari, actual Paithan. Estos satavahanos eran hinduistas, aunque apoyaron bastante el budismo, y crearon santuarios en cuevas, como el Santuario de Bhaja, un conjunto de 18 grutas con decoración budista; y el Santuario de Karli, con una fachada decorada con parejitas dándose amor y otras cosas, y capiteles de elefantes en el interior, en la chaitya o sala de culto, al final de la cual había un pequeño estupa.

La construcción de parte de la Gran Muralla por Qin Shi Huang (chin si juang) hizo que muchas tribus, como los Yuezhi o Tocarios, se piraran y acabaran asentándose en la zona del Mar de Aral. Allí tuvieron bronca con las tribus nómadas de los Escitas o Shakas, quienes a su vez huyeron al sur y molestaron a los Greco-Bactrianos, que sucumbieron a su paso. Parte de estos Escitas vieron que el valle del Indo era la polla para vivir y se asentaron bajo el estado Indo-Escita alrededor del año 100 a.C.

Estos escitas fueron poco a poco penetrando en el norte indio, mientras los Shungas cedían el gobierno de su reino a la Dinastía Kanva. Esta época de caos vio el nacimiento en la parte occidental del Turquestán del Reino de Kushán alrededor del año 30 d.C., de la mano de los antiguos tocarios. Entre los años 100 y 150 el rey Kanishka I se cargó a partos y a escitas y conquistó el norte indio. Estos Kushana fueron una dinastía poderosa que adoptó el budismo y continuó con la tradición artística que habían dejado los Maurya.  

Es en esta época cuando el Budismo Theravada (Hinayana), que decía que la iluminación estaba solo al alcance de unos pocos, prohíbe las imágenes de Buda. Sin embargo, tiempo después, en el 150 d.C. aproximadamente, el rey Kanishka I convocó el Concilio budista de Jalandhapura, en Cachemira, donde estos kushanas crearon un cisma en esta religión: el Budismo Mahayana. Esta nueva visión del budismo proponía que todo el mundo podía convertirse en budista, y que era buena idea darlo a conocer en el extranjero. Dicho y hecho, el budismo comenzó a hacerse muy popular en China y hasta en Japón. Aquí empezaron sus representaciones con formas antropomorfas.

Todo esto fue posible gracias al comercio. Las caravanas exportaban e importaban productos al extranjero a través de la Ruta de la Seda, e incluso por mar, siendo un puerto importante el de Bhrigukachcha, actual Bharuch. Muchos artesanos se agruparon por oficio, formando gremios, que regulaban la calidad y el precio. Los que más pasta ganaron fueron los alfareros, los carpinteros y los dedicados al metal, y se llenaron sus bolsillos con las antiguas monedas que estos reyes pusieron en circulación (karshapana).

Las especias, el oro, las piedras preciosas o la madera de sándalo abundaban en el sur, lo que captó la atención de muchos norteños. Y también de los yavanas, nombre con el que conocían a los extranjeros, en especial a griegos y romanos. Parece que estos exportaron alguna leyenda sobre Buda que luego, en Canaán, se adaptaría a la figura de Jesucristo, pero ya hablaré de esto en otro vídeo. Eso sí, cuando el Apóstol Santo Tomás llegó a la India predicando el cristianismo por el año 50 acabó atravesado por una lanza en Mylapore.

En el Decán, los antiguos Satavahanas se fueron descomponiendo, y por el año 220 fueron sustituidos por la Dinastía Vakataka (220-505). Esta dinastía estaba muy interesada en el arte, y el emperador Harishena fue a Ajanta, un pequeño complejo theravada con 30 grutas, y le dio un toque mahayana. Se llenó de imágenes de Buda y monjes, quienes impartían cursos de religión y filosofía en su interior. Y es que dentro de varias de estas cuevas encontramos grandes viharas, una especie de monasterio para rezar y hacer movidas religiosas. Tiempo después los Guptas la llenarían de pinturas tan chulas que algunos la llaman la Capilla Sixtina india.

En estos años se puede decir que las pequeñas tribus drávidas del sur dejaron la prehistoria y empezaron a poner sus movidas del día a día por escrito. En la costa oriental destacan los Chola y los Pandya, asociados a la Cultura Tamil, que hablaban el tamil, una lengua drávida muy extendida. Ya que compartían lengua podrían haberse entendido, pero decidieron matarse entre ellos durante siglos y siglos. A partir del año 200, los tamiles estos fueron invadidos por el estado de Kalabhra, dando comienzo auna Edad Oscura en el sur que duraría varios siglos. Los únicos tamiles que lograron escapar del control extranjero fueron los Pallava, una dinastía que se haría muy poderosa.

En el pequeño reino de Andhra, la dinastía de los Ikshvaku construyó el estupa más grande de la India, en la ciudad de Amaravati. Lamentablemente acabó destruida durante la Edad Media y apenas ha quedado nada. Otra de sus ciudades importantes fue Nagarjuna-konda, llamado así por el gran filósofo budista Nagarjuna, y ahora está en el fondo de un pantano. La ciudad, no el filósofo. Bueno, el filósofo igual también.   

Mientras tanto, en el reino de Magadha, los Guptas se hicieron con el control de Pataliputra y sus alrededores hacia el 320. Su líder fue Chandra-gupta I. Sí, igual que el fundador de Maurya, y no es casualidad. El tío admiraba a este rey legendario, y quería recuperar el prestigio que él había alcanzado en el pasado. Así que se puso a conquistar cosas como si no hubiera un mañana.

La Dinastía Kushán acabó alrededor del año 340, cuando el Reino de Gupta liderado por Samudra-gupta lo absorbió. Kalinga y Andhra cayeron poco después, convirtiendo a Gupta en el imperio hegemónico en todo el norte Indio.

EL PERIODO CLÁSICO (340-650)

La Dinastía Gupta dominaba el norte, y es en este momento cuando se puede decir que comienza el auge del clasicismo indio, donde cultura, arte y política alcanzaron gran desarrollo, y la religión hindú se impuso en la mente de los indios. Fue una época con bastante paz y tolerancia, y la economía floreció un montón gracias al comercio con otros países por la Ruta de la Seda.

Entre los Guptas del norte y los Vakataka del centro hubo muy buenas relaciones. De hecho, el rey Chandra-gupta II casó a su hija, la princesa Prabhati-gupta, con el rey vakataka Rudrasena II. En el 390 este rey murió y por problemas de sucesión la princesita esta estuvo 20 años de regente. Vamos, que Vakataka fue durante un tiempo, al menos virtualmente, parte de los Gupta.

Salvo excepciones como esta, las mujeres indias nunca gozaron de igualdad, y se sabe que en algunas tribus, cuando el marido moría en la guerra se quemaba también a la viuda para que no sufriera. Sí, era una práctica llamada Satí que fue abolida en 1920, aunque parece que todavía quedan algunos quemaviudas sueltos porai.

En ciencias destacó Aryabhata, un matemático y astrónomo al que se le considera el gran difusor del sistema decimal, incluyendo al número cero. Gracias a los árabes esta numeración llegó a occidente, que evolucionó en los números que conocemos ahora. El juego de mesa Chaturanga se hizo muy popular, y con el paso de los siglos de aquí saldría el ajedrez actual.  

La lengua sánscrita vivió una época de gran esplendor, y se expandió por todo el Indostán, con lo que muchas obras literarias pudieron llegar a muchísima gente. Uno de los mayores dramaturgos fue Kalidasa, natural de Ujjain y miembro de la corte gupta. Fue un compositor de gran cantidad de obras poéticas y tres teatrales, como Sakuntalá. Casi siempre, estas obras teatrales se hacían para divertir a la peña, sin entrar en dramas, que la gente ya tenía bastante con lo de las castas.

Fue en esta lengua en la que se escribieron tratados como los Dharma-sastra, sobre ritos y leyes; y el Kamasutra, la guía india para mojar el churro con estilo. Otros preferían buscar el amor tocando la vina, una especie de laúd. Se fundó la Universidad de Nalanda, en el actual estado de Bihar, donde monjes budistas de toda Asia estudiaban durante horas y horas textos budistas antiguos.

Por otro lado, en Sarnath se creó la mayor escuela de arte budista de la época, situada cerca de Benarés, en el estado de Uttar Pradesh. Los Buda de Sarnath son quizá la obra más representativa, a pesar de que los Guptas eran más devotos del dios hindú Visnú. Y dijeron: “si a Buda le hacemos figuras, a los dioses brahmánicos también”, y aquí empezó la representación de dioses hindúes. Los norteños fueron más fans de Visnú mientras que a los del sur les molaba más otro dios llamado Shiva, dios destructor.

Y hablando de destrucción… sí, los hindúes creían en el apocalipsis, el fin de su ciclo temporal o kalpa, que eran unos 4.000 millones de años. Dividieron este kalpa en 14 miniciclos o manvantara, cada uno con su creación y destrucción propia. Ahora estaríamos en el séptimo. Pero vamos, los ciclos eran tan largos que se la sudaban completamente. De lo que sí se preocuparon fue de recopilar por fin hechos históricos, primero bardos y después sacerdotes, creando los Puranas, que también incluyen mitos y leyendas, de las que hablaré otro día.

Los gupta crearon un poderoso ejército compuesto fundamentalmente por arqueros, con arcos y flechas hechos de bambú y otros materiales. También tenían espadas largas, jabalinas, elefantes de guerra bien acorazados y hasta catapultas. Tenían también carros, pero los indios nunca fueron muy de caballos. No debían ser tan ágiles como los criados en Irán y Afganistán. Y para moverse por mar tenían una flota de unos mil barcos, pero tampoco fue determinante en sus conflictos.

Sí que con ellos exportaron su cultura a gentes de Indonesia. Concretamente, a la isla de Java llegó el budismo, y fijaos si lo petó que estos tíos le construyeron a Buda la gran estupa de Borobudur tiempo después, por el año 700. Esta enorme construcción tiene más de 2000 relieves sobre la cosmogonía budista, 500 estatuas de Buda y 30 de leones resguardando la entrada, así como unas cuantas miniestupas decorando la cima y un sistema de drenaje para la lluvia.

Mientras allá lejos el budismo era la moda, entre los Guptas su popularidad fue descendiendo, y sus gentes retornaron a antiguos cultos populares, sobre todo el brahmanismo, que se convertiría en la religión hinduista. En poco tiempo la gran mayoría de los indios abrazaron a los dioses hinduistas y dieron la patada a Buda, que sobrevivió solo en la zona norte. De hecho, en la actualidad en la india los budistas no pasan del 2%. Estos budistas del norte influenciaron a los tibetanos, quienes crearon el budismo lamaísta. Hasta ese momento, estos tibetanos tenían unas creencias animistas y chamanescas llamadas Bon.

Este nuevo budismo es llamado a veces budismo tántrico o Vajrayana, y digamos que busca una tercera vía entre los otros dos tipos. Su objetivo es básicamente alcanzar la iluminación lo antes posible, y añadía como deidades femeninas, así como un rollete más esoterista al asunto. En el futuro, al líder de esta gente se le llamaría Dalái Lama. Este gurú sería una reencarnación de un predicador místico llamado Avalo-kitesvara, y cuando muere, su segundo, el Panchen Lama, tiene que ir buscando un niño con características especiales para ser el nuevo Dalái Lama.

Hacia el año 350, tribus nómadas venidas de Asia central empezaron a llegar a cuenta gotas a la parte del Turkestán. Eran los Hunos, concretamente la rama de los Hunos Blancos o Heftalitas. Durante un siglo, los guptas lograron contenerles, pero en el 490 la situación se volvió insostenible y esta dinastía india se fue a tomar por culo.