IMPERIO BIZANTINO: La Amenaza Musulmana y la Querella Iconoclasta

La siguiente historia tiene lugar entre el año 610 y el 867

IMPERIO BIZANTINO 2: Las Dinastías Heracliana e Isáurica y la amenaza musulmana

DINASTÍA HERACLIANA (610-717)

Heraclio había vencido a Focas y se había proclamado emperador. Mauricio había sido vengado y en principio al rey persa Cosroes II le tocaba volverse a su casa, ¿no? Pues no, no se retiró. Si es que Constantinopla estaba a huevo, y fue a por ella. En el 626 los persas pactaron con ávaros y eslavos un asedio a la ciudad bizantina, defendida por el patriarca Sergio, y durante meses dieron por culo a todas horas. La ciudad resistió, especialmente gracias a sus murallas. La que no aguantó fue Jerusalén, que fue saqueada y el persa se llevó de la Iglesia del Santo Sepulcro los restos de la Vera Cruz, en la cual supuestamente murió Jesucristo.

Heraclio, que estaba en Asia Menor, se alió con los jázaros, y fue a saco a por Cosroes. Es célebre la Batalla de Nínive (627), donde el ejército persa fue machacado por completo y los nobles persas ejecutaron al rey para lograr una rápida paz. Heraclio se presentó en Ctesifonte y le devolvieron las reliquias sagradas robadas.

Ahora sí, Heraclio pudo gobernar con algo de tranquilidad y llevar a cabo necesarias reformas en la administración. Se creó una nueva división territorial de carácter militar que rompía con el sistema de Diocleciano: los themata. Sobre cada uno mandaba con plenos poderes un estratego o general. Cada thema tenía su propia milicia de soldados-campesinos o soldados-colonos, los estratiotes. No había que pagarles, cada uno recibían tierras y sus hijos las heredaban garantizando su integración en el ejército, y además estaban defendiendo su tierra, motivación extra. Es posible que sí se les pagara con los impuestos  en especie de los civiles, pero hay dudas.

En resumen, con esto Heraclio evitó la acumulación de poder por parte de la nobleza terrateniente, el feudalismo, lo que estaba ocurriendo en Europa. La administración cambió su lengua oficial al griego, y todo se fue simplificando. El prefecto del pretorio dejó de existir y se crearon 5 ministros llamados logotetas. Uno para la gestión palaciega, otro jefe de los funcionarios, otro para los gastos del ejército, otro encargado de la diplomacia y correo; y otro encargado de la recaudación de impuestos, junto al sacelario, que era como un inspector de hacienda.

Como ya sabéis, la calma es sólo señal de que se aproxima una nueva tormenta. Por el 620 un árabe beduino de la península arábiga llamado Mahoma empezó a predicar una nueva religión: el Islam. Alá no era un dios nuevo. Era el mismo dios judeocristiano, pero unido a diversas tradiciones árabes preislámicas. Rechazaban el politeísmo, toda adoración a ídolos y creían en el sometimiento absoluto al poder divino. Hasta aquel momento, todas las tribus árabes se mataban entre ellas de forma periódica, pero esta nueva religión las unió bajo una misma fe.

En el año 630 comenzaron las primeras razias o asaltos contra los imperios enemigos. La derrota de los bizantinos en Yarmuk (636) hizo a Heraclio cagarse en los pantalones. Cayeron Jerusalén y Damasco, y en el 642 cayó Alejandría y Egipto fue invadida por completo por los musulmanes. A los monofisistas y herejes zoroástricos se la sudaba todo un poco y se dejaron invadir y en ocasiones hasta convertir. El proselitismo de esta gente era brutal y además si se convertían tendrían muchas ventajas fiscales en este recién nacido Califato Ortodoxo o Rashidún (632-661).

En el 652 la Persia Sasánida dejó de existir tras la toma de Ctesifonte, y como los ávaros estaban muy debilitados, en la zona balcánica surgió el Reino Eslavo, y en parte de lo que ahora es Ucrania la Gran Bulgaria. Su fundador fue el Khan Kubrat y sus cinco hijos acabarían dividiendo el reino. En aquellos años el emperador bizantino era Constante II, y  en la Batalla de Finike o de los Mástiles (655) descubrió con gran consternación la poderosa flota de aquellos tipos que venían del desierto. Afortunadamente entre los árabes empezó una guerra civil. En el 656 el califa Utman fue asesinado, y una familia desvinculada al Profeta, tomó el poder del Califato: los Omeya (661-750), quienes trasladaron la capital a Damasco y centralizaron el poder a saco.

La única parte buena de perder Egipto y Siria era que los ortodoxos ya no se tenían que inventar doctrinas como el monotelismo y el monoenergismo para intentar contentar a los diferentes cristianos. Ahora los que quedaban en el imperio eran en su mayoría ortodoxos.

Bajo el reinado de Constantino IV, los árabes liderados por el califa Muawiya I sitiaron Constantinopla durante meses en el año 673. El Imperio Bizantino estuvo en estado crítico y podría haber desaparecido. Afortunadamente, esta gente tenía de su lado a la ciencia. Un alquimista llamado Calínico creó el arma más poderosa del momento: el fuego griego. Venía a ser una especie de mezcla entre lanzallamas y fuego valyrio, también disponible en versión granada de mano, y con el invento de marras ahuyentaron a la flota árabe. Los bizantinos guardaron tan bien el secreto de su composición que aún a día de hoy no sabemos bien cómo mierda lo hicieron.

A finales del reinado de Constantino IV, los búlgaros liderados por su khan Asparukh, uno de los hijos de Kubrat, se fueron cagando leches de Crimea, pues los jázaros se los querían cargar. Constantino no pudo contenerles en la Batalla de Ongala (680), e invadieron la provincia de Moesia. Sin embargo no se quedarían allí. Encontraron un bonito sitio donde vivir al otro lado del Danubio, en la provincia de Tracia, lo que pasaría a llamarse Primer Imperio Búlgaro. Se mezclaron con eslavos y acabaron conformando un reino reconocido incluso por el emperador Justiniano II, quien se daba regalitos con khan búlgaro Tervel. Con el resto de eslavos, el emperador fue bastante más duro y trató de recuperar territorio.

Justi II subió mucho los impuestos, se volvió impopular y le echaron del poder. Le cortaron la nariz y le desterraron. A los bizantinos les encantaba castigar con amputaciones, parece que esa tradición venía de Persia o de porai. Recuperaría el trono más tarde tras varias aventuras con los jázaros y búlgaros, pero los siguientes 20 años el Imperio Bizantino estuvo sumido en una anarquía total (695-717), donde diferentes estrategos de los themata se disputaban el trono.

El califa Solimán iba a aprovecharse, obviamente, y en el 715 preparó un nuevo asalto a Constantinopla. El emperador Teodosio III veía que el fin estaba cerca. ¿Quién iba a salvar a la ciudad y al imperio? Pues un campesino de la región de isauria que logró llegar a estratego del thema de Anatolia. Este tipo, en el año 717, dio un golpe de estado apoyado por muchísima gente, y fue coronado en Santa Sofía con el nombre de León III, comenzando una nueva y poderosa dinastía.

DINASTÍA ISÁURICA (717-802)

No había tiempo que perder. León III organizó las defensas de la ciudad de Constantinopla, rodeada desde hacía meses por cientos de barcos árabes. El emperador tuvo la inestimable ayuda del khan búlgaro Tarvel… y de los microbios que traían sus guerreros, que acabaron diezmando a las tropas árabes. También el invierno les jodió la vida y acabaron largándose. En el 718, el fuego griego acabó con las últimas naves, y de unas 800, sólo cinco barcos lograron escapar. Los árabes jamás volverían a intentar atacar la ciudad de Constantino.

Eso sí, todavía muchas zonas de Asia Menor estaban dominadas por los árabes, pero eso cambiaría en el año 740, tras la Batalla de Akroinon (aguda o llana?). León III casó a su hijo Constantino V con la hija del khan jázaro, y éste envió a sus jinetes a molestar a los árabes mientras los bizantinos recuperaban Nicea y otras ciudades de la zona.

Había que seguir militarizando las provincias, los themata, pero durante el tiempo de los heráclidas ya hemos visto que había demasiados golpes de estado liderados por estrategos. ¿Solución? Dividir aún más los themata para que cada estratego no tuviera un ejército lo suficientemente grande como para derrocar al emperador. León III sabía de esto, pues había sido un golpistas. Y la verdad es que el sistema funcionó bien… por un tiempo. También escribió la Égloga, un resumen de las leyes más importantes.

León III y después su hijo Constantino V no eran muy amigos de adorar imágenes de Jesucristo, por lo que empezaron por el año 726 la llamada Querella Iconoclasta. Y es que los isaurios, provenientes de la parte oriental, donde estaban los monofisistas, los judíos y los musulmanes, veían pecaminosa la idolatría. Como los Iconódulos, sus enemigos, les dijeron que ni de coña, el emperador empezó a quemar cualquier retrato de Cristo y compañía. Echó al patriarca de Constantinopla Germano I y puso a Anastasio, provocando la ira del Papa de Roma Gregorio II. Eso de que el Estado quitara y pusiera patriarcas a voluntad estaba mal visto en Occidente, donde el Papa tenía una especie de autoridad moral suprema sobre reyes, y podía excomulgarles si quería. Aunque el rey de turno también podía pasar de su culo y seguir mandando, pero bueno.

En el año 741 la persecución de la Iconodulia se intensificó con la llegada al trono de Constantino V. Fue un tiempo de muchas persecuciones, especialmente contra los monjes estuditas, los más amigos de los iconos de santos. Otros cristianos eres fueron los Paulicianos, de origen armenio y de tipo gnóstico y maniqueo, que darían origen a los Bogomilos en la zona tracia y posteriormente a los Cátaros.

En el año 750 la familia Omeya, que reinaba en el Califato, fue asesinada por la familia Abasí durante un banquete. Bueno, sobrevivió uno, Abderramán I, quien huyó a la península ibérica donde fundó el Emirato de Córdoba, Al-Ándalus. Si queréis saber más id a estos vídeos, un tema interesantísimo. Los Abásidas, por su parte, se hicieron con el control del califato y trasladaron la capital a Bagdad.

Un año después, en el 751, los lombardos dirigidos por el rey Astolfo lograron conquistar Rávena, del Exarcado de Rávena, y reclamó también el Ducado de Roma. El Papa Esteban II le dijo que nanai, y pidió ayuda a Constantino V, que no le hizo mucho caso. Estaban enfadaos, normal, a Esteban le querían quitar todos sus crucifijos. A ver cómo se iba a defender ahora de los vampiros. El Papa entonces se hizo muy amigo de los francos de Pipino el Breve, quien destrozó a Astolfo; ya no necesitaba tanto a los bizantinos, y se crearon los Estados Pontificios.

El comienzo del fin de la querella iconoclasta fue gracias a los búlgaros, que se levantaron contra Constantino V y tras años y años de guerra le dieron muerte. Era el año 775, y León IV, aunque fan de la iconoclasia, no tuvo tiempo de reprimir a nadie. Murió 5 años después y su hijo de 10 años, Constantino VI tampoco duró mucho. Le arrebató el poder su madre Irene, convirtiéndose así en regente del imperio. La mujer aprovechó el poder para poner fin a la tan impopular reforma iconoclasta y convocar en el 787 el II Concilio Ecuménico de Nicea para poner paz y unificar de nuevo la Iglesia Oriental con la Occidental. Pero en esos años la Iglesia de Roma se hacía manitas con los francos carolingios. Carlomagno se presentaba como el nuevo fuckin owner de la cristiandad y de Roma. A pesar de los esfuerzos de Irene, todavía había mucha desconfianza entre ambas iglesias.

Irene trató de casar a su hijo Constantino VI con Rotruda, hija de Carlomagno, pero el enlace se rompió, y encima cuando el chaval alcanzó la mayoría de edad se puso farruco con que quería gobernar y… su madre le sacó los ojos. Ahora ella era la emperadora.

En esos años, el 800 concretamente, el Papa León III apoyó como emperador occidental de los romanos a Carlomagno, con vistas a que también lo fuera de oriente, renunciando con ello a la autoridad bizantina. Pero bueno, al final, en el 802 un tal Nicéforo dio un golpe de estado y se coronó emperador del Imperio Bizantino. Aquí empezó una breve dinastía, la fócida.

DINASTÍA FÓCIDA (802-813)

El nuevo emperador Nicéforo I emprendió una reforma económica, muy necesaria debido a todo el dinero que gastaban. También tuvo más movidas con los búlgaros, y durante la Batalla de Pliska o del paso de Varbica en el 811, las tropas del khan Krum se lo cargaron en una emboscada, al parecer le pillaron de tranquis en su tienda. Le arrancaron la cabeza y su cráneo acabó siendo un bonito vaso para chupitos. Los búlgaros lo petaron muy fuerte, y durante esos años ampliaron considerablemente el tamaño del reino, a costa, por supuesto, de los ávaros y bizantinos. A estos últimos les robaron ciudades como Mesembria, en la costa tracia.

El Imperio bizantino también perdió unos territorios muy importantes en la zona italiana e iliria. En el año 814 la ciudad de Venecia se independizaba, formando una pequeña ciudad-estado que con el tiempo dominaría el comercio mediterráneo. Le sucedió Miguel I Rangabé, que reinó unos pocos años. Sufrió un golpe de estado por parte de un strategos anatolio, León V, que si bien derrotó a los búlgaros, cometió el error de volver a la iconoclastia, y fue asesinado por sus tropas.

DINASTÍA FRIGIA/AMORIANA (820-867)

El general Miguel II fue alzado como nuevo emperador del Imperio Bizantino, dando comienzo a la Dinastía Frigia, que también fue bastante breve. Un tal Tomás el Eslavo también quería reinar, y se hizo pasar por el ciego hijo de Irene, Constantino VI, y con ayuda del Califato Abasí estuvo a punto de conseguirlo. Pero no.

En el 833 surgió de una confederación de tribus eslavas el Reino de la Gran Moravia, en la zona eslovaca. Años después, en la zona ilírica de los Balcanes, surgieron dos reinos eslavos más: Croacia y Serbia. También en Italia se produjeron cambios, pues la parte norte se medio independizó de los Francos mientras que en la zona sur aparecieron los ducados de Nápoles y de Salerno.

Su hijo Teófilo heredó el trono en el año 829, y junto a su esposa Teodora y su hermano Bardas, llevaron a cabo una reforma para devolver los iconos religiosos a los lugares que les correspondía, y esto fue ratificado en un nuevo Concilio en el año 843. Sin embargo, la vuelta a los iconos no arregló las movidas entre la iglesia romana y la bizantina. En el 858 Bardas sustituyó al patriarca Ignacio por el ambicioso Quiso Focio, y el papa Nicolás I se enfureció, y más cuando Focio contraatacó con la llamada Cláusula Filioque, que decía que el Espíritu Santo sólo procedía del Padre, y no también del hijo, como decía el Papa. Estas diferencias religiosas, además de temas políticos, causaría el llamado Cisma de Focio (863-867), que desembocarían en el famoso Cisma de Oriente en el año 1054. Ya lo veremos en el siguiente vídeo, que menudo movidón.

En esta época se promovió la creación del alfabeto cirílico, llamado así en honor al monje San Cirilo, evangelizador de los eslavos, de ahí que muchos países eslavos, como Rusia, usen este alfabeto. En el 864, por ejemplo, este monje bautizó al khan búlgaro Boris I, recibiendo el título de césar, o como ellos lo llamaron: Zar. A otros les costaría más, como a los Varegos, unos vikingos que venían de Escandinavia y que fundarían hacia el 860 la Rus de Kiev, pero eso lo veremos en otros vídeos.

El hijo de Teófilo era Miguel III, que era pequeño todavía, y como su familia gobernaba bien, él pasó del tema. Prefería irse de fiesta y de orgías porai, y acabaron apodándole “el Borracho”. Este Miguelín tenía un amigo llamado Basilio, que era un trabajador de los establos imperiales. Se piensa que tenían algún rollete, y cuando le tocó gobernar, ordenó al mozo asesinar a su madre y a su tío, a pesar de que gobernar se la sudaba. Pero Basilio aspiraba a algo más que ser el amigo del emperador, y en el año 867, aprovechando uno de los momentos de ebriedad de Miguel, se lo cargó, convirtiéndose así en emperador. Tras dos siglos de decadencia, una nueva dinastía devolvería el esplendor a Bizancio.