ARTE GRIEGO
Los precursores del arte griego fueron los Minoicos y Micénicos. Ambas culturas construyeron palacios. El más famoso es el de Cnosos, en Creta, cuya arquitectura estaba basada en dinteles sujetos por columnas, muchas de ellas muy coloridas. Además estos minoicos solía pintar frescos en sus paredes con representaciones naturalistas. Y no solo en paredes, también pintaban su cerámica, la de camarés.
Los micénicos levantaron las primeras acrópolis en la hélade y murallas enormes. Sobre los dinteles de las entradas de las mismas se solían colocar relieves de seres protectores (Puerta de los Leones, Micenas). También construyeron unas salas que servían como lugar de rituales, el megaron, y cámaras funerarias llamadas tolos (Tesoro de Atreo). Tras la invasión doria, estas culturas entraron en una época oscura que acabó en el 776 a.C., y en ese año comenzó la civilización que conocemos como la griega.
El arte griego es muy especial. En este punto de la historia la arquitectura, la escultura, la pintura, incluso la poesía, empiezan a desligarse poquito a poco del rollo religioso para buscar su propio camino. El camino de la belleza, de la estética, de la armonía, de la sensualidad… Aquí nace el Arte como objeto de disfrute, sin la necesidad de estar atado a una función.
En la arquitectura griega se usó de todo, pero destacan las construcciones hechas en Mármol blanco. Un ejemplo, el Partenón, levantado por Ictino y Calícrates en la acrópolis de Atenas durante el gobierno de Pericles. Estos templos solían estar rodeados de columnas, los peristilos, y tenían una planta formada por la capilla o naos, el vestíbulo o pronaos, y la parte trasera, el opistodomo.
Y ahora vamos a hablar de columnas. Las columnas se levantaban sobre la plataforma del templo con o sin basamento, continuaba con el fuste, normalmente estriado, y acababa en un capitel que podía ser dórico, jónico o corintio. Sobre este capitel estaba el entablamento, dividido en un arquitrabe, un friso con dibujitos y mierdas, y la cornisa, el tejado. A veces en vez de columnas ponían esculturas de hombres o mujeres: atlantes y cariátides respectivamente (Erecteion).
Otros edificios públicos a destacar eran los teatros, como el de Epidauro, los estadios, los hipódromos o los gimnasios. Toda la ciudad estaba planificada en un plano hipodámico, con calles rectas y ordenadas. Había una plaza o ágora, una zona de templos, la zona residencial…
De la pintura griega no ha quedado mucho, sólo algunas obras sobre cerámicas. Sobre la escultura, las obras comenzaron siendo rígidas (kuros), pero con el tiempo se empezó a buscar la belleza, armonía, simetría, idealización… Mirón buscó dotar a la escultura de movimiento con su Discóbolo, Policleto buscó un canon de proporciones perfectas con su Doríforo, que luego cambiaría Lisipo; mientras que Fidias buscó naturalidad en las formas, creando estatuas enormes como el Zeus Olímpico o la Atenea del Partenón.
Durante la época helenística los temas cambiaron. La sociedad griega estaba en crisis, y eso se reflejó también en el arte (Zeus Pérgamo). Se representaron escenas donde destacaba la deformidad, la fealdad, la enfermedad o la vejez, con escenas angustiosas y dramáticas. (Laoconte y sus hijos, Venus de Milo). Fue tras esta época cuando, tras las Guerras Macedónicas, llegaron los romanos y conquistaron toda Grecia.
ARTE ROMANO
Los griegos fueron una fuente de influencia muy importante para la Antigua Roma, pero también lo fueron los etruscos. Ellos levantaron templos muy similares a los griegos, como el de Veyes, y también crearon vastas necrópolis con hipogeos varios llenos de alegres pinturas sobre la vida cotidiana o el difunto. Y también los sarcófagos tenían el relieve del muerto, a veces solo, a veces con su esposa (sarcófago de Cerveteri).
La cultura etrusca y romana acabaron mezclándose, y entre la escultura etrusca en bronce destaca la Loba Capitolina, símbolo de la fundación de Roma allá por el 753 a.C. según cuenta la leyenda.
La cultura romana era mucho más pragmática que la griega, y con el tiempo abandonó el idealismo en su arte para volverlo todo más práctico. Donde más destacaron los romanos sin duda es en el urbanismo. Al igual que en Grecia, construyeron las ciudades siguiendo el plano hipodámico, con el Foro en medio y dos grandes avenidas norte-sur, y este-oeste: el cardo máximo y el decumano.
Los templos empezaron siendo calcados a los griegos, pero los romanos fueron añadiendo nuevos elementos como bóvedas, como se ve en el Panteón de Agripa. Otras bóvedas fueron usadas en la construcción de enormes basílicas, como la de Majencio, y también en termas, como la de Caracalla, que son las mejor conservadas.
También levantaron teatros a imitación griega (Teatro de Mérida), pero los romanos innovaron y crearon anfiteatros, como el Coliseo Romano, para luchas de gladiadores; y también Circos, como el Circo Máximo, para carreras de carros.
Ahora bien, los romanos, a diferencia de los griegos, usaron mucho el arco de medio punto. Con ellos crearon grandes acueductos con los que transportar agua desde ríos y lagos a las ciudades, puentes y, como no, arcos del triunfo para los mejores emperadores (Arco de Constantino). Otras formas de honrar a los emperadores eran construyendo columnas en su honor, como la Columna Trajana, con relieves de sus campañas. Muchas de las columnas romanas siguieron los órdenes griegos, pero se crearon nuevos, como el orden toscano y el compuesto, que básicamente era una mezcla entre el jónico y el corintio.
En las ciudades romanas había dos tipos de viviendas, las domus para gente más rica, y las insulae, para los pobres. Eran los típicos bloques de viviendas con tiendas en la planta baja. También había villas en las afueras, donde muchas familias ricas veraneaban y tenían a sus esclavos arando día y noche. La más impresionante de todas las villas es la Villa Adriana del emperador Adriano, de la que ya hablé en su día.
Muchas de las paredes de estas casas estaban pintadas con frescos a todo color con escenas cotidianas, del trabajo, de animales… (Pinturas casas de Pompeya). Y muy típico era también el mosaico, algunos muy currados formados por teselas de colores muy pequeñitas.
Otras obras que hicieron los romanos fueron las calzadas, las carreteras de la antigüedad, que unieron un sin fin de ciudades por toda la zona Mediterránea y más allá. También crearon grandes presas (Proserpina en Mérida), puertos como el de Ostia, y faros, como la Torre de Hércules en La Coruña.
Escultura y relieves hubo muchos, casi siempre representando a personas en narraciones o retratos. Se usó mucho el mármol y el bronce, pero también crearon muchas obras en madera, marfil, cerámica o vidrio. Se preocuparon mucho de dotar a las figuras de gran realismo, aunque tras la crisis del siglo III todo se fue simplificando y tenemos retratos un poco cutroncios (Retrato de Constantino).
Tras las invasiones bárbaras, estos estilos acabaron perdiéndose dando lugar a un arte mucho más simplificado. No sería hasta mil años después cuando la gente decidiera retornar a este canon clásico. Esa época sería conocida como Renacimiento.