Arte Prerrománico de Europa y España

En el post anterior expliqué cómo el arte paleocristiano evolucionó en la parte oriental del Imperio Romano hasta dar origen a lo que conocemos como Arte Bizantino. Sin embargo, el arte de la Europa occidental, la parte de imperio que fue invadida y ocupada por los bárbaros germánicos, tuvo una evolución diferente. Esa fusión entre arte romano, paleocristiano y germánico es lo que llamamos…

ARTE PRERROMÁNICO, PRIMER PERIODO: ESTILO OSTROGODO, MEROVINGIO Y VISIGODO

Situémonos en el contexto histórico. A lo largo de todo el siglo V d.C. los pueblos germánicos del norte habían ido poco a poco invadiendo la Roma Occidental hasta que, en el año 476, este Imperio Romano cayó definitivamente.

De todo este embrollo de culturas va a surgir el arte prerrománico, un arte medieval cuya influencia se va a dejar sentir durante 5 siglos, del V al X, hasta la mitad de la Edad Media más o menos, lo que solemos conocer como Alta Edad Media. No va a ser un arte homogéneo. De hecho, no es ni siquiera un estilo o movimiento. Es un término paraguas para englobar a todo el arte random que salió de estos reinos germánicos.

Pero ojo, sí que tuvieron elementos comunes: como temática religiosa, la planta basilical, los arcos de medio punto, ordenes clásicos, mosaicos y frescos en el interior… y a esto habría que añadir elementos naturales zoomórficos, es decir, con forma de animales, y también de plantas y geométricos, que eran más propios de los pueblos germanos. Sin contar con los influjos bizantinos como la planta de cruz griega y los arcos de herradura.

Aunque eso sí, sus obras nunca tuvieron la grandilocuencia del arte clásico, debido sobre todo a la pobreza de materiales y de los procesos constructivos. En gran parte de los edificios se usó mampostería y sillarejo, que son piedras poco perfiladas. Más adelante ya se usarán ladrillos y sillares bien lisitos.

En primer lugar, habría que hablar de los Ostrogodos, quienes se asentaron en Italia y su arte se dejó influir mucho por el arte clásico romano y por el paleocristiano. En su arquitectura usaron piedra y arcos de medio punto. Destaca el Mausoleo del rey Teodorico el Grande, situado en Rávena. Cuenta con dos plantas. Abajo está enterrado el rey y en el piso de arriba, con cúpula, enterraron a su hija.

Lo que ahora llamados Francia fue tomada por los Francos Merovingios, que construyeron básicamente criptas, baptisterios y alguna que otra basílica, pero con materiales de no mucha calidad, por lo que pocos restos han quedado. Podríamos destacar la Iglesia de San Juan de Poitiers, de la que solamente queda el baptisterio. Pero quizás donde más destacó esta gente fue en la orfebrería, con decoraciones con motivos de espirales y pececillos random. 

En las Islas Británicas se asentaron los anglos y sajones, y estuvieron muy influenciados tanto por el arte romano como por el arte de los pueblos celtas. De hecho, su cruz, la cruz celta, está por todas partes. Este mix se conoce como arte anglosajón e hiberno-sajón. Sus primeras iglesias estuvieron hechas con madera, pero pronto se pasaron a la piedra. Es famosa la antigua Basílica de Canterbury, que tras varias reconstrucciones ahora presenta un estilo gótico inglés.

También son importantes las miniaturas que dibujaban en los códices y evangeliarios, como el Libro de Kells o los de Lindisfarne. Y otra cosa importante fueron sus tesoros funerarios, es decir, el ajuar con el que enterraban por ejemplo a sus reyes o guerreros más famosos, como es el caso del ajuar de la tumba de Sutton Hoo, datado del siglo VII. A esta gente se la solía enterrar con sus espadas, escudos, cinturones, collares, algunas cruces y cosas así.

Finalmente, en España se instalaron los Visigodos, un pueblo que, a pesar de ser parte de los bárbaros germánicos, fue bastante romanizado, e incluso luchó junto a Roma en muchas batallas. Podríamos hablar de dos periodos. Desde el siglo V hasta el año 587 más o menos tendríamos un arte con predominio de elementos hispano-romanos.

A partir del 587 hasta el año 711, que es cuando los musulmanes invaden la península y el Reino Visigodo desaparece, tendríamos ya un estilo artístico propiamente visigodo. Aunque no han quedado muchas de sus edificaciones, vamos a ver algunos ejemplos.

En Palencia tenemos la Iglesia de San Juan de Baños de Cerrato, del año 661, con planta de cruz latina, 3 naves y 3 ábsides cuadrangulares separados. Como veis, se usaban bloques de piedra muy tochas, en sillares (que eran piedras labradas por sus seis caras), por lo que estas construcciones no van a poder tener ventanas grandes, y su interior era muy oscuro.

En Orense tenemos la Iglesia de Santa Comba de Bande, esta con planta de cruz griega pero prolongada con un ábside, una capilla lateral y un pórtico. En el crucero de su planta encontramos una bóveda de aristas sobre un cimborrio, que es la torrecilla esta, sostenido en 4 arcos de herradura. Gran parte de sus paredes fue decorada con pinturas de temática bíblica muy del rollo paleocristiano.

Otra con planta de cruz griega es la Iglesia de San Pedro de la Nave en Zamora, aunque después la ampliaron y ahora tiene mezcla de griega y basilical. Tiene un ábside cuadrangular en la cabecera y dos pórticos exteriores a los lados. De aquí son famosos los relieves visigodos en frisos o capiteles, con escenas bíblicas como Daniel en el foso de los leones o el sacrificio de Isaac.

Lo típico va a ser la construcción en piedra, y ojo, importante es el arco de herradura visigodo, diferente al islámico, y por supuesto, bóvedas de cañón y de arista. Las columnas con capiteles corintios o bizantinos van a estar de moda en estos años, y además se le va a añadir una pieza con forma de pirámide invertida llamada cimacio. En algunos podemos encontrar relieves historiados, que crearon usando la técnica de talla a bisel.

Finalmente, en orfebrería tenemos piezas muy interesantes puesto que a los visigodos se les daba bastante bien hacer joyitas. Algunas hechas con oro con incrustaciones de perlas, cristales de colores y piedras preciosas como zafiros o granates. Es famosa la corona votiva del rey Recesvinto, perteneciente al Tesoro de Guarrazar, en Toledo, que era la capital del reino. El Tesoro de Torredonjimeno es otro buen ejemplo de esta orfebrería. Otras fueron hechas de bronce, como las Fíbulas aquiliformes visigodas. Las fíbulas eran piezas metálicas como broches, para sujetar la ropa, porque hasta bien entrada la Edad Media a nadie se le ocurrió inventar los botones.

ARTE PRERROMÁNICO, SEGUNDO PERIODO: ESTILOS CAROLINGIO, OTONIANO, LOMBARDO, ASTURIANO Y MOZÁRABE

Tras la invasión de los árabes del Califato Omeya en el año 711, todo cambió. El Reino Visigodo se fue a la porra, y la resistencia anti-islámica resistió en el norte de la península ibérica creando el Reino de Asturias. Por otro lado, en Francia, la dinastía merovingia fue sustituida por la de los Francos Carolingios. Fue en estos dos reinos donde se dio el máximo exponente del arte prerrománico.

Empecemos primero por el Arte Carolingio. El fakin owner de este enorme imperio que apenas duró un suspiro fue, cómo no, Carlomagno. Ya sabéis, si queréis conocer su vida arriba saldrá un enlace a su vídeo. Empezó a reinar hacia el año 786, y con él floreció un arte y una cultura basados en el pasado romano, en el arte clásico y en la tradición bizantina. Esto fue llamado Renacimiento Carolingio.

En arquitectura se usó primero madera. Destacan los típicos castillos francos, las motas castrales, pero luego empezaron con edificaciones más complejas hechas de piedra y ladrillo; los castillos empezarían a dominar toda Francia. O palacios, como el de Ingelheim en Maguncia, del que no ha quedado casi nada.

Los templos fueron de planta basilical con tres naves y tres ábsides de testero plano (el testero era la pared opuesta a la entrada), arcos de medio punto, columnas… y luego añadieron una movida llamada Westwerk, o macizo occidental, un tipo de fachada rematada por dos torres y una más pequeña en el centro, y que fue muy popular en la zona de la actual Alemania, que en aquel tiempo era parte del imperio carolingio. Se cree que el más antiguo podría ser el de la Abadía de Corvey, en Westfalia, y dataría del año 850 o porai, aunque ahora presenta un estilo más barroco.

De la misma época sería la Abadía de Lorsch, en el sur alemán, pero quedó en ruinas tras la Guerra de los 30 años y sólo queda en pie su pórtico. Estas abadías o monasterios fue una novedad en la época, y me centraré más en ellos cuando hable del románico.

Con el tiempo se fueron añadiendo otros elementos que preludian el estilo románico. Por ejemplo, el transepto sobresaliente, los ábsides continuos, el arco perpiaño (este: foto), el deambulatorio (una prolongación de las naves laterales que rodean la capilla) o el pilar compuesto, que es más anchote y tiene varias columnas adosadas.

Sin duda, la obra arquitectónica carolingia más conocida es el Palacio de Aquisgrán. Su capilla palatina estuvo inspirada en San Vital de Rávena, y tiene una planta central octogonal y está cubierta por una gran cúpula que se apoya en 8 grandes arquerías. La tribuna, o galería del piso superior, solo estaba reservada para el emperador y su corte. Y era allí donde estaba el trono de Carlomagno.

Finalmente, de escultura y pintura ha quedado muy poquita cosa. Hubo piezas de bronce como la figura ecuestre de Carlomagno, y marfiles para decorar las tapas de los manuscritos, como la del Evangeliario de Lorsch, de año 810. Los mosaicos y pinturas morales que se pueden ver en las iglesias son de influencia bizantina y, entre las miniaturas, destacarían las de la Biblia de Carlos el Calvo.

Una prolongación de este arte carolingio fue el Arte Otónida, que se desarrolló en el Sacro Imperio Romano Germánico durante los reinados de Otón I y de Otón III, bajo el periodo conocido como Renacimiento Otoniano. La iglesia de Essen, la de Ottmarsheim en Alsacia, o la de San Miguel de Hildesheim son algunos ejemplos. Sus pinturas y mosaicos van a tener muchas influencias bizantinas y carolingias, destacando las miniaturas del Evangeliario de Otón III. Mientras en orfebrería es famoso el Altar de Oro de Basilea o la corona imperial del Sacro Imperio. De todas formas, este arte se va a acabar fundiendo con el arte románico hasta hacerlos prácticamente indistinguibles, así que en el próximo vídeo ya hablaremos más de esto.

Además, aparte de arte otónida, habría que mencionar el Arte Lombardo. Los lombardos eran un pueblo germánico que llegó tarde en el tema de las conquistas, pero hacia el 570 tomaron el norte de Italia. Y en el 774 fueron conquistados por Carlomagno. La obra más característica de estos lombardos fue el Templete Lombardo u Oratorio de Santa María in Valle, en Cividale del Friuli. Era de planta rectangular y con una bóveda de crucería. En su interior se pueden ver figuras de santos en estuco (que es una masa de yeso, cal y mármol) y también podemos ver techos adornados por frescos de influencia bizantina. Parece que también había mosaicos, pero los han robao.

Otros ejemplos serían la Basílica de San Salvatore de Spoleto, y la de San Juan Evangelista en Castelséprio, ahora en ruinas. Finalmente, los lombardos también hicieron orfebrería de calidad, como la Cruz del rey Agilulfo entre otras obras. 

Pasemos ahora al arte del Reino de Asturias. Este arte va a ser heredero del arte visigodo, pero pronto se desligó bastante de éste para adoptar aires más carolingios, orientales y también del arte lombardo.

Su arquitectura se caracterizó por planta de cruz latina y cabecera rectangular. Destacan columnas con fuste sogueado, es decir, que simula sogas. Los capiteles solían ser corintios o de doble pirámide invertida. El arco de medio punto fue lo más típico, a veces peraltado, es decir, con más altura; y como cubierta fue muy común la bóveda de cañón, de herencia romana, pero la perfeccionan con arcos fajones en su interior y que correspondían con contrafuertes en el exterior, algo único en Europa y que se haría norma en el románico.

Una de las primeras construcciones de este arte asturiano fue, por ejemplo, la Basílica de San Julián de los Prados, en Oviedo, de planta rectangular, con 3 naves, un gran arco separando el transepto y el presbiterio y al fondo 3 ábsides que albergan capillas, más luego pórticos a los lados. Destacan además estas curiosas ventanucas con celosías, y sus pinturas murales de influencia romana. Las paredes de estas iglesias debían de estar pintadas por todos lados, pero poco se ha conservado hasta nuestros días.

Hacia el año 842, con el rey Ramiro I llega el periodo ramirense, el esplendor del arte asturiano, con edificios que intentan ser más verticales. Destaca Santa María del Naranco, que fue un Aula Regia, o salón del trono, de un conjunto palaciego que mandó construir cerca de Oviedo, de ahí que no tenga ábside; pero luego fue reconvertido en iglesia. Tiene dos plantas. En la de abajo hay una larga bóveda de cañón, y el lugar podría haber servido como oratorio palatino. La planta de arriba, también con bóveda de cañón y arcos fajones, sería para la estancia del rey, situada en el centro, y para dos miradores con columnas, una novedad del ramirense.

En su interior podemos encontrar relieves relacionados con animales de influencia oriental, y también con esta influencia encontraríamos orfebrería como la Caja de las Ágatas, la Cruz de los Ángeles o la Cruz de la Victoria, que a día de hoy está incluida en la bandera de Asturias. Ambas eran relicarios hechos de madera y recubiertos de oro y piedras preciosas, y tenían compartimentos para guardar movidas dentro.

 Otra construcción conocida es la Iglesia de San Miguel de Lillo, que está muy cerquita de la Iglesia de Santa María del Naranco. De hecho, parece que iba a ser la iglesia del complejo palaciego, pero se les derrumbó parte y de ahí que la otra acabara siendo una iglesia. Destacan sus relieves circenses. De las últimas iglesias del prerrománico asturiano está la de San Salvador de Valdediós, que incluye una novedad: este pórtico lateral, el cuál influirá en el románico de Castilla años después. Y luego todo el conjunto monumental de iglesias de San Pedro de Tarrasa, en Cataluña.

Y entre las miniaturas famosas destaca Comentario al Apocalipsis del monje Beato de Liébana. Aquí son típicos los entrelazos, las espirales y los motivos zoomórficos, especialmente asociados a los 4 Evangelistas. Las figuras suelen ser planas, coloridas, muy esquemáticas y exageradamente expresivas.

Y finalmente tendríamos el Arte Mozárabe, es decir, el realizado por los cristianos que vivían en zona musulmana dentro de la península. Del arte islámico hablaré otro día, pero digamos que el arte mozárabe mezclaba elementos típicamente islámicos con otros prerrománicos.

(bobastro, santa maria melque, san cebrian mazote, san Baudelio de berlanga)

Sus iglesias solían ser pequeñas, algunas con doble ábside, cúpulas gallonadas, que eran las que parecían gajos de naranjas, y por supuesto, el arco de herradura, pero más cerrado que el visigodo, y con dovelas policromadas y enmarcado en un alfiz, que rodeaba el exterior del arco. Algunos ejemplos serían el Monasterio de San Miguel de Escalada en León, que destaca por su pórtico de 12 arcos de herradura, y por sus tejados con aleros salientes adornados con modillones lobulados, que son estas repisas de aquí, muy típico del arte islámico. Y otro sería la Iglesia de San Miguel de Celanova en Orense.

Hacia el año 1000 empieza la reforma de la Abadía de Cluny, y fue aquí donde se siguieron por primera vez los patrones románicos, un estilo que trató de homogenizar todo el arte cristiano de la Europa Occidental. En el próximo vídeo lo conoceremos en detalle.