En el episodio anterior hablé del primer periodo de la era Cenozoica: el Paleógeno. Las aves gobernaron durante un tiempo el planeta hasta que llegaron los grandes mamíferos. Ahora entramos en el periodo Neógeno, el auge de los grandes mamíferos e inicio de la evolución homínida. Se divide en dos épocas: el Mioceno y el Plioceno.
Mioceno (entre hace 24 y 5 millones de años)
Mioceno significa “menos nuevo” y hace referencia a la menor variedad de invertebrados marinos modernos en comparación con la próxima época, el Plioceno.
Debido a la gran cantidad de plantas herbáceas que aparecieron en esa época también se la suele llamar Edad de la Hierba.
Esto se debió probablemente al paso del clima caluroso y húmedo de épocas más remotas al clima frío y seco que empezó a crearse a partir del periodo anterior, provocando la regresión de los grandes bosques y dejando muchos hábitats abiertos para las praderas, estepas y sabanas. Muchas zonas del mundo se llenaron de gramíneas, como alpiste, trigo, maíz, arroz, cebada o mijo, que contribuyó al crecimiento de los grandes herbívoros que poblaron esta época.
Por el contrario, la Antártida seguía congelándose más y más, así como el Ártico debido al nuevo clima. Y esto provocó un descenso en el nivel de los mares, que a su vez provocó la desecación del mar Mediterráneo hace unos 6 millones de años. Las Baleares, Córcega y Cerdeña fueron durante un tiempo cordilleras en mitad de un vasto desierto salino. Tras formarse el estrecho de Gibraltar, la crisis acabó con una gran inundación que devolvió el agua al Mediterráneo. Muy cerca, los Pirineos seguían elevándose debido a los movimientos tectónicos, así como los Alpes, el Himalaya o la meseta del Tíbet.
Aparte de los Chalicoterios y otras especies del episodio anterior, aquí proliferaron especies de mamíferos de todo tipo, algunos pequeñitos (Chamitataxus) y otros bastante más grandotes. Entre estos están los paquidermos. Hay proboscídeos como el Mastodonte, el Platybelodon y el Gomphotherium, rinocerontes como el Aceratherium y el Paleoparadoxia, que se cree que es medio hipopótamo medio manatí.
También hay caballos como el Hipparion, jirafas como el Honanotherium, antílopes como el Osbornoceros y camellos de gran tamaño como el Titanotylophus.
Y luego están los depredadores: cocodrilos como el Rhamphosuchus, caimanes como el Purussaurio, leones marsupiales como el Wakaleo y hienas como el Magistoterio, probablemente el mayor carnívoro de la época. Aquí también hay parientes del perro como el Epicyon.
También hay libres primitivas, como esta que se llama Megapedetes. Juro que se llama así. Igual es que si el salto coincidía con un pedo llegaba más lejos, vete a saber. Desde luego es un nombre genial para los bichos de Temblores 3.
Pero aparte de los mamíferos, los que más éxito tienen son las aves. Concretamente los paseriformes, conocidos comúnmente como pájaros. Se diversifican muchísimo, mientras las aves depredadoras decaen cada vez más deprisa, pero destaca la más grande de todas ellas, la Kelenken. (Dromornis, Bullockornis, Brontornis, Phorusrhacos).
Si ya solo las tortugas de río eran aterradoras (Stupendemys) imaginaos los gigantescos monstruos marinos que habitaban los mares en esta época. Aparte de ballenas como el Cetotherium o el Brygmophyseter, pariente de los cachalotes actuales, habitaba el terrible Carcharodon Megalodon. Se trata de un escualo de casi veinte metros de largo que en el siglo XXI sería venerado por los productores de cine de serie B.
A finales de esta época pasa algo bastante importante evolutivamente hablando. Algunos primates, como el Proconsul, pierden el rabo y se hacen más grandes. Se convierten en los primeros simios. Poco a poco irían irguiéndose aún más hasta lograr el bipedismo total al final del Neógeno.
Plioceno (desde hace 5 a 2,5 millones de años)
Plioceno. Continuación de lo reciente, significa más o menos el nombre de esta época, haciendo referencia a que la mayoría de la fauna es esencialmente moderna. (pleion = más / xeno = nuevo).
En un momento dado, las dos Américas se unieron a través del istmo (cuello) de Panamá. Hay cierta controversia al respecto. Unos dicen que ocurrió hace solo 3 millones de años y otros que ocurrió hace 13. El caso es que este choque provocó un cambio en las corrientes marinas. Gracias a este bloqueo se crea la actual corriente del Golfo, que lleva el agua cálida ecuatorial al Atlántico Norte, lo que hace que no se congelen la mayoría de los puertos de Europa. También hace que el marisco huya del mar templado del País Vasco y vaya a las aguas más frías gallegas.
Eso sí, la humedad fue creciendo cada vez más en la parte Norte del planeta, enfriándola y cubriéndola de hielo. Y se cree que todo este cambio climático trajo consigo poco después lo que llamamos la Edad de Hielo.
La unión de América del Norte y del Sur también afectó a las faunas de los dos continentes, completamente diferentes debido al aislamiento. Este ‘Gran Intercambio Americano’ fue como la Gran Ruptura del episodio anterior. Especies autóctonas de Norteamérica se precipitaron hacia el sur y los de Sudamérica al Norte. La fauna se mezcló y mucha desapareció, especialmente los marsupiales.
En Norteamérica había conejos y roedores con cuernos (Nuralagus Rex, Ceratogaulus), también zarigüeyas (Chapalmalania), osos (Tremarctos), mastodontes y gigantes perezosos como el Megalonyx. También aparecen aves parecidos a cóndores como el Aiolornis. A finales del Plioceno apareció el Smilodon, el mítico tigre dientes de sable, que acabó extinguiéndose en Sudamérica debido al Gran Intercambio.
Sudamérica por su parte fue invadida por especies del norte, pero entre sus especies endémicas encontramos comúnmente Toxodones o Nesodones, y también armadillos gigantes como el Glyptotherium, perezosos gigantes como el Megatherium o el mayor roedor de la historia, el Josephoartigasia. Había una cosa llamada Macrauchenia que tenía trompa pero que podría tener algún parentesco con las llamas. Las grandes aves predadoras casi se habían extinguido para finales de esta época (Titanis) y fueron sustituidas por felinos marsupiales (Thylacosmilus).
Los dueños de Australia eran los marsupiales, que a diferencia de los mamíferos placentarios, se caracterizan por estar poco en el vientre y criarse en el marsupio, o bolsa mamaria (bolsa ventral). Están los herbívoros parientes de los canguros (Elkatadeta, Simosthenurus), los wombats, los equidnas gigantes (Megalibgwilia) y los enormes Diprotodontes. Entre los carnívoros destaca el Thylacoleo o el extinto Tilacino, primo hermano segundo del Diablo de Tasmania. Y también aparece el ornitorrinco, del orden de los monotrema, los únicos mamíferos que ponen huevos.
En Eurasia prosperaron los ciervos (Eucladoceros), mientras que los primates se cagaron de frío y migraron. Fue en Asia donde los parientes de los elefantes (Deinotherium, Stegodonte) encontraron un bonito sitio para vivir, así como antiguos rinocerontes que empezaban a parecerse a lo que son ahora (Chilotherium, Stephanorhinus) y algunos parientes de los alces (Sivatherium). Aparece el primer Mamut, que vería nacer a los primeros humanos e incluso algunas de sus primeras civilizaciones. Los bisontes europeos empezarían a migrar hacia Norteamérica a través de Bering. También aparecen nuevos depredadores como el Dinofelis o el Megantereon.
África fue dominada por los ungulados (Bramatherium, Gazellospira), aunque compartió mucha fauna con Eurasia (Pelorovis). El Deinotherium fue probablemente el segundo mamífero más grande de la historia. También aparecen las primeras jirafas (Giraffa Gracillis, Jumae), cebras como la Cuaga y rinocerontes modernos. Los chalicoterios casi se habían extinguido y el Ancylotherium fue el último de su género. Pero lo más importante es que los primates se desarrollaron como nunca por esos lares (Gigantopithecus).
Y hace 4 millones de años, al este del Gran Valle del Rift, en África, los simios evolucionaron hasta dar la bienvenida al Australopithecus. (del latín australis, del sur, y del griego pitekos, mono). Un primate de metro cuarenta de estatura cuya principal característica es que fueron los primeros adaptarse para caminar y a vivir de forma bípeda.
Hasta 2009 se pensaba que Lucy, una Australopithecus afarensis, era la abuela de la humanidad, pero ahora han encontrado muchos homínidos aún más antiguos, como una llamada Ardi, una Ardipithecus ramidus que vivió hace 4,4 millones de años. Ya no era un chimpancé, pero tampoco era humano.
Pero lo cierto es que se han encontrado homínidos aún más antiguos, como el Orrorin, de hace 6 millones de años, o el Sahelanthropus, también conocido como Toumai, con 7 millones de años de antigüedad y antepasado de todos los homínidos posteriores.
Hay una teoría llamada East Side Story que dice que cuando se formó este Gran Valle del Rift a finales del Mioceno, África quedó dividida en dos. El oeste, selva, y el este, sabana. Los primates del lado de sabana vieron cómo cada vez había menos árboles debido al cambio climático, así que tuvieron que bajar y adaptarse al nuevo medio.
En los próximos episodios veremos cómo estos homínidos llegaron a construir desde civilizaciones e imperios hasta el jodido palo de selfies.