AMÉRICA PRECOLOMBINA: Toltecas, Tarascos y los Aztecas o Imperio Mexica

PERIODO POST-CLÁSICO I (900-1325 d.C.): Toltecas y Tarascos

Para el año 900 d.C. las grandes ciudades mayas del Clásico así como Teotihuacán habían sido abandonadas por sus gentes. Tras el descalabro del periodo clásico llegó el post-clásico, con un nuevo resurgir de algunas culturas aunque a medio gas y de corte muy militarista. Esta primera mitad del post-clásico se va a caracterizar por migraciones hacia el sur de pueblos uto-aztecas provenientes de los estados de Sonora y Chihuahua, desplazando a todas las tribus otomíes del centro de México.

El primero de estos pueblos en hacer su aparición es un pueblo de lengua náhuatl llamado Tolteca. Según cuenta la leyenda, estas gentes provenían de un reino llamado Tollan, gobernado por el dios Quetzalcóatl, pero por alguna razón sus gentes iniciaron una peregrinación de un siglo. Una vez en el centro de México se asentaron primero en Huapalcalco y por el año 700 fundaron la ciudad de Tula (Tollan-Xicocotitlan), en el estado de Hidalgo. Allí montaron una monarquía durante los siguientes 400 años. Incluso se cree que pudieron haberse hecho con el control de Teotihuacán.

Los toltecas eran buenos artesanos y constructores, y levantaron su ciudad con relativa facilidad, dotándola de muchos templos, como el Templo de la Estrella Matutina o Pirámide B, con sus famosos atlantes representando a guerreros toltecas que sostenían una ahora inexistente cubierta y dedicado a un dios de nombre complicadete. A cada lado había sendos palacios, uno conocido como el Palacio Quemado y otro dedicado a Quetzalcóatl.

Esta zona en el centro de México estaba llena de lagos y pantanos, por lo que estos toltecas usaron las chinampas para ganar terreno al agua. Se trata de unas balsas de madera y mimbre llenas de tierra y ancladas al fondo de los lagos. En ellas se plantaban cultivos que no hacia falta ni regar. Entre su dieta básica estaban el maíz y los frijoles, pero lo más importante era el amaranto, una planta que tarda en ponerse pocha y es resistente a las sequías, de ahí que fuera muy codiciada por otros pueblos mesoamericanos.

Aún hay mucha controversia, pero todo apunta a que muchos de estos toltecas se mezclaron con los mayas de Chichén Itzá. Según una leyenda, el dios tolteca Tezcatlipoca derrotó a Quetzalcóatl y sus seguidores tuvieron que abandonar Tula para migrar a Yucatán. De hecho, estos mayas itzaes del post-clásico adoptaron como dios a la serpiente emplumada, a la que llamaron Kukulcán. Según el mito, este dios regresaría por el este. Puede que este mito haga referencia a una especie de guerra civil en la ciudad.  

Y es que un conflicto gordo ocurrió en el año 1156/1168, y el rey Huémac trasladó la capital Tolteca a Chapultepec. Sin embargo falleció seis años después y con él acabó la dinastía de reyes toltecas. Puede que muchos de estos toltecas huyeran hacia el sur y se instalaran en Culhuacán y que incluso llegaran hasta el Salvador, con el nombre de Pipiles.

Además este declive coincidió con la llegada de otros pueblos náhuatl del norte, los Chichimecas. Estos nuevos invasores eran un pueblo nómada del desierto, que se dedicaba a la caza y a la recolección, y se cree que incluso practicaban el canibalismo. Puede ser que por el contacto con tarascos y otomíes, algunas tribus chichimecas se civilizaran un poco y se asentaran en el actual estado de Zacatecas, dando origen obviamente, a los Zacatecas, que eran unos arqueros de la leche. Otras tribus chichimecas se asentaron en Texcoco, junto al lago del mismo nombre.

Por otro lado, zapotecas y mixtecas tuvieron sus más y sus menos durante mucho tiempo, y ciudades de un grupo y de otro lucharon por el control de las demás ciudades del valle de Oaxaca. Por el año 1100, el rey mixteca del Señorío de Tututepec, 8 Venado, comenzó a unificar a todas las ciudades que pudo bajo su control, llegando a absorber el Señorío de Tilantongo. Se sabe que alrededor del 1250, urbes como Mitla, Yagul o Zaachila tuvieron reyes mixtos fruto de alianzas entre estos dos pueblos, aunque el poder de los zapotecas fue menguando mucho a base de hostias.

En Mitla convivieron mixtecas y zapotecas, pero eran los primeros quienes manejaban el cotarro, y su élite religiosa vivía en el famoso Edificio de las Columnas. En esta ciudad rendían culto a las deidades del Inframundo Pitao Bezelao, Coquí Bezelao y Xonaxi Quecuya. Sin embargo, la rivalidad entre esta gente volvió a surgir, y construyeron fortalezas amuralladas como la de Guiengola, y estuvieron dándose de leches hasta la llegada de los españoles en 1521.

Este poderío Mixteca podría considerarse como un renacimiento de la antigua cultura olmeca-teotihuacana, y el arte de esta gente influyó mucho en otras culturas. Fueron buenos orfebres, especialmente de oro y cobre, y también códices de piel de venado, donde se contaba la historia de los reyes, ritos relacionados con su calendario y hasta títulos de propiedad.

Y llegamos al año 1300, donde unas gentes de origen bastante incierto llamados los Tarascos crearon un auténtico estado en la costa occidental de México. Aunque dentro de los tarascos hay varias tribus, la más poderosa fue la Purépecha, y uno de sus líderes, Tariácuri, comenzó a conquistar un montón de territorios.

En general, su área de control fue el estado de Michoacán, e instalaron su capital a orillas del lago Pátzcuaro, y la llamaron Tzintzuntzán. En la sociedad tarasca, el Cazonci era el jefe político, militar y religioso. Bajo él estaban los Caciques y los nobles que gobernaban las zonas conquistadas en su nombre, y recaudaban tributos. Estos líderes residían en los llamados Yácatas, que eran una especie de residencia-santuario-templofunerario dedicado al dios principal tarasco: Curicaueri, el gran quemador.

Los tarascos fueron unos cracks en el arte de crear herramientas de cobre, especialmente para labranza, así como cascabeles y otras movidas. Estos tarascos se enfrentarían a un enemigo muy chungo y muy malote que venía del norte, los Aztecas.

PERIODO POST-CLÁSICO  II (1325-1492): El Imperio Azteca

La última gran migración de gente náhuatl del norte fue la de los Mexicas, mejor conocidos como los Aztecas. Según la leyenda, ellos procedían de una isla mítica llamada Aztlán, y el dios Huitzilopochtli les dijo que se asentaran donde encontrasen a un águila sobre un nopal agarrando una serpiente, el símbolo de la bandera de México. Tras años de viaje por el desierto por fin vieron esa mágica señal en un islote en el lago Texcoco, y allí se asentaron, fundando la ciudad de Tenochtitlan entre los años 1325/1370.

Alrededor del lago Texcoco había otras ciudades, o como ellos las llamaban, otras Altépetl, gobernadas por sendos Tlatoani, que venían a ser gobernantes. Una de ellas fue Azcapotzalco, una urbe tepaneca a la que tuvieron que pagar impuestos durante un siglo. Alrededor del 1428 estos tipos atacaron a Tlatelolco, la ciudad hermana de Tenochtitlan, y los aztecas liderados por Itzcoátl, se aliaron con las urbes de Tlacopán y Texcoco, esta última gobernada por Nezahualcóyotl. Juntosderrotaron a Maxtlatzín, señor de Azcapotzalco.

Es aquí cuando surge el llamado por los europeos Imperio Azteca, o Triple Alianza, gracias a la cual lograron expandirse por gran parte del valle mexicano y dominar muchísimas ciudades del altiplano de Anáhuac. Itzcoátl también comenzó una reforma religiosa en la que quemó todos los libros y códices antiguos que no se adecuaran al relato mitológico mexica, y también para ocultar un poco sus orígenes humildes. Algunos señoríos mesoamericanos se libraron de este cruel dominio azteca, como por ejemplo Tlaxcala, de origen náhuatl; Tututepec, de origen mixteco; Yopitzinco, capital de los yopes; y por supuesto, los tarascos del Reino de Michoacán, con quienes tuvieron bastantes choques violentos.

Gracias al férreo control del Imperio Azteca, a partir del reinado de Moctezuma I, Tenochtitlan no paró de crecer y crecer. Se dice que llegó a tener 300.000 habitantes. Entre sus construcciones más famosas están sus templos piramidales, como el Templo Mayor, dedicado al dios de las aguas Tláloc, y al dios de la guerra y el Sol, Huitzilopochtli. Fue allí donde encontraron la enorme Piedra del Sol, sobre la que están grabados los símbolos calendáricos que los aztecas usaban para representar sus días. También había varios palacios, como el del mismo Moctezuma I o el de su sucesor, Axayácatl, conquistador de la vecina Tlatelolco y muerto en batalla contra los tarascos. La casa de las aves era un zoológico particular que se hizo Moctezuma II, así como un gran palacio junto al centro ceremonial.

La ciudad estaba llena de canales por donde la gente se movía gracias a canoas hechas de madera. También había pequeños puentes levadizos a lo largo de sus 3 accesos principales, y dos acueductos de madera que llevaban agua limpia a la ciudad. Las ruinas de esta ciudad están ahora mismo justo debajo de gran parte del centro de Ciudad de México, por lo que es tremendamente complicado realizar excavaciones.

Tenochtitlan no fue el único lugar con construcciones guays. La vecina Tlatelolco tenía un recinto ceremonial lleno de templos. También destaca el Templo de Santa Cecilia de Acatitlán y el Templo de Calixtlahuaca en Toluca, dedicado al dios del viento huracanado Ehécetl, de ahí su forma circular.

El mandamás era llamado Huey Tlatoani/ Tlacatecuhtli, que era una especie de rey-emperador emparentado con los dioses. Pero este tipo no gobernaba solo, sino que tenía la ayuda de un Consejo Supremo de la Federación, formado por los reyes de las ciudades federadas, un juez supremo, dos jefes militares y dos sacerdotes de alto rango. Se cree que eran estos los que elegían al monarca, siempre teniendo en cuenta el linaje de sangre, claro.

En la vida cotidiana mexica eran muy importantes los mercados. Allí se encontraban todo tipo de productos culinarios, artísticos, decorativos o sanitarios. Y es que en los mercados había muchos curanderos y herboristas, quienes usaban plantas con fines medicinales que se siguen usando a día de hoy. Sin duda, los que más se beneficiaron con este comercio fueron los comerciantes mexicas, los Pochtecas, que a veces hacían de espías del rey, recopilando información de ciudades extranjeras durante sus viajes.

La dieta básica azteca era de frijoles, calabaza y maíz, aderezados con picantes chiles. Las frutas eran muy variadas: aguacate, tomates, melones… Del cacao y del maguey obtenían el bendito chocolate y el pulque, respectivamente. Pero una cosa que no moló nada a los españoles que llegaron fue que comían muchos insectos: gusanos, chapulines, larvas y hormigas tostadas. Y también que criaran perros para comérselos no les pareció bonito. Otra cosa extraña de la dieta mexica era que en los festines algunos añadían carne humana.

Durante estos festines, que eran una especie de fiesta anual, también se realizaban bailes y juegos, como el de la pelota o el Rito de los Voladores, donde cuatro tíos giraban atados a un poste mientras otro tocaba la flauta. También tenían una especie de parchís llamado patolli.

Todos los hombres mexicas, desde niños, eran entrenados en el arte de la guerra. Uno de esos entrenamientos eran las llamadas Guerras Floridas, una especie de entrenamiento ritual donde la idea no era tanto matar, sino capturar el máximo numero posible de personas, mujeres y niños sobre todo, para luego sacrificarla. Además si capturabas mucho te daban un ascenso. Sus armas predilectas eran el lanzadardos, los arcos y una especie de hacha de madera y obsidiana llamada macuahuitl. Para protegerse tenían escudos de madera, armaduras de algodón endurecido, y los mandamases llevaban cascos de caoba con formas de diferentes animales.

Aunque los aztecas tienen fama de crueles guerreros lo cierto es que cuando conquistaban una ciudad se solía respetar a los señores locales siempre y cuando fuesen obedientes. Todas las ciudades vasallas tenían que pagar tributo a la capital, y mucha gente como los Tlaxcaltecas, acabaron hasta los huevos de ellos y cuando llegaron los españoles se unieron a éstos sin pensárselo.

Entre los estados de Tamaulipas, Veracruz y San Luis Potosí se instalaron los Huastecas. Se cree que su origen podría haber sido maya, pero los aztecas les consideraban a todos unos salvajes incivilizados porque no se vestían, deformaban el cráneo a los niños y se hacían tantos piercings que parecían putos llaveros. Los aztecas les meterían bastante caña y acabarían huyendo al norte.  

Los tarascos de Michoacán también vivieron tiempos complicados, no sólo porque los aztecas les hicieran la vida imposible, sino por las ansias de independencia de diferentes señoríos vasallos de Colima y Jalisco. Esta fue la Guerra del Salitre (1480-1510), que acabó con los purépechas de Tangaxoán II perdiendo ¼ de su territorio.

En 1486 reinaba en Tenoctitlan Ahuítzotl, quien logró extender todavía más el imperio azteca, y se dice que pidió a los dioses que le diesen más fuerzas sacrificando más de 20.000 personas en menos de una semana. Igual es un poco trola, pero parece que funcionó, pues para el año 1500 los aztecas lograron convertirse en el estado más poderoso de América. Sin embargo, las cosas estaban a punto de cambiar.

LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES (1492-1521)

En el año 1492 Cristóbal Colón y su tripulación llegaron al Caribe. Sin embargo, el primer contacto con los pueblos de Mesoamérica no ocurriría hasta el 1502, durante el 4º viaje de Colón, donde al parecer vieron a algunos mayas ir en canoas. Justo ese mismo año fue designado como nuevo huey tlatoani/ Tlacatecuhtli el famoso Moctezuma II.

Diez años después, un grupo de náufragos de una expedición acabaron secuestrados por los mayas y sacrificados. Sólo dos lograron escapar, Gonzalo Guerrero y Gerónimo de Aguilar. Resulta que el primero se había ganado la confianza del gobernante maya deChactemal Nachán Can, y este le había casado con su hija, y el español se convirtió en un jefe militar maya. El segundo logró llegar, después de casi una década perdido, hasta donde estaba el jefe de una nueva expedición: Hernán Cortés, para quien trabajó de intérprete.

Era el año 1519, y este explorador extremeño logró llegar al Golfo de México y tomar la ciudad maya de Potonchán, tras lo cual él y sus 400 hombres se enfrentaron a miles de indígenas. Los cañones y arcabuces españoles, así como la caballería española, que los mayas pensaban que eran un solo ser, les espantaron y se retiraron a la selva tras la Batalla de Centla. El cacique maya Tabscoob pidió la paz y regaló a Cortés joyas y 20 jóvenes, entre las cuales estaba Malintzin, mejor conocida como La Malinche, quien se convertiría en traductora de maya-náhuatl-castellano y también en su esposa.

Tras esto, fundó la villa de Santa María de la Victoria, y Cortés y los suyos pusieron rumbo hacia el centro de México, donde le habían dicho que había una enorme ciudad repleta de oro. Desembarcó en la costa este y fundó Veracruz. De camino al centro de México paró en Tlaxcala y en Cholula, que tenían que pagar impuestos al rey azteca y estaban jodidas por culpa de las guerras floridas. Fue en Cholula donde Malinche le chivó al explorador que había tropas cholultecas pro-aztecas rodeando la ciudad, y la cosa acabó en un tiroteo tras el cual los cholultecas se rindieron y se aliaron con el español. También otras poblaciones sometidas a los aztecas se pasaron al bando de los españoles, para intentar derrotar a los temibles mexicas.  

Cuando los españoles llegaron a la ciudad de Tenochtitlan se quedaron flipando con su tamaño y magnificencia. Además conocieron a Moctezuma II, quien pensaba que Cortés no era otro que la reencarnación de Quetzalcóatl, que según la leyenda regresaría por Oriente, aunque empezó a sospechar de que había algo raro cuando rechazaron sus regalos de corazones humanos frescos. Otro regalo fueron oro y dos de las hijas del monarca, que eso ya le gustó más. También se dice que Moctezuma lo único que quería con esos regalos era alejarle de su ciudad, pero sólo consiguió atraerle.

Cortés llegó a Tenochtitlan y el monarca les hizo una guía turística, alojándoles en el palacio de Axayacatl. Fue allí donde los españoles, al montar una pequeña capilla cristiana, tiraron una tapia y encontraron bastantes tesoros. Hicieron como que no habían visto nada por miedo a ser sacrificados, aunque luego decidieron tomar de rehén a Moctezuma para que les entregase riquezas a punta de pistola y prohibiese los sacrificios. Sin embargo, cuando el gobernador de Cuba Diego de Velázquez se enteró de las riquezas que habían conseguido Cortés, que le caía fatal por insubordinado, decidió mandar una expedición contra él.

Cortés volvió hacia Veracruz y dejó en la ciudad a Pedro de Alvarado. El explorador ganó contra Pánfilo de Narváez, y muchos de sus soldados se pasaron a su bando, pero entonces comenzaron los problemas. Resulta que entre la tripulación de Narváez, que se puso de parte de Cortés, había alguien con viruela. Esta enfermedad se propagaría rapidísimo por toda la población indígena y causaría en los próximos años muchísimas muertes.  

Mientras tanto, los aztecas estaban preparando una gran fiesta. Se cree que Alvarado vio algo sospechoso, en plan que los aztecas iban a atacarles, así que decidió atacar primero y se lió a tiros con todos. Esto sólo logró cabrear a la gente y los españoles se tuvieron que refugiar en el palacio de Axayacatl junto con el denostado rey azteca. Cortés llegó y pidió ayuda a Moctezuma para calmar los ánimos, el hombre salió a hablar con la peña pero le apedrearon a base de bien, y claro, la palmó. El nuevo tlatoani fue su hermano Cuitláhuac, que organizó un ejército en la ciudad y lograron echar a los españoles durante la Noche Triste, llamada así porque Cortés acabó llorando.

Los españoles no tardaron mucho en reponerse. Fueron ciudad en ciudad reclutando a gente cabreada con los aztecas y atacaron todos juntos con unos nuevos barcos que construyeron para la ocasión usando los restos de los navíos en los que habían venido. Cuitláhuac murió de viruela y fue sucedido por Cuauhtémoc, el último rey azteca, que meses después vería caer la ciudad  de Tenochtitlan en manos de Cortés (1521).