ANTIGUO EGIPTO 5: El Reino Nuevo (Parte 2) La Edad de Oro
La siguiente historia tiene lugar entre el año 1295 ac y el 1070 ac
Reino Nuevo Egipcio (1550-1070 ac), época tebana [D. 18-19-20]
Continuamos con el Reino o Imperio Nuevo Egipcio por donde lo dejamos en el episodio anterior. Ramsés I se hizo con el trono de Egipto después de toda la reforma religiosa de Akenatón y de los intentos de estabilidad de Tutankamón, Ay y Horemheb. Ahora llegan dos dinastías conocidas como dinastías Ramésida.
Dinastía XIX
Parece ser que Ramsés I y su familia tenían origen hicso, más concretamente de Avaris, antigua capital cuando estos gobernaron Egipto. Su esposa Sitra fue la fundadora de la necrópolis del Valle de las Reinas, lugar de enterramiento para las grandes esposas reales y algunos príncipes. Este Ramsés apenas duró un año y le sucedió Seti I, que se vio obligado a reconquistar gran parte de Canaán y Amurru tras la muerte del rey hitita Supiluliuma I. En esta época el clero de Amón volvía otra vez a ser demasiado poderoso, pero Seti I logró reducir su poder y hacer que sus cargos fueran hereditarios. Además prohibió mencionar al dios Atón a la par que potenció el culto a otros dioses, especialmente de su querido Seth, de ahí su nombre de faraón. A él le debemos ese bosque de 130 columnas que es la sala hipóstila del Templo de Karnak. ( hypó, «bajo», y stŷlos, «columna»). Su cámara funeraria fue construida con algunas trampas para evitar a los ladrones, como un foso, una cámara falsa y unas escaleras secretas que llevaban a la auténtica cámara funeraria.
Y cuando este estuvo allí abajo enterrado llegó el archiconocido Ramsés II, que siguió con los intentos de su padre para recuperar la zona perdida a mano de los hititas del rey Muwatalli II. Y tuvo un encontronazo muy gordo con ellos en la Batalla de Kadesh/Qadesh (1274 ac). Parece ser que Egipto cayó en una emboscada hitita y tras una feroz batalla ambos bandos se declararon ganadores según los documentos de la época, pero los partidos políticos hoy en día dicen lo mismo por muchos escaños que pierdan, así que no hay que tomarles muy en serio. Parece más bien que todo quedó en tablas ya más tarde ambas fuerzas se vieron obligadas a firmar un tratado de paz, el primero de la historia. (Tratado de Qadesh, Ramsés II y Hattusili III). La esposa del faraón, Nefertari, tuvo un papel muy activo en las conversaciones de paz con los hititas.
Durante este tiempo comenzaron a aparecer los Pueblos del Mar. … Uno de estos pueblos, los Shardana, llegaron hasta el delta, y Ramsés II los venció en una batalla naval relatada en la Estela de Tanis (en Medinet Habu, Ramsés III), la batalla del Delta (1176 ac) Tras eso, cogió muchos prisioneros y los puso de soldados bajo sus órdenes. Lo mismo hizo con prisioneros libios, nubios o hititas. Algunos incluso alcanzaron altos rangos.
La prosperidad económica favoreció el desarrollo de la literatura y las ciencias, lo que a su vez permitió construir grandes obras arquitectónicas. Trasladó la capital a Pi-Ramsés, en el delta, construida sobre la antigua capital de los hicsos, Avaris. Alejarse tanto de la capital hizo que la aristocracia tebana perdiese influencia a favor del ejército, la auténtica preocupación de este faraón. El caso es que fue en esta nueva capital donde levantó unos templos gigantescos para fardar y dar miedo a los invasores. En Abidos creó el Osireion, una ampliación del templo; en Karnak terminó la sala hipóstila del templo de Amón, y también hizo el templo funerario Ramesseum, en el Valle de los Reyes (Tebas), donde sería enterrado. Finalmente, en Nubia, destaca el templo de Abu Simbel, petada de estatuas del faraón, era donde Ramsés podía autofelarse como dios en la tierra. El caso es que en el año 1964 de nuestra era se construyó la presa de Asuán, y eso creó el lago Nasser, y eso hizo que este templo corriese el riesgo de quedar para siempre bajo las aguas. Así que tuvieron que transportar estas enormes estatuas a otro sitio y dejarlo como estaba. Cerca del templo este había otro dedicado a su esposa Nefertari personificada como si fuese la diosa Hathor. Se ve que Ramsés la quería mucho, aunque eso no le impidió tener varias mujeres y un harén enorme. Se le atribuyen unos 150 hijos, con la misma, pero con diferentes mujeres.
Probablemente, la historia del Éxodo de la Biblia nunca existió como tal, aunque algunos dicen que esta aventura liderada por Moisés pudo tener lugar en esta época, ya que muchos israelitas fueron empleados en la construcción de ciudades como la ya nombrada Pi-Ramsés o Pithom. Otros opinan que tuvo lugar durante el reinado de Tutmosis, por el parecido del nombre, TutMose. El caso es que les hicieron creer en sus dioses. Algunos como el dios cananeo de las tormentas Baal podría tener como origen al dios Seth. De hecho, a Ramsés le molaba tanto Seth, quizás por su carácter belicoso, que lo elevó al top5 nacional, junto con Amón-Ra o Ptah.
A pesar de la gran prosperidad de su reinado, este tipo tenía fama de megalómano, mujeriego y déspota. Se creía un dios e iba de diva por la vida. El pueblo se la sudaba completamente. Ramsés II vivió 87 años, reinó 66 y celebró 11 festivales Sed. Sí, ya dije que se hacían cada 30 años, pero con el paso de los siglos esta gente acabó haciendo lo que les dio la puta gana. Fue el último gran faraón de Egipto, porque lo que vendría después acabaría por minar el imperio.
Una de las causas de esta decadencia fue la llegada de más Pueblos del Mar (1200 ac). Ya hablé de ellos en los episodios anteriores, y conté que eran unos pueblos de los que no se sabe casi nada, que llegaron en tropel desde Europa en barcos y comenzaron a cargarse todo lo que veían a su paso. Esto trajo consigo el colapso de la Edad del Bronce final y un periodo de crisis y oscuridad para muchos pueblos, en la que se perdieron multitud de documentos. Se cree que toda la movida comenzó cuando El Reino de Hatti, los hititas, se vieron ninguneados por Asiria al quitarles todas las minas de cobre, y por ello tuvieron que invadir Chipre. Esto chocaba contra los intereses comerciales de los aqueos, un reino asentado en Grecia. Con esta decadencia del comercio marítimo muchos pueblos se fueron a la mierda y se vieron obligados a usar la piratería y el saqueo. Estos pueblos del mar podrían haber sido consecuencia de estos hechos. Hatti no pudo hacerles frente y su reino desapareció para siempre, mientras que Egipto pudo aguantar el golpe gracias a Ramsés II y sus sucesores.
Merenptah fue uno de los que consiguió rechazar una oleada de estos piratas, pero los siguientes faraones fueron tan débiles que muchas tribus libias, cananeas y nubias comenzaron a entrar en Egipto. La dinastía acabó con la reina-faraón Tausert, y tras ella, llegó la anarquía.
Dinastía XX
De esta anarquía surgió un tipo llamado Sethnajt/Setnakt que se hizo con el trono. Pero él no es tan importante como su hijo Ramsés III. Él fue quien luchó ferozmente contra algunos Pueblos del Mar, como los Thekker, que se cree que eran troyanos, o los Peleset, los Filisteos. Estos se fueron asentando en ciudades egipcias poco a poco.
Ramsés III tuvo un largo reinado de calma, estabilidad y buen rollo, pero una crisis comenzaría a afectar a Egipto casi al final de su mandato. Eran épocas de malas cosechas, sequías y pérdida de tributos por parte de sus posesiones asiáticas. Los nómadas bereberes libios fueron derrotados, pero eso no les impidió asentarse en la zona del delta y ser conocidos como Grandes Jefes de los Mashauash. Muchos de ellos serían empleados como mercenarios. Como era tradición, gastó muchos recursos en construirse templos, como el de Medinet Habu. Además algunos pueblos del mar seguían tocando los cojones, por lo que construyó una flota de birremes, con arietes en la proa y una cofa de combate en la parte alta del mástil.
Toda esta crisis trajo la considerada primera huelga de la historia, en la cual, artesanos de Tebas protestaron por mayores raciones de comidas. Parece que uno de estos líderes llegó a visir y todo. Pero era una época de hambruna, y mucha gente pobre decidió comenzar a saquear tumbas reales con la esperanza de hallar objetos de valor para poder venderlo.
Hubo muchas disputas entre los herederos de Ramsés III, los cuales son descritos como haraganes refinados solo fieles al lujo. Por su parte, los Sumos Sacerdotes de Amón se hicieron de nuevo tan poderosos que tenían igual rango que el faraón. Una conspiración palaciega se llevó la vida de este faraón y un montón de Ramseses le sucedieron. Mirad el cronograma, apenas duraron una mierda. Y el último, Ramsés XI, que parece que duró algo más que los anteriores, dejó que los sacerdotes de Tebas dominaran todo el Alto Egipto.
Por otro lado, Egipto siempre había dominado a Nubia. Sin embargo, con toda esta inestabilidad, se independizaron creando un reino en la Alta Nubia con capital en Napata, el Reino de Kush. Los egipcios les habían hecho asimilar sus costumbres, de hecho, los kushitas momificaban a sus reyes, construían tumbas piramidales y se consideraban herederos de los faraones y descendientes de Amón. A pesar de esta separación, dentro de unos 400 años decidirían tomar el control de todo Egipto.
Esta dominación de los Sacerdotes de Amón no gustó a los norteños, y comenzaron una guerra civil conocida como La Guerra de los Impuros. En ella, rebeldes sethianos, seguidores de Seth capitaneados por un sacerdote de Heliópolis, fueron a cargarse a estos adoradores de Amón en Tebas. Sin embargo perdieron, ya que los Sacerdotes tuvieron el apoyo de Nubia, y el dios Seth cayó del panteón egipcio y fue considerado impuro.
Ramsés XI se mantuvo al margen un tiempo, hasta el que Sumo Sacerdote intentó un golpe de estado, y fue entonces cuando le reemplazó por un general mercenario libio llamado Herihor, del que se sabe muy poco. Aunque era de su confianza, este personaje fue ganando mucho poder, llego a Chaty del Alto Egipto, y después comenzó a pasar del culo del faraón. Un pariente suyo, Esmendes, otro militar libio y chaty del Bajo Egipto, hizo lo mismo y fundó una nueva dinastía en el norte, la XXI, en Tanis. Se suponía que iba a ser un triunvirato, una alianza entre tres, pero al final no. Este hecho, que dejó a Egipto otra vez dividido en dos, marca el comienzo del Tercer Periodo Intermedio.