ANTIGUA ROMA 8: La división del Imperio y la caída de Occidente
La siguiente historia tiene lugar entre el año 337 y el 476
LA DINASTÍA CONSTANTINIANA (337-363)
Tras la muerte de Constantino I, todos sus hijos comenzaron una guerra fraticida para obtener el máximo poder posible. En ellas murieron sobrinos de Constantino como Dalmacio y Anibaliano, pero tres de los supervivientes acordaron en Viminacium repartirse el Imperio de su padre. [Constantino II (Hispania, Galia, Britania), Constancio II (Oriente) y Constante (Italia, Iliria y África).]. El problema es que la paz entre ellos no duró una mierda.
Constantino II invadió Italia para matar a Constante, pero este venció en Aquilea (340) y se hizo con el control de todo Occidente. La relación entre Constante y Constancio II fue complicada. El primero era fiel al credo de Nicea y el segundo era arriano. De hecho, Constancio II mandó al obispo Ulfilas a territorio bárbaro, para convertir a los godos y otros pueblos al cristianismo. En esta misión tuvo bastante éxito.
Aun así hubo una década de relativa calma hasta que un general de origen franco llamado Magnencio dio un golpe de estado, mató a Constante y fue a por Constancio II. Tras la Batalla de Mursa Mayor (351) y la de Mons Seleucus (353) Constancio II acabó como emperador único durante la siguiente década.
Su sobrino Juliano sería nombrado césar (355) y le mandó a guerrear contra los bárbaros del Rin (B. Argentoratum, Estrasburgo 357). Sin embargo, como no podía ser de otra manera, la guerra estalló entre ambos en el 360, mientras Constancio estaba en plena campaña en Persia. Dio la casualidad de que el emperador murió al año siguiente, por lo que la guerra no duró apenas.
Juliano fue apodado como “el apóstata” por su fanatismo con los cultos grecorromanos y su desprecio al cristianismo. Le encantaban las historias de Alejandro Magno, y trató de emularle conquistando Persia. Y acabó como él, muriendo en aquellas tierras. Tras el breve reinado de Joviano llegaría una nueva dinastía al trono del Imperio, la de los Valentinianos.
LAS DINASTÍAS VALENTINIANA Y TEODOSIANA (364-395)
Tras los sucesores de Constantino I el Grande llegó la Dinastía Valentiniana al gobierno romano. En el año 364 ascendieron al trono al militar arriano Valentiniano I y este puso de co-emperador a su hermano Valente (occ y ori). Estos dos emperadores pasaron toda su vida pacificando revueltas y combatiendo contra pueblos bárbaros.
Resulta que alrededor del 375 llegó un nuevo pueblo desde las estepas de Mongolia para trastocar Europa del Este. Eran los Hunos, que comenzaron a molestar a los bárbaros más cercanos a las limes romanas provocando una reacción en cadena que obligó a muchas tribus godas a huir hacia territorio romano. Estos godos se habían dividido en dos grupos: los ostrogodos y los visigodos, los godos del este y los godos del oeste respectivamente.
Valentiniano I viajó en el 375 a Panonia para negociar con una tribu de cuados, y el emperador acabó tan cabreado que murió de un ictus. Su hijo Graciano el Joven asumió sus poderes, pero el ejército de Panonia alzó como emperador a su hermanastro de 4 años Valentiniano II y a su madre Justina. Al final tuvieron que repartirse el Imperio.
En la parte Oriental, Valente dejó a los refugiados visigodos liderados por Fritigerno atravesar el Danubio y asentarse en la zona, pero estos acabaron liándola por la falta de comida y de tierras. El emperador tuvo que hacerles frente en la Guerra Gótica (376-382). Valente y la mayor parte de su ejército acabó muerto en la Batalla de Adrianópolis (378) y los godos de Fritigerno tomaron mucho territorio de los Balcanes. Ante esto, Graciano tuvo que poner a su mejor general en el trono Oriental: Teodosio. (379)
Teodosio I, oriundo de la actual Segovia, fue incapaz de contener a los godos y les dejó asentarse en Tracia tras firmar una débil paz (382). Aquí se pactaron los foedus o foederati (382), es decir, que a los godos se les iba a asentar en zonas balcánicas de forma permanente en una especie de estados federados libres y sin impuestos, pero tenían que ayudar a Roma formando parte de su ejército. Si no les echaba por la fuerza les romanizaría a base de cristianismo. Y se convirtieron en fervientes arrianos y en fieros soldados a las órdenes de Roma. No muy leales al emperador, pero algo es algo. Uno de ellos seria Alarico, futuro rey de los visigodos.
A Teodosio I hubo un líder vándalo que le cayó bien y se hicieron amigos, era Flavio Estilicón. El emperador le hizo su magister militum, un cargo relativamente nuevo equivalente a comandante, y le casó con su sobrina Serena.
Teodosio era muy cristiano, y en el 380 decretó el Edicto de Tesalónica, convirtiendo al cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano. Además en estos años el Papa Dámaso I tradujo la Biblia por primera vez al latín, en la versión llamada La Vulgata.
Su fervor religioso le llevó a condenar todo lo pagano, prohibiendo cosas como los sacrificios de animales, el culto a Júpiter o el Sol Invictus, el Oráculo de Delfos, las Olimpíadas, la Academia de Platón o el Liceo. Destruyó el Serapeo de Alejandría en la época en la que la famosa Hipatia era profesora, e incluso los arrianos fueron expulsados de Constantinopla tras el 2º Concilio Ecuménico (Concilio de Constantinopla, 381). Todo esto le llevó a un enfrentamiento con el obispo de Milán San Ambrosio, que se negó a darle la comunión porque sus actos no eran muy cristianos que digamos.
En la parte Occidental, Graciano abandonó Milán en el 383 para ir al frente germano cuando fue víctima de un golpe de estado por parte del general hispano Magno Máximo. Graciano acabó degollado ese año y Máximo ocupó su lugar, poniendo la capital en Tréveris.
Y llegamos al 387, año en el cual el ambicioso Magno Máximo comenzó a invadir la Italia del joven Valentiniano II y su madre Justina, que tuvieron que refugiarse en Tesalónica. Teodosio tuvo que intervenir y para el año siguiente ya se había cargado al Máximo (Aquilea) con su ejército de godos, alanos y hunos al mando del general galo Arbogastes. El emperador decidió quedarse a vivir en Milán mientras que delegaba Oriente en su hijo Arcadio (constantinop).
El joven Valentiniano II gobernó desde la Galia, pero el general Arbogastes le confinó en el palacio de Vienne y usurpó su poder. El chaval apareció un día ahorcado y Arbogastes puso en el trono al profesor pagano Flavio Eugenio.
Cuando Teodosio I se enteró fue a por él junto a Estilicón y el joven Alarico y sus godos, y derrotó a Eugenio en la Batalla del Río Frígido (394) entre vientos ciclónicos que ayudaron a su victoria. Sin embargo, al año siguiente murió el emperador, y el Imperio Romano quedó dividido de forma definitiva. Sus emperadores serían sus hijos: Arcadio y Honorio. El primero tenía 18 años, y estuvo muy controlado por sus prefectos, como el eunuco Eutropio; mientras que el segundo todavía era un crío y Estilicón quedó como preceptor y consejero. Le hizo casarse con su hija María y cuando esta murió con Termancia.
EL IMPERIO ROMANO DIVIDIDO (395-476)
Con Arcadio y Honorio el Imperio Romano quedó dividido para siempre. Pero la división no acabó con los problemas. Alarico fue nombrado rey de los visigodos, y como los emperadores se negaron a pagarle decidió saquear Iliria y Grecia. Afortunadamente los godos no estaban bien preparados para grandes asedios, y no pudieron tomar Constantinopla.
Para calmar las cosas, Arcadio entregó el puesto de gobernador de Iliria a Alarico, que le dejó en paz. Ahora el rey visigodo iría a Occidente, porque Honorio le debía pasta. El emperador tuvo que enviar a Estilicón y trasladar la capital de Milán a Rávena. El general vándalo logró grandes victorias, no solo contra godos sino también contra vándalos, suevos, burgundios y alanos, todos aliados en plan coleguis (B. Pollentia 402). Estilicón firmó la paz con esta gente y logró desviarles hacia Galia e Hispania, donde se fueron asentando (406). El problema era que Estilicón se hizo tan popular que el manipulable Honorio tuvo que ejecutarle ante los rumores infundados de que quería germanizar Roma (408).
Era el año 408, y ese mismo año murió Arcadio, y su hijo de 7 años, Teodosio II, ocupó su lugar. Este emperador construyó nuevas murallas en Constantinopla y recopiló todas las leyes de Roma en su Código Teodosiano. También hubo dos nuevos concilios ecuménicos, el de Éfeso (431) y el de Calcedonia (451), donde se condenaron herejías como el Nestorianismo y el Monofisismo.
El débil e inepto Honorio cometió el error de su vida al matar a Estilicón, ya que sin este fuerte general, el rey visigodo Alarico lo tuvo facilísimo para llegar a Roma, sitiarla durante dos años y saquearla en el 410. El shock fue tremendo, habían pasado 800 años desde que un ejército extranjero pisara sus calles. La ciudad quedó hecha una mierda, sólo respetaron las iglesias cristianas, pero aunque Alarico murió días después, su sucesor Ataúlfo secuestró a la hermana de Honorio, Gala Placidia, para casarse con ella. Honorio pactó con su nuevo cuñado y con la condición de su salida de Italia entregó a los visigodos el gobierno de un nuevo foedus en la Galia.
La Hispania de aquella época era un poco caos. La costa mediterránea estaba dominada por los romanos, pero el resto había sido conquistado por suevos, vándalos y alanos, mientras cántabros y vascones aguantaban como podían en las montañas del norte. Visigodos y romanos se unieron para echar a los otros bárbaros germanos de Hispania.
Para el 430 los vándalos acabaron dándose el piro de la Península Ibérica (Batalla Montes Nervasos) para instalarse en el norte de África liderados por Genserico. Llegaron a tomar Hipona, donde murió San Agustín de Hipona, y lograron asediar la Cartago romana, desde donde se dedicaron a la piratería. Otro durísimo golpe para la moral de Roma (439).
El sucesor de Ataúlfo, Walia, devolvió a Placidia a Honorio, y este la casó con su prefecto del pretorio Constancio. Ambos tuvieron a Valentiniano III (419), ahora llegaremos a él. El caso es que los visigodos habían hecho bien su trabajo, y decidieron establecerse en Aquitania, formando el Reino Visigodo, con capital en Toulouse por el 418. Su primer rey fue Teodorico I. Los Burgundios también constituyeron un reino en la actual Borgoña, así como los Francos en la actual Francia, y las invasiones de jutos, anglos y sajones a Britania daría lugar a Inglaterra, la tierra de los anglos, o anglosajones.
En el 423 Honorio la palmó, y al no tener hijos comenzó un caos en la sucesión. Teodosio II acabó imponiendo a su joven primito de 6 años Valentiniano III, cuya regencia fue cubierta por su madre Gala Placidia, la ex esposa de Ataúlfo. La mujer tuvo muy buenas relaciones con los godos. Otra figura importante sería el magister militum Flavio Aecio.
Es en el 434 cuando hace su aparición Atila, el khan, o rey, de los hunos, que junto a su hermano Bleda aterrorizaron a godos y romanos. Durante los años 40 Teodosio II tuvo que hacerle frente para frenar su avance por los Balcanes y para que no lograra tomar Constantinopla. La paz que firmó con él era bastante lamentable.
Atila se dirigió entonces al debilitado Occidente, a ver si tenía más suerte conquistando. Se dice que la hija de Valentiniano III, Honoria, le envió una petición de casamiento. El emperador se opuso, obviamente, y el huno saqueó la ciudad de Aquilea. Entonces un ejército conjunto de romanos y visigodos liderados por el general Aecio destrozaron a Atila en la Batalla de los Campos Cataláunicos (451), una de las más brutales de la antigüedad y la última gran victoria de Roma, en la cual, por cierto, murió el rey godo Teodorico. Habiendo fracasado, Atila marchó a Italia, a ver si a la tercera iba la vencida, pero el Papa León I salió a hablar con él ante las murallas de Roma y no se sabe de qué hablaron, pero Atila se dio el piro para no volver. Atila murió poco después y los hunos dejaron de ser Historia.
Mientras tanto, los visigodos de Teodorico II se aliaron con Roma para vencer a los suevos del rey Requiario, que tras la Batalla del Río Órbigo (456) quedaron arrinconados en la zona de Galicia.
Teodosio II murió en el 450 al caerse de un caballo y Oriente quedó en manos del esposo de su hermana Pulqueria, Marciano. Poco después Aecio fue asesinado por orden de Valentiniano III, por su creciente popularidad, y en el 455 sería el mismo emperador el asesinado en el Campo de Marte por orden del rico senador Petronio Máximo, que ocupó su poder. Poco después este murió durante unos disturbios en Roma cuando la gente entró en pánico por las noticias de la inminente llegada de Genserico.
El líder vándalo saqueó Roma, aunque el Papa León I le convenció para que se diera el piro rápido. Ávito se convirtió en emperador y entonces llegó el exitoso general Ricimero, romano pero de orígenes godos. Este se convirtió en el poder en la sombra de los siguientes emperadores. Alzó a su amigo Mayoriano, después a Livio Severo, tras él a Antemio… En el 468 el imperio se volvió a unir (León I en oriente) para ir a por los piratas vándalos al norte de África y destrozarlos, pero la operación fue un estrepitoso fracaso, que provocó el caos en Roma y Ricimero acabó siendo envenenado.
Los emperadores Olibrio, Glicerio y Julio Nepote duraron un suspiro, y entonces su magister equitum Orestes puso a su hijo de corta edad en el trono: Rómulo Augústulo, quien sería el último emperador de Occidente.
Fue en el 476 cuando el rey hérulo Odoacro mató a Orestes, entró en Rávena, echó al pequeño Rómulo y las tropas bárbaras romanas le coronaron como rey. Augustulo acabó encerrado en un castillo en Nápoles (castel dell’Ovo) y no se sabe qué más pasó con él. Julio Nepote seguía controlando Dalmacia, pero Odoacro le conquistó en el 480, y el general Afranio Siagrio retuvo una parte de la Galia hasta el 86, cuando fue conquistada por el rey franco Clodoveo I.
Aquí ya el Imperio romano de Occidente se descompuso definitivamente, quedando solamente el Imperio romano de Oriente, mejor conocido como el Imperio Bizantino, aunque ellos se consideraban romanos. Este imperio duraría prácticamente toda la Edad Media, hasta su caída en 1453 a mano de los turcos otomanos. Pero bueno, la caída de la Roma occidental en el 476 marca el final de la Edad Antigua y la entrada en la Edad Media.