ANTIGUA ROMA 7: La Crisis del Siglo III y el Imperio cristiano de Constantino el Grande
La siguiente historia tiene lugar entre el año 235 y el 337
LA CRISIS DEL SIGLO III (235-284)
La crisis del siglo III trajo consigo un periodo de 50 años de anarquía militar, en el cual muchos generales lucharon por llegar al poder del Imperio aupados por sus soldados. Fue un periodo de crisis donde la gente estaba harta del descontrol, de los impuestos y de la pobreza, y mucha gente comenzó a abandonar las ciudades para irse al campo a ganarse la vida.
Ya casi no había senadores 100% romanos, porque la mayoría habían sido eliminados en diferentes purgas. Ahora la aristocracia estaba mayormente formada por las équites llegadas del ejército, mayormente orientales, africanos e ilirios. Sus funciones pasaron a ser cada vez más económicas que ejecutivas.
El primero de estos emperadores-soldado fue Maximino el Tracio, pero apenas duró tres años. El año 238 fue conocido como el año de los 6 emperadores. Gordiano I, su hijo Gordiano II, Pupieno y Balbino duraron apenas unos meses. Gordiano III, de 13 años de edad, logró que nadie le matara hasta el 244. Se cuenta que durante una batalla en Persia fue asesinado por su prefecto Filipo el Árabe, y este ocupó su lugar.
Lo más célebre que hizo Filipo fue celebrar unas magníficas fiestas por el Milenario de la fundación de Roma. Sin embargo, las legiones del Danubio alzaron a Trajano Decio como emperador, y tras una batalla cerca de Verona este se hizo con el poder. Durante su reinado tuvo lugar la primera invasión de los Godos documentada. Su rey Cniva comenzó a causar el caos en muchas zonas de Moesia, y en la Batalla de Abrito (251) el emperador y su hijo murieron.
Tras él llegó Treboniano Galo, que gobernó primero junto al hijo de su antecesor, Hostiliano, y después junto con su propio hijo, Volusiano. Emiliano, gobernador de la zona del Danubio, se levantó contra ellos y les quitó el puesto. Sus tropas le mataron tres meses después y entonces llegó un comandante del Rin al poder: Valeriano.
Lo primero que hizo fue poner a su hijo Galieno de co-emperador, y le mandó al Rin para rechazar una gran invasión de alamanes y francos a la Galia. Por su parte, Valeriano trató de hacer frente al persa Sapor I, que había logrado tomar Antioquía. Logró recuperar la ciudad, pero cuando fue a pactar con el rey fue traicionado y capturado, y acabó preso y desollado en Gundeshapur alrededor del 260.
Aprovechando la debilidad del Imperio tras la captura de Valeriano, un tipo llamado Póstumo decidió ese año separarse de Roma para fundar el Imperio Galo tras matar al nieto del emperador, Salonino. Y no sólo eso. Resulta que poco después, en el 268, aprovechando también la muerte de Galieno, la hija del antiguo príncipe de Palmira, Zenobia, se independizó formando el Imperio de Palmira.
Palmira se convirtió en el centro comercial de Oriente, donde confluían todas las rutas caravaneras. Esta reina Zenobia fue muy célebre por su belleza, su cultura, por embellecer Palmira y por lograr arrebatar Egipto a Roma. imaginaos el cabreo.
Tras la muerte de Galieno llegaron al poder una serie de emperadores-soldado muy fieros que procedían de Iliria. El primero fue Claudio II el Gótico, llamado así por su gran victoria contra los Godos en Naisso/Naissus (268), que además estaban apoyados por Hérulos, dacios y gépidos. También arrebató Hispania y el valle del Ródano de las manos del Imperio Galo. Todo parecía mejorar con él, pero murió de peste. Su general Lucio Domicio Aureliano le sustituyó tras el suicidio del hermano de Claudio, Quintilo.
Aureliano también logró grandes victorias. Primero contra marcomanos y alamanes en Germania, donde levantó el conocido Muro Aureliano, y después contra el Imperio de Palmira. Se alió con los árabes del desierto y juntos vencieron a Zenobia en la Batalla de Emesa (272), en Siria, y asediaron la ciudad. Se dice que la reina y su hijo acabaron en Roma y se dedicó a la filosofía. Parece que no le fue mal. El último logro militar de Aureliano fue la de recuperar el Imperio Galo de manos de Tétrico I (274).
Aureliano comenzó entonces una serie de reformas económicas. Subió mucho los impuestos para pagar las annonas, asentó a bárbaros en tierras, creó nuevas monedas… y elevó al Deus Sol Invictus como la gran divinidad que aunaba el culto grecorromano y oriental en uno solo. Cabreó a gente y fue apuñalado en Tracia camino a Persia. Con esto volvió el caos de emperadores. El anciano Tácito, su hermano Floriano, Probo, Caro, y los hijos de este: Numeriano y Carino. Ninguno logró devolver la estabilidad al Imperio. Ese trabajo sería para un comandante de caballería de la actual Croacia llamado Valerio Diocles, mejor conocido como Diocleciano.
DIOCLECIANO Y LA TETRARQUÍA (284-305)
Año 284, Diocleciano es nombrado emperador en Nicomedia. Lo primero que hizo fue cargarse a Carino (B. Del Margus), pero él no quería ser el único emperador. Había comprendido que un Imperio grande necesitaba más dirigentes, así que primero puso de co-emperador a Maximiano, y luego, tras años pacificando las fronteras, en el 293, instauró la Tetrarquía.
Ahora habría cuatro emperadores a la vez, dos augustos, o emperadores supremos, y dos césares, como vice-emperadores, que sucederían a sus augustos tras 20 años de gobierno o en caso de muerte, nombrando a su vez nuevos césares. Con ello Diocleciano buscaba estabilidad, y el Principado de Augusto se fue convirtiendo en el Dominado, una monarquía absoluta de rollo oriental y con carácter divino. Intentó que el emperador no fuera visto como un simple soldado al que poder despachar sin problemas, sino como un emisario de los dioses.
Diocleciano gobernó entre Nicomedia y Antioquía, ya que Oriente le tiraba más, mientras que Maximiano gobernó la parte sur-occidental y llevó la capital a Mediolanum, Milán. El césar Galerio gobernó los Balcanes desde Sirmio o Tesalónica y Constancio Cloro gobernó desde Tréveris Galia y Britania y puede que Hispania. De Diocleciano es célebre su enorme palacio en Split, Croacia. Sus murallas siguen en pie hoy día, y de hecho un barrio entero de la ciudad está dentro de ellas.
Diocleciano logró grandes victorias contra los sármatas en el Danubio, Maximiano contra los bereberes, Constancio Cloro contra piratas francos y sajones y Galerio hasta derrotó a Narsés de Persia y tomó Ctesifonte en el 298. Sin embargo, los cambios administrativos del emperador no tuvieron tanta fama, pues complicó sobremanera la burocracia. Agrupó las provincias del imperio en 12 diócesis, cada una administrada por un vicario, que gobernaba sobre los gobernadores provinciales. También impuso precios máximos, lo que fomentó el mercado negro y hasta aumentó las legiones a 60. Una burrada que vino acompañada de una subida de impuestos. En cada diócesis también había un Dux, máximo cargo militar al mando de las legiones de ese territorio. Este título se convertiría en Duque.
Además también hizo una de las mayores persecuciones de cristianos (303-311) de la Historia, con quema de Iglesias y ejecuciones por doquier. Todo esto logró justo lo contrario, pues el cristianismo comenzó a petarlo muy fuerte a partir de estos años. No todos los cristianos eran iguales. Durante estos años un párroco bereber de Alejandría llamado Arrio dijo que eso de Jesús no era Dios, sino sólo un enviado de él, y que la Santa Trinidad no molaba mucho… Vamos, que creó un cisma conocido como Arrianismo. También un sabio persa llamado Mani fundó el Maniqueismo, una religión con la que pretendía rivalizar con el cristianismo, el zoroastrismo y el budismo.
EL IMPERIO CRISTIANO DE CONSTANTINO I (305-363)
Año 305. Había pasado casi 20 años y a Diocleciano y a Maximiano les tocaba abdicar. Galerio y Constancio Cloro fueron ascendidos a augustos mientras que los nuevos césares fueron Maximino Daya y Severo II por influencia de Galerio. Cloro quería haber colocado a su hijo Constantino, y Maximiano al suyo, Majencio, y esta movida comenzó a desmoronar la Tetrarquía.
Constancio Cloro murió al año siguiente luchando contra los Pictos, y su hijo Constantino I fue aclamado augusto de la parte noroccidental del Imperio, aunque no le tocaba. Galerio decía que según el pacto tetrárquico había que ascender a su amigo Severo II a augusto. Constantino acabó aceptando pero quedó como cesar. Y para empeorar las cosas Maximiano y su hijo Majencio decidieron dar un golpe de estado en Roma para que el chaval fuese emperador. Severo II trató de recuperar Italia pero acabó muerto.
Tras un montón de luchas por el poder, en el 308 se celebró la Conferencia de Carnunto para intentar poner algo de orden, y el imperio quedó con un amigo de confianza de Galerio, Licinio, como augusto de Occidente y con Constantino como su cesar, y Galieno seguía siendo augusto con Maximino Dayo de cesar. Pero este acuerdo no duró una mierda. Todos querían ser augustos, incluyendo al proscrito Majencio, que seguía dominando Italia. Y encima el vicario de África Domicio Alejandro se autoproclamó emperador en Cartago, y Majencio tuvo que ir allí a matarlo.
En el 310 Majencio decidió aliarse con Daya mientras Maximiano traicionaba a Constantino, que acabó poniéndose de parte de Licinio. Así las cosas, el hombre asedió a su viejo amigo Maximiano en Massilia, actual Marsella, y este se suicidó. Al año siguiente Galerio murió de forma natural y Constantino se dirigió entonces a Roma a acabar lo que había empezado. Tras la Batalla del Puente Milvio (312) Majencio acabó ahogado en el Tíber, y Constantino fue nombrado emperador de todo Occidente.
Al parecer fue antes de esta batalla cuando Constantino tuvo una visión y acto seguido ordenó a sus tropas usar el crismón, símbolo griego de Cristo. Hasta ese momento él era pagano, aunque parece que su madre, Helena, la esposa de Cloro, sí que creía en Dios. De hecho, parece que fue a Tierra Santa a buscar la Vera Cruz y el Relicario de los Reyes Magos. Por ello es la patrona de la arqueología.
Constantino y Licinio fueron juntos a por Maximino Daya a Oriente. Fue en el 313 cuando Licinio le venció en la Batalla de Tzirallum (313). Licinio ahora pasó a gobernar el resto del Imperio. Los dos emperadores lograron llevarse más o menos bien y crear cosas guays juntos. Por ejemplo, firmaron el Edicto de Milán (313), que aceptaba el cristianismo y prohibía su persecución. Ahora los cristianos podían meterse en política, e instauró oficialmente a los obispos de Roma, es decir, los Papas, con Melquíades a la cabeza. Les construyó la Basílica de Letrán para que fuera su residencia, y más tarde levantaría la Antigua Basílica de San Pedro donde este fue martirizado, en la Colina del Vaticano. La monarquía de Constantino adquirió un carácter teocrático, y Constantino comenzó a comportarte y vestirse como los antiguos monarcas orientales.
Introdujo algunas reformas en el ejército. Las legiones pasaron a estar formadas por solo 1000 hombres, y con ellas venció a francos y alamanes en el Rin y a godos, dacios y sármatas en el Dunubio. A muchos les metió en su ejército e incluso se volvieron cristianos. Y hasta tuvo encontronazos con Sapor II en Persia, que vio que los árabes cristianos de su territorio eran una amenaza.
Otro que veía mal el cristianismo era Licinio, que en el 324 comenzó una persecución contra ellos. Constantino se enfadó con él y le venció en Adrianópolis y este salió cagando leches a Bizancio. El emperador asedió esta ciudad y su hijo Crispo acabó con él en la Batalla Naval de Crisópolis (324). Constantino se convirtió en emperador único, y se quedó flipando con Bizancio, era muy buena estratégicamente. Es por ello por lo que comenzó a reformarla y a modernizarla. Levantó un palacio, un foro, un hipódromo, una basílica… y hasta la cambió de nombre. Ahora Bizancio se llamaría Constantinopla, y sería la nueva capital del Imperio.
Poco después tuvo lugar el Concilio de Nicea (325), en el cual Constantino reunió a todos los obispos para unificar el dogma cristiano y evitar cismas y esas mierdas. Al que por cierto, el papa Silvestre I pasó de ir. Se condenó a muchos dioses paganos, al donatismo y también al cristianismo arriano, aunque el emperador sería bautizado antes de morir por Eusebio, un obispo arriano. Los obispos cristianos de la ciudad ganarían mucha más importancia, y serían conocidos como Patriarcas de Constantinopla, los Papas de la Iglesia Ortodoxa.
También se establecieron las fechas para las celebraciones cristianas más conocidas, como la Pascua o la Navidad, en sustitución del Sol Invictus. Y se declaró al domingo como día de descanso, dedicado al sol, de ahí Sunday. Pero Constantino eso de los mandamientos no iba con él. Mató a su hijo Crispo porque pensaba que lo iba a traicionar, pero se enteró de que el rumor había sido extendido por su mujer Fausta, porque tenía envidia de que su hijastro fuese el favorito de su padre. El emperador la que hirvió en una bañera.
Constantino falleció en el año 337, y repartió su imperio entre los tres hijos que tuvo con Fausta: Constantino II (Hispania, Galia, Britania), Constancio II (Oriente) y Constante (Italia, Iliria y África). El imperio estaba bien, la economía era estable, y los hijos decidieron que lo mejor que podían hacer era matarse entre ellos. Lo veremos en el último episodio de la Antigua Roma.