Antigua Persia: Elam, Medos y Aqueménidas

La siguiente historia tiene lugar entre el año 4000 y el 248 a.C.

Lo que ahora llamamos Irán fue conocido durante mucho tiempo y hasta hace relativamente poco como Persia. Muchos me habéis preguntado por qué no he hablado de la Persia Antigua hasta ahora. Principalmente por tema de imágenes. Apenas hay nada, ni ilustraciones ni reconstrucciones, ni pelis… y con la info repartida entre los episodios de Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma creo que hay suficiente. En Imperios y Espadazos me explayé a gusto con las culturas iranias, pero ahora Patreon ha vuelto a alzar su voz, y quiere un vídeo solo de Persia. Así que aquí os traigo un pequeño resumen de las culturas que poblaron el antiguo Irán.

ELAM (3000-1200 a.C.)

En lo que ahora conocemos como región de Juzestán se formó la primera cultura de Irán: Elam. La primera mención a este reino la encontramos en la Lista Real Sumeria, hacía el 2700 a.C. A pesar de sus choques y enfrentamientos, durante toda su existencia Elam comerció mucho con Mesopotamia, e importaban productos como madera, cobre, estaño, plata, mármol y también caballos. La primera dinastía conocida fue la de Awan, quienes adaptaron la escritura cuneiforme sumeria para representar su lengua, la elamita.

La capital, Susa, fue invadida por los Acadios de Sargón de Akkad, pero el último rey de Awan, Kutik-Inshushinak, logró recuperarla hacia el año 2240 a.C. Sin embargo, ninguno de los dos contaba con los locos de los guteos, o los gutis, tribus locas de los Montes Zagros que les petaron. En el 2100 a.C. llegó a Elam la dinastía Shimaski, pero llegó la III Dinastía de Ur, y lo mismo, sometimiento y esas mierdas, hasta que en el año 2004 a.C., el rey elamita Kindattu apresó al rey de Ur Ibbi-Sin, y encima logró tomar el territorio de Anshan, lo que luego sería conocido como Persia.

En el año 1890 a.C. subió al poder de Elam la dinastía de los ebártidas, liderados por Eparti. Estos elamitas tenían unas costumbres algo rarunas. El levirato y el incesto eran lo más, y en el gobierno mandaba el rey, pero también tenían mucho poder su hermano y su hijo mayor, si los había, formando una especie de triarquía. Sería muy bonito todo, pero en el 1764 a.C. llegó el rey Hammurabi de Babilonia y otra vez Elam derrotada.

Tenía que pagar tributo a Babilonia, pero continuó siendo independiente. Sin embargo, tras el reinado de Kutir-Nahhunte I comienza un periodo de oscuridad donde no hay apenas datos.  

Hacia el año 1275 Elam conoció un renacimiento alucinante de la mano de su rey Untash-Napirisha, de la dinastía igehálkida. Aunque tenga nombre de cocainómano bielorruso, con él Susa se desarrolló cultural y artísticamente. Destacan zigurats y templos a sus dioses: Inshushinak, Insnikarab, Napirisha, Kiririsha, Pinigir… tenían muchos. Y también una estatua de su esposa, la reina Napir-Asu.

Pero lo más importante llegó en el año 1205, con la llegada de la dinastía de los shutrúkidas. Shutruk-Nahhunte I lo petó a base de bien, no sólo en el ámbito cultural, sino también en el de conquistas, logrando unos botines de cagarse, como la estela con el código de Hammurabi y una estatua importantísima del dios babilonio Marduk… casi nada.

LAS TRIBUS IRANIAS y LOS MEDOS (1200-550 a.C.)

Entre los años 1700 y 1200 a.C. comenzaron a llegar a la zona de Irán muchísimas tribus indoeuropeas procedentes de las estepas rusas. Los hircanos y partos se asentaron al este del mar Caspio; los bactrianos y sogdianos al norte de la cordillera del Hindú Kush; arios, drangianos y aracosios al este de la meseta irania… y los más importantes ahora, los medos justo debajo del mar Caspio, en la zona del Hamadán, y los persas en la zona de Anshan.

No fueron ninguna civilización todavía, sino un conjunto de tribus dedicadas al pastoreo y al cultivo de frutas y vegetales. La primera mención de los medos como peña a tener en cuenta tuvo lugar en el reinado de Salmanasar III, hacia el año 850 a.C. Fue debido a la presión asiria que estas tribus se unieron conformando la Media hacia el 672 a.C., con un rey a la cabeza, Kashtaritu, Fraortes o como se llamase en realidad. Su padre, Deioces, había fundado la capital de Ecbatana, y asentado las bases de este nuevo reino unitario.  

Los comienzos no fueron fáciles, pues los asirios se aliaron con otros iranios: los escitas y los cimerios, quienes les ayudaron contra urartus y medos y les dejó bastante mal. Sin embargo, el rey Ciáxares logró quitarse a los escitas de encima y además reformar su ejército siguiendo el rollo asirio. Arqueros, lanceros y jinetes fueron las tropas más importantes, e incluso tuvieron algunas máquinas de asedio.

Dentro de los medos había muchas tribus: busas, paretacenos, estrujates, arizantos, budios y magos. Estos últimos fueron conformando una incipiente clase clerical dedicada a los rituales religiosos y de adivinación, aunque la mayoría era en general pastores, agricultores o metalúrgicos. Creían en dioses benefactores, los asura; y malignos, los daevas, las fuerzas de la naturaleza. La lucha entre el bien y el mal siempre va a estar presente en su forma de ver el mundo. Muchos dioses iranios guardan relación con los dioses védicos. Ahura Mazda, Mitra, Varuna, Atar…

Uno de los reyes asirios, Asurbanipal, puso punto y final a la historia de Elam al conquistar Susa en el año 646 a.C. Eso sí, Anshan siguió independiente… aunque no por mucho tiempo. Pero cuando este rey murió, Ciáxares de Media y  Nabopolasar de Babilonia se aliaron para machacar a los Asirios, y tuvieron un éxito de la leche. Asiria fue borrada de mapa en el año 609 a.C.

Aquí empieza la gran expansión meda, y de no haber sido por un eclipse que hizo a los soldados volverse a casa, hubieran conseguido tomar el reino de Lidia del rey Aliates. Pero los momentos de gloria siempre son estropeados por hijos malcriados. Ese fue el rey Astiages, que se dejó al lujo y los excesos. Y las tribus empezaron a planear echarle del poder.

LA PERSIA AQUEMÉNIDA (550-330 a.C.)

Como ya dije, una de las tribus iranias más poderosas era la de los Persas, pero dentro de ella la hegemonía la tenía la familia de los Aqueménidas, quienes gracias a la decadencia de Elam habían tomado la zona de Anshan, que pasó a llamarse Persis, Pars o Fars, de ahí el nombre de Persia. De aquí surgió un puto amo llamado Ciro II el Grande, que logró aliarse con la gran mayoría de tribus iranias y echar al rey medo para colocarse él en el trono. Hacia el año 550 a.C. ya dominaba Babilonia, Siria y también Asia Menor cuando derrotó al rey lidio Creso.

A diferencia de otros monarcas de la época, Ciro trató a los pueblos sometidos con mucha benevolencia y respeto. De hecho, liberó a los judíos de su cautiverio en Babilonia y les dejó volver a Israel. En esos años Ciro comenzó la construcción de una nueva capital, Pasargada, en el norte de Fars. Aquí encontramos el enorme palacio de Ciro, con un patio ajardinado en medio, y también su tumba, donde fue enterrado tras su muerte.

Su hijo Cambises II logró tomar Egipto tras mucha pelea. Fue famosa la Batalla de Pelusio (525 a.C.) donde según la leyenda el persa lanzó gatos para evitar las flechas de las tropas de Psamético III, porque era un animal sagrado. Además se creó la primera gran flota naval persa.

Pero quizás la mayor gloria del imperio tuvo lugar con el reinado de Darío I, quien organizó el gran imperio en satrapías, como provincias, tratando de respetar las entidades naturales de cada tribu, y haciéndoles pagar impuestos pero sin sangrar a nadie. Se crearon monedas como el dárico o el shekel, y muchas de ellas se invirtieron en caminos, especialmente en el Camino Real que iba de Susa hasta Sardes, donde se instaló el primer servicio postal de la historia. También destaca el texto persa más famoso, el de Behistún, grabado en la pared de un acantilado.

Además creó la que sería la gran capital persa por excelencia, Persépolis. Destaca el palacio real, un recinto dentro del cual los siguientes monarcas aqueménidas fueron construyendo sus palacetes. Se accedía por una gran escalinata que daba a la puerta de todas las naciones, con estatuas lammasu de estilo asirio, y a mano derecha estaba la apadana, la sala de audiencias. También molan mucho las tumbas reales persas de Naqsh-e Rostam, muy cerquita de la ciudad real.

La monarquía persa era de corte absolutista, lo controlaba todo, pero a diferencia de otros reinos, no era considerado un dios. La capital variaba dependiendo de la época del año: Persépolis, Pasargada, Ecbatana, Susa, Babilonia… tenían donde elegir. Ellos elegían también a los sátrapas, casi siempre de la familia aqueménida, y estos se encargaban de administrar las provincias, recaudar impuestos y de crear guarniciones con los locales, quienes formaban parte del ejército imperial durante épocas de guerra.

Además este Darío I fue quien puso el mazdeísmo como religión oficial del imperio. Esta religión fue fundada por Zoroastro, o Zaratustra, 200 años antes. Decía que los hombres tenía que seguir una vida pura y llena de buenas acciones para que el bien, Ahura Mazda, triunfase sobre el mal, Arimán. Era una especie de dios dual, al que no se le construían templos, sino altares al aire libre, con velas y esas cositas. Todo su pensamiento fue recogido en un libro llamado Avesta.

La decadencia de la Persia Aqueménida comenzó con las Guerras Médicas contra los griegos. Se llaman “médicas” porque los griegos llamaban incorrectamente a medos y persas como lo puto mismo, y no. La derrota de Darío en la Batalla de Maratón (490 a.C.), el retraso de su hijo Jerjes I en el paso de las Termópilas contra el espartano Leónidas I… y su posterior derrota en las batallas de Salamina y de Platea (480 a.C.) puso punto y final a las aspiraciones persas de conquistar la Hélade. El Imperio quedó en la mierda.

Los siguientes reyes tuvieron que enfrentarse a mogollón de rebeliones internas, conspiraciones y esa clase de mierdas. Durante la Guerra del Peloponeso, los persas tuvieron una alianza con los Espartanos. En este contexto unos mercenarios griegos fueron a Persia para apoyar al príncipe Ciro el Joven contra su hermano, el rey Artajerjes II. Ciro murió en la Batalla de Cunaxa (401 a.C.) y los griegos se vieron en mitad de la nada sin ayuda, y tuvieron que volver a casa en una epopeya conocida como la Retirada de los Diez Mil, que fue narrada por uno de estos mercenarios, Jenofonte.

Tiempo después, Alejandro Magno les remataría definitivamente. Tras derrotar a Darío III en Gaugamela, el macedonio, con gran rapidez fue tomando las capitales persas hasta destruir el palacio de Persépolis. Alejandro siguió conquistando más y más tribus iranias hasta que la palmó y todas sus conquistas fueron repartidas entre los Diádocos, sus sucesores.

EL IMPERIO SELEÚCIDA (312-248 a.C.)

Durante los siguientes 500 años, la zona de Persia estuvo bajo el mando e influencia del Imperio Seléucida, uno de los varios estados helénicos fundados por los diádocos. Este en concreto fue fundado por Seleuco I Nicátor. Aunque es uno de mis periodos históricos favoritos, es un puto lío, y lo tenéis todo explicado en este otro vídeo.

El dominio seléucida no duró mucho en algunas zonas de Persia. Hacia el 250 a.C. el sátrapa de Bactria Diodoto fundó el Reino Greco-bactriano, y poquito después fue el turno del sátrapa de Partia Andrágoras. Pero a este rebelde le salieron rebeldes dentro de su territorio, la tribu de los Dahae, que eran autóctonos, y dirigidos por Arsaces I lograron echar a los griegos para crear el Reino de Partia.