La Época Clásica: Las Guerras Médicas y la Democracia de Pericles

ANTIGUA GRECIA 3: El Periodo Clásico I, Grecia vs Persia: las guerras médicas

La siguiente historia tiene lugar, entre el año 500 y el 431 a.C.

Todo el mundo estaba preparado para una inminente guerra. En el 550 Esparta ya tenía lista su Liga del Peloponeso, y Atenas ya miraba de reojillo lo que estaba liando Persia al otro lado del Egeo. Persia había conquistando Tracia y las ciudades jonias de la costa de Anatolia, pero estos jonios decidieron movilizarse bajo las órdenes del tirano Aristágoras de Mileto (499), la única ciudad que más o menos resistía el avance persa. Pidió ayuda a los griegos, pero Cleómenes de Esparta rehusó ayudarle y sólo Atenas y Eretria fueron en su auxilio. Y la rebelión llegó hasta Sardes, capital de la satrapía, que acabó incendiada; pero de nada sirvió, pues las tropas de Darío I contraatacaron en Éfeso y en Lade (494), y después tomaron Mileto, una de las ciudades más cultas del mundo griego. Ahora Darío quería dar una lección a los atenienses. La guerra había comenzado.

*LA 1º GUERRA MÉDICA (490 a.C.)

Las tropas persas comandadas por Mardonio comenzaron a llegar a los territorios de Tracia, Macedonia y la isla de Tasos. Allí, un tipo llamado Milcíades el Joven tenía montado un pequeño puesto fronterizo en el Quersoneso Tracio, junto al Helesponto, actual península de Gallípoli, y se tuvo que pirar de allí cagando leches e ir a Atenas. Mientras tanto, Argos y Tebas ya se habían rendido a los persas.

En Atenas, el recientemente elegido arconte y jefe militar Temístocles ya había comenzado a desarrollar una flota gigantesca y había fortificado el puerto de El Pireo. Sin embargo, él no iba a dirigir la guerra, sino Milcíades, que fue nombrado por la asamblea como estratego, general. La asamblea estaba que echaba humo, porque había un sector que quería rendirse a los persas, eran los partidarios de Hipias, que estaba refugiado en la corte de Darío. Los espartanos pasaban del asunto, decían que estaban de fiesta, las Carneas en honor a Apolo, y que irían un poco más tarde.

En el año 490 a.C., tras haber tomado Eretria, la primera flota persa llegó a las costas atenienses. Estaban esperando a una insurrección de los partidarios de Hipias, que nunca sucedió. Sin embargo, una tormenta jodió todo y se tuvo que volver. Los griegos se partieron el culo y se vinieron arriba. Poco después llegó otra flota persa, y desembarcó en la costa de Maratón. Milcíades decidió enviar a todas las tropas a lo loco, con Temístocles al frente, mientras los persas desembarcaban. A estos no les dio tiempo a nada. Todo fue muy sorpresivo y los persas, aunque eran el doble, sólo pudieron volver a los barcos e irse.

Los griegos vencieron por muchos factores. Aparte de por jugar en casa, también tenían la ventaja psicológica del patriotismo, luchaban por algo, mientras que los persas eran en su mayoría tipos reclutados de diferentes conquistas y agrupados no por tipos de armas sino por nacionalidad. Además es que mientras los griegos tenían su formación en falange, escudos de bronce y unas lanzas largas de cojones, además de espadas para corto alcance. Los persas tenían escudos de mimbre y unas lanzas de menos de un metro. Los persas se retiraron y volvieron a los barcos, pero ahora iban a ir a Atenas, que estaría desprotegida.

Fue entonces cuando los soldados griegos enviaron a Atenas a su mejor corredor, Filípides, para decirles que habían vencido, pero que se fortificaran. El hombre corrió como nunca y cuando llegó a la ciudad y dio el mensaje murió. Y de ahí surgió nuestro maratón. Otra versión, quizás más verdadera, dice que el corredor fue de Atenas a Esparta para pedir ayuda a los Lacedemonios, pero estos le contestaron que seguían de fiesta. El caso es que Atenas se atrincheró pero bien y cuando llegaron los persas y vieron el percal dijeron: “A la mierda, nos vamos”. Y la guerra se acabó. Cuando los espartanos llegaron 3 días más tarde sólo se encontraron una playa llena de cadáveres.

Tras la guerra, Milcíades era considerado un héroe, y la asamblea decidió concederle una flota para recuperar las islas Cícladas, pero su ataque a la isla de Paros acabó en un bochornoso fracaso, con la profanación a un templo de Deméter y una de sus piernas gangrenada. Los atenienses le condenarían a prisión y a una multa de 50 talentos, que era un huevo. Moriría poco después.

El cargo de estratego se volvió importantísimo, y los atenienses decidieron que elegirles por sorteo era un poco jugársela. De este modo, los 10 estrategos serían elegidos por méritos, y el que más se lo mereció en aquella época fue el ex arconte Temístocles. Este convenció a la Asamblea de construir una gran flota gracias a las minas de plata de Laurión. Arístides, el rival político de Temístocles, prefería repartir las ganancias entre los ciudadanos, pero habían llegado informaciones de que los persas estaban construyendo una gran flota en sus puertos. Debido a esto, Arístides fue condenado al ostracismo y con la plata costearon la construcción de más de 200 nuevos trirremes. Además en el 481 a.C. muchas de las polis griegas se reunieron en Corinto y crearon la Liga Panhelénica, para hacer frente a los próximos embates persas. Al frente de este ejército pusieron a Esparta.

Al año siguiente comenzaron las Guerras Sicilianas en la isla italiana. El tirano Gelón de Siracusa pretendía tomar toda la isla y echar a los Cartagineses que se estaban haciendo fuertes. Les derrotó en la Batalla de Hímera y luego Hierón les derrotó en la Batalla naval de Cumas (474 a.C.). Los griegos dominarían la isla durante muchos años, siempre peleando con etruscos y cartagineses, pero al final Roma se haría con su control.

*LA 2º GUERRA MÉDICA (480-478 a.C.)

Habían pasado diez años desde el fin de la 1º Guerra Medo-Persa y Darío había muerto. Le sucedió en el trono su hijo Jerjes I. Este envió en el 480 a.C. una expedición de 100.000 hombres desde Sardes que atravesó el Helesponto construyendo un puente a base de balsas de madera. Sin embargo, no funcionó en el primer intento, y una tormenta jodió el puente, por lo que los persas castigaron al mar dándole latigazos. Aparte de estas tropas terrestres, una flota de 700 naves seguían a los soldados bordeando la costa.

Los griegos veían que era cuestión de días que llegasen a Grecia, y tenían que retenerles. La Liga Panhelénica, comandada por el rey espartano Leónidas I, decidió que el mejor punto para plantarles cara era en el desfiladero de las Termópilas. Allá que fueron 300 espartanos, pero a diferencia de la peli, había muchas más tropas de otras polis. Unos 7000 contra 100.000 persas, una locura aún y todo. Pero Leónidas fue listo en escoger ese sitio tan estrecho, ya que los carros y jinetes persas, así como sus arqueros, lo tenían difícil para atacar. La lucha fue muy encarnizada, y los persas veían cómo caían sus soldados uno tras otro. Se retiraron y, con la ayuda de un traidor llamado Efialtes, encontraron un camino que conducía a la retaguardia griega y ahí ya los griegos acabaron jodidos. Para este último combate Leónidas hizo que el ejército griego se replegara y se quedaron 300 espartanos y 700 tespios. Y puede que también 400 tebanos. Allí combatieron ferozmente hasta la muerte las tropas de Leónidas contra los Inmortales persas, comandados por Hidarnes. En el lugar de la batalla construyeron un monumento a los espartanos y a los tespios.

Al mismo tiempo, los atenienses frenaban a la flota persa en la Batalla de Artemisio (480). En ella, la flota persa era dirigida por Artemisia I de Caria, reina de Halicarnaso, que se había pasado al bando persa. Sin embargo, la cosa no funcionaba y tuvieron que retroceder; Beocia cayó, y después Ática. Los persas se dirigían a Atenas y Temístocles decidió evacuarla. La mayoría de los atenienses huyó a una isla frente a la costa llamada Salamina. Desde allí vieron cómo Atenas era incendiada. La flota griega se refugió en la Bahía de Eleusis, en una zona estrechísima y llena de rocas. La flota de Jerjes fue a por ellos, pero sus naves eran más grandes y más pesadas, poco maniobrables.

 Las olas hicieron el trabajo sucio a los griegos, que empujaron a las naves persas contra las rocas y acabaron perdiendo la Batalla de Salamina. El barco de Artemisia, quien le había advertido al persa del peligro de esta batalla, se vio atrapado y tuvo que embestir y hundir un navío persa para poder desatascarse y los griegos pensaron que era de su bando y la dejaron huir. Los atenienses se apoderaron de muchas naves persas y estos se vieron obligados a huir a Asia Menor, mientras otra parte del ejército dirigido por Mardonio se quedaba en Tesalia. Además algunos tebanos se habían unido al enemigo.

En el 479 a.C. estos soldados tomaron de nuevo Atenas pero llegaron los espartanos del general Pausanias, sobrino de Leónidas. La Liga Panhelénica volvía al ataque y obligaron al invasor a retirarse en la Batalla de Platea. Mardonio murió en combate y los persas huyeron definitivamente de la Grecia continental. Se dice que ese mismo día, la flota dirigida por el otro rey espartano Leotíquidas II persiguió a los persas hasta Jonia y les derrotaron en la Batalla de Mícala.

*LA PENTECONTECIA, EL AUGE DE ATENAS (480-431 a.C.)

Desde el final de esta guerra hasta la Guerra del Peloponeso hubo 50 años de relativa paz, la llamada Pentecontecia. En estos años Atenas se hizo la fuerza más potente del Mediterráneo y llegó una nueva forma de hacer política: la democracia.

Los persas no habían palmado ni mucho menos. Seguían molestando por el Egeo, y los griegos estaban dispuestos a echarles. La Liga Helénica se había desmoronado un poco después de que Pausanias fuese acusado de mandarse cartitas con Jerjes. Pero mientras Esparta tenía su Liga del Peloponeso, los demás griegos crearon la Liga de Delos en el 477 a.C., una confederación de muchas polis capitaneadas por Atenas para recuperar las colonias del este. Arístides fue el encargado de redactar sus estatutos. Todos los miembros tenían voz y voto en una asamblea llamada Sínodo presidida por Atenas. Por esto mismo, los estados miembros tenían que aportar el phoros, su contribución, en plan crowdfunding, que se guardaba en el Templo de Apolo de la isla de Delos. Este dinero fue usado para preparar una gran flota.

Y no sólo una flota. Los atenienses tenían tanta pasta que comenzaron a reconstruir los Muros Largos, que protegían la ciudad y el puerto del Pireo. Los espartanos y sus aliados se molestaron un poco por esto. Que Atenas fuese ahora la fuerza hegemónica de Grecia no les hacía ni pizca de gracia, y la rivalidad entre ambas polis iría en aumento.

En el año 471, Temístocles fue exiliado, y acabó sus días en la corte del rey persa Artajerjes I. Las razones fueron porque no paraba de decir que mucho ojito con Esparta, que en cualquier momento la podía liar, como más adelante sucedería. La Asamblea puso en el poder a Cimón, hijo de Milcíades, contrario a más democracia, partidario del acercamiento de los espartanos y de acabar con los persas de forma más enérgica. También echó a los piratas de la isla de Esciros y allí encontró los supuestos restos del Rey Teseo, el que como ya vimos venció al minotauro, lo que le granjeó una gran popularidad.

Hubo una 3º Guerra Médica en el año 467 a.C., bastante más pequeña. Fue Temístocles quien, fruto de su resentimiento, le reveló al rey persa información comprometedora, y atacaron. Pero Cimón les derrotó en la Batalla del río Eurimedonte y el Egeo volvió a ser griego. Cimón se cubrió de gloria, pero aquí empezaron algunos problemas. Algunos miembros de la Liga de Delos como Naxos o Tesos querían irse, no querían pagar porque ya no había amenaza persa, y Atenas les castigó duramente por su defección. Con ello, la popularidad del arconte comenzó a menguar, y fueron ganando más auge los partidarios de la democracia capitaneados por Efialtes.

En aquella época los espartanos estaban de nuevo metidos en una guerra con Mesenia, la tercera (3ª Guerra Mesenia). Todo comenzó en el 464 a.C., cuando un terremoto sacudió Laconia y muchas ciudades espartanas acabaron destrozadas. Esto fue aprovechado por los ilotas, las guerrillas mesenias y algunas ciudades periecas para recuperar el control del territorio. Este hecho fue conocido como la Rebelión del Monte Itome. La guerra acabó en el 454 a.C. con los espartanos dejando huir a los rebeldes, que fueron instalados por los atenienses en Naupacto. Algunas polis les habían enviado ayuda, una de ellas Atenas, con Cimón a la cabeza. Pero los Espartanos les dijeron que se piraran, que no querían que sus tropas se contagiaran de ideas democráticas. Cimón quedó tan mal que le desterraron en el 461 a.C. Tras él vendrían los grandes artífices de la democracia griega, el ya nombrado Efialtes y Pericles.

*PERICLES Y LA DEMOCRACIA

Efialtes fue elegido arconte y comenzó una serie de reformas para quitar atribuciones al Areópago, para dárselas a la Bulé y la Heliea, convirtiéndolo solo en un tribunal judicial. Sin embargo, fue asesinado en el 461 a.C. y Pericles, sobrino de Clístenes, continuó con su labor con vistas a alcanzar una especie de estado democrático. Consiguió que todos los ciudadanos varones tuvieran igualdad política, aunque las mujeres no podían votar ni los esclavos eran considerados ciudadanos.

Los magistrados, los arcontes, eran elegidos cada año por sorteo. Luego había 10 estrategos elegidos anualmente por las diez tribus de Atenas. El cargo de estratego era desde las Guerras Médicas más importante que el de arconte, y Pericles repitió en este cargo una y otra vez. Estos planeaban expediciones militares, organizaban el ejército y dirigían la diplomacia. También había magistrados de finanzas, 40 funcionarios de Hacienda y más de 60 policías, que velaban por la seguridad de los ciudadanos. La Ekklesia, la Asamblea popular, se abrió para mucha más gente, lo que hizo que las familias aristocráticas no pudieran formar fuertes monopolios de poder. En ella se decidían leyes, decretos, y cuestiones políticas de todo tipo. No había partidos políticos en sí, sino gente que rodeaba a tal político famoso. Después la Bulé daba el visto bueno a todo, era como un senado. Eran 500, elegidos por sorteo. Pericles puso además una pequeña paguilla a todos los elegidos como jueces, que acabó extendiéndose a todas las instituciones públicas.

Pericles además organizó muchas obras públicas que mejoraron la vida de la ciudadanía y embellecieron la ciudad. Un ejemplo es la nueva Acrópolis, con el Partenón, construido en honor a la diosa Atenea; la entrada de los Propileos, el Templo de Atenea Niké y el Erecteion, con sus famosas cariátides. Además en Olimpia levantaron el Gran Templo de Zeus Olímpico, cuya estatua interior, construida por Fidias con oro y marfil, es una de las 7 maravillas del mundo antiguo.

Y creó ayudas sociales para los pobres, lo que creó menos conflictos sociales. No era normal que un estratego repitiera en el poder, pero Pericles ganó año tras año. Y junto a él siempre estaba Aspasia, su mujer, su fiel consejera, aunque no era muy querida por la gente. Las mujeres seguían sin poder votar ni tener cargo público, para la gente de aquella época solo servían para estar en la casa cuidando a los niños.

Prácticamente se había erradicado el analfabetismo y todos sabían leer y escribir. Eso sí, la educación ateniense no era pública, sino privada. Los chavales iban a casa del profesor que les enseñaba y sus padres lo pagaban. Las tres disciplinas fundamentales eran gramática, música y gimnasia. Los esclavos de las familias, los llamados pedagogos, eran los encargados de llevar a los chavales a clase, recogerles y ayudarles a hacer los deberes. Luego había fiestas, como la de Panateneas, donde había procesiones y pruebas deportivas, y era común los Simposios, que era básicamente ir a cenar y beber después del curro. Muchos de los más famosos pensadores, filósofos, oradores, músicos, poetas, dramaturgos, científicos, arquitectos o escultores vivieron alrededor de esta época. Por ejemplo los filósofos Sócrates, el maestro de Platón,el sofista Gorgias, Anaxágoras y Empédocles, los historiadores Heródoto y Tucídides, el escultor Fidias, los poetas Sófocles, autor de Antígona y Edipo Rey; y Eurípides, el comediógrafo Aristófanes, autor de Las Nubes o Lisístrata, el dramaturgo Esquilo, autor de la Orestíada o el arquitecto Hipodamo de Mileto, plan del ordenamiento urbanístico según el plan hipodámico o trazado damero. También habría que destacar a Hipócrates, que desde la isla de Cos realizó importantes investigaciones de medicina y anatomía. 

Pero no todo era bonito en el gobierno de Pericles, pues prohibió la ciudadanía a todos los chavales que no hubieran nacido de padre y madres atenienses. Con esto intentaba limitar los lazos entre diferentes aristocracias, pero generó menos sentimiento panhelenista y más cuernos entre la gente. Y el propio Pericles se vio jodido por esto, pues se divorció y sus hijos murieron, y tuvo otro con Aspasia, que era de Mileto. La asamblea tuvo que aprobarle un decreto especial para que Pericles el joven fuese considerado ciudadano ateniense.

Durante estos años Atenas se convirtió en una gran potencia económica y mercantil. Era un imperio poderoso, que se alió con polis como Mégara, Argos y se anexionó regiones como Focidia y Beocia, menos Tebas. Esparta, por su lado, no veía con buenos ojos este auge de su rival, y se alió con esa Tebas independiente, Corinto, que es la que tenía una flota potente, y Egina. Ahora el problema no eran los persas, sino ellos mismos.

Tanto escaló este conflicto que durante el tiempo que estuvo Pericles en el poder de Atenas tuvo lugar la llamada 1ª Guerra del Peloponeso (460-445 a.C.), que no es la Guerra del Peloponeso famosa, sino una guerra no declarada entre Esparta y Atenas con batallas esporádicas y largos intervalos de paz. ¿Cuáles fueron las causas? Cualquier excusa es buena para iniciar una guerra, como la construcción de los Muros Largos o que la ciudad de Mégara se pasara de la Liga del Peloponeso a la de Delos por su rivalidad con Corinto. Las leches empezaron entre las dos Ligas, y aunque Atenas empezó perdiendo, logró tomar toda Beocia menos Tebas, y también Egina.

Luego los atenienses participaron en Egipto ayudando a los rebeldes contra los persas y fenicios en el 454 a.C., pero fueron masacrados y tuvieron que firmar una tregua tanto con Persia como con Esparta, con la intermediación del regresado Cimón. Además, Pericles decidió coger el tesoro de la Liga de Delos y trasladarlo a Atenas, por seguridad se supone. Con esto la ciudad de Ática se hizo ultrapoderosa y Pericles usó toda esa pasta para crear barcos pero también para embellecer la ciudad.

El conflicto peloponésico se reavivó en el 449 a.C. cuando estalló la 2ª Guerra Sagrada (449-448 a.C.) cuando Esparta declaró a Delfos polis independiente de la región de Fócida, aliada de Atenas, que consiguieron recuperar. Por otro lado Beocia se sublevó e independizó, creando en una Liga Beocia antidemocrática tras la Batalla de Coronea (447). Esto animó a otros lugares a hacer lo mismo, como Eubea (446) o Mégara. Esto fue aprovechado por Esparta para invadir Ática, pero se dice que Pericles, por medio de sobornos, convenció al rey espartano Plistoanacte para que se diese el piro. Tras todas estas movidas firmaron una nueva tregua con Esparta, la Paz de los 30 años (445), pero no duraría tanto. Sólo 15 años después estallaría la Guerra del Peloponeso, que dejaría a Grecia tan jodida que nunca podría recuperarse.