La siguiente historia tiene lugar entre el año 500 y el 1240
El Reino de Ghana
Continuemos por donde lo habíamos dejado en el vídeo anterior. Estamos en el año 500 d.C. y es por estas fechas cuando surge el Reino de Ghana, un reinito que se convertiría en el primer gran estado del África Subsahariana. Sin contar, por supuesto, Aksum y otros reinos influenciados por Europa y Oriente Medio.
El Reino o Imperio de Ghana en realidad se llama Wagadú, que significa “Tierra de Rebaños”, ya que sus gentes se dedicaban a la ganadería y también a la agricultura.
Este reino surgió en el Sahel, entre Mauritania y Mali, en una región semi-árida llamada Awkar. Según la leyenda fue fundado por un tipo llamado Dinga Cissé que venía del este, y estableció un pacto con una serpiente negra gigante llamada Bida para asentarse en esas tierras a cambio del sacrificio anual de una virgen.
Unos historiadores piensan que el reino fue fundado por bereberes blancos del norte, otros por judeo-sirios de Oriente Próximo y otros por autóctonos negros de la tribu de los Soninké, de lengua mandé, dentro de las Níger-congoleñas. Se sabe que antes de este reino existía una ciudad fortificada, llamada Djenné-Djenno, pero poco se sabe de ella.
Se piensa que entre el año 700 y 800, éstos soninké estaban sometidos a tribus bereberes de blancos, pero se liberaron de su control y un tal Kaya Maghan Sissé comenzó la Dinastía Sissé del Reino de Ghana, que fue el punto de inicio de la expansión del reino.
Pronto entraron en contacto con árabes del Norte de África, gran parte de ellos musulmanes, quienes introdujeron el camello en la zona y les hicieron partícipes del comercio transahariano. Los ghaneses comenzaron a comerciar con oro y sal, que extraían de minas como la Mina de Sal de Taghaza, en el Sahara, o las minas de oro de Faleme y Bambuk; y también comerciaban con fibras textiles, dátiles, marfil, joyas y orfebrería varia. Y pronto empezó también el comercio de esclavos hacia los emiratos y sultanatos del norte. No había monedas como tal, y se pagaba en polvo de oro.
Los reyes del reino de Ghana, primero llamados Ghana y luego Tunkas, se forraron de lo lindo, ya que el oro les salía por las orejas. El principal culto del reino era hacia un dios-serpiente relacionado con las tradiciones de los Sissé. Otra curiosidad es que, aunque el rey era varón, la sucesión en el trono era matrilineal. Heredaba el trono el hijo de la hermana del rey.
La capital se ubicó en Kumbi Saleh, que estaba dividida en dos: una parte para los comerciantes musulmanes y otra para los soninké. Esta parte, estaba rodeada por un muro de piedra y contenía un palacio real. Alrededor había bosques sagrados privados donde moraban los sacerdotes y rendían culto a las serpientes. Estos sacerdotes eran curiosamente clanes de herreros con el poder de hacer fuego y convertir metales en armas. También se dice que a los prisioneros los metían en estos bosques y nunca más se los volvía a ver. ¿Sacrificios humanos? Tal vez.
Parece que muchos bereberes musulmanes se quedaron a vivir en las ciudades del reino y el Islam se hizo bastante popular, y fue sustituyendo a las antiguas creencias autóctonas. De hecho, lo poco que sabemos de este reino fue por las crónicas árabes, especialmente por la de un historiador hispano-árabe llamado al-Bakri, que vivió en el siglo XI. A todo este territorio se lo llamó en árabe Bilad al-Sudan, o país de los negros.
Con toda la pasta que entró en Ghana se montaron un ejército bastante poderoso, que usaban principalmente como protección para asegurar las rutas de comercio, llenas de saqueadores… pero también lo usaron para expandirse por la zona, derrotar tribus vecinas, y saquear las materias primas de sus territorios.
Cerquita, al este del reino, unas tribus de tuaregs del Sahara, los sanhaya, dominaban el importante centro de comercio de Awdaghost, pero fue conquistado por los ghaneses. Algunas de estas tribus se largaron para asentarse en el curso medio del río Níger, y allí se fundó la ciudad de Gao. Pronto esta ciudad se convertiría en un centro comercial y pesquero de primer nivel.
Imperio Kanem-Bornú
Ahora viajemos más al este, a lo que hoy conocemos como el Chad. En esta región, hacia el año 700, surgió el Imperio Kanem-Bornú, y es considerado el imperio más longevo de África. Fue fundando por los Kanémbu, una mezcla de tribus nómadas que se arrejuntaron a orillas del Lago Chad. No se sabe mucho de los inicios de este reino, pero un rey, o Mai, famoso fue Dugu, de la Dinastía Duguwa.
En 1086, la Dinastía Duguwa fue sustituida por la Sayfawa o Sefuwa, que duró hasta 1846, casi 8 siglos. Su primer rey fue Humé, o Hummay, y fue el primero en convertirse al islam, religión introducida en la región por los mercaderes de oriente. Fue él quien estableció la capital en Njimi.
Al igual que en Ghana, su prosperidad vino de la mano de las rutas comerciales con el Norte de África, pero no había minas de oro en la zona. Su mayor negocio era la metalurgia, el algodón y la fabricación de telas, cuernos de elefantes, plumas de avestruz y esclavos. A cambio de esclavos, los kanem compraban armas y caballos. De hecho, son famosos por haberse montao una potente caballería militar.
La máxima expansión de Kamen tuvo lugar durante el siglo XIII, con el reinado de Dunama Dibbalemi. Se dedicó a declarar la yihad a las tribus vecinas, a regalar jirafas a los sultanatos del norte, y logró que su imperio aumentara el triple de su tamaño.
Sin embargo, Dunama, quizás movido por su fe islámica, debió de destruir un objeto sagrado llamado Mune y se lió pardísima y hubo mazo de hostias entre ellos. Eso sin contar con las peleas que tuvieron contra tribus vecinas como la de los Sao o la de los Bulalas, que vivían por el Lago Fitri.
Reinos Hausa
Al lado también estaban los Reinos Hausa. Estos eran una confederación de reinos y ciudades-estado creada por el pueblo Hausa, y que se localizó a partir del año 1000 por el río Níger. Eran poblaciones agrícolas con estructuras estatales muy simplonas, pero compartían lengua, tradiciones y cultura. Algunas eran Daura, Zaria, Gobir, Katsina, Rano, Wangara…
Pero la ciudad más potente de esta confederación fue Kano, una parada en las rutas comerciales transaharianas. Se dedicaron a la agricultura, a la pesca y a la caza, y comerciaban con esclavos, oro, telas, cuero, pieles de animales, sal y muchas más cosas.
Reino de Benín
Un poquito más al sur del territorio Hausa tenemos al Reino de Benín, o Reino de Edo. Surgió por la misma época al suroeste de Nigeria, cerquita de lo que es el actual país de Benín. Y su capital estuvo en Benín.
Parece que antes existía una pequeña y antigua ciudad llamada Ife, creada por el dios supremo de los pueblos Yoruba, Olodumare. Oduduwa fue el 1º rey-deidad, y Obatalá creó a los humanos con arcilla.
Más tarde, un yoruba llamado Eweka I, fundó el Reino de Benín, y es considerado el primer rey humano, u “oba” de Benín.
Los oba no eran un cargo hereditario, sino que eran elegidos por un Consejo tribal. Estos jefes tribales eran los Uzama, y su cargo sí que era hereditario, aunque también dependía de las tradiciones de cada tribu.
Si por algo es conocida esta gente son por sus máscaras, estatuas y objetos de bronce, y esculturas de terracota, granito, cuarzo, marfil, madera o hierro. Le daban a todos los palos. Suele considerarse al arte de Benín como el más representativo del arte africano. También fueron buenos comerciantes, y producían pimienta, aceite de palma, marfil y, cómo no, esclavos. Este reino duró hasta que llegaron los británicos en 1897.
Sultanato de Kilwa
También en el año 1000, en la zona de Azania, comenzó sus andanzas un pequeño sultanato llamado Kilwa. Kilwa era una isla frente a la costa de la actual Tanzania que fue colonizada, según la leyenda, por un príncipe persa de Shiraz exiliado, Ali ibn al-Hassan Shirazi.
Él, su familia y varios seguidores suyos, empezaron a levantar un nuevo hogar en la isla intentando no entrar en conflicto con las tribus batúnes de la zona. Algunos de estos persas se casaron con gentes tribales y de ahí surgió lo que conocemos como los Swahilis, que significa “gente de la costa”.
Los pueblos bantúes no convertidos al islam fueron llamados Jaffirs o Zanj, es decir, infieles, y muchos de ellos fueron vendidos como esclavos a Arabia, Persia y la India. Seguramente ese término os suene de los vídeos de los Califatos Medievales. Árabes y persas se nutrieron del comercio de esclavos durante siglos, había muchísimos en los reinos medievales musulmanes, y claro, en épocas de debilidad, muchos de estos esclavos se les rebelaron, y en algunos casos hasta lograron tomar el control de estados enteros. Es famosa la rebelión de los Zanj del sur de Irak, que eran estos africanos de Tanzania, o la de los mamelucos, que eran esclavos turcos traídos de Asia.
En Kilwa también exportaban oro, marfil, pieles de animales… e importaban productos manufacturados como telas, que luego las intercambiaban con los bantúes de la zona a cambio de carne, arroz y comida en general. Pero el pilar económico de los Kilwa eran las palmeras de coco. Estas no, éstas. Aprovechaban todo: sus frutos, su madera, sus hojas, su fibra… y con ello hacían desde casas hasta barcos.
Pronto el lugar se convirtió en un centro de comercio potente, llegando a rivalizar con Mogadiscio, en la costa de Somalia. Esto permitió a los siguientes sultanes expandirse por la costa de Tanzania y Mozambique, y tomar una ciudad muy rica más al sur llamada Sofala.
Pero aunque sultanato, Kilwa era más bien una confederación de ciudades comerciales más que un estado centralizado, cada una con su élite local y con sus propias conexiones mercantiles. Y como curiosidad, en Kilwa surgió el primer sistema monetario del este africano.
Reino de Aksum
¿Recordáis el Reino de Aksum del capítulo anterior? Era un reino de Etiopía regido por cristianos. A partir del siglo VIII entró en conflicto con la religión emergente, el islam, y el poder de Aksum comenzó un rápido declive.
En el año 960, Gudit, o Judith, una reina judía semi-legendaria de un reino vecino, no se sabe bien cuál, destruyó lo que quedaba del Reino de Aksum. Tras esto, ella y sus herederos reinaron durante 40 años. Apenas se sabe nada de esta época.
Esta época oscura acabó en 1137, cuando Mara Takla Haymanot, del reino de los Agaw, se casó con Masoba Warq, la hija del último rey axumita, Dil Na’od, e inició la Dinastía Zagüe del ahora llamado Reino de Etiopía.
El rey más célebre de este periodo fue Gebre Meskel Lalibela, que empezó a reinar en el año 1181. Fue durante estos años cuando se construyeron las famosas Iglesias rupestres de Lalibela, caracterizadas por haber sido talladas directamente en la roca.
Para acceder a ellas tienes que meterte por túneles y pasadizos. Son 11 Iglesias en total repartidas por las afueras de la ciudad de Lalibela, que era la capital en aquel entonces.
Luego está la Iglesia de Santa María de Sion, en Aksum, que parece que fue destruida por la reina Judith, y reconstruida por el rey Gelawdewos hacia el año 1550. Esta es famosa porque dicen que ahí escondieron el Arca de la Alianza.
Reino de Zimbabue
Mucho más al sur, la Cultura Gokomere, de etnia joisán, que vivía en la confluencia de los ríos Shashe y Limpopo, se transformó en el Reino de Mapungubwe. No se sabe mucho de este reino, salvo que su capital se llamaba igual, Mapungubwe, y se caracterizaba por sus muros de mampostería de piedra. Parece que el nombre del lugar significa “la colina de los chacales”.
Los animales domésticos de esta gente vivían en kraals, es decir, patios cercados en los que alrededor vive la gente en chozas. La sociedad estaba muy estamentada y el rey vivía en un palacete en lo alto de la colina. Este desarrollo culminaría con la creación del Reino de Zimbabwe hacia el año 1200.
Este Reino de Zimbabue parece que fue fundado por pueblos bantúes de lenguas shona. Esta gente tenía un dios supremo llamado Mwari (muari), dios de la creación y de la fertilidad y la lluvia. El núcleo originario de reino estuvo entre los ríos Limpopo y Zambeze, pero pronto se expandió fuertemente, pasando a controlar el comercio de marfil y de oro de la zona. Incluso llegaron a comerciar con Kilwa.
Su capital era la conocida Gran Zimbabue, que pudo llegar a tener 20.000 habitantes. Actualmente quedan las ruinas del lugar, donde podemos ver grandes paredes de piedra y mampostería. Incluso alguna que otra torre cónica de pequeño tamaño.
La parte más importante era la Acrópolis, donde se piensa que estaba ubicado el palacio real. El Gran Recinto está considerado la construcción en piedra más grande del África subsahariana. De estas ruinas sacaron el famoso el Pájaro de Zimbabue, que ahora es el símbolo del país.
El final del Reino de Ghana
Volviendo al Sahel, el Reino de Ghana empezó su decadencia cuando, a partir del año 1050, los Almorávides, tribus de musulmanes bereberes bastante radicales, comenzaron a atacarles. Se sabe que hacia 1076 saquearon Kumbi Saleh y la tomaron durante un tiempo. Muchas de la gentes del reino huyeron al sur, al territorio de la actual Ghana, de ahí que ese país se llame ahora así. Y fue entonces cuando el reino se fragmentó en 12 estados más pequeños.
Ghana como tal quedó reducida a la región de Awkar y poco más, la zona perdió atractivo y las rutas comerciales se desviaron hacia otras ciudades que empezaban a despuntar, como Tombuktú y Gao.
Hacia 1200, un grupo de clanes soninké procedentes de Kaniaga se unieron a otros grupos ya asentados en la región. Estos crearon el Reino de Sosso. Que no entiendo por qué eran los sosos si tenían mucha sal, pero bueno.
Estos sosso, hacia el 1230, entraron en guerra con los Pueblos Mandinga, que vivían por la cuenca alta del río Níger. Estos también hablaban lenguas mandé, que están dentro de las Niger-congoleñas.
Estos mandinga se unieron para luchar contra los Sosso, y dirigidos por Sundiata Keita, un príncipe exiliado de Niani, acabaron ganando en la Batalla de Kirina de 1235.
Tras vencer a las tropas del rey Sumanguru Kanté, los sosso se retiraron de la zona y Sundiata logró la autoridad de los 12 reinos de la zona. Fue nombrado faama de faamas, o rey de reyes, y luego le declararon “mansa”, lo que vendría a ser “emperador”. Así nació el Imperio de Mali. En el próximo capítulo, lo veremos en detalle.