SACRO IMPERIO: El Origen de Alemania – De las tribus germánicas a Otón I

La siguiente historia tiene lugar entre hace 500.000 años y el 919 d.C.

SACRO IMPERIO ROMANO GERMÁNICO 1: Los orígenes de Alemania

Durante las siguientes semanas voy a hablaros del tema más jodidamente complejo de toda la Edad Media: El Sacro Imperio Romano Germánico, lo que viene a ser Alemania, o el 1º Reich (raij). Mirad cuántos ducados, príncipes electores, personajes, cargos, títulos y mierdas hay. Así de entrada puede parecer abrumador, pero seguro que nos lo vamos a pasar pipa. Eso sí, antes de meternos en materia, convendría repasar brevemente la historia de los germanos desde su origen.

PREHISTORIA Y TRIBUS GERMÁNICAS

Los primeros homínidos en llegar al actual territorio de Alemania fueron los Homo Heidelbergensis, hace por lo menos 500.000 años. En 1856 fueron encontrados en el valle de Neander, cerca de Düsseldorf, los primeros restos de los Neandertales, que habitaron la zona a la vez que los Homo Sapiens, hace mínimo 50.000 años. De estos primeros humanos destacan, por ejemplo, la figurilla de Löwenmensch o león-humano, la Venus de Hohle Fels o la Venus de Galgenberg, quizás los objetos de arte figurativo más antiguos que conocemos.

Durante mucho tiempo, la zona estuvo cubierta de nieve debido a la Glaciación de Würm, pero acabó hacia el 10.000 a.C. y la zona se llenó de densos bosques y ciénagas pantanosas. Los nómadas cazadores y recolectores fueron sustituidos paulatinamente por culturas campesinas neolíticas. Una de las más antiguas fue la Cultura de la Cerámica de Bandas (5000-4500 a.C.). Durante la Cultura de la Cerámica Cordada (3000-2500 a.C.), hacia el 3000 a.C., llegó la Edad del Cobre.

Al mismo tiempo se fue desarrollando la de los Vasos Campaniformes, que duró desde el 3000 hasta el 1800 a.C.. Estos ya tenía conocimiento del Bronce, y además se piensa que eran indoeuropeos. De ellos saldría la Cultura Unetice. Entre sus obras destaca el Disco Celeste de Nebra, la representación más antigua de la bóveda celeste.

En resumen, que las tribus indoeuropeas del este se fueron mezclando con los locales durante esta Edad del Bronce, y hubo un grupo en la zona que alcanzó el conocimiento de Hierro. Esos fueron las gentes primero de la Cultura de los Túmulos, y después la de los Campos de Urnas, cuyos focos principales fueron el de La Tene, en Suiza, y el de Hallstat, en Austria.

Estos proto-celtas tirarían hacia la Galia, Britania, Iberia y muchos más sitios, mientras que las tribus germanas del norte, de la Cultura de Jastorf principalmente, ocuparían algunos de sus antiguos territorios. De estos primeros germánicos destacan tribus como la de los cimbrios y teutones, que intentaron entrar en Roma y no acabaron bien. Después bátavos, frisones, brúcteros, usípetes, catos, suevos, marcomanos, cuados, queruscos, rugios, lombardos, godos, burgundios, vándalos, alamanes…

De hecho, en castellano, el término Alemania viene por estos alamanes, así como el sinónimo teutónico vendría de la tribu de los teutones, aunque no se usó hasta el siglo X. El término Germania está asociado a Julio César, quien designó como germana a toda tribu situada al este del Rin, más allá de la Galia, territorio prácticamente inexplorado por la República Romana, de ahí que no sepamos mucho de lo que había en la zona. Al parecer así les llamaban los celtas galos, y así se quedó; se cree que en su lengua significaba “vecino”. Pero claro, los propios alemanes no usan ni Alemania ni Germany, sino Deutschland, que en alemán medieval vendría a significar “tierra del pueblo”.

Durante la época del Imperio Romano, el emperador Augusto trató de conquistarla, pero sin mucho éxito. Algunos germanos acabaron engrosando las filas de las legiones imperiales, como el querusco Arminio, que se cambió de bando y venció a las legiones de Quintilio Varo en la Batalla del Bosque de Teutoburgo, en el año 9 d.C. Esta derrota dejó bastante jodida a Roma durante un tiempo.

Entre el siglo II y III comenzaron las llamadas invasiones germánicas. Entre estos pueblos encontramos a los visigodos, ostrogodos, lombardos, francos, anglos, sajones, suevos, vándalos, alanos, alamanes o burgundios… Poco a poco se fueron instalando en tierras del imperio en condición de federados, a cambio de que ayudasen a defenderlas de otros bárbaros. Muchos germanos acabaron con la ciudadanía romana y empezaron a tener poder. Fueron adaptándose a la administración romana, y asimilaron aquella cultura con sus tradiciones germánicas. Incluso adoptaron el cristianismo como su religión, y su lengua fue mezclándose con el latín.

Se llegó a tal punto que algunos de estos germanos lideraban legiones y tenían el poder de quitar y nombrar emperadores. Ese fue el caso de Odoacro, un hérulo que había sido mercenario romano,  que en el año 476 entró en Rávena y depuso al último emperador de la Roma Occidental, Rómulo Augústulo.

El primer grupo de germanos en crear un reino poderoso fue el de los francos merovingios, liderados por Clodoveo I. El Reino Franco Merovingio, establecido en el año 486, se convirtió en el Reino Franco Carolingio con la subida al trono de Pipino el Breve. Sin embargo, para hablar de Alemania, quien nos va a interesar mucho va a ser su hijo: Carlomagno.

CARLOMAGNO Y LA FRANCIA ORIENTALIS (768-918)

Carlomagno fue nombrado rey de los francos en el año 768. Al tío este se le considera el Padre de Europa porque básicamente unificó bajo su gobierno casi toda la Europa Occidental. Conquistó Lombardía, Sajonia y Baviera entre otros territorios, y estableció su capital en Aquisgrán, o Aachen (aajen), ciudad situada en la frontera entre Alemania, Bélgica y Países Bajos.

Pero el hecho más significativo de todos tuvo lugar el día de Navidad del año 800. Carlomagno fue coronado emperador en Roma por el papa León III. Si queréis conocer su vida más en detalle, arriba os dejo el link al vídeo que le dediqué. Carlomagno logró unir en un Imperio a todos los germanos menos a britanos y escandinavos. La idea era levantar un enorme imperio universal y cristiano para reclamar la legitimidad del Imperio Romano. Porque aunque la parte occidental cayó, siguió existiendo su parte oriental, lo que ahora llamamos Imperio Bizantino, que duró toda la Edad Media. Pero claro, para estos germanos, los bizantinos eran muy raritos, pues su cristianismo era un poco diferente.

Se suponía que el Imperio Carolingio era indivisible, pero ya os digo yo que no. Carlomagno creó los ducati, o ducados, distritos administrativos, al frente de los cuales estaba un dux, o duque, que eran como gobernadores que juraban fidelidad al emperador. El problema era que, en un imperio tan grande y sin internet, una orden de Carlomagno podía tardar hasta un mes en llegar a su destino, y claro, muchos de estos duques tenían que actuar según su propio criterio, sin esperar órdenes de arriba, porque sino las tribus enemigas les iban a follar pero bien.

El hijo de Carlomagno, Ludovico Pio, mantuvo gran parte de las conquistas intactas, pero sus nietos la liaron parda. Se pelaron por sus pedacitos y, tras el Tratado de Verdún del año 843, el Imperio se dividió en 3: Frankia Occidental, que sería la Francia actual más o menos; Frankia Oriental, lo que después sería llamado Germania; y Lotaringia, una franja de tierra intermedia que iba de los Países Bajos hasta el norte de Italia pasando por las regiones de Alsacia y Lorena, Suiza y por Borgoña. Lo cierto es que este territorio tan extraño no duró mucho, y se integró dentro Frankia Occidental. Para empeorar las cosas, en el año 888, tras la muerte de Carlos el Gordo, el mapa quedó dividido entre Frankia Occidental, Oriental, Baja y Alta Borgoña y el Reino de Italia.

En este vídeo me voy a centrar en Frankia Oriental. Los pobres germanos estaban rodeados de enemigos: los otros francos en el oeste, los vikingos en el norte, los árabes por el sur y los magiares o húngaros en el este, quienes, por cierto, derribaron en el año 907 el Reino de la Gran Moravia, compuesto por checos y eslovacos que más adelante fundarían el Reino de Bohemia.

En Germania se sucedieron varios reyes de la rama carolingia, pero eran bastante débiles en comparación con los fuertes líderes locales, quienes lograron agrupar diversas tribus de sus respectivas zonas de influencia… para crear los llamados Ducados Tribales o Ducados Raíz. Los primeros fueron los de Franconia, Sajonia, Baviera, Suabia y Lorena, o Lotaringia.

Con la muerte de Luis IV el Niño en el año 911, se extinguió la rama oriental de los Carolingios. Fue entonces cuando estos poderosos duques, viendo el peligro que tenían los húngaros y eslavos, eligieron un nuevo soberano que les uniera a todos y coordinara una contraofensiva militar. Ese fue Conrado I, duque de Franconia. Con esto se creó una especie de Confederación de Ducados, territorios libres cohesionados por la figura del rey.

Al igual que en Francia, de aquí van a surgir conflictos entre un rey que quiere mandar sobre sus súbditos… y esta nobleza que le van a torear pero bien. Conrado I trató de lograr autoridad total y acabó muerto luchando contra el duque Arnulfo de Baviera. Los nobles elegirían un nuevo rey, Enrique I el Pajarero, duque de Sajonia. Para muchos, aquí empezaría la historia de Alemania, con la llamada Dinastía Otoniana o Sajona.

Su hijo Otón I sería proclamado años después emperador en Roma, al igual que Carlomagno, dando así origen al Sacro Imperio Romano Germánico, que ocupó toda la actual Alemania, Bélgica, Países Bajos, Suiza, el Norte de Italia, Eslovenia, partes de Polonia, la República Checa, Austria, y las provincias francesas de Alsacia y Lorena. Será un imperio un poco raruno, pero aguantaría casi mil años, hasta 1806, cuando Napoleón lo hizo trizas. Casi un siglo después llegaría Otto von Bismark, recogería los trocitos que quedaban, y reunificaría Alemania, dando origen al II Reich. Más tarde llegó Hitler con el 3º y… digamos que no fue una época muy agradable. Iremos viendo toda esta historia en los siguientes capítulos.