Mitología Hinduista, los dioses y leyendas de la India
Ya lo conté en los episodios históricos. Entre los años 1700 y 1500 a.C. llegaron de Irán una serie de pueblos indoeuropeos llamados arios, que se asentaron en la zona norte de la India y dieron origen a la tradición védica, la semilla de lo que conocemos como Hinduismo. La religión hinduista es compleja, porque no tiene una creencia totalmente unificada, sino que varía muchísimo de un lugar a otro.
Un elemento muy común entre los hinduistas es la creencia en un ciclo de reencarnaciones infinito llamado Samsara. Este ciclo se puede romper, tu alma (atman) se puede liberar, y a eso se le llamó Moksha, mejor conocido como Nirvana por los budistas. ¿Y cómo se llega a ese Moksha? Pues a través del Dharma, que viene a ser la ley verdadera y eterna, “vivir de forma recta, con virtud y según la ley natural del cosmos”.
Para los hinduistas, el universo está regido por un orden racional y eterno, y para seguir ese dharma hay que adorar a los dioses, realizar ofrendas rituales y sacrificios. En ellos arrojaban frutas al fuego, flores o cereales mientras cantaban himnos. Creían que con ello estarían protegidos, tendrían buenas cosechas y estarían todo el día contentos.
Mientras que para nosotros los occidentales el tiempo es lineal y regido por la causalidad, con un punto de partida, para ellos es cíclico, todo se repite una y otra vez gracias al dios creador Brahma, quien se encarga de que todo no se vaya a tomar por culo.
Otros dioses, o devas, importantes fueron Agni, dios del fuego; Varuna, que empezó siendo un dios del cielo y las tormentas para después convertirse en el dios del océano; e Indra, dios de la lluvia, del rayo y de la guerra. La diosa Áditi también fue importante durante un tiempo, aunque luego se fue olvidando. Algo parecido pasó con su hijo Mitra, antiguo dios solar del alba de origen iranio; y Diaus Pitar, el padre celestial y esposo de Pritiví, diosa de la tierra y padres de Indra y Agni.
Luego también hay unos seres conocidos como Asuras, deidades violentas y sedientas de poder, en ocasiones demoniacas, sobre todo en los textos posteriores a los Vedas. Destacan Ariamán, otro hijo de Áditi y protector de la vía láctea, y su hermano Bhaga, dios de la riqueza y el matrimonio. Están también Banásura, el demonio de mil brazos, y Rávana, el malo del Ramayana. Su hermano fue Kumbhákarna, un gigante de 400 metros de altura con poderes mágicos.
Hacia el año 1000 a.C., todo el saber védico se recopiló en 4 libros llamados los Vedas, escritos en lengua sánscrita y que según se cuenta surgieron de la boca de Brahma. Dentro del Rig-veda, el más famoso y antiguo, encontramos multitud de himnos.
Uno de ellos habla de Púrusha, el primer ser humano que es sacrificado y desmembrado, y de cada trozo surge el sistema de varnas, luego difuminado en el sistema de castas: los Chatrias, los Brahmanes, los Vaisias y los Sudras, aparte de los parias.
Se supone que el objetivo era separar a los arios más blanquitos de los dravídicos más oscuritos, y no te podías mezclar con gente de diferente posición social por temor a “contaminarse”.
También se habla del Soma, una bebida hecha posiblemente con hongos alucinógenos o con marihuana que ayudaba a los brahmanes o sacerdotes hindúes a entrar en trance durante los rituales. Soma también era el nombre védico del dios Chandra, dios de la Luna, quien al igual que Suria, el dios de sol, montaba en un carro volador con el que arrastraba al astro. Otros dioses fueron Kamadeva y Rati, la pareja de dioses del amor, armados con sendos arcos muy del rollo de Cupido.
Por el año 600 a.C. se podría decir que la tradición védica evoluciona y llamamos a este periodo Brahmánico, pues el dios Brahma se convierte en la divinidad absoluta y el poder de los brahmanes crece dentro del sistema de castas hasta alcanzar la cima. Ahora eran ellos los únicos encargados de los rituales y de los sacrificios de animales.
Además en esta época también se escriben los primeros Upanishads, que significa “sentarse cerca”. ¿Qué es esta movida? Pues si los Vedas y el Mahavarata son el colegio, los Upanishads serían la universidad. Es el primer gran acercamiento de esta religión a conceptos más filosóficos que buscaban llegar a un plano superior de conocimiento espiritual. Aquí es cuando la figura del Maestro o Gurú cobra relevancia, y tú te sentabas junto a él y te enseñaba a meditar y a reflexionar sobre cuestiones muy locas que te dejaban con esta cara.
La idea era entenderse a uno mismo, al yo. Aquí en occidente podemos ser dualistas y entendemos que el yo es un alma separada del cuerpo, o ser materialistas y que somos un cacho de carne con ojos. En los Upanishads se busca una tercera vía, donde somos a la vez materia, pensamientos y conciencia, a la que llamaron atman, y a pesar de esta división somos un todo con el universo, con Brahman, la realidad absoluta. Te has quedao to loco, ¿eh?
Otros textos importantes fueron los Dharma Sutras, que explicaban a la gente las reglas para tener una conducta correcta de vida con ese cosmos. De aquí sale toda la idea del Karma, que dice que si obras bien tendrás recompensa, pero si obras mal esas malas acciones te serán devueltas. Los varones de las tres clases superiores tenían en este libro una referencia de modo de vida, con una serie de etapas y objetivos. Los demás no importaban a nadie, así era esta gente.
Como ya digo, durante mucho tiempo hubo muchos dioses fruto de la mezcla de las creencias védicas con los indios autóctonos y dravídicos, pero los védicos acabaron imponiéndose. El dios Brahma, junto a Visnú y a Shiva, formaron una especie de trinidad llamada Trimurti, que representaban la creación, la preservación y la destrucción, y surgidos de un huevo cósmico puesto por la diosa Ammavaru. Realmente los dioses importantes son estos tres, pero ¿qué es lo que hace a la religión hinduista un cacao de proporciones épicas? Pues que cada uno de estos dioses aparecen con diferentes encarnaciones o avatares.
Por ejemplo, entre las reencarnaciones de Visnú tenemos a Krishna y a Rama. Y también está su consorte Kaksmi y su pájaro Garuda, que le llevaba todas partes. Brahma, por su parte, tuvo hijos, aunque los creó con su mente, y de estos salieron los hombres. Shiva también tuvo hijos, como Kartikeia, dios de la guerra; y como Ganesha, el dios cabeza de elefante y patrono de las artes y las ciencias, además de dios de la buena suerte. Se dice que su padre le cortó la cabeza por travieso y de ahí que ahora tenga la que tiene. Entre los avatares de Shiva se encuentran los ya mencionados Agni e Indra entre otros muchos.
El hinduismo está lleno de diosas o devis. La gran diosa madre es Shakti, divinidad suprema en la escuela hindú del shaktismo. Luego cada uno la llama de una forma diferente: Mahadevi, Sarasuati, Parvati, Durga, Kali… Este shaktismo está muy ligado al yoga y al tantrismo, que es como meditar pero follando. La idea es favorecer la unión entre lo masculino y femenino. Esto del tantrismo es polémico porque unos dicen que lo creó Buda, otros que unos budistas posteriores y otros que fueron hinduistas anteriores. En fin, su origen se pierde en la India antigua.
Como también dije en los vídeos históricos, durante estos años en la India empezaron a florecer nuevas formas de pensamiento que se opusieron a ese clasismo védico y a los Vedas. Había hinduistas que rechazaban seguir el dharma para obtener placer y riquezas, por lo que se convirtieron en ascetas errantes.
Esta doctrina Shramana daría con el tiempo a religiones como el Jainismo de la mano de Mahavira, una religión que llevaba la no-violencia hasta el extremo; y el Budismo, fundado por Sidarta Gautama hacia el año 600 a.C. Al mismo tiempo surge en China el taoísmo y el confucianismo. De todo esto hablaré en el siguiente episodio, ahora sigamos con los hinduistas.
Para el año 200 a.C. se pusieron por escritos nuevos textos considerados sagrados. El más famoso sin duda fue el Mahabharata, una epopeya basada en una antigua guerra tribal a la que añadieron movidas místicas.
Un texto dentro del Mahabharata es el famoso Bhagavad-Guita, un resumen de las doctrinas hinduistas contado por el dios Krishna a Arjuna, quien no sabe si ir a la guerra a luchar. Es famoso porque Kishna básicamente le dice que matar a gente del otro bando no le va a traer mal karma, todo lo contrario, va a ser bueno para su alma porque es su deber. Además que nadie muere realmente, porque total… se reencarnan.
Otro libro famoso fue el Ramayana, que narra la aventura del príncipe Rama por rescatar a su amada Sita de las garras de Rávana, un demonio de Ceilán. Más historia, mitos y leyendas son narrados en los Puranas, donde se cuenta la creación del universo, del mundo, de la humanidad, el diluvio y las primeras grandes dinastías.
Todo empieza con el huevo cósmico ya mencionado (Hiranyagharba) y el nacimiento de los primeros dioses. Brahma fue el creador del mundo, Visnú su protector y Shiva su destructor, ya que al final de cada ciclo lo incendiaba todo y mandaba un diluvio gigantesco. Un día el dios solar Suria o Vivasuat y su esposa Saraniú decidieron tener un hijo, y de ahí salió el primer humano: Manu. De él surgieron todos los demás, los manavás.
La verdad es que su mito es prácticamente idéntico al del Arca de Noé. Visnú, con su avatar de pez Matsia le dijo a Manu que venía tormenta y que construyera un barco para salvar a su familia y a todos los animales, porque lo dioses iban a hacer reseteo. Y eso hicieron mientras Matsia les ayudaba a sobrevivir. Les dejó en Kallu (Kulant Peeth), y allí Manu se convirtió en el rey del primer estado indio.
Por otro lado, el hinduismo se dividió oficialmente en 6 escuelas filosóficas llamadas Darshanas. Algunas de ellas incluso se entrelazan con el budismo. Es un poco pifostio y no voy a entrar demasiado dentro de cada una. El Yoga fue la escuela más antigua, y el maestro fue conocido con el título de Yogui, como el oso Yogui. Hay quien dice que esta doctrina es tan antigua que ya la practicaban los habitantes de Mohenjo Daro.
Los textos más importantes de esta corriente fueron los Yoga Sutras, donde se dan técnicas para alcanzar la tranquilidad mental y la concentración a través de posturas y respiraciones. Para meditar venía de perlas. Las otras doctrinas filosóficas son la Samkhia, la Mimamsa, la Niaiá, la Vaisesika y finalmente la Vedanta, la más común en la actualidad. Pero no voy a rallaros con lo que dice cada una.
Lo importante es saber que este hinduismo fue evolucionando, dejando de centrarse tanto en mantener ese orden cósmico… para enfocarse un poquito en liberarse de él, de esas ataduras, y alcanzar con ello armonía espiritual. De hecho, es por el año 500 d.C., cuando entre las tribus más sureñas y de clase más baja fueron surgiendo movimientos devocionales, como el Bhakti.
Este hinduismo light acercaba a la gente de a pie a los dioses, sin intermediarios. Ahora eran los devotos quienes daban ofrendas a sus dioses, en contraposición de los dictámenes védicos que venían del norte. En estas puyas, el devoto metía comida en la boca de una estatua al dios para que se la comiera, o la pintaba con colorines, le echaba flores… (durgapuya) El culto de los Sij (sik), que comenzará hacía el siglo XV en Punjab, tomará muchos elementos de aquí.
Antes he hablado de la doctrina Vedanta. Resulta que muchos indios estaban algo moscas porque parecía como que los Vedas y los Upanishads se contradecían entre ellos, así que muchos sabios se pusieron a reflexionar sobre toda esta movida.
Y llegamos al año 800 d.C., cuando el filósofo Adi Shánkara funda la escuela hinduista Vedanta Advaíta, que propone una filosofía no dualista. Solo hay una única realidad del universo, la de Brahman, que es todo, pero hay varias formas de conocerlo, que varía dependiendo de la gente, que lo ve con diferentes formas. Sin embargo, son meras ilusiones por nuestra manía de conceptualizarlo todo. Pero no, todos somos uno con el cosmos.
En fin, esto es básicamente el hinduismo, una religión de religiones, tan antiguo como las civilizaciones humanas, y actualmente la 3ª más extendida del mundo. Y también una de las más complicadas de entender. Pero por si no has tenido suficiente, la semana que viene más locura: el Budismo.