EL ORIGEN DE LOS MAYAS (12.000-500 a.C.)
Se sabe que durante el periodo Lítico (¿-8000 a.C.) de Mesoamérica hubo tribus de cazadores-recolectores-pescadores viviendo en el Altiplano Guatemalteco, las Tierras Altas. Con el paso del tiempo muchas de estas gentes se fueron asentando en esta zona montañosa. Durante el periodo Arcaico (8000-2000 a.C.) parece que sus aldeas se extendieron hasta Chiapas y Belice, y comenzaron a cultivar maíz, de ahí que a estos primeros pobladores sedentarios se les llame Mokaya, gente del maíz. Aparte de maíz parece que también destacaron por ser los primeros en domesticar la planta de cacao, de donde saldría el rico chocolate (chocolatl).
No podemos hablar de Mayas como tal hasta la entrada en el periodo Formativo (2000 a.C.-300 d.C.). Fue entre los años 2000 y el 500 a.C. cuando esta cultura maya se fue concretando muy lentamente en una sociedad, política y religión concretas. Estos primeros mayas bajaron del Altiplano para comenzar a poblar las Tierras Bajas y la selva del Petén. Se cree que el primer asentamiento maya en esta zona fue Nakbé. Esta ciudad, para el año 800 a.C., comenzó la moda de las construcciones monumentales, como un antiquísimo juego de pelota y unas enormes pirámides decoradas con máscaras de estuco representando a sus dioses.
En esos años la ciudad maya más potente era El Mirador, aunque tendría la competencia de Kaminaljuyú y de Izapa. Otros centros de importancia fueron Tikal, Ceibal, Calakmul, Uaxactún, Tayasal, Copán y Chocolá, entre otros. Poco a poco las ciudades fueron creciendo, y los mayas extendieron su dominio por los estados mexicanos de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas, y por países de Centroamérica como Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador.
EL DESARROLLO CULTURAL MAYA (500 a.C.-200 d.C.)
Fue durante el periodo Formativo Tardío (500 a.C.-100 d.C.) y el periodo Protoclásico (100-300) cuando la cultura maya se definió completamente, y ya podemos ver cómo estos centros mayas se convierten en auténticas ciudades, desarrollando el comercio, las matemáticas y la astronomía, mientras la sociedad se volvía más y más jerarquizada.
El Mirador fue quizás una de las primeras ciudades mayas en construir las típicas pirámides triádicas, llamadas así porque tienen dos edificios menores a los lados, se piensa que en honor al cinturón de Orión. Un ejemplo lo tenemos en la Pirámide de La Danta, una de las más altas de Mesoamérica. Además, posiblemente debido a la influencia olmeca y zapoteca, los mayas levantaron aquí algunos Juego de Pelota.
Esta ciudad la encontramos en mitad de la espesa, calurosa y lluviosa selva guatemalteca de el Petén. Aquí encontramos muchas especies vegetales diferentes así como todo tipo de animales salvajes como jaguares, armadillos, tapires, monos aulladores, conejos, zorros, venados, tucanes, loros… y también peligrosas serpientes ultra venenosas a las que era mejor no molestar.
Los mayas usaron dos tipos de cultivo agrícola. Uno fue el barbecho, es decir, que durante un tiempo cultivaban y después dejaban a la tierra descansar otra temporada mientras cultivaban otras. El otro sistema fue el de cultivos intensivos, generalmente de roza o de tala y quema, muy extendido en las regiones mayas. Como las selvas eran muy densas, los agricultores quemaban parte de ellas creando claros, y fertilizaban el suelo con las cenizas. ¿Qué pasaba? Que el suelo se jodía en cero coma, y para volver a cultivar había que quemar más y más bosque. A tope con la deforestación.
En la zona más al norte, en Yucatán, había menos lluvias, pero encontraron unos pozos de agua naturales, los cenotes. Se pensaba que estos pozos eran la entrada al inframundo maya, el Xibalbá, y los mayas arrojaban a gente allí adentro en sacrificio. Como estos lugares solían ser sagrados, no sé sabe si los usaban para como depósito de agua. Para esta función tenían los llamados chultunes, que eran depósitos artificiales de agua de lluvia o también de maíz.
La artesanía maya no sólo se limitó a hacer figurillas de arcilla. Se han encontrado objetos de lujo hechos con jade, cuarzo, obsidiana, hueso, madera y hasta conchas marinas. Los metales no los conocieron hasta bastante tiempo después.
Es por el 300 a.C. cuando comenzó a desarrollarse en algunas poblaciones la escritura jeroglífica maya, la más avanzada de toda América (estela 29 tikal). Esta escritura tiene muchos signos logográficos (un signo significa un término) y también muchos signos fonéticos (un signo, una sílaba). A diferencia de zapotecas o aztecas, los mayas no hacían pictogramas, es decir, representaciones de cosas reales con dibujos simples. En total había más de mil signos, aunque mayormente se usaron 500. Muchos textos mayas han sobrevivido al tiempo en los llamados códices, hechos con papel de amate plegado en biombo y escrito con pinceles.
La matemática maya también estaba bastante avanzada. Su sistema era vigesimal, con el que podían contar hasta 19 combinando rayas y puntos. Para escribir más números había que poner multiplicadores por encima. Además desde el año 30 a.C. ya representaban el número cero, con una concha. Este número que no llegaría a Occidente hasta bien avanzada la Edad Media, y gracias a los hindúes.
Se piensa que los mayas obtuvieron gran parte de estos conocimientos a través del comercio con Olmecas y Zapotecas, y que gracias a todo esto fueron mejorando y desarrollando uno de los calendarios más precisos del mundo, el Calendario Maya. Según este calendario, había muchas formas, o ciclos, para medir el tiempo. El Tzolkin, o calendario ritual, tenía 260 días mientras que el Haab tenía 360 días divididos en 18 meses de 20 días cada uno. A esto habría que añadirle un mes más con los cinco días que quedaban, los días nefastos los llamaban. En vez de días, semanas, meses y años, ellos tenían kines, uinales, tunes, katunes y baktunes.
Pero había muchas más cuentas cíclicas. Estos dos calendarios se combinaban en la Rueda Calendárica, creando un ciclo de 52 años, en los que los mayas hacían celebraciones y sacrificaban a gente por un tubo en honor a sus dioses. La Cuenta Venusiana de 584 días se fijaba en los movimientos de este planeta.
Y finalmente está la más famosa, la Cuenta Larga, cuyos ciclos tenían 5.128 años solares, divididos en 13 baktunes. Según esta Cuenta Larga, el último ciclo comenzó el 11 de agosto del año 3114 a.C., y su final coincidió con el 21 de diciembre del 2012, con todo el mundo cagao de miedo porque decían que se iba a acabar el mundo. Pero como todas las profecías y mierdas del estilo, no pasó absolutamente nada.
Los dos grandes centros rivales durante esta época serían Kaminaljuyú en las Tierras Altas, y El Mirador en las Tierras Bajas. Sin embargo, alrededor del año 100 a.C. y 200 d.C. ocurrió el conocido como Colapso Preclásico, en el cual algunas ciudades acabaron abandonadas. Esto de abandonar ciudades sería muy típico de los mayas.
LA CULTURA MAYA CLÁSICA (300-800/900)
Tras una pequeña crisis que despobló El Mirador y otras ciudades mayas potentes, algunas otras ciudades de las Tierras Bajas centrales comenzaron a despegar hasta alcanzar un gran auge político, social y económico. El comercio refloreció, se crearon nuevos estilos artísticos y se construyeron todo tipo de palacios, observatorios y templos piramidales llenos de escritos. Y es que la escritura glífica se había extendido por todo el territorio, por lo que han quedado grabados en piedra muchos hechos históricos y culturales de esta gente.
Entre las ciudades más florecientes de este periodo clásico tenemos a Yaxchilán, Calakmul, Palenque, Copán, Becán, Uaxactún y a su vecina Tikal, que se convirtió en uno de los centros más poderosos, especialmente a partir del 378, con el golpe de estado de un tipo llamado Siyaj Kak. En esta gran ciudad encontramos una enorme acrópolis, donde los mayas construyeron muchos templos, como el Templo del Gran Jaguar o el Templo de la Serpiente Bicéfala, o Templo 4º, con más de 70 metros de altura. Y hasta crearon un palacio gigantesco de más de cinco plantas. Unos dicen que fue la residencia de la nobleza y otros que solo era un edificio administrativo.
Los grandes centros cívico-ceremoniales estaban mayormente ocupados por las élites, que gobernaban a la población con ayuda de la clase administrativa que se encargaba de organizar la tributación y el trabajo, y también los rituales religiosos. Los mayas nunca estuvieron integrados en un imperio, sino que hubo mucha variedad de formas de gobierno, desde Estados que abarcaban bastante territorio hasta pequeños cacicazgos o señoríos, gobernados por un jefe local.
La Sociedad maya estaba organizada por el gobernante de turno, el Halac Huinic, y le ayudaban sus parientes, la nobleza y los sacerdotes, quienes tenían el título de Ahaw. En las ciudades subordinadas a este señor mandaban los Sahal, que eran como gobernadores regionales o vasallos. Era un sistema patrilineal, aunque se sabe que algunas mujeres podían gobernar si llegaba el caso, así como transmitir el poder a sus hijos.
Los Ah Kin eran los sacerdotes, y aparte de presidir los sacrificios humanos también enseñaban historia, astronomía, adivinación o escritura en las escuelas sacerdotales. Estos sacerdotes hacían rituales de sacrificio humano en las pirámides o cenotes. En estos se extraía la sangre del sacrificado y se solía mezclar con plantas alucinógenas, lo que hacía que los sacerdotes entrasen en trance y ver lo que ellos creían que eran sus antepasados. Y se les sacaba el corazón generalmente, aunque había muchas formas diferentes de sacrificio.
Otro ritual famoso, como ya conté en el episodio anterior, era el juego de la pelota. Y a muchos niños se les solía alargar la cabeza porque se ve que tenerla deforme era símbolo de belleza, así como ser bizco y llevar tatuajes por todo el cuerpo.
Dioses tenían muchos. Itzamná fue el dios creador maya yucatanés, y Hunab Ku para los quichés. El dios de la agricultura y del maíz fue Yum Kax, mientras que la deidad de la lluvia fue Chaac. Finalmente es también muy conocido Ah Puch, el dios de la muerte.
Se cree que pudo haber una clase media conformada por artesanos, comerciantes, funcionarios y soldados. Como los mayas no aprendieron prácticamente nada de metalurgia, estos militares se tuvieron que conformar con armas como los arcos, los lanzadardos (atlatl) y las lanzas; armaduras de algodón endurecido y escudos de madera.
Finalmente, la base social estaba compuesta por familias campesinas pobres que mantenían al Estado. Los hombres podrían dedicarse a la caza, al comercio, a la labranza… y las mujeres también realizaban muchísimas labores diferentes. Podían ser sacerdotisas, maestras, curanderas, cesteras…
Muchas mujeres también se dedicaban al sector textil, tanto de la recogida de algodón como de la confección de ropas y tejidos, algunos con colores realmente llamativos. Además las plumas de colores eran muy apreciadas en las prendas. Mucha de esta gente pobre era usada por los comerciantes como porteadores. Aunque conocían la rueda, solo la usaban para juguetes, y todo lo tenían que transportar en la espalda.
La gente pobre era enterrada en una fosa simple cerca del hogar donde vivía, casi siempre acompañada de un ajuar con objetos del difunto. Otros se lo curraban más y hacían cistas, que eran fosas de piedra. Mientras tanto, las clases altas eran enterradas en cámaras excavadas en la roca bajo templos y otros edificios. Y alguna vez también se les incineraba y sus cenizas eran enterradas bajo las plazas principales de las ciudades.
El comercio a larga distancia también fue muy próspero, incluso llegaron a mantener relaciones con la lejana Teotihuacán. Y es que la zona maya tenía mucho que aportar a otras regiones. En las Tierras Bajas había algodón, miel, cera, sal, caliza, incienso, pieles, plumas exóticas, tabaco… mientras que en las Altas se podía encontrar cacao, jade, obsidiana y otras piedras volcánicas.
Por otro lado, de Teotihuacán y otros pueblos de México llegaron cerámicas como la Naranja Delgada, obsidiana verde, turquesas para hacer mosaicos, y en los últimos estadios de esta cultura, metales como el cobre. Los pagos fueron a base de trueque, aunque parece que en algún momento usaron como moneda semillas de cacao, trocitos de jade o conchas. Y finalmente los mayas también fueron buenos pintores, como podemos ver en el Templo de las Pinturas de Bonampak, donde hay muchísimas, y unos han dado mucha información sobre las dinastías de esta época.
Kaminaljuyú resurgió de sus cenizas a partir del año 500, y en Tabasco prosperó la ciudad de Comalcalco, que se convirtió en un gran centro comercial. Por otro lado, se sabe que en el año 562 Tikal perdió una guerra contra la ciudad de Caracol, en Belice, y esta logró una supremacía temporal.
Otra ciudad importante fue Palenque, que a partir del año 615 estuvo gobernada durante los siguientes 68 años por el rey Kinich Janaab Pakal, o Pakal el Grande (615-683). Aunque la ciudad estaba ya un poco en decadencia, este tipo logró resucitarla y hasta llegó a eclipsar a Tikal. La mayoría de templos y palacios de la ciudad datan de esta época, como el Templo del Olvidado, el Palacio de Palenque, y como no el famoso Templo de las Inscripciones, donde se encontró un larguísimo túnel que llegaba hasta una cámara: la Tumba de Pakal, construida por su hijo Kinich Kan Balám II.
Este tipo siguió los pasos de su padre y construyó magníficos edificios, como el grupo de templos de Las Cruces. Pero en pleno regreso de la prosperidad llegaron los problemas de mano de la ambiciosa ciudad de Calakmul, y empezaron a tocar las pelotas.
Y lo mismo pasó con Tikal. Parece que alrededor del año 650 el rey de Calakmul Yuknoom el grande, atacó el puesto de avanzada de Dos Pilas, perteneciente a Tikal, y poco después cayó esta, convirtiéndose en una urbe vasalla. Con el ascenso al trono de Tikal en el 682 de Jasaw Chan Kawiil I, Tikal recuperó su independencia en el 695, mientras que su hijo Yikin Chan Kawiil logró conquistar Calakmul alrededor del año 736.
Dos años después, una aliada de Tikal en las tierras bajas de sur, la urbe de Copán comenzó a tener problemas con la ciudad vecina de Quiroguá. Su rey Uaxaclajuun Ubaah Kawiil, o Señor Conejo para los amigos, vivió el mayor auge de la ciudad, pero también su gran caída. Fue traicionado por el gobernante de la ciudad vasalla de Quiriguá, y le cortaron la cabeza en el 738. De esta ciudad, aparte de la gran escalinata de Jeroglíficos podemos encontrar el Templo 16, que tiene la friolera de 5 templos más antiguos construidos como una muñeca rusa. El más antiguo es el Templo Rosalía.
En resumen, alrededor del año 800, casi todos los centros mayas estaban metidos en un porrón de guerras unos con otros. Unos se defendían, otros intentaban destruir a los vecinos y dominar sus recursos. Algunos pueblos veían estas guerras como una buena forma de hacer esclavos para los sacrificios.
Todo este caos hizo que se pasase de la preeminencia de los grandes centros hegemónicos a que germinaran muchísimos centros regionales de pequeño tamaño. Algunos se aliaron, otros prefirieron ser independientes. Entre ellos podríamos destacar Toniná y su gigantesca pirámide, de unos 74 metros de altura. Las ciudades que se aliaron se hicieron más poderosas y se fueron comiendo a las pequeñas, para luego acabar siendo autodestruidas desde dentro. El ciclo de la vida.
EL COLAPSO MAYA Y EL PERIODO POST-CLÁSICO (800/900-1697)
Si los mayas eran tan listos… ¿por colapsó su civilización? Nadie lo sabe con seguridad, pero se barajan varias hipótesis. La primera, las múltiples guerras internas entre los reinos. Otra el problema de la agricultura de quema de la que ya he hablado antes. Acabaron jodiendo sus propias tierras de cultivo a base de quemar selva y tuvieron que buscarse nuevas tierras que quemar. Además, la falta de comida y las sequías pudieron haber originado luchas internas y hasta epidemias. Finalmente, la decadencia de Teotihuacán y las rupturas comerciales también pudo haber hecho petar a los mayas.
Muchos de esos conocimientos avanzados se perdieron, pero los mayas no desaparecieron de la noche a la mañana ni sin dejar rastro como dicen en páginas chorra. Mucha de esta gente se fue a vivir al norte, donde prosperaron urbes como Chichén Itzá.
De esta ciudad el monumento más impresionante es el Templo de Kukulcán, mejor conocido como “el Castillo”, con 91 peldaños en cada lado, lo que da 365, uno por cada día del año. Kukulcán era básicamente Quetzalcóatl, que había sido asimilado durante este periodo de México central. En general estos centros postclásicos van a tener mucha influencia de toltecas y otros pueblos.
En el Templo de los Guerreros encontramos el chac mool, que era un altar antropomorfo donde se depositaban los corazones de las víctimas durante los sacrificios humanos. Otro lugar dedicado al sacrificio era el Cenote Sagrado, donde arrojaban de todo, niños incluidos, para “alimentar” al dios Chaac.
Por último, el Caracol era una torre circular que funcionaba como observatorio astronómico. Parece que para seguir a Venus en el cielo. Eran tan fanáticos de Venus que sabían predecir sus movimientos con casi total precisión y sin ayuda de telescopios.
Otro centro importante de la época es Uxmal. En él podemos ver el Edificio de las Palomas, con una arquitectura que mezclaba diversos estilos mayas y también del centro de México, y el Palacio del Gobernador, decorado con algunas máscaras al dios Chaac. Y cómo no mencionar la alucinante Pirámide del Adivino o gran Chilán, en cuya cima hay un santuario con imágenes de monstruos. Otro lugar importante es Sayil, con un Gran Palacio decorado con esculturas y grabados de seres de la mitología, de la que hablaré en otro episodio.
La organización política fue cambiando. Ahora algunas ciudades pasaron a ser gobernadas por un cacique no absoluto. Este halach uinic tuvo la ayuda de un consejo de asesores compuesto por sacerdotes y jefes de asentamientos menores, los batabob.
Los primeros objetos de metal llegaron a territorio maya en esta época, en concreto cobre, oro y plata, probablemente gracias al contacto con los toltecas o los zapotecas. Pero estos metales no se usaron para hacer armas, sino como objetos de diferenciación social como collares, brazaletes y esas mierdas. Lo malo es que la bonita cerámica policromática del periodo clásico pasó a ser monocroma y con acabados un poco rancios.
Al parecer, desde el año 987, los mayas de Chichén, Uxmal y Mayapán firmaron una paz conocida como Liga de Mayapán. Sin embargo, como viene siendo habitual en el mundo maya, Chichén Itzá colapsaría alrededor del año 1221, mientras que su vecina Mayapán, liderada por el rey Hunac Ceel, tomó el control de la zona gracias a una confederación de linajes que se montó el tío, puede que con ayuda de grupos toltecas.
El dominio de Mayapán duró dos siglos y medio, hasta el 1448, cuando se cree que la ciudad fue destruida y abandonada. Al parecer, los habitantes se levantaron contra la dinastía que gobernaba la ciudad, los Cocoma, y se los cargaron a todos, ciudad incluida.
El siguiente medio siglo estuvo caracterizado por la fragmentación de los mayas en 18 principados independientes, que se dedicaban a luchar entre ellos mientras mucha otra gente se escondía en las zonas más recónditas de la selva. Hubo alguno que encontró refugio en ciudades como Tayasal, situada en una isla dentro de un lago, o en Tulum, en la costa, con su famoso castillo al que podían haber usado como faro.
No todo el poder maya se concentró en la zona norte de Yucatán. Las tierras altas entre Chiapas y Guatemala estaban regidas por el belicoso Reino de Quiché, y vivían en la ciudad-fortaleza de Qumarkaj. Que acabó también dándose de leches con otros pueblos como los kaqchikeles.
En fin, que este fue el mundo que los españoles se encontraron a su llegada en el año 1511. Un mundo en plena decadencia que aún así sería bastante complicado de conquistar. De hecho, el último centro maya en caer fue Tayasal, que aguantó hasta 1697.