El Egipto Ptolemaico De Ptolomeo I a Cleopatra VII

ANTIGUO EGIPTO 7: El Egipto helenístico y Cleopatra

La siguiente historia tiene lugar entre el año 332 ac y el 30 ac

Periodo Helenístico (332-30 ac), [Dinastía Ptolemaica]

Alejandro Magno fue recibido en Egipto como un libertador, pues la dominación persa fue represiva y sacrílega. Magno fue proclamado faraón de Egipto y en una pequeña ciudad llamada Rakotis mandó construir lo que luego sería la ciudad de Alejandría, proyectada por Dinócrates de Rodas, un punto clave en las relaciones comerciales del Mediterráneo.

Egipto, al mando del nomarca Cleómenes de Naucratis, prosperó como hacia siglos que no lo hacía, aunque parece ser que era un avaro de cuidao. Tras la muerte de Alejandro Magno en el 323 ac, todo su imperio se repartió entre sus generales, los diádocos. Fue a uno llamado Ptolomeo quien le tocó Egipto. Esta época fue llamada Ptolemaica, o Lágida, pues su padre se llamaba Lagos,y duró hasta el año 30 antes de cristo. Así que allá fue, acompañado del cuerpo de Alejandro Magno para enterrarle en su Templo de Alejandría, en un sepulcro que fue llamado ‘soma’, cuerpo en griego. Su cadáver desaparecería misteriosamente tiempo después y nunca más se supo.

El reinado empezó fuerte, pues estallaron las Guerras de los diádocos, una pugna entre los que querían mantener unido el gran Imperio de Magno, como Pérdicas y Eumenes, y otros que preferían dividirlo y quedarse con sus propias provincias. El plan de Ptolomeo I era montar su propio reino en Egipto. Tras la guerra, el imperio de Alejandro quedó dividido en tres: la Macedonia antigónida, la Persia seléucida y el Egipto ptolemaico, que extendió su influencia sobre el Levante y la Cirenaica libia.

Ptolomeo se hizo faraón y mantuvo las costumbres y tradiciones religiosas egipcias, que tenían gran importancia social. La economía mejoró mucho y Egipto acuñó su propia moneda. Alejandría, la nueva capital bajo el reinado de Ptolomeo II, se llenó de griegos y habitantes de Judea y comenzaron a edificar grandes obras arquitectónicas como la Biblioteca de Alejandría, que sale en la película de Ágora, el Templo de las Musas, el Museo y la que está considerada junto a las pirámides de Egipto como una de las 7 maravillas del mundo antiguo: El faro de Alejandría, en la isla de Faro, de ahí su nombre. La fama de Alejandría como nucleo cultural y de investigación se expandió por todo el mundo. Tanto que grandes sabios hacían cola para ir allí. También se construyeron otros templos, como el Templo de Edfu, en la ciudad del mismo nombre que pasó a llamarse Apolinópolis Magna, dedicada al dios Horus-Apolo. Sí, también la religión egipcia pasó a fundirse con la de los griegos. De hecho, mucho de los dioses egipcios tienen su equivalencia en el panteón griego. Otros templos que estaban sin acabarse, se terminaron, como el Templo de Dendera, dedicado a Hathor; y tiempo después se haría un templo doble único en su género, como el Templo Kom Ombo, dedicado a Sobek y Haroeris. Se ve que no se decidían por uno de los dos y venga, pues un templo para los dos.  

Durante esta época se expanden los cultos a Osiris e Isis y algunos se van fuera de Egipto. Aparece la diosa sincrética Serapis, una mezcla entre Osiris y Apis.

Con este soberano comenzaron una serie de Guerras Sirias en las que se disputó el control de esta región con los seléucidas. Parece que Ptolomeo II salió favorecido de la contienda. Para celebrar estas victorias crearon una fiesta llamada la Ptolemaia. Ptolomeo III también se metió de leches con los seléucidas, pero su reinado fue bastante próspero. Otorgó la plena ciudadanía alejandrina a los judíos y amparó su religión, y además intentó establecer un nuevo calendario solar con el Decreto de Canopo (237 ac). Se añadían los años bisiestos, pero a la gente se le hacía muy raro eso y prefirieron esperar varios siglos.

Con Ptolomeo IV comenzó la decadencia ya que perdió la Tebaida, una región del Alto Egipto, a mano de reyes nubios; y con Ptolomeo V Egipto perdió muchos territorios durante sus guerras con los seléucidas en Siria. Al final el faraón se casó con una princesa seléucida para lograr la paz: Cleopatra I. Esta no es la famosa Cleopatra. Esa fue Cleopatra VII, la última reina Lágida y última también de todo el Antiguo Egipto. En esta época se escribió el decreto sobre una piedra que hoy conocemos como Piedra Rosetta. Cleopatra I gobernó mientras su hijo, Ptolomeo VI, se hacía mayor. El reinado de este y de los Ptolomeos y Cleopatras que vinieron después fueron de locura. Todo eran disputas de poder, asesinatos, guerras… Un puto caos, vamos.  

Cleopatra

Fue en el año 48 ac cuando aparece la famosa Cleopatra. La tía, aparte detener fama de seductora, era lista de cojones. Fue la primera en su dinastía en aprender egipcio, ya que la educación en aquella época era muy griega. Y aparte de egipcio y griego parece que también hablaba hebreo, sirio, latín y arameo.

En aquella época el sistema fallaba y todo se estaba desmoronando. La culpa era del padre de Cleo, Ptolomeo XII, que era un corrupto fiestero que sudaba de la gente. Cuando le tocó gobernar a ella, su hermano menor, Ptolomeo XIII la echó del poder y la exilió a Siria con ayuda de su hermana Arsínoe IV y un eunuco llamado Potino. Desde allí planeó su venganza.

Julio César fue a Alejandría a apaciguar los ánimos de esta gente y convocó a las dos partes. Cleopatra no se atrevía a ir a vista de todos porque desconfiaba de las intenciones de Cesar y de su hermano, así que se coló en el palacio donde estaba el romano y pasaron la noche juntos. No se sabe qué pasó, pero Cleopatra recuperó el trono, Cesar se quedó allí a vivir y Ptolomeo XIII quedó más como rehén que otra cosa. Pero Ptolomeo no iba a consentir eso y empezó una guerra contra Roma que acabó costándole la vida.

Cleopatra pudo volver a ser la reina de Egipto en el año 47 ac y ella y César tuvieron un hijo, Ptolomeo XV, mejor conocido como Cesarión. Durante un tiempo ambos vivieron juntos en la villa del César en Roma, pero su asesinato en el año 44 ac hizo que la mujer tuviera que salir pitando con el nene a su querida Alejandría. Nada más llegar se carga a su hermano para asegurar a su hijo la sucesión y ve que Egipto está sumido en la mierda.

Roma también, pues allí estalló una guerra civil en la que estaba envuelto Marco Antonio, aspirante al poder, y pidió ayuda a la faraona. No quería meterse en esas mierdas, pero al final accedió a reunirse con él en Tarso, pero en su barco. Las negociaciones fueron tan de puta madre que se enamoraron. A cambio de la ayuda pidió a Marco Antonio que se cargase a su hermana Arsinoe IV, que estaba hasta los huevos de ella. Aunque Marco Antonio se casó con otra pava, luego volvió a Egipto y se casó con Cleo, con quien tuvo varios hijos. Ambos vivieron una vida de lujos y caprichos.

Su amigo Octavio, con quien compartía el poder de triunvirato romano, estaba hartito de él y consiguió poner a Roma en contra de la parejita. La bronca en el senado fue monumental y todo acabó con una declaración de guerra de Roma a Egipto. Los huevos de corbata tenían. En el año 31 ac tuvo lugar la Batalla naval de Accio, donde los barcos romanos del general Agripa fueron contra la flota de Cleopatra. A esta le dio un ataque de ansiedad o algo y se dio el piro. Marco Antonio fue tras ella y abandonó a sus hombres, que fueron masacrados. Octavio entró en Alejandría con facilidad.

Poco después engañaron a Marco Antonio con un informe falso que decía que Cleopatra había sido asesinada. Entonces se dejó caer contra su espada y se suicidó. Era mentira, Cleopatra fue hecha prisionera por Octavio y, con su amor muerto, su hijo mandado asesinar por Octavio y la vida de esclavitud que le esperaba también optó por suicidarse. Se cree que pidió a sus criadas que entre la fruta metieran una cobra egipcia. Y a partir de aquí Egipto se convirtió en provincia romana.

Su religión, lengua y costumbres perduraron aún un tiempo, pero con la llegada del cristianismo cambió el credo de esta gente hasta que el único reducto del Antiguo Egipto perduró en el Templo de la Isla de File, dedicado a la diosa Isis, hasta el año 535, cuando Justiniano I comenzó a perseguir a estos cultos paganos, y poco después el Islam remataría lo poquito que quedaba de esta misteriosa cultura.